Rojo y negro - Henry Beyle Stendhal - Babelio
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ISBN : 8491050531
704 p�ginas
Editorial: PENGUIN CL�SICOS (15/10/2015)

Calificaci�n promedio : 4.15/5 (sobre 70 calificaciones)
Resumen:
Nacimiento, ascensi�n y ca�da de un h�roe, Julien Sorel. sentimientos encontrados finamente descritos por Henri Beyle, Stendhal, en una de las novelas clave del siglo XIX: el amor que se transforma en amor propio, la pasi�n en ambici�n, la generosidad, el entusiasmo, la hipocres�a... 1824-1830. Francia, la gran mu�idora de la Europa decimon�nica: un antiguo r�gimen que se resiste a morir tras el vuelco que supuso la Revoluci�n francesa, una iglesia romana que no qu... >Voir plus
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Cr�ticas, Rese�as y Opiniones (19) Ver m�s A�adir una cr�tica
rafaperez
 24 June 2022
M�s feliz que una perdiz inici� la lectura de este cl�sico all� por el siglo XV antes de Cristo.
Hasta la fecha ning�n escritor franc�s de la �poca me hab�a decepcionado, pero para casi todo hay una primera vez.

Stendhal consigue un abrumador efecto sopor�fero muy versado y bien escrito. Me he aburrido como cien reba�os de ovejas negras y rojas.

Su narrativa, pese a la gran calidad que posee, no me conducen por los senderos de la admiraci�n sino por el abismo del tedio.
�Qu� hombre m�s pesado!

La novela tiene buenos mimbres e intenciones:
Julien Sorel, joven pobre como las ratas y con un solo talento, medrar� en el fascinante mundo burgu�s.

La hipocres�a de ese casposo c�rculo har� que nuestro protagonista progrese, con tal de que no trabaje para el rival de su perceptor.

Nada importa su falta de aptitudes o que se acueste con su mujer, al contrario, se asume como un coste a�adido para evitar que su burgu�s competidor no se haga con los servicios de Sorel.

En su primera parte, Stendhal nos habla de este ascenso, de sus amor�os, del perfil pro napole�nico y de la baja estima que Julien muestra por cualquier cosa que no sea el mismo.

En definitiva, una presentaci�n de protagonista y su entorno, con mucha iron�a y cr�tica hacia la �poca y las clases establecidas. Incluido el clero.

La segunda parte del libro sigue la din�mica de prosa exquisita y de darle cientos de vueltas al mismo asunto sin que nada m�s all� de mis bostezos ocurra.
600 p�ginas despu�s el autor espabila, las ovejas despiertan y el libro se precipita al drama que todos queremos. Stendhal deja de ser marciano y renace en la genial escritura francesa del XIX.

Como todo en la vida, entiendo que haya fieles que disfruten en el barro del autor, yo puesto a ensuciarme prefiero otros lodos m�s fluidos.

Lo que cuenta es muy digno e interesante, pero como lo hace me ha provocado infinitas digestiones pesadas.

Eso s�, la calidad literaria es incuestionable, pero no solo de palabras bien colocadas, se alimenta mi alma.

Lo mejor fue cerrar el libro y colocarlo en la estanter�a. Pertenece a una colecci�n de tapas muy coloridas que decoran con buen gusto mi biblioteca.

Tanta paz lleves.
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entresomnis
 03 November 2022
Aunque se trata de un cl�sico de la literatura francesa, de este libro no esperaba mucho y, en cambio, me he llevado una grata sorpresa al descubrir una novela muy entretenida y divertida, con pocas partes densas, que se deja leer muy bien.

Obra cumbre de Stendhal que se lleva su fama por tratarse de una historia enmarcada en la sociedad francesa post-napole�nica del S-XIX, mostr�ndonos en ella unos momentos de gran confusi�n y deriva, tanto moral como ideol�gica, adentr�ndose as� en el realismo, pero con aspectos todav�a t�picos del romanticismo. Pasiones desenfrenadas, reacciones exageradas y mucha tragicomedia, aunque enfocada desde la iron�a, con un sentido del humor con el que el narrador se dirige al lector, buscando su complicidad.

Adem�s representa una gran cr�tica hacia los diferentes estamentos de la sociedad, sobretodo de la aristocracia y el clero. Ahondando en la gran hipocres�a y falsedad en la que se mov�an, para conseguir aquello que socialmente se esperaba de cada uno.

Julien Sorel, nuestro protagonista, se presenta como un ser ambicioso, orgulloso, inseguro, torpe y desconfiado, pero con el claro objetivo de conseguir progresar socialmente a costa de lo que sea necesario. Un personaje excelentemente perfilado que, aunque seguramente no se ganar� la simpat�a del lector, conseguir� su comprensi�n y resultar� ser un gran personaje, con un crecimiento psicol�gico que mostrar� a trav�s de los mon�logos internos, donde sus pensamientos y sentimientos a menudo contradictorios ser�n expuestos. Resultar� as� ser una obra de gran importancia, pionera como novela psicol�gica.

Los deseos de poder lo llevar�n a iniciarse a una vida eclesi�stica, aunque su carisma de joven conquistador le facilitar� las m�s tortuosas aventuras con damas de la aristocracia, con las que tambi�n podr�a conseguir escalar socialmente, pero que lo pondr�n ante grandes dudas y contradicciones.

Una novela llena de dualidades que como bien indica el t�tulo se mover� entre la pol�tica y el clero, las ideas liberales y la aristocracia, la pasi�n y la espiritualidad, la hipocres�a y la honestidad, el amor y la ambici�n.

Un gran cl�sico que, aunque no pase a situarse entre mis favoritos, lo he disfrutado mucho.
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Queridobartleby
 24 September 2021
Ten�a el libro en la estanter�a de pendientes desde un tiempo considerable. Siempre lo iba postergando, �Qu� si algunas compras m�s recientes!, �Qu� si otros libros acumulados!� Hubo un tiempo que me adentr� bastante en los cl�sicos, sobre todo en la �poca del Instituto, la Universidad e inmediatamente posterior. Despu�s, como a todos nos ha pasado, creo yo, te vas abriendo a nuevos autores y propuestas diferentes y acudir a los cl�sicos se torna m�s lejano. Pero por fin encontr� el momento para �l y, ciertamente regresar a un cl�sico, es una garant�a de calidad de escritura, independientemente del tema tratado.

Pero creo que para hablar del libro conviene detenerse un poco en la vida de Stendhal y su �poca, para comprender en mayor medida esta magna obra.

Tenemos que considerar, en primer lugar, al siglo XIX, como uno de los per�odos m�s turbulentos que han tenido lugar en Francia.

En 1815 tiene lugar la derrota del Imperio Napole�nico dando paso a la Restauraci�n con la subida al trono de Luis XVIII.

Tras sucesivas revueltas, la Monarqu�a Constitucional fracasa y la Rep�blica Democr�tica no se sostiene, dando lugar a la Revoluci�n de 1830. Sube al trono Luis Felipe I, dando paso de nuevo a una Monarqu�a Constitucional. Adquiere importancia la burgues�a, que releva a una nobleza venida a menos. Pero la burgues�a solo se preocupa de s� misma, sin tener en cuenta a las clases populares.

El malestar popular culmina con la Revoluci�n de febrero de 1848.

Se destierra la monarqu�a y se proclama la Segunda Rep�blica. Se constituye un gobierno provisional donde el poeta Lamartine cobra importancia. Se instituye el sufragio universal, se suprime la esclavitud y se establece la libertad de prensa. Pero el gobierno provisional se ve incapaz de mantener las promesas.

La Revoluci�n de junio de 1848 pondr� fin a esta utop�a. La direcci�n de la Rep�blica correr� a cargo de Luis Napole�n Bonaparte, suponiendo un nuevo triunfo del bonapartismo que Stendhal, bonapartista declarado, ya no lleg� a ver.

Stendhal prospera con Napole�n. Despu�s, sobrevive con pocos recursos econ�micos teniendo a partir de 1830 cierta estabilidad con el consulado de Civitavecchia aunque es condenado al ostracismo y la soledad.

En la etapa postnapole�nica, la sociedad no le acepta y viceversa. Curiosamente en este per�odo produce su mejor obra.

Por supuesto, ese clima de crispaci�n de finales de 1820, est� de alg�n modo, reflejado en la obra. En cuanto al tema principal viene a ser, simplificando, la ascensi�n social del joven hijo de un carpintero de provincias, de nombre, Julien Sorel.

En lo tendente al t�tulo de la novela, coexisten diferentes hip�tesis.

