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Ronaldo Nazário: vida y “muerte” /II

Ronaldo Luis Nazário de Lima, que el viernes 23 cumplió 47 años de edad, irrumpió en el universo del balón, cual gambeta: estrepitoso, fuerte y con cadencia, inesperado, vehemente y con una genialidad equiparable sólo con el ritmo del bossa nova.
domingo, 24 de septiembre de 2023 · 15:14

CIUDAD DE MÉXICO (proceso.com.mx).- El telón de la noche abrazó el escenario del estadio de Saint-Denis, en Francia. La fecha para la puesta en escena se cumplió, y el 12 de julio de 1998 presentó sobre el césped a la selección brasileña, quien encontró frente así al representativo francés.

Pero entre los 22 actores que protagonizaron tal proeza, hubo uno que pareció no saber siquiera dónde se encontraba, un jugador que corrió porque tuvo que hacerlo: Ronaldo.

Ronaldo Luís Nazário de Lima irrumpió en el universo del balón cual gambeta: estrepitoso, fuerte y con cadencia, inesperado, vehemente y con una genialidad equiparable sólo con el ritmo del bossa nova.

La vida después de Francia 

Tras aquel escalofriante episodio de convulsiones un día antes de la final y el haber deambulado como fantasma por el césped de Saint-Denis, Ronaldo, el “Fenómeno” que había deslumbrado al orbe futbolístico quería continuar con el balón y claro, sonreír. Sin embargo, las páginas que estarían por escribirse, posiblemente, hayan sido las más dolorosas a lo largo de su carrera. 

La temporada 1998-99 representaba el poder darle la vuelta a la página y dejar atrás los fantasmas. Fue así que Ronie retornó al Inter de Milán con la intención de conquistar la Serie A, pero los títulos con el cuadro nerazzurro parecían negarse; cara bastante distinta con la verdeamarelha, pues Ronaldo se consagró campeón de la Copa América 1999 en la que, además, compartió el título de goleo (5) con su compatriota Rivaldo.

Más allá de su indiscutible genialidad, el artillero brasileño también estaba en la búsqueda de recuperar confianza en sí mismo, pues parecía haberlo abandonado. Y es aquí donde incluso el tan cuestionado destino le jugó en contra. 

Todo inició el 21 de noviembre de 1999, en el juego (jornada 10) entre Inter vs. Lecce. Un partido que, hasta el minuto 49, no resultaba tener mayor complicación para los nerazzurri, pues para aquellos minutos ya contaban con un marcador favorable de 5-0. Sin embargo, más allá de los goles, todo terminó por complicarse, especialmente para Ronaldo. 

Al minuto 58, el Fenómeno recibió una falta por detrás en medio campo, parecía algo intrascendente, ni siquiera cayó al césped, pero salió del juego y ya no regresó. ¿El diagnóstico? Se rompió parcialmente el tendón rotuliano de la rodilla derecha. Se pronosticaba su baja durante seis meses. La solución fue el quirófano.

Un proceso acelerado

La expectativa por el retorno de Ronaldo resultaba obvia, no sólo por la necesidad del Inter de Milán de contar con su ariete, sino también por la selección brasileña, pues la primera Copa del Mundo del siglo XX1, Corea-Japón 2002, estaba cerca.

El ansiado regreso a la cancha se dio el 12 de abril de 2000, tan sólo transcurrieron cuatro meses y 20 días desde la lesión. Pisó de nuevo el césped en un marco espectacular y con un escenario que resultaba más que ideal para Ronie: el juego de ida de la Copa Italia. El Inter de Milán visitó el Olímpico de Roma, en donde la Lazio fungió como anfitriona. 

El marcador mostraba un 2-1 a favor de los locales cuando Ronaldo ingresó a la cancha al minuto 58 por Adrian Mutu. Tocó algunos balones y de inmediato se notó su presencia, pues los futbolistas del cuadro lazial hicieron absolutamente todo para evitar que recibiera el balón con comodidad; cortaron espacios; quedó claro que la marca resultaría férrea. Sin embargo, el 9 nerazzurro se veía con temor para hacer aquello que sólo le era posible a él: galopes incansables que, junto a sus dribles descomunales, le permitían evadir rivales con una naturalidad inverosímil e hipnotizar la redonda. 

En lugar de aquella valentía inquebrantable para encarar, Ronaldo desperdigó temor, aunque resultaba obvio tras regresar de una lesión grave y de una recuperación que, en perspectiva, incluso resultaba acelerada. El Fenómeno sólo pudo estar en la cancha durante seis minutos, pues la tragedia lo abrazó.

Tras recibir un pase al minuto 64 por parte de Iván Zamorano, Ronaldo tomó la redonda y por un instante quiso ser el de antes y fue directamente a encarar al zaguero Fernando Couto. El brasileño condujo el balón e intentó driblar, pero simplemente cayó al césped dos segundos después, se rompió. 

