Sekiro: Shadows Die Twice - Reseña

Silencioso, mortal, y brutalmente difícil.

From Software es conocido en la industria de los videojuegos por la profunda complejidad y alta dificultad de casi todos sus títulos. Habiendo creado casi por sí solos el subgénero “Soulsborne” de RPGs de Acción, este año regresan con un nuevo título, que si bien toma prestado algunos conceptos de esta clase de juegos, añade grandes cambios a la fórmula para convertirse en algo distinto, pero enormemente satisfactorio.

Sekiro: Shadows Die Twice toma lugar en el periodo Sengoku del antiguo Japón, una era plagada por guerras civiles y luchas entre las diferentes familias y clanes de la región. A diferencia de Dark Souls, Sekiro te coloca en los zapatos de un personaje con sus propias motivaciones y opiniones acerca de lo que sucede: el shinobi conocido simplemente como “Lobo” (Okami en la lengua japonesa), quien debe enfrentarse a los guerreros del clan Ashina para rescatar a su joven amo. Sin embargo, luego de un intento fallido pierde su brazo izquierdo en combate, lo que lo lleva a ser rescatado por un misterioso hombre que le otorga un brazo prostético ninja bastante versátil y útil para los retos por llegar.

En esta ocasión From Software cuenta una historia bastante definida y que está constantemente en movimiento gracias a conversaciones con los personajes que habitan este mundo, así como los mismos enemigos a los que te enfrentas. Aunque cada objeto que encuentras en tu camino cuenta con una amplia descripción, no es necesario analizar cada palabra para comprender lo que está sucediendo en la historia. Aunque el personaje principal inicialmente no habla demasiado, los eventos y personajes que encuentras en el camino claramente lo hacen abrirse cada vez más a otros, permitiéndole crecer y evolucionar como un personaje. Sin embargo, el mundo no se queda atrás al contar su propia historia. Cada lugar que visitas es único, mostrando restos de batallas o minas abandonadas que ayudan a expandir la historia de cada lugar que recorres y creando entornos memorables.

Uno de los lugares más impresionantes cerca del inicio del juego.

Y afortunadamente, este mundo medieval de samurais, ninjas, y criaturas mitológicas está impulsado por gráficos sorprendentes. Sekiro sólo tiene un peso total de 13gb (en PS4) pero logra golpear por sobre su categoría al crear paisajes altamente detallados y hermosos. Cada vez que llegué a una nueva área tenía que detenerme para apreciar el nuevo lugar en el que me encontré: una montaña nevada durante el atardecer,un barranco inundado por neblina, un castillo envuelto en llamas, e incluso un bosque de bambú entre las montañas. Cada lugar cuenta con detalles exhaustivos que te ayudan a sumergirte en el mundo de Sekiro, siempre cambiante e intrigante a lo que está por venir.

Sin embargo todos estos detalles en el mundo no afectan en lo absoluto al desempeño el juego. En casi todo momento me encontré jugando a 60fps constantes durante combate y exploración, con el único caso de caída de frames siendo al momento de ser identificado por un enemigo mientras intento escabullirme. Pero esto parece ser una parte del diseño creado para informar al jugador acerca del nuevo estado de alerta entre los enemigos.

Sekiro cuenta con un ciclo de juego similar a lo visto en otros juegos soulsborne: debes avanzar entre diferentes grupos de enemigos esparcidos en el mundo, pudiendo medir tu progreso gracias a estatuas colocadas estratégicamente en donde puedes descansar para recuperar tu vida y mejorar tus habilidades, pero que al ser usadas para esto hacen aparecer a todos los enemigos eliminados previamente exceptuando a jefes. Pero en esta ocasión hay bastantes cambios al gameplay que hacen de este título algo bastante único.

Eliminar enemigos en combate te otorga puntos de experiencia, que al alcanzar cierta cantidad se convierten en puntos de habilidad que puedes canjear para conseguir nuevas habilidades. Los enemigos te otorgan estos puntos de experiencia, así como dinero, los cuales debes utilizar para mejorar tus herramientas con ciertos personajes. Y en una gran diferencia al género la muerte no significa que pierdas todos tus recursos: pierdes la mitad de tu dinero y una fracción de tu experiencia, pero no los puntos de habilidad que ya has obtenido. Aunque puede parecer un sistema más fácil que en otros títulos, no cuentas con la oportunidad de recuperar lo que has perdido, por lo que fácilmente puedes perder todo lo que tenías si no eres cuidadoso.

Al ser un shinobi experimentado, el gameplay tiene un gran enfoque en movilidad y sigilo. Tu brazo prostético cuenta con un gancho que puedes utilizar para moverte rápidamente entre los techos y árboles, manteniendote constantemente fuera de la visión de tus enemigos. Puedes agacharte y deslizarte sobre el suelo, colgar de ciertos muros, escalar paredes y saltar a tu voluntad para intentar pasar desapercibido entre las hordas de enemigos que están en tu camino, y una vez descubierto tienes todo lo necesario para hacer un rápido escape. Pero esto no significa que el Lobo no pueda pelear.

Aunque siempre estás armado con una katana y con las herramientas shinobi instaladas en el brazo prostético (el “colmillo” de Lobo), el combate siempre es peligroso. Todos los enemigos son capaces de eliminarte con facilidad si los subestimas, obligándote a mantenerte atento y calmado en toda situación. Como lo definió Hidetaka Miyazaki, el director del juego y CEO de From Software, el combate en Sekiro se trata del choque de espadas. Si bien todos los personajes tienen una barra de vida regular también hay una barra de “postura” que se llena con cada golpe. Específicamente, golpear a un enemigo cuando está resguardándose detrás de su arma o reflejar los ataques que hacen contra ti en el momento correcto puede hacer “daño de postura”. Al llenar dicha barra te permite hacer un “golpe mortal” para eliminar a los enemigos instantáneamente.