Una hip�tesis posible, ser�a que el rojo podr�a hacer referencia al uniforme napole�nico. Si bien en su mayor�a es azul, tiene algunas partes rojas. Pero tambi�n podr�a ser el rojo de la sangre en la batalla, donde para Julien, sus conquistas amorosas suponen una confrontaci�n. �l color negro podr�a aludir a la sotana del seminarista.

Otro posible significado estar�a relacionado con el juego de la ruleta, donde la bola caprichosamente puede emplazarse en la casilla roja o en la negra.

Una alternativa interpretaci�n ser�a pol�tica, en este caso reflejar�a el enfrentamiento durante el reinado de Carlos X, entre liberales (rojo) y la Congregaci�n o clase sacerdotal (negro).

La obra en cuanto a estilo, podemos encuadrarla en un Realismo Rom�ntico. Anticipa, por tanto, el Realismo propiamente dicho, que tendr� su punto �lgido durante la segunda mitad del siglo XIX.

La obra se estructura en torno a la realidad, pero tiene un componente rom�ntico muy acusado: tenemos los temas de la heroicidad y el ensalzamiento de la figura de Napole�n que tanta repercusi�n tuvieron en el movimiento Rom�ntico. No olvidemos que Stendhal estuvo enrolado en las filas napole�nicas. En cuanto al individualismo, el �yo�, no es propiamente en la obra, Rom�ntico; tiene un componente social propio del Realismo. El personaje est� influido por el entorno social. Se produce un juego dial�ctico entre el �yo� de Sorel y la realidad. de fondo estar�a tambi�n el tema pol�tico, con una tendencia m�s jacobina que liberal en Stendhal.

El autor para elaborar su obra tuvo presentes unos casos reales acaecidos. Por un lado, el caso del joven Antoine Berchet, hijo de un artesano con pocos recursos. Entra en un seminario por sus capacidades y es acogido por una familia burguesa. Se enamora de la se�ora que cuenta con 36 a�os de edad. Pierde el empleo. Es acogido por otra familia y se enamora de la hija, volviendo a perder el empleo. Se inspira tambi�n en el caso del ebanista Lafargue, que asesina a su amante y es condenado a 5 a�os de prisi�n.

Como podemos observar, el itinerario de Sorel es similar. En cuanto a Mathilde de la Mole, tom� como modelo a Mary de Neuville, sobrina de un ministro de Carlos X. La joven se fuga a Inglaterra con el secretario de su padre.

Stendhal se sent�a fascinado por estos casos turbulentos pasionales.

El eje de la obra, por tanto, se articula en torno al joven Julien Sorel. Es hijo de un carpintero. Tanto su padre, dado que su madre falleci�, como sus hermanos; lo menosprecian. Es de complexi�n delgada y parece poco dotado para trabajos manuales, pero en cambio tiene una agudizada capacidad intelectual. le gustan los libros y su padre, analfabeto, considera que pierde el tiempo:

�Julien estaba leyendo. Nada le resultaba m�s antip�tico al anciano Sorel; podr�a haberle perdonado quiz� la complexi�n delgada, poco apta para los trabajos de fuerza y tan diferente de la de sus hermanos mayores; pero aborrec�a esa man�a por la lectura; �l no sab�a leer.�

La novela pr�cticamente transcurre en la peque�a provincia de Verri�res. El parroco, Chelan, facilita la entrada en el Seminario de Sorel. A su vez, le consigue un empleo como preceptor de los hijos del matrimonio burgu�s, R�nal, dada su condici�n de latinista.

A pesar de las reticencias del se�or R�nal, alcalde de Verri�res, Sorel comienza a ense�ar a los ni�os. Conocer a la se�ora R�nal supone un impacto para el joven. Es una mujer madura que dobla la edad de Julien, pero mantiene intacta la hermosura:

�Aquel tono tan dulce y casi suplicante en una se�ora tan hermosa le hizo olvidar de repente a Julien las consideraciones que deb�a exigir para su reputaci�n de latinista. Ten�a junto a s� el rostro de la se�ora de R�nal, not� el aroma de la ropa de verano de una mujer, cosa muy asombrosa para un pobre aldeano.�

Aparece entonces otro de los personajes destacados de la obra: la se�ora de R�nal. Se destaca su casamiento temprano con un hombre bastante mayor que ella, donde todo parece indicar un matrimonio de conveniencia:

�La se�ora de R�nal, rica heredera de una t�a beata, casada a los diecis�is a�os con un caballero tradicional y de buena cuna, no hab�a ni visto ni sentido nunca en la vida nada que se pareciera ni de lejos al amor.�

Es una mujer ingenua y sensible. Con su marido se aburre y solo parece estar centrada en la educaci�n de sus tres hijos. La llegada de Julien, supone un revulsivo para ella.

