Reina Victoria

La reina Victoria de Inglaterra es una de las personalidades históricas más emblemáticas, pues no en vano ha dado nombre a todo un momento histórico. Si sientes curiosidad por cómo fue la infancia de la joven Victoria, si amó realmente a su marido, si uvo un affair con Abdul Karim o cuál fue su influencia política, aquí te contamos todo eso y mucho más. Sigue leyendo para conocer más sobre su vida, sus logros, sus preocupaciones e incluso sus amantes.

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La reina Victoria de joven

La reina Victoria de Inglaterra nació en la madrugada del 24 de mayo de 1819 en Kensington Palace, Londres. Lo hizo en el seno de una familai con gran historia en la realeza europea, pues por parte de padre pertenecía a la Casa de Brunswick y por parte de madre a la Casa de Sajonia-Coburgo y Gotha.

En aquél momento, aunque la joven Victoria podría haber fantaseado con llegar a ser la reina Victoria de Inglaterra, las cosas todavía no estaban nada claras.

Cuando nació la niña, el rey de Inglaterra era George III y el sucesor era el príncipe regente George, que posteriormente sería el rey George IV. El padre de Victoria, el príncipe Edward duque de Kent y de Strathearn, era el cuarto de sus hermanos por orden de nacimiento y, por tanto, también el cuarto en la línea de sucesión. Esto quiere decir que si cualquiera de sