Ten�a el libro en la estanter�a de pendientes desde un tiempo considerable. Siempre lo iba postergando, �Qu� si algunas compras m�s recientes!, �Qu� si otros libros acumulados!� Hubo un tiempo que me adentr� bastante en los cl�sicos, sobre todo en la �poca del Instituto, la Universidad e inmediatamente posterior. Despu�s, como a todos nos ha pasado, creo yo, te vas abriendo a nuevos autores y propuestas diferentes y acudir a los cl�sicos se torna m�s lejano. Pero por fin encontr� el momento para �l y, ciertamente regresar a un cl�sico, es una garant�a de calidad de escritura, independientemente del tema tratado.
Pero creo que para hablar del libro conviene detenerse un poco en la vida de Stendhal y su �poca, para comprender en mayor medida esta magna obra.
Tenemos que considerar, en primer lugar, al siglo XIX, como uno de los per�odos m�s turbulentos que han tenido lugar en Francia.
En 1815 tiene lugar la derrota del Imperio
Napole�nico dando paso a la Restauraci�n con la subida al trono de Luis XVIII.
Tras sucesivas revueltas, la Monarqu�a Constitucional fracasa y la Rep�blica Democr�tica no se sostiene, dando lugar a la Revoluci�n de 1830. Sube al trono Luis Felipe I, dando paso de nuevo a una Monarqu�a Constitucional. Adquiere importancia la burgues�a, que releva a una nobleza venida a menos. Pero la burgues�a solo se preocupa de s� misma, sin tener en cuenta a las clases populares.
El malestar popular culmina con la Revoluci�n de febrero de 1848.
Se destierra la monarqu�a y se proclama la Segunda Rep�blica. Se constituye un gobierno provisional donde el poeta Lamartine cobra importancia. Se instituye el sufragio universal, se suprime la esclavitud y se establece la libertad de prensa. Pero el gobierno provisional se ve incapaz de mantener las promesas.
La Revoluci�n de junio de 1848 pondr� fin a esta utop�a. La direcci�n de la Rep�blica correr� a cargo de Luis
Napole�n Bonaparte, suponiendo un nuevo triunfo del bonapartismo que Stendhal, bonapartista declarado, ya no lleg� a ver.
Stendhal prospera con
Napole�n. Despu�s, sobrevive con pocos recursos econ�micos teniendo a partir de 1830 cierta estabilidad con el consulado de Civitavecchia aunque es condenado al ostracismo y la soledad.
En la etapa post
napole�nica, la sociedad no le acepta y viceversa. Curiosamente en este per�odo produce su mejor obra.
Por supuesto, ese clima de crispaci�n de finales de 1820, est� de alg�n modo, reflejado en la obra. En cuanto al tema principal viene a ser, simplificando, la ascensi�n social del joven hijo de un carpintero de provincias, de nombre, Julien Sorel.
En lo tendente al t�tulo de la novela, coexisten diferentes hip�tesis.
Una hip�tesis posible, ser�a que el rojo podr�a hacer referencia al uniforme
napole�nico. Si bien en su mayor�a es azul, tiene algunas partes rojas. Pero tambi�n podr�a ser el rojo de la sangre en la batalla, donde para Julien, sus conquistas amorosas suponen una confrontaci�n. �l color negro podr�a aludir a la sotana del seminarista.
Otro posible significado estar�a relacionado con el juego de la ruleta, donde la bola caprichosamente puede emplazarse en la casilla roja o en la negra.
Una alternativa interpretaci�n ser�a pol�tica, en este caso reflejar�a el enfrentamiento durante el reinado de Carlos X, entre liberales (rojo) y la Congregaci�n o clase sacerdotal (negro).
La obra en cuanto a estilo, podemos encuadrarla en un Realismo Rom�ntico. Anticipa, por tanto, el Realismo propiamente dicho, que tendr� su punto �lgido durante la segunda mitad del siglo XIX.