Julien desprecia a la gente adinerada. Tiene la ambici�n de ascender en el escalaf�n social para demostrar a la gente su val�a.

Se plantea cortejar a la se�ora de R�nal, practicando la hipocres�a, es decir, mentir en cuanto a sus verdaderas intenciones. Ve la empresa de enamorar a la mujer como una conquista, como si fuera una batalla a cargo de Napole�n, por el que siente fascinaci�n, al igual que Stendhal; quien formo parte de sus tropas y junto a su reinado tuvo su �poca de esplendor.

Por avatares, que es mejor que descubra el lector, Julien entra a trabajar de secretario en casa del marqu�s de la Mole. Aparece en escena una tercera protagonista que irrumpe con fuerza a partir de la mitad de la obra: Mathilde de la Mole, hija del marqu�s. Es una joven de 19 a�os, ingeniosa, lectora, como Julien, entre otros, de Voltaire:

�Pero Julien sab�a de buena tinta que ten�a siempre en su cuarto uno o dos tomos de los m�s filos�ficos de Voltaire. �l tambi�n robaba con frecuencia algunos tomos de esa hermosa edici�n tan espl�ndidamente encuadernada. al espaciar un poco los tomos ocultaba la ausencia del que se llevaba; pero no tard� en caer en la cuenta de que hab�a otra persona que le�a a Voltaire.�

Mathilde se podr�a decir, que es muy similar a Julien. Es un torbellino. Es temida por los pretendientes dada su inteligencia y mordacidad:

�La se�orita de la Mole miraba a los j�venes franceses con esa expresi�n de profunda seriedad que ninguna de sus rivales pod�a imitar� Aquella mirada singular halagaba a los poco inteligentes, pero inquietaba a los dem�s. Tem�an el estallido de alguna frase aguda y de dif�cil respuesta.�

Mathilde se aburre con las visitas que acuden a su casa. Stendhal critica ese comportamiento tan comedido de los nobles de ese tiempo.

Tanto Julien como Mathilde son fuerzas de la naturaleza. Ambos establecer�n una pugna sin tregua.

Julien desprecia a los nobles. �l es orgulloso y ve o parece creer en comportamientos humillantes hacia su persona. Habr�a que decir, sin embargo, que el se�or de la Mole lo considera por sus cualidades, como un hijo y como tal, lo trata.

Hay que mencionar la figura del narrador. Un narrador omnisciente que no duda en establecer un v�nculo entre Julien y el lector. Trata al protagonista como �nuestro h�roe�, debido a su complicidad con �l. Igualmente, establece un acercamiento con nosotros, los lectores. Pongamos como ejemplo este fragmento tan ingenioso:

��Porque, lector m�o, una novela es un espejo que pasea por el camino real! Ora refleja, para que lo vea usted, el azul del cielo, ora el cieno de los barrizales del camino. �Y llamar� inmoral al hombre que lleva el espejo en su cu�vano? �Su espejo muestra el cieno y usted acusa al espejo! �Acuse m�s bien al camino real donde est� el barrizal y, m�s a�n, al inspector de carreteras, que deja que el agua se estanque y se forme ese barrizal!�

Estamos ante un libro de aventuras, donde la condici�n amorosa estructura la obra. La se�ora de R�nal, representa el amor sensible, un amor sin ego�smo; en cambio, en Mathilde el amor es m�s cerebral, debati�ndose entre su amor por Sorel y el orgullo de clase. Pero Stendhal no desde�a la cr�tica con un componente sat�rico y a lo largo de la obra refleja la sociedad anterior a la Revoluci�n de Julio de 1830. Deja notar su anticlericalismo, su rechazo de la burgues�a que solo busca mejorar su posici�n; la cr�tica a los liberales que no dudan en cambiar sus ideales por obtener privilegios. Observamos en cambio, una defensa del hero�smo de los nobles del Antiguo R�gimen, de los ideales jacobinos y bonapartistas.