¿El retiro?

La imagen resulta conmovedora, a pesar de haber pasado ya 23 años. Ronaldo yace en el suelo; gritando; llorando; tomándose la rodilla derecha con las dos manos mientras estaba en posición fetal; los futbolistas de la Lazio fueron los primeros en alzar los brazos para pedir el auxilio del cuerpo médico. Durante aquellos instantes futbolistas de ambos equipos formaron un círculo alrededor suyo. Ya en la camilla, por la imagen televisiva se ve a más de uno llevarse las manos a la cabeza, quizás compartiendo un poco del dolor por el que estaba transitando Ronaldo. 

“No lloraba por el dolor, sino por las dudas que tenía de si volvería a jugar futbol”. Confesó Ronaldo en 2020 en una entrevista que concedió a Jorge Valdano.

Las imágenes de Diego Simeone acercándose al nacido en Río de Janeiro para consolarlo, así como las de Christian Panucci tomándose la cabeza ante la escena, son un ejemplo claro del dolor y esperanza. Ronaldo se rompió completamente el tendón rotuliano de la rodilla derecha. Tenía 23 años cuando ocurrió esto. Los días siguientes a la lesión tan sólo pueden describirse como incertidumbre. 

“Si te operamos, con suerte podrías volver a caminar. Pero volver a jugar al futbol, imposible”, fueron algunos de los comentarios que Ronaldo recibió de algunos médicos y que recuerda en la entrevista otorgada a Valdano.

Comenzar de nuevo

La nueva lesión a la que se enfrentaba Ronaldo incluso resultaba un campo nuevo para la medicina, pues no había historial de cómo recuperarse de algo así. Pero más allá de los comentarios y recomendaciones que recibió, decidió no darse por vencido y, tal vez, encontrar una posibilidad de recuperarse y volver a tener el balón a sus pies. Y la respuesta la halló en París, con el médico cirujano ortopédico Gérard Saillant.

“Los milagros no existen. Necesita por lo menos ocho meses de recuperación antes de volver a jugar y aún así tampoco puedo decir, ni yo ni nadie, que volverá a jugar", explicó Gérard Saillant, médico que operó a Ronaldo, al diario Marca en el año 2000.

Tras la cirugía y con un corte de 25 cm en su rodilla derecha, el futbolista comenzó un camino doloroso hacia la recuperación. Ronie carecía de flexión, por lo que tuvo que realizar ejercicios que le permitieran retomarla. Hasta antes de los primeros ocho meses tan sólo podía flexionar su rodilla 45°, después aumentó a 90 y terminó en 135.

"Fue un auténtico calvario. Una época muy dura. Mi familia, los fisios y los médicos me animaron a perseverar, y valió la pena. Además, fui padre por primera vez en aquellos días y esto supuso para mí un estímulo importantísimo. El nacimiento de mi hijo Ronald me dio las fuerzas que necesitaba para soportar aquella tortura interminable", comenta Ronaldo a Jorge Valdano.

¿Por qué sufrió de lesiones?

Durante su entrevista con Valdano, comentó que cuando sufrió esta lesión se preguntó: “¿Por qué esto me está pasando? Pensaba que podrían haber sido los entrenamientos, pero terminé por descartarlos. No había una base científica para comprobar esto”. Incluso, confesó que tras la final de la Copa del Mundo en Francia 1998 comenzó a sufrir de tendinitis.

El excoordinador de la lucha antidopaje de la Confederación Brasileña de Futbol (CBF) Bernardino Santi compartió al diario AS en 2008 su opinión respecto a este tema: "Toda la culpa es del PSV Eindhoven. En los Países Bajos le dieron anabolizantes a Ronaldo cuando apenas era un niño (tenía 18 años de edad). El resultado fue que su musculatura acabó siendo incompatible con la estructura ósea de su rodilla".

A estas declaraciones, Bernardino añadió: "He hablado con colegas neerlandeses, personas que conocen bien a los hombres del PSV. No he podido hablar directamente con los médicos del club. Le suministraban vitaminas a Ronaldo porque cuando llegó era muy delgado (llegó al club en 1994). Pero junto a estas sustancias había anabolizantes que pudieron hacerle crecer más de lo que estaba previsto. Los efectos de los esteroides pueden aparecer hasta 20 años después de su uso".

Voto de fe

Ronaldo tenía claro que no quería dejar el futbol y, además, tampoco quería perderse la oportunidad de ser convocado para el Mundial, por lo que durante un año y nueve meses se dedicó por completo a recuperarse. Por increíble que pareciera, logró el alta médica el 8 de marzo de 2001 y regresó a un campo de manera oficial el 4 de noviembre; 1 año, 6 meses y 21 días después. Además, por irónico que resulte, su retorno fue contra el Lecce.

