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Sobredosis de opioides

29 de agosto de 2023

Datos y cifras

  • El término «opioides» alude tanto a sustancias que se extraen de la adormidera (Papaver somniferum) como a moléculas sintéticas y semisintéticas con propiedades análogas a aquellas, que pueden interferir con los receptores cerebrales de opioides.
  • Los opioides, entre ellos la morfina, el fentanilo y el tramadol, se utilizan de forma habitual para aliviar el dolor.
  • El consumo sin fines terapéuticos y la administración prolongada, indebida o sin supervisión médica de opioides pueden generar dependencia y otros problemas de salud.
  • Debido a sus efectos farmacológicos, los opioides pueden provocar dificultades para respirar y las sobredosis pueden resultar mortales.
  • El consumo de drogas ocasionó en 2019 alrededor de 600 000 defunciones y, en casi el 80% de ellas, se habían consumido opioides. Concretamente, cerca del 25% se debieron a sobredosis de opioides.
  • Hay intervenciones terapéuticas eficaces contra la dependencia de los opioides que pueden ayudar a reducir el riesgo de sobredosis, pero solo se les prestan a menos del 10% de las personas que las necesitan.
  • El fármaco naloxona, administrado a tiempo, puede evitar la muerte por sobredosis de opioides.

¿Qué son los opioides?

Los «opioides» (también denominados «opiáceos») abarcan tanto sustancias que se extraen de la adormidera (cuyo nombre científico es Papaver somniferum) como moléculas sintéticas y semisintéticas con propiedades análogas a aquellas, que pueden interferir con los receptores cerebrales de opioides. Gracias a sus efectos analgésicos y sedantes, fármacos opioides como la morfina, la codeína y el fentanilo se utilizan habitualmente para aliviar el dolor. Otros fármacos opioides, como la metadona y la buprenorfina, se prescriben como tratamiento de mantenimiento contra la dependencia de los opioides. Tras su ingestión, estas sustancias pueden provocar euforia, lo cual es una de las principales razones por las que se consumen sin fines terapéuticos. Algunas de estas sustancias son la heroína, la morfina, la codeína, el fentanilo, la metadona, el tramadol y otras moléculas similares. Debido a sus efectos farmacológicos, pueden provocar dificultades para respirar y las sobredosis pueden resultar mortales.

El consumo de opioides sin fines terapéuticos y su administración prolongada, indebida o sin supervisión médica pueden generar dependencia y otros problemas de salud. La dependencia de los opioides es un trastorno de la regulación del consumo de estas sustancias que aparece tras la administración repetida o continua. El rasgo característico de la dependencia es un fuerte impulso interno de consumir opioides que se manifiesta mediante una menor capacidad para controlar el consumo, la prioridad creciente que se da a este en detrimento de otras actividades y la persistencia en el consumo pese a sus consecuencias negativas o dañinas. La dependencia también puede provocar manifestaciones fisiológicas, como un aumento de la tolerancia a los efectos de los opioides, síntomas de abstinencia al interrumpir o reducir el consumo, o el consumo repetido de opioides o sustancias farmacológicamente análogas a los opioides para prevenir o aliviar los síntomas de la abstinencia.1

En el conjunto del mundo, unos 296 millones de personas (es decir, el 5,8% de la población mundial de 15 a 64 años) consumieron drogas al menos en una ocasión en 2021. De esa cifra, unos 60 millones consumieron opioides. En ese mismo año, unos 39,5 millones de personas presentaron trastornos debidos al consumo de drogas.2 La mayoría de las personas dependientes de los opioides consumieron heroína cultivada o fabricada de forma ilícita, pero la proporción de personas que consumen opioides prescritos por médicos va en aumento.

Sobredosis de opioides

Los opioides pueden provocar la muerte porque actúan en la zona del cerebro que regula la respiración. La sobredosis de opioides se puede detectar cuando se da una combinación de tres signos y síntomas:

  • pupilas puntiformes;
  • pérdida de la consciencia; y
  • dificultad para respirar.

El consumo de drogas ocasionó en 2019 alrededor de 600 000 defunciones y, en casi el 80% de ellas, se habían consumido opioides. Concretamente, cerca del 25% se debieron a una sobredosis de opioides. Según las estimaciones de la OMS, unas 125 000 personas fallecieron en 2019 como consecuencia de una sobredosis de opioides. No obstante, las sobredosis por estas sustancias que no provocan la muerte son varias veces más frecuentes que las mortales.