Por �ltimo, destacar la maestr�a de Stendhal en el retrato de personajes. Los dos personajes principales femeninos est�n ejemplarmente perfilados; haciendo de perfecto contrapunto de un personaje literario imperecedero: Julien Sorel. Representa a millares de j�venes de condici�n humilde de su �poca, cuyas �nicas salidas eran ingresar en un Seminario o alistarse en el ej�rcito. Sorel ambiciona doblegar su destino. Hacerse respetar por las clases privilegiadas, mostrando su orgullo de manera permanente. Pero Sorel, como humano que es, alberga luces y sombras. Observaremos su lado m�s violento a la par que sensible. Pero, �No deviene su car�cter oscilante acaso, en la adversidad de un medio que le ha tocado padecer?


Editorial: Alba, Edici�n 2014

Colecci�n: Cl�sica Maior

Traducci�n: Mar�a Teresa Gallego Urrutia


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Gww
 16 March 2024
Cuando uno lee un libro y trata de reflexionar sobre la obra, lo hace inevitablemente desde esa perspectiva pasiva, como receptor del mensaje, int�rprete de lo le�do y siempre en funci�n de lo que ha sentido y elucubrado durante la lectura. Sin embargo, en demasiadas ocasiones olvidamos lo que realmente es el origen �ltimo del libro, su autor y el proceso de escritura del texto que nosotros leemos pero que antes alguien ha tenido que escribir.



Y es desde este punto de vista como podemos percibir en autores como Stendhal y libros como Rojo y Negro (Editorial Alba, traducido y anotado por Mar�a Teresa Gallego Urrutia) el inmenso goce de la escritura, el placer por demorar las tramas, reflexionar y agotar las exposiciones, reproducir las conversaciones incluso en sus repeticiones y circunloquios m�s prescindibles; los paisajes pintados con la misma minuciosidad que los rasgos de car�cter del protagonista o las tensiones entre los personajes.



As�, como es el caso, podemos adivinar el goce del autor al escribir y su en�rgica voluntad para no perder ese entusiasmo hasta la �ltima p�gina, y cuando todo ello va unido a una pasmosa facilidad por narrar de manera sencilla pero efectiva, directa pero elegante, fluida pero �ntima, nos encontramos ante una obra maestra.



Y todo ello sin que necesariamente el asunto tratado realmente nos atraiga de una manera especial o que los personajes susciten en nosotros una simpat�a que nos lleve a empatizar con sus desvelos. Incluso cuando desconocemos gran parte de los acontecimientos hist�ricos que subyacen a la trama y que tan importantes resultaban para el autor pero que en su d�a, no precisaban ser explicitados por resultar de com�n conocimiento a la fecha de la publicaci�n de la obra.



Comencemos por este punto. Tras la derrota de Napole�n en Waterloo, se produjo la restauraci�n en el trono de los Borrones, en la figura de Luis XVIII, sobrino del decapitado Luis XIV. A Luis, le sucedi� Carlos X. El extremismo de gran parte de sus partidarios, que lucharon por reducir a�n m�s la participaci�n de las clases burguesas en el gobierno, en un tiempo en el que el desarrollo industrial estaba comenzando a despegar, trajo una serie de tensiones entre los partidarios de una apertura, bien al modo de la monarqu�a brit�nica, bien al de un nuevo Napole�n, y quienes quer�an el regreso al Antiguo R�gimen.



Una serie de revueltas en Par�s durante tres d�as de 1830, fuerzan el derrocamiento de Carlos X y se entrona a Luis Fe�ipede Orleans como nuevo monarca, un rey burgu�s de ef�mero reinado.



Julien Sorel, el protagonista de Rojo y Negro, es hijo de un acaudalado carpintero de una poblaci�n inventada, Verri�res, en el Franco Condado. Sus escasas dotes para el trabajo f�sico y su despierta inteligencia le acercar�n a los estudios b�blicos y a una m�s que probable ordenaci�n, gracias al inter�s que se toma un sacerdote local. As�, merced a sus estudios de lat�n y teolog�a, pronto consigue el puesto de preceptor de los hijos del alcalde de la poblaci�n y comienza as� una carrera en la que se ver� de continuo catapultado a las m�s altas posiciones hasta formar parte del servicio del marqu�s de la Mole, a cuyas �rdenes realizar� diversas labores pol�ticas en favor del partido de la reacci�n.