Y pese a los cuestionamientos de la opinión pública, Luiz Felipe Scolari depositó su confianza en Ronaldo. Brasil enfrentó en un partido amistoso a Serbia y Montenegro el 27 de marzo de 2001 y Ronie jugó 45 minutos, mismos que le valieron para que su nombre apareciera en la lista final de convocados que asistirían a Corea-Japón.

Si bien la aceleración en corto, así como el encarar a sus rivales con su caótica habilidad de fantasía y sus goles imposibles no desaparecieron, Ronaldo limitó su campo de acción, por lo que sus maratónicas corridas sin tregua hacia el arco terminaron por convertirse en pasado. Su fortaleza física pasó a ser cuestionada y con justa razón, pues se desconocía si realmente había superado las lesiones, más allá de lo que el alta médica dictaminó. Él era una duda y Brasil una incógnita.

Nuevo look

El camino que Ronaldo recorrió junto con Brasil en este cotejo mundialista dejó números irreprochables. En fase de grupos venció 2-1 a Turquía, ganó 4-0 a China y se sobrepuso 5-2 ante Costa Rica. En octavos de final se impuso 2-0 a Bélgica. Para cuartos, batió 2-1 a Inglaterra. Llegados a semifinales, se midió de nueva cuenta ante la selección Turca, a la que ganó 1-0. Hasta esa instancia, Brasil anotó en 16 ocasiones, de los cuales seis tantos fueron de Ronaldo; el combinado nacional recibió 4 goles, llegó invicta a la final. 

"Estoy por debajo del nivel de mi equipo. Aún me faltan partidos de ritmo y mejorar el estado físico, pero ha sido especial volver a marcar en un Mundial". Ronaldo en entrevista para el diario Marca tras el primer partido frente a Turquía en Corea-Japón 2002.

La sorpresa, por increíble que parezca, tras la victoria de Brasil frente a los turcos en la semifinal no fue el marcador, sino el nuevo corte con el que Ronaldo saltó a la cancha. Años después, el mítico 9 del Scratch de Ouro reveló el motivo por el que decidió cambiar de look.

“Mi ingle estaba sufriendo, me encontraba a 60% de mis posibilidades. Todo el mundo hablaba sobre mis problemas físicos, por lo que decidí que durante el Mundial se hablara de otro tema, mi corte de pelo", mencionó Ronaldo.

Cambio de guion

El conjunto verdeamarelha se mediría el 30 de junio en la final ante la selección alemana. Pero antes de que culminara el guion de esta obra mundial, Ronaldo previno que, como cuatro años antes, existiera un prólogo sorpresivo y dramático. El ariete cambió sus rutinas y no realizó la siesta previa a la final, recordando el escalofriante episodio de convulsiones en Francia 1998.

“Tenía mucho miedo de que me pasara lo mismo que cuatro años atrás. Estuve caminando por todo el hotel y platiqué con cualquiera que me encontrara. No me di la chance de dormir para que no me sucediera algo”, confesó Ronaldo a Jorge Valdano.

Es así que el ariete que había deslumbrado al orbe del balón y que no paraba de sonreír, buscaba, por fin, conquistar el mundo. Sin embargo, para tal proeza, antes debía medirse ante uno de los mejores arqueros de la historia y que, además, fungía como capitán de la selección teutona, Oliver Kahn.

Los ojos del orbe no hicieron más que mirar una batalla directa entre las máximas figuras de cada selección, por un lado der Titan y en el otro o Fenômeno. La antítesis por naturaleza: uno intentando profanar el arco, mientras que el otro lucharía hasta el límite por evitarlo.

La gesta se decantó a favor del artillero brasileño, quien logró su cometido no sólo en una ocasión, sino en dos. Aunque después se supo que Kahn se lastimó sus dedos meñique y anular tras un choque con Gilberto Silva al minuto 51 de aquel partido; jugó lesionado, pero su orgullo no le permitió dejar la cancha. No se sabrá si fue o no la decisión correcta, pues es claro que durante ese momento ningún portero podía haberle hecho frente a Ronaldo más que él.

La pizarra terminó con un 2-0 a favor de Brasil. El 9 brasileño, Ronaldo Luís Nazário de Lima, anotó los dos tantos (al minuto 67 y al 79), mismos con los que logró la Bota de Oro del certamen, pues sumó ocho goles totales. Al minuto 90, Scolari rindió un homenaje a Ronie y lo sustituyó, Denilson entró en su lugar, toda la afición en el estadio internacional de Yokohama se rindió ante él. 

“A falta de cinco me cambia. Y yo ya estando en el banquillo me acuerdo de toda la película de los últimos dos años, donde tuve obstáculos muy grandes delante y que los superé y que tuve mucha fuerza. Comencé a llorar como un niño”, comenta Ronaldo a Valdano.

El Fenómeno alzó la Copa del Mundo. Inexplicable cómo pudo contra todo lo que se presentó ante él desde Francia 1998. Aunque estaba claro que él estaba acostumbrado a sobrepasar los límites de la realidad. Ronaldo y su redención.

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