- La Sexta emite este lunes a partir de las 22.30 horas la película 'El discurso del rey'.
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Antes de que el duque de Edimburgo, fallecido a los 99 años de edad, apareciese en la vida de la Isabel II, la reina ya había elegido al hombre de su vida. Era el rey Jorge VI, su padre, con quien mantuvo una relación muy especial a lo largo de su vida, convirtiéndose en una figura clave para ella. Un hombre que no estaba destinado a reinar, pero que asumió de forma abnegada su papel como monarca y que transmitió aquellas responsabilidades a Isabel.
Al padre de Isabel II se lo conoce por su tartamudez y por reinar tras la abdicación de su hermano. Sobre su llegada a la corona y sobre el trabajo que el futuro monarca tuvo que realizar para superar aquel problema en el habla trata la película El discurso del rey (2010), de Tom Hooper, ganadora de 7 premios Oscar y protagonizada por Colin Firth, Helena Bonham Carter y Geoffrey Rush.
La película se desarrolla durante 1926, época en la que el rey Jorge acude por primera vez a la consulta de Lionel Logue, un logopeda que fue fundamental para dominar su problema de habla. Aquel mismo año nacía su primera hija, Isabel, a la que llamaban “Lilibeth”.
El guion está escrito por David Seidler, quien sufrió tartamudez en su infancia, por lo que se sintió tremendamente identificado con la historia del rey Jorge VI. Comenzó a investigar sobre su vida y, a pesar de que no fuera fácil indagar en los pormenores del monarca así como así, logró sacar adelante esta historia.
El resumen de 'El discurso del rey'
El duque de York, Alberto, es el segundo hijo de Jorge V. Desde pequeño, tiene problemas de habla y su esposa Isabel lo anima a buscar una solución a su tartamudez, a pesar de que él se muestre reacio.
Finalmente accede y en Londres visita a Lionel Logue, un fonoaudiólogo australiano. A Alberto le sorprende que Logue, de buenas a primeras, pierda la cortesía ante su personalidad y lo llame Bertie. Además, le molesta que este se empeñe en indagar sobre su vida personal y sus pensamientos más profundos. Este método no convence al duque, y piensa que nada de lo que el profesional haga puede ayudarlo. Así que decide abandonar la consulta.
Pero la presión a la que lo somete su padre, comentándole la importancia que los discursos tienen para la monarquía moderna, Alberto se decide a volver a visitar a Logue. Eso sí, con la condición de que no profundice en su vida privada. Pero el fonoaudiólogo se da trazas para conseguir descubrir, poco a poco, la raíz del problema. Así, el heredero le cuenta los obstáculos a los que ha tenido que enfrentarse a lo largo de su vida: la muerte de su hermano, el maltrato que recibía por parte de su niñera, la tensa relación con su padre... Todo estos podrían ser los causantes de su tartamudez.
Con motivo de la declaración de guerra de Alemania en 1939, el monarca pudo realizar un discurso que sería escuchado en todo el Imperio, siempre con la presencia de Logue.