Pero, pese a lo que podamos creer, Sorel realmente no parece en su fuero interno un ferviente seguidor de dicho bando. Antes bien, admira a Napole�n y lamenta no haber nacido unos a�os antes para haber formado parte de su ej�rcito y obtener as� la gloria. Con su elevada inteligencia y su desmesurada autoestima, no renuncia a esa fama y reconocimiento, si bien, en estos tiempos, deber� buscarla entre unas clases a las que desprecia en secreto, pero de las que tratar� de aprovecharse para medrar.










Sin embargo, no las desprecia hasta el punto de renunciar a sus ventajas ni, muy especialmente, a enamorarse y enamorar a las esposas fieles y devotas de sus se�ores. Se nos presenta as� el amor rom�ntico, casi un preludio de la literatura que estar� por llegar pocas d�cadas despu�s. Stendhal anticipa esa mezcla entre deber y deseo, hipocres�a y sinceridad, freno y pasi�n, que tantas obras repitieron a lo largo del siglo XIX.



Pero todo esto no deja de ser una sencilla suposici�n porque nada queda claro en el texto. En ocasiones podemos inclinarnos a pensar as�, en otras podemos creer que Sorel solo busca el amor en las mujeres que en su infancia le fue negado o que su ambici�n sin freno puede m�s que las razones del coraz�n, que sus conquistas son tan solo una herramienta m�s en su ego�sta vida y que, como el protagonista de la canci�n de los burgueses de Jacques Brel, �l es partidario, por encima de todo, de s� mismo.



Porque, si alg�n m�rito tiene este libro, �se es el de cerrar la �ltima p�gina y no tener una respuesta definitiva. Este Sorel nos sigue resultando tan inaprehensible como lo es nuestro vecino de arriba, al que vemos todos los d�as, del que conocemos gran parte de su vida pero del que no podemos decir con seguridad en qu� cree realmente. Algunos lo llaman novela sicol�gica pero, en realidad, es realismo simple y puro ya que todos deducimos la psique del pr�jimo tomando torpemente como referencia lo que afirman y sus actos, un acertijo que no suele tener forma de contraste.



�ste es el nudo gordiano de la novela sicol�gica, de Rojo y Negro, �se ir y venir entre un extremo y otro sin saber cu�l es la verdadera intenci�n, y todo ello pese a los alardes de di�logos interiores que, cuanto m�s extensos, m�s a confusi�n nos llevan. Y si alguien, llegado el final del libro, con el giro de acontecimientos de los �ltimos cap�tulos, cree aclarado el misterio, deber� antes bien meditar sobre las largas y apasionadas p�ginas que preceden y en cu�l de todas ellas se recoge el alma de Sorel, igual que ninguno de nuestros actos da testimonio completo de la nuestra.






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UnaiGoiko74
 16 August 2020
Rojo y negro�, ambientada en la Francia post napole�nica, cuenta las vicisitudes de Juli�n Sorel, un joven provinciano que, debido a varias coincidencias y avatares, ir� medrando en la sociedad, pasando de la serrer�a de su padre al palacio de un influyente arist�crata parisino. La novela se estructura en dos libros; cada uno de ellos representa un color, el rojo de la pasi�n y la vida en el campo y el negro de lo adusto, la seriedad de la vida cortesana parisina.

Juli�n es el hijo despreciado de un maderero de Verri�res; su padre le odia por la propensi�n del hijo a evadirse del trabajo y enfrascarse en lecturas que el padre considera in�tiles. Pero son esas lecturas, precisamente, las que propiciaran que el alcalde de la localidad, el se�or Renal, piense en �l como el preceptor de sus hijos.

De este modo Juli�n ir� ascendiendo en la escala social de esa localidad provinciana, si bien, en el fondo, �l sentir� un profundo desprecio hacia las clases aristocr�ticas y el desprecio o condescendencia que �stas demuestran hacia las clases �inferiores�. Ese desprecio nace de la influencia que en �l tuvo un antiguo m�dico del ejercito napole�nico que, retirado en Verri�res, insufl� los ideales revolucionarios en el adolescente Juli�n.