15 Things We Learned Playing Sekiro: Shadows Die Twice - Gamescom 2018
El Samurai está apunto de perder su postura, pero también el Lobo.

El sistema es un tanto más complejo, con una relación entre la vitalidad de los personajes y la barra de postura que es explicada a profundidad dentro del juego.
Probablemente como parte de las demandas de Activision, Sekiro se convirtió en el juego más accesible del catálogo de From Software gracias a excelentes tutoriales para cada uno de los aspectos y habilidades del juego. Además de estar bastante bien explicado cuentas con un área que te permite probar y practicar con todas tus herramientas y técnicas especiales que vas adquiriendo a lo largo de tus travesías. Y todo esto es muy bien recibido, ya que incluso 50 horas dentro de la campaña continúo encontrando nuevas herramientas, nuevas habilidades y sorprendentemente nuevos “Textos Esotéricos” –objetos que abren más árboles de habilidades para desbloquear nuevos movimientos y mejoras para tu personaje.

Cada una de estas habilidades abre grandes posibilidades de estrategias y acercamientos al combate, y el juego los utiliza al máximo. Cada uno de estos enemigos más grandes me ha forzado a probar diferentes habilidades y tácticas, lo que ha resultado a enfrentamientos bastante variados. Sin embargo, esta variedad no es exclusiva a los jefes. Cada uno de los soldados y criaturas que encuentras en tu camino requiere diferentes ritmos y herramientas para acabar con ellos, y From Software lo aprovecha al máximo mezclando la composición de enemigos en cada enfrentamiento del juego.

Es importante destacar que, aunque el juego es bastante accesible y te permite seguir creciendo con más habilidades y mejoras, este es probablemente uno de los títulos más difíciles de la compañía, poniendo a prueba tu paciencia y carácter. Personalmente, estuve a punto de destrozar mi control de PS4 debido a haber alcanzado un nivel de ira y frustración que no había visto en muchos años, atorado durante horas en un enfrentamiento específico. Aunque suena algo tedioso, cada vez que me enfrentaba a este personaje aprendía lentamente lo que tenía que hacer, sus movimientos, sus patrones y las frases que dice al anunciar diferentes ataques, cada vez acercándome más a la victoria. Eventualmente, disfruté de poder hacer un “golpe mortal” y celebré al llenarme de orgullo… hasta que me di cuenta de que solo era la primera fase de la pelea. Sekiro es más fácil de entender, pero vaya si no se anda con rodeos.

Un aspecto vital de Sekiro para el combate y la exploración por igual es el diseño de audio. El juego cuenta con una banda sonora dinámica que se adapta a las distintas situaciones en las que te puedes encontrar, teniendo música apta para escabullirse por entre los techos de un templo hasta combate intenso contra un asesino de shinobis, o un emocional encuentro con alguno de los personajes cercano a Lobo, cada una de las piezas compuesta por instrumentos y estilos de la época y de la región. Sin embargo, más allá de una asombrosa ambientación musical, el juego utiliza el sonido para comunicarle al jugador información esencial en todo momento. Ciertos objetos importantes cuentan con un sonido que te permite saber que algo anda cerca, los soldados hablan y hacen ruido incluso aunque no los veas, y ciertas criaturas anuncian su presencia antes de siquiera aparecer si te tomas un momento para aprender que está detrás de cada sonido. Esta clase de detalles es lo que eleva a los juegos de From Software, pero con Sekiro han puesto un enfoque especial en el sonido que no se había visto en sus títulos anteriores.

Lamentablemente me encontré con un problema durante mi tiempo con el juego que fue una constante bastante molesta. La cámara hace lo posible por mantener enfocada la acción, pero posiblemente por la velocidad del combate y de ciertos enemigos la función de “lock-on” tiende a desactivarse en algunos de los peores momentos posibles llevando a muertes que se sienten fuera de tu control. El problema es que la cámara se intenta mantener bastante cerca del personaje, por lo que un movimiento rápido causa un giro de la cámara extremo que causa confusión. Adicionalmente todos los objetos cercanos al personaje que no están directamente frente a tí desaparecen para mostrar a los enemigos, pero no tienes manera de saber que estás contra la pared hasta que intentas moverte y terminas atorado entre dos rocas, la pared de un edificio, y el enorme enemigo con una Naginata venenosa que finalmente rompe tu postura y te elimina.

Pros

  • Combate intenso y complejo
  • Montones de personalización
  • Gráficos impresionantes
  • Realmente te hace sentir como un ninja

Contras

  • La cámara tiene bastantes problemas
  • La dificultad podría ser demasiado para jugadores casuales

El veredicto

Sekiro: Shadows Die Twice no es un juego perfecto. Es un poco más accesible, pero profundamente complejo y despiadado con sus jugadores. Aún así, cada fracaso te enseña una lección, cada intento pone a prueba tu paciencia y cada éxito se siente bien merecido. Con increíbles gráficos y audio espectacular, y con montones de contenido por descubrir incluso muy avanzado en el juego, Sekiro es un juego que los fans de From Software no pueden perderse, y uno al que me veo regresando una y otra vez.

En este artículo

Sekiro: Shadows Die Twice

FromSoftware | 22 de Marzo de 2019
  • Platform
  • XboxOne
  • PC
  • PS4

Review Sekiro: Shadows Die Twice

8.8
Bueno
Sekiro: Shadows Die Twice es descaradamente difícil, pero cada pequeño éxito te mantendrá pegado y sumergido en el mundo de samurais, ninjas, y monstruos.
Sekiro: Shadows Die Twice
Y no te pierdas...
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