La obra se estructura en torno a la realidad, pero tiene un componente rom�ntico muy acusado: tenemos los temas de la heroicidad y el ensalzamiento de la figura de
Napole�n que tanta repercusi�n tuvieron en el movimiento Rom�ntico. No olvidemos que Stendhal estuvo enrolado en las filas
napole�nicas. En cuanto al individualismo, el �yo�, no es propiamente en la obra, Rom�ntico; tiene un componente social propio del Realismo. El personaje est� influido por el entorno social. Se produce un juego dial�ctico entre el �yo� de Sorel y la realidad. de fondo estar�a tambi�n el tema pol�tico, con una tendencia m�s jacobina que liberal en Stendhal.
El autor para elaborar su obra tuvo presentes unos casos reales acaecidos. Por un lado, el caso del joven Antoine Berchet, hijo de un artesano con pocos recursos. Entra en un seminario por sus capacidades y es acogido por una familia burguesa. Se enamora de la se�ora que cuenta con 36 a�os de edad. Pierde el empleo. Es acogido por otra familia y se enamora de la hija, volviendo a perder el empleo. Se inspira tambi�n en el caso del ebanista Lafargue, que asesina a su amante y es condenado a 5 a�os de prisi�n.
Como podemos observar, el itinerario de Sorel es similar. En cuanto a Mathilde de la Mole, tom� como modelo a Mary de Neuville, sobrina de un ministro de Carlos X. La joven se fuga a Inglaterra con el secretario de su padre.
Stendhal se sent�a fascinado por estos casos turbulentos pasionales.
El eje de la obra, por tanto, se articula en torno al joven Julien Sorel. Es hijo de un carpintero. Tanto su padre, dado que su madre falleci�, como sus hermanos; lo menosprecian. Es de complexi�n delgada y parece poco dotado para trabajos manuales, pero en cambio tiene una agudizada capacidad intelectual. le gustan los libros y su padre, analfabeto, considera que pierde el tiempo:
�Julien estaba leyendo. Nada le resultaba m�s antip�tico al anciano Sorel; podr�a haberle perdonado quiz� la complexi�n delgada, poco apta para los trabajos de fuerza y tan diferente de la de sus hermanos mayores; pero aborrec�a esa man�a por la lectura; �l no sab�a leer.�
La novela pr�cticamente transcurre en la peque�a provincia de Verri�res. El parroco, Chelan, facilita la entrada en el Seminario de Sorel. A su vez, le consigue un empleo como preceptor de los hijos del matrimonio burgu�s, R�nal, dada su condici�n de latinista.
A pesar de las reticencias del se�or R�nal, alcalde de Verri�res, Sorel comienza a ense�ar a los ni�os. Conocer a la se�ora R�nal supone un impacto para el joven. Es una mujer madura que dobla la edad de Julien, pero mantiene intacta la hermosura:
�Aquel tono tan dulce y casi suplicante en una se�ora tan hermosa le hizo olvidar de repente a Julien las consideraciones que deb�a exigir para su reputaci�n de latinista. Ten�a junto a s� el rostro de la se�ora de R�nal, not� el aroma de la ropa de verano de una mujer, cosa muy asombrosa para un pobre aldeano.�
Aparece entonces otro de los personajes destacados de la obra: la se�ora de R�nal. Se destaca su casamiento temprano con un hombre bastante mayor que ella, donde todo parece indicar un matrimonio de conveniencia:
�La se�ora de R�nal, rica heredera de una t�a beata, casada a los diecis�is a�os con un caballero tradicional y de buena cuna, no hab�a ni visto ni sentido nunca en la vida nada que se pareciera ni de lejos al amor.�
Es una mujer ingenua y sensible. Con su marido se aburre y solo parece estar centrada en la educaci�n de sus tres hijos. La llegada de Julien, supone un revulsivo para ella.
Julien desprecia a la gente adinerada. Tiene la ambici�n de ascender en el escalaf�n social para demostrar a la gente su val�a.
Se plantea cortejar a la se�ora de R�nal, practicando la hipocres�a, es decir, mentir en cuanto a sus verdaderas intenciones. Ve la empresa de enamorar a la mujer como una conquista, como si fuera una batalla a cargo de
Napole�n, por el que siente fascinaci�n, al igual que Stendhal; quien formo parte de sus tropas y junto a su reinado tuvo su �poca de esplendor.
