El 23 de julio de 1986 la abadía de Westminster lucía como en las grandes ocasiones para celebrar la boda de Sarah Ferguson y el príncipe Andrés, el tercer hijo de Isabel II y Felipe de Edimburgo. Aunque la boda acabó en divorcio diez años después (y algún escándalo mediante), la pareja siempre ha demostrado mantener una excelente relación y puede que una segunda boda entre ellos no esté lejos.

Ha sido el diario británico Daily Mail el encargado de afirmar que Carlos III ya habría dado el visto bueno a una nueva boda entre ellos, con la condición de que sea de perfil bajo. Ephraim Hardcastle, uno de los columnistas más mordaces del Mail asegura que Carlos ya les habría dado su bendición. La capilla de Todos los Santos, un discreto templo que se encuentra en los terrenos de Windsor y donde se casó la princesa Beatriz, podría ser el escenario elegido.

Sarah Ferguson y el príncipe Andrés: una historia de amor ¿con final feliz?

La pareja se conoció gracias a Lady Di. Sarah y ella eran amigas, y fue Diana quien la invitó a una after party de Ascot en la que hubo flechazo. Tras su divorcio en 1996, Sarah y Andrés demostraron ser una pareja ejemplar por el bien de sus hijos. Nunca llegaron a rehacer sus vidas con una nueva pareja y hacia finales de la década de los 2000 Sarah regresó a vivir con el príncipe Andrés. Ella ha sido el mejor apoyo del duque de York cuando estalló el caso Epstein, argumentando que todo era "un error de percepción" y que creía firmemente en su inocencia.

sarah ferguson y el principe andres
Max Mumby/Indigo//Getty Images
La pareja junto a su hija Beatriz en Royal Ascot, en 2018.

El príncipe Andrés también es ahora uno de los apoyos de Sarah en el bache de salud que atraviesa: hace unos meses fue operada de cáncer de mama, y recientemente ha informado de que se le ha detectado un melanoma. La pareja lleva tiempo viviendo en Royal Lodge, la que fuera la residencia de la reina Madre, una casa que cuenta con 10 habitaciones y donde también ha pasado temporadas la princesa Eugenia, su marido y sus hijos.

Desde hace más de una década, la posibilidad de que vuelvan a casarse les persigue. Y la relación de Fergie con los Windsor nunca ha sido tan buena y cercana: Isabel II la designó para que se encargara de cuidar a sus queridos corgies cuando ella falleciera y dejó escrito en sus últimas voluntades que Sarah fuera enterrada en Windsor. No solo eso: esta Navidad Carlos III la invitó a celebrar las fiestas en Sandringham. La imagen de Sarah Ferguson caminando hacia la iglesia de Santa María Magdalena junto a la reina Camilla y Carlos, Kate Middleton y el príncipe William no ha hecho sino incrementar los rumores sobre un nuevo posible enlace.