Royal Mile de Edimburgo: la calle principal de la ciudad

Royal Mile de Edimburgo

La Royal Mile es, probablemente, el lugar más famoso de Edimburgo. Esta amplia calle, que atraviesa todo el casco histórico de la ciudad, comunica el Castillo de Edimburgo con el Palacio de Holyrood (residencia de la familia real en Escocia).

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Y es que el nombre de la Royal Mile (en español, «milla real») proviene del siglo XVI, cuando era utilizada por los monarcas para atravesar la ciudad.

Fachadas típicas de la Royal Mile
Fachadas de la Royal Mile.

Su importancia histórica es innegable, pues a lo largo de esta calle se distribuyen algunos de los monumentos más importantes de Edimburgo, como la Catedral de Edimburgo o el Parlamento. Además, en la Royal Mile encontratéis muchos de los mejores pubs de Edimburgo, tiendas donde comprar recuerdos y productos típicos o sastrerías dedicadas a la fabricación de kilts, la falda de cuadros tradicional escocesa.

La Royal Mile es la que da origen a la milla escocesa, pues la longitud de esta unidad de medida se corresponde con sus 1.814 metros.

La Royal Mile son cuatro calles en una

Realmente, la Royal Mile está dividida en cuatro tramos, que aunque discurren seguidos tienen denominaciones diferentes: se trata de Castlehill, Lawnmarket, High Street y Canongate.

Castlehill

Castlehill es el primer tramo de la Royal Mile y, como su propio nombre indica, el más cercano al castillo. Además, es la parte más antigua de la Royal Mile, y acoge la Castle Esplanade, donde, según se cuenta, se quemaba a brujas y herejes durante la Edad Media.

Festival de Edimburgo
Durante el Festival de Edimburgo la Royal Mile está empapelada de carteles de los eventos.

Actualmente, su uso es mucho más lúdico, pues es el escenario del Royal Edinburgh Military Tattoo, el espectáculo donde se dan cita distintas bandas militares del mundo, que puede verse todos los años durante el Festival de Edimburgo.

La Royal Mile durante el Festival de Edimburgo
La Royal Mile durante el Festival de Edimburgo.

Lawnmarket

Esta parte de la Royal Mile es la que concentra más tiendas de souvenirs, pero a pesar de este carácter tan turístico tiene, igualmente, varios sitios interesantes: The Hub, una antigua iglesia gótica convertida en la sede del Festival de Edimburgo; Gladstone’s Land, una vivienda-museo que data del siglo XVII, o las oficinas de estilo barroco del Bank of Scotland, situadas en Bank Street (si bajas desde Castlehill queda a la izquierda, es una de las perpendiculares).

Lawnmarket
Lawnmarket, uno de los cuatro tramos.

High Street

La parte central de la Royal Mile es también la más transitada. Parte de la culpa la tiene la Catedral de Edimburgo Saint Giles, además de la cantidad de pubs y tiendas que rodean la zona.

El Corazón de Midlothian, frente a la Catedral de Saint Giles
El Corazón de Midlothian, frente a la Catedral de Saint Giles.

No te pierdas el Corazón de Midlothian, un mosaico situado en el suelo junto a la catedral, que recuerda el lugar donde estuvo emplazada la cárcel de la ciudad hasta el siglo XIX.

Por supuesto, no te marches sin tocarle el dedo gordo del pie a la estatua de David Hume que está cerca. Dicen que da buena suerte :)

El pie de David Hume
El pie desgastado de la estatuta de David Hume.

En High Street podemos conocer cómo vivían los habitantes en esta zona de la ciudad durante los siglos XVI y XVII, gracias a las conocidas como catacumbas de Edimburgo, situadas en el Mary King’s Close.

Canongate

El último tramo de la Royal Mile fue, hace varios siglos, una zona independiente de la ciudad. Actualmente es la parte menos transitada de la Royal Mile, aunque contiene algunos de los lugares más interesantes de Edimburgo: el reloj del Canongate Tolbooth (antiguo ayuntamiento), el The People’s Story, un museo que repasa la vida de los habitantes de la ciudad en los últimos siglos, o el Museo de Edimburgo, dedicado a recorrer la historia de la ciudad.

Vista de Calton Hill desde New Street
Cuando vayas bajando hacia el Palacio de Holyrood, asómate por New Street (a mano izquierda según bajas) para obtener una vista única de Calton Hill.

En Canongate se encuentra también el Parlamento Escocés, obra del arquitecto español Enric Miralles, y no exento de controversias, pues se trata de un edificio de diseño vanguardista que contrasta drásticamente con la estética medieval que lo rodea.

Bajando hasta el final desembocaremos en el Palacio de Holyrood, el punto final del paseo por la Royal Mile.

Closes: los callejones más famosos de Escocia

Un paseo por la Royal Mile nunca estaría completo sin echar un vistazo a algunos de sus closes. Los closes eran los antiguos callejones que daban acceso a otras zonas adyacentes a la Royal Mile: algunos llevan el nombre de aquellos protagonistas de la vida de la ciudad que los hicieron famosos, como Wardrop’s Court o el Mary King’s Close.

Wardrop's Court
Wardrop’s Court.

Otros fueron denominados así por la actividad que desempeñaban quienes vivían en ellos, como Old Fishmarket Close. Algunos fueron escenario de los episodios más lúgubres de la historia de la ciudad, quedando ligados irremediablemente a un pasado de crímenes y delitos.

Advocate's Close
La entrada al Advocate’s Close.

Algunos esconden rincones con encanto, como el Lady Stair’s Close, tras el que se encuentra el Museo de los Escritores de Edimburgo en una bonita plaza, o Advocate’s Close, cuyos estrechos muros desembocan en una de las mejores vistas de la New Town o Ciudad Nueva.

El Monumento a Scott desde Advocate's Close
El Monumento a Scott desde Advocate’s Close.

Jardines secretos de la Royal Mile

En mitad del trasiego de turistas y locales, la Royal Mile esconde unos cuantos pulmones verdes por los que merece la pena pasarse. Escondidos tras los muros de piedra que dan entrada a los closes, estos jardines se fueron construyendo en el siglo XVII, cuando la aristocracia buscaba nuevos espacios en los que poder escapar del gentío que transitaba las aceras de la Royal Mile.

Un jardín "escondido" en la Royal Mile
Un jardín «escondido» en la Royal Mile.

Aunque con el tiempo fueron cayendo en el abandono, durante el siglo XX se rehabilitaron algunos y hoy en día son una de las joyas mejor guardadas de la milla real.

Actualmente pueden visitarse varios de ellos (otros son privados), y son una opción estupenda para refugiarse en silencio durante un rato, rodeados de árboles y plantas.

Algunos de los más bonitos son los de Brown’s Close, Trunk’s Close, Dunbar’s Close o Chessel Court.

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Lo mejor de la Old Town

El complejo entramado de calles que conforman la Royal Mile la convierten en una de las atracciones más apasionantes de Edimburgo: son muchas las antiguas -y macabras- leyendas que se cuentan sobre esta zona de la capital escocesa, que esconde algunos de los rincones más impresionantes de la ciudad tras atravesar sus numerosos closes (callejones) y courts (patios).

Casas en la Royal Mile
Algunas de las casas de la Royal Mile se mantienen en pie desde hace siglos.

Si hay un lugar imprescindible en Edimburgo, es este, por lo que os recomendamos reservarle tiempo de sobra en el viaje para perderos por este viejo laberinto que sin duda os atrapará.

Cómo llegar a la Royal Mile de Edimburgo

  • Dirección: The Royal Mile, Edimburgo.
  • A pie desde el Castillo de Edimburgo.