ESPA�A
Monarqu�a

Expertos alertan sobre la coartada de S�nchez con su visita al Rey: "Convirti� un asunto personal en un asunto de Estado"

Aunque comunic� su decisi�n final al Jefe del Estado, constitucionalistas opinan que deja poco margen de actuaci�n al Monarca: "El Rey es un contrapeso a S�nchez"

El presidente del Gobierno, Pedro S�nchez, con Felipe VI, Jefe del Estado
El presidente del Gobierno, Pedro S�nchez, con Felipe VI, Jefe del EstadoBallesterosEFE
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Felipe VI fue la primera persona que ayer, despu�s de un periodo de reflexi�n de cinco d�as, conoci� la decisi�n final de Pedro S�nchez. El presidente del Gobierno lleg� al Palacio de la Zarzuela en torno a las nueve y cuarto de la ma�ana y entr� por la puerta de Valdemar�n. �Su objetivo? Comunicar al Rey que hab�a decidido seguir al frente del Ejecutivo. S�nchez le inform� el mi�rcoles de su decisi�n de reflexionar unos d�as y ayer quiso escenificar su relaci�n con la Jefatura del Estado en una visita que muchos interpretaron como un gesto de dimisi�n, pues se consideraba que no era necesario contarle en persona que seguir�a todo como estaba.

El art�culo 56.1 de la Constituci�n afirma que el Rey �arbitra y modera el funcionamiento de las Instituciones�. Pero las atribuciones reservadas para el Jefe del Estado est�n reguladas en el 62. En concreto, el apartado G afirma que Felipe VI �tiene que ser informado de los asuntos de Estado�. �Deb�a S�nchez trasladar esta decisi�n en persona?

�Se ha hecho bien en comunicar al Rey la decisi�n antes que al resto por cortes�a institucional�, opina Germ�n Teruel, profesor titular en Derecho Constitucional en la Universidad de Murcia vinculado a la Red de Estudios sobre las Monarqu�as Contempor�neas (REMCO). Disiente el tambi�n profesor titular de Derecho Constitucional de la Universidad de Cantabria y columnista de EL MUNDO Josu de Miguel, quien se muestra m�s cr�tico. Opina que �S�nchez ha convertido un asunto personal que habla de su mujer en un asunto de Estado�. Adem�s, cree que el presidente del Gobierno se toma poco en serio el papel de la jefatura del Estado, por m�s que esta vez le haya comunicado su decisi�n en persona. �Alguien que ha acabado haciendo los despachos por tel�fono muestra poco respeto institucional�. Seg�n su interpretaci�n de los dos art�culos citados anteriormente, el Monarca �tiene la auctoritas muy mermada por seguir al pie de la letra la Constituci�n�, aunque cumple el mandato que le indica la Carta Magna, le deja poco margen para actuar. �El Rey puede escuchar, advertir, opinar.... Me imagino que en la conversaci�n del mi�rcoles y en la reuni�n de ayer le record� sus deberes constitucionales, pero no puede hacer m�s�.

OPINI�N

Para Teruel, el problema est� en que S�nchez �est� desaprovechando el valor que tiene contar con un jefe del Estado como es el Rey, es una cuesti�n de saber entender las instituciones�. El constitucionalista explica que la funci�n del Rey de arbitrar y moderar se refiere a las �facultades latentes de animar, advertir y ser informado�. Es un papel que en una monarqu�a parlamentaria deja al Rey capacidad de actuaci�n �sin tener un papel coactivo ni bloqueante�. Para �l, S�nchez cumpli� ayer �sobre el papel� con la cortes�a de informar al Rey, pero no le permiti� cumplir con el art�culo 56: �Ha ido a Zarzuela con una decisi�n ya tomada, por lo que no le ha dado ninguna capacidad para analizar la situaci�n y escucharle. Tampoco creo que lo hiciera cuando adelant� las elecciones, le llam� para comunic�rselo, pero no con intenci�n de que Felipe VI 'arbitre y modere' la situaci�n�, opina. �Aunque no haya un mandato expreso, siempre hay que escuchar al Jefe del Estado�, sentencia.

Josu de Miguel recuerda que es �inaudito� que S�nchez haya intentado �involucrar al Rey� en su decisi�n. �Es que al Monarca no hay que molestarle para estas cosas, sino para lo que llamamos el mapa constitucional de crisis: cuestiones de confianza, dimisiones... pero no para decir que contin�as�. No est� de acuerdo Teruel, que opina que en el momento que se compromete la estabilidad de un Gobierno se convierte en un asunto de Estado. Felipe VI tiene muy limitado su papel por las funciones que previeron para �l, es por ello que De Miguel piensa que �el sistema actual [la monarqu�a parlamentaria] beneficia a la izquierda porque el Rey no puede hacer m�s cosas. Todo esto que ha pasado habr�a sido imposible en una rep�blica�, reflexiona.

Teruel recuerda que �no se puede tratar de comprender la posici�n del Rey aludiendo a la literalidad de las normas constitucionales�. El profesor titular recuerda que la Constituci�n de Italia reserva para el primer ministro las mismas atribuciones que para el Jefe del Estado espa�ol, sin embargo, all� ha habido situaciones en la que el primer ministro le ha bloqueado al presidente la elecci�n de un ministro. �En Espa�a, el Rey no har�a eso�.

Seg�n De Miguel, cuando los padres de la Constituci�n la redactaron, concibieron al Rey �m�s como un s�mbolo que alguien con fuerza para hacer pol�tica, y ahora nos encontramos que quien arbitra el funcionamiento de Espa�a se llama Waterloo�, afirma. Sin embargo, De Miguel tambi�n opina que �sin el Rey esto habr�a sido un desastre absoluto y habr�a ca�do el r�gimen constitucional� porque en estos diez a�os que han pasado desde la proclamaci�n, Felipe VI ha lidiado con una importante crisis pol�tica que le ha obligado a celebrar diez rondas de consultas y a convocar la repetici�n de elecciones generales. Una inestabilidad que ha reivindicado al Jefe del Estado como el �s�mbolo de unidad y permanencia� con el que lo define el principio del art�culo 56 de la Carta Magna.

Teruel lo tiene claro: �El Jefe del Estado es un contrapeso que demuestra que el presidente del Gobierno no lo puede todo. Su mujer no es la primera dama, lo es la Reina. Y sin ser el Rey un tutor del sistema parlamentario, en el espacio de encuentro el presidente deber�a, adem�s de informar al Jefe del Estado, no tomar decisiones sin escuchar su criterio�.