�Juli�n la mir� con ojos que reflejaban el m�s soberano desprecio.
La mirada dej� estupefacta a la se�ora Derville, pero habr�a sido mayor su asombro si hubiese podido adivinar su verdadera expresi�n, porque en ella hubiera le�do algo as� como una esperanza vaga de tomar venganza atroz. Probablemente los momentos de humillaci�n semejante a la que sufr�a Juli�n son los que han creado a los Robespierres.�

En la casa de los Renal, el joven preceptor vivir� un romance con la mujer del alcalde que propiciar�, al final, su marcha, inicialmente, a el seminario de Besan�on y, posteriormente, a Par�s. En Par�s, servir� como secretario de confianza del marqu�s de la Mole, y ser� testigo de excepci�n de la frivolidad y altaner�a de la alta sociedad parisina, a la cual llegar� a aborrecer con todas sus fuerzas. Herido en su orgullo por esa actitud hacia �l, decidir� conquistar a la bella hija del marqu�s. Finalmente, la aventura amorosa terminar� en tragedia.

Stendhal huye del romanticismo predominante en la literatura de su �poca y se adentra por la senda del realismo, al que en m�s de una ocasi�n hace alusi�n: �[�] No olvide usted, querido lector, que una novela es un espejo que se pasea por un ancho camino. Tan pronto refleja el cielo azul, como el fango de los lodazales del camino.� Ese espejo est� presente durante toda la narraci�n, y reflejar� tanto los paisajes exteriores, como los interiores del protagonista.

Otro aspecto que llama la atenci�n en cuanto al estilo de Stendhal es las continuas interpelaciones al lector, que propicia que nos sintamos m�s participes de la historia y m�s cercanos al narrador, el cual, tiene esa deferencia de tendernos la mano de tanto en cuanto:

�Aqu�, el autor hubiera querido poner una p�gina de puntos suspensivos. Eso ser�a quitarle gracia-objet� el editor-, y trat�ndose de un escrito tan fr�volo, la falta de amenidad es la muerte.
-La pol�tica-prosigue el autor- es una piedra atada al cuello de la literatura, y que, en menos de seis meses, la sumerge y ahoga.�

Rojo y negro� rezuma conciencia pol�tica. No hay que olvidar que Stendhal sirvi� a Napole�n y comparti� sus ideales revolucionarios. En cierto modo, Juli�n podr�a considerarse su alter ego. A lo largo de las p�ginas de la obra nos encontramos con muchas alusiones a la emergente lucha de clases de comienzo del siglo XIX.

�-Es preciso que haya en Francia dos partidos -prosigui� el Marqu�s de la Mole-; pero dos partidos no solamente de nombre: dos partidos bien claros, bien definidos. Sepamos a qui�n hay que aplastar. Por un lado, a los periodistas, a los electores, a la opini�n p�blica, en una palabra, a la juventud y a todo lo que la juventud admira. Mientras ella se aturde con el ruido de sus vanas palabras, nosotros tenemos la ventaja de consumir el presupuesto.�

�[�] El derecho natural no existe; esta palabra no es m�s que una anticuada sandez, digna del fiscal que dio caza el otro d�a y cuyos antepasados se enriquecieron gracias a una confiscaci�n decretada por Luis XIV. No puede existir el derecho si no lo apoya una ley y lo sanciona un castigo. Antes de la ley, no hay nada natural m�s que la fuerza del le�n o la necesidad del individuo que tiene hambre, que tiene fr�o; en una palabra, la necesidad�No, las gentes que pasan por honorables no son m�s que granujas que han tenido la suerte de no ser sorprendidos en flagrante delito.�

En conclusi�n, �Rojo y negro� deber�a de ser una lectura obligatoria en las escuelas de esta sociedad cada vez m�s neoliberal.

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Citas y frases (13) Ver m�s A�adir cita
Sai_Miluka_bibliophileSai_Miluka_bibliophile09 May 2024
Estoy aislado aqu�, en este calabozo; pero no he vivido aislado en el mundo; ten�a la potente idea del deber. El deber que me hab�a impuesto a m� mismo, con o sin raz�n� fue como el tronco de un �rbol s�lido en que me apoyaba durante la tormenta; vacilaba, me inmutaba.
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Sai_Miluka_bibliophileSai_Miluka_bibliophile09 May 2024
La persona a quien quise quitar la vida ser� la �nica que llore mi muerte sinceramente.
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Sai_Miluka_bibliophileSai_Miluka_bibliophile09 May 2024
Julien se notaba fuerte y resuelto como hombre que ve con claridad dentro de su alma.
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rafaperezrafaperez07 March 2023
La imprudencia de un pobre es r�pidamente castigada con la falta de pan.
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rafaperezrafaperez04 January 2023
Los regalos se dan al negligente a fin de estimular su celo.
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