Por avatares, que es mejor que descubra el lector, Julien entra a trabajar de secretario en casa del marqu�s de la Mole. Aparece en escena una tercera protagonista que irrumpe con fuerza a partir de la mitad de la obra: Mathilde de la Mole, hija del marqu�s. Es una joven de 19 a�os, ingeniosa, lectora, como Julien, entre otros, de Voltaire:
�Pero Julien sab�a de buena tinta que ten�a siempre en su cuarto uno o dos tomos de los m�s filos�ficos de Voltaire. �l tambi�n robaba con frecuencia algunos tomos de esa hermosa edici�n tan espl�ndidamente encuadernada. al espaciar un poco los tomos ocultaba la ausencia del que se llevaba; pero no tard� en caer en la cuenta de que hab�a otra persona que le�a a Voltaire.�
Mathilde se podr�a decir, que es muy similar a Julien. Es un torbellino. Es temida por los pretendientes dada su inteligencia y mordacidad:
�La se�orita de la Mole miraba a los j�venes franceses con esa expresi�n de profunda seriedad que ninguna de sus rivales pod�a imitar� Aquella mirada singular halagaba a los poco inteligentes, pero inquietaba a los dem�s. Tem�an el estallido de alguna frase aguda y de dif�cil respuesta.�
Mathilde se aburre con las visitas que acuden a su casa. Stendhal critica ese comportamiento tan comedido de los nobles de ese tiempo.
Tanto Julien como Mathilde son fuerzas de la naturaleza. Ambos establecer�n una pugna sin tregua.
Julien desprecia a los nobles. �l es orgulloso y ve o parece creer en comportamientos humillantes hacia su persona. Habr�a que decir, sin embargo, que el se�or de la Mole lo considera por sus cualidades, como un hijo y como tal, lo trata.
Hay que mencionar la figura del narrador. Un narrador omnisciente que no duda en establecer un v�nculo entre Julien y el lector. Trata al protagonista como �nuestro h�roe�, debido a su complicidad con �l. Igualmente, establece un acercamiento con nosotros, los lectores. Pongamos como ejemplo este fragmento tan ingenioso:
��Porque, lector m�o, una novela es un espejo que pasea por el camino real! Ora refleja, para que lo vea usted, el azul del cielo, ora el cieno de los barrizales del camino. �Y llamar� inmoral al hombre que lleva el espejo en su cu�vano? �Su espejo muestra el cieno y usted acusa al espejo! �Acuse m�s bien al camino real donde est� el barrizal y, m�s a�n, al inspector de carreteras, que deja que el agua se estanque y se forme ese barrizal!�
Estamos ante un libro de aventuras, donde la condici�n amorosa estructura la obra. La se�ora de R�nal, representa el amor sensible, un amor sin ego�smo; en cambio, en Mathilde el amor es m�s cerebral, debati�ndose entre su amor por Sorel y el orgullo de clase. Pero Stendhal no desde�a la cr�tica con un componente sat�rico y a lo largo de la obra refleja la sociedad anterior a la Revoluci�n de Julio de 1830. Deja notar su anticlericalismo, su rechazo de la burgues�a que solo busca mejorar su posici�n; la cr�tica a los liberales que no dudan en cambiar sus ideales por obtener privilegios. Observamos en cambio, una defensa del hero�smo de los nobles del Antiguo R�gimen, de los ideales jacobinos y bonapartistas.
Por �ltimo, destacar la maestr�a de Stendhal en el retrato de personajes. Los dos personajes principales femeninos est�n ejemplarmente perfilados; haciendo de perfecto contrapunto de un personaje literario imperecedero: Julien Sorel. Representa a millares de j�venes de condici�n humilde de su �poca, cuyas �nicas salidas eran ingresar en un Seminario o alistarse en el ej�rcito. Sorel ambiciona doblegar su destino. Hacerse respetar por las clases privilegiadas, mostrando su orgullo de manera permanente. Pero Sorel, como humano que es, alberga luces y sombras. Observaremos su lado m�s violento a la par que sensible. Pero, �No deviene su car�cter oscilante acaso, en la adversidad de un medio que le ha tocado padecer?
Editorial: Alba, Edici�n 2014
Colecci�n: Cl�sica Maior
Traducci�n:
Mar�a Teresa Gallego Urrutia
Enlace:
https://queridobartleby.es/s..