El número de casos de sobredosis de opioides se ha incrementado en los últimos años en varios países, en parte como consecuencia de su uso más frecuente para aliviar el dolor crónico, pero también debido al consumo de opioides muy potentes que se han incorporado al mercado de drogas ilícitas. En los Estados Unidos de América, 70 638 personas perdieron la vida en 2019 a causa de una sobredosis de opioides, la mitad de las veces de origen sintético. Entre 2013 y 2019, las tasas de mortalidad por sobredosis de opioides sintéticos ajustadas por edades aumentó en un 1040%.3 Además, durante la pandemia de COVID-19 se produjo en dicho país un gran incremento adicional de las defunciones por sobredosis de drogas y fármacos, en gran medida de opioides.4

El fentanilo es un potente opioide sintético que se utiliza como analgésico y anestésico. Es de 50 a 100 veces más potente que la morfina y, en varias formulaciones, figura en la Lista Modelo OMS de Medicamentos Esenciales, pero tanto el consumo de esta misma sustancia como el de algunas moléculas químicamente similares a ella, como el carfentanilo, el acetilfentanilo, el butirfentanilo y el furanilfentanilo, han dado lugar a un incremento rápido en el número de defunciones por sobredosis de opioides. Se ha comprobado que algunos traficantes de drogas añaden fentanilo a los productos que distribuyen (como la heroína) para incrementar su potencia y que venden comprimidos falsificados de fentanilo cuyo aspecto es similar a medicamentos de venta solo con receta. Por esta razón, muchas personas que dan positivo en las pruebas de detección de fentanilo desconocen que han estado consumiendo esta sustancia.

Factores de riesgo de sufrir una sobredosis de opioides

Se conocen varios factores de riesgo de sufrir una sobredosis de opioides:

  • tener un trastorno por consumo de opioides;
  • inyectarse opioides;
  • retomar el consumo de opioides tras un periodo de abstinencia prolongado (por ejemplo, tras una desintoxicación, a la salida de la cárcel o tras interrumpir un tratamiento);
  • consumir, sin supervisión médica, opioides de venta solo con receta;
  • consumir dosis elevadas de opioides siguiendo la posología establecida por un médico (más de 100 mg de morfina o una cantidad diaria equivalente);
  • consumir opioides junto con bebidas alcohólicas u otras sustancias o medicamentos que deprimen la función respiratoria, como las benzodiazepinas, los barbitúricos, los anestésicos o algunos analgésicos; y
  • presentar otros problemas de salud, como una infección por VIH, enfermedades hepáticas o pulmonares o trastornos de salud mental.

Los varones, las personas de edad avanzada y la población de nivel socioeconómico bajo corren más riesgo de sufrir sobredosis de opioides que las mujeres, los jóvenes y las que tienen un nivel socioeconómico más alto.

Atención de urgencia ante una sobredosis de opioides

Cuando una persona presenta una sobredosis de opioides, se puede evitar que tenga un desenlace mortal si se aplican las reglas básicas de primeros auxilios y se administra naloxona a tiempo. La naloxona es un antídoto contra los opioides que, administrada a tiempo, revierte por completo los efectos de una sobredosis, pero prácticamente no afecta a las personas que no han tomado dichas sustancias.

Por lo general, solo los profesionales de la salud tienen acceso a la naloxona. En muchos países, la disponibilidad de este fármaco sigue siendo reducida, incluso en algunos establecimientos de salud y en las ambulancias, mientras que, en otros, ya puede adquirirse sin receta en las farmacias. Varios países (Australia, Canadá, Italia, Reino Unido de Gran Bretaña e Irlanda del Norte, y Ucrania) han autorizado recientemente la venta sin receta de naloxona y han tomado la iniciativa de distribuirla a determinados colectivos.

En años recientes, distintos programas en todo el mundo han puesto de manifiesto que se puede reducir considerablemente la mortalidad causada por las sobredosis de opioides si se proporciona naloxona a personas susceptibles de presenciar estos episodios en otras personas, se les explica cómo utilizarla y se les capacita en las técnicas de reanimación pertinentes. Por ejemplo, ello podría ser muy útil para las personas que salen de la cárcel, puesto que muchas de ellas presentan trastornos por consumo de opioides y que, en las cuatro semanas posteriores a dicha salida, se registran muchas defunciones por sobredosis de estas sustancias.

Personas con más probabilidades de presenciar una sobredosis de opioides 

Las personas que tienen más probabilidades de presenciar una sobredosis de opioides son:

  • las propias personas con riesgo de sufrirla;
  • los amigos y familiares de las personas que consumen opioides con regularidad; y
  • los profesionales de la salud y de los servicios de urgencias, las personas que ofrecen alojamiento a consumidores de opioides, los trabajadores de proximidad o que imparten formación entre pares y otras personas que, por su trabajo, están en contacto con personas con riesgo elevado de sufrir una sobredosis.

Prevención de la sobredosis de opioides

Además de las estrategias de reducción del consumo de drogas en general entre la población, se pueden aplicar medidas específicas para prevenir la sobredosis de opioides. Por ejemplo:

  • aumentar la disponibilidad de tratamientos contra la dependencia de los opioides, incluso para las personas dependientes de los opioides de venta solo con receta;
  • prescribir menos opioides de forma ilógica o inadecuada;
  • supervisar la prescripción y dispensación de opioides; y
  • evitar la venta sin receta de opioides no permitida.

Sin embargo, estas recomendaciones se aplican poco. Solo la mitad de los países ofrece tratamientos eficaces contra la dependencia de los opioides y, a nivel mundial, estos se prestan a menos del 10% de las personas que los necesitan.5

Respuesta y recomendaciones de la OMS

La OMS ayuda a los países a velar por el uso racional de los opioides y por su disponibilidad óptima para fines terapéuticos, así como a reducir al mínimo su consumo indebido y sin fines terapéuticos. En cumplimiento de la recomendación del Comité de Expertos de la OMS en Farmacodependencia,6 varios opioides sintéticos, entre ellos análogos del fentanilo, son objeto de fiscalización internacional, lo que conlleva un control riguroso de su disponibilidad.

La OMS sigue supervisando varios análogos del fentanilo a través de su sistema de vigilancia de nuevas sustancias psicoactivas y alerta a los países de los peligros que acarrean. Es importante recoger estos datos porque la información sobre las pautas de consumo, en especial si es indebido y sin fines terapéuticos, es muy limitada.

Asimismo, la OMS ayuda a los países a estudiar las tendencias que sigue el consumo de drogas y los daños que causa a fin de comprender mejor la magnitud de la dependencia y de las sobredosis de opioides.

La OMS recomienda que las personas susceptibles de presenciar un episodio de sobredosis de opioides puedan disponer de naloxona y que se les proporcione formación sobre el modo de actuar ante una sobredosis. Cuando se sospeche que una persona sufre una sobredosis, las prioridades para el equipo de primeros auxilios que la atienda son procurar que siga respirando, facilitar la ventilación pulmonar y administrarle naloxona. Una vez lograda la reanimación gracias a este fármaco, debe observarse atentamente el nivel de consciencia y de respiración del afectado hasta que se haya recuperado por completo.

La OMS recomienda distintas opciones terapéuticas para tratar la dependencia de los opioides, como los tratamientos de mantenimiento con agonistas de los opioides (como la metadona y la buprenorfina), que están respaldados con pruebas contundentes sobre su eficacia y su rentabilidad; el tratamiento y apoyo psicosociales, y el tratamiento farmacológico con antagonistas, como la naltrexona. Además, la Organización ayuda a los países a mejorar la cobertura y la calidad de los programas terapéuticos contra la dependencia de los opioides y a implantarlos cuando no existen.

Del mismo modo, la OMS publica orientaciones normativas para promover el uso adecuado de opioides contra el dolor y para prestar cuidados paliativos. El uso y la reglamentación correctos de los analgésicos opioides garantizan su disponibilidad cuando se necesitan, a la vez que evitan su desvío y los daños derivados de su consumo indebido.

En 2016, en el marco del Programa de la OMS y la Oficina de las Naciones Unidas contra la Droga y el Delito (UNODC) sobre el tratamiento y la atención de las drogodependencias, se puso en marcha la Iniciativa S-O-S (Stop Overdose Safely¸ «Pongamos fin sin riesgos a las sobredosis») con el fin de enseñar a reconocer el riesgo de sobredosis y prestar atención de urgencia cuando se presencie un caso. Como parte de esta iniciativa, en 2019 y 2020 se llevó a cabo un estudio internacional sobre la atención a la sobredosis de opioides fuera de los centros de salud en Kazajstán, Kirguistán, Tayikistán y Ucrania. En este estudio se formó a más de 14 000 personas en la detección de las sobredosis de opioides y la atención a los afectados, y se distribuyeron 40 000 lotes de naloxona. Cerca del 90% de los participantes que presenciaron una sobredosis de opioides refirieron haber administrado naloxona a la persona afectada y, en casi todos los casos, esta sobrevivió. Durante la evaluación del proyecto se comprobó la amplia aceptación de esta medida por los colectivos interesados, desde los consumidores de drogas hasta las fuerzas del orden.7

Referencias

  1. OMS (2019). Clasificación Internacional de Enfermedades para las estadísticas de mortalidad y morbilidad. 11.ª revisión.
  2. UNODC (2020). Informe mundial sobre las drogas, 2023. Disponible en: https://www.unodc.org/unodc/en/data-and-analysis/world-drug-report-2023.html.
  3. Trends and Geographic Patterns and Synthetic Opioid Overdose Deaths – United States, 2013-2019. Morbidity and Mortality Weekly Report, Vol. 70, No 6. Disponible en https://www.cdc.gov/mmwr/volumes/70/wr/mm7006a4.htm?s_cid=mm7006a4_w.
  4. CDC Emergency Preparedness and Response: Increase in Fatal Drug Overdoses Across the United States Driven by Synthetic Opioids Before and During the COVID-19 Pandemic, 17 December 2020. Disponible en: https://emergency.cdc.gov/han/2020/han00438.asp.
  5. Degenhardt L, Glantz M, Evans-Lacko S, et al. (2017). Estimating treatment coverage for people with substance use disorders: an analysis of data from the World Mental Health Surveys. World Psychiatry. 2017;16(3):299-307. doi:10.1002/wps.20457.
  6. 43.º informe del Comité de Expertos en Farmacodependencia (serie de informes técnicos de la OMS, n.º 1034). OMS, 2021. Disponible en: https://www.who.int/publications/i/item/9789240023024.
  7. Ejecución en Kazajstán, Kirguistán, Tayikistán y Ucrania del proyecto S-O-S de la OMS y la UNODC. OMS y UNODC, 2021. Disponible en: https://apps.who.int/iris/handle/10665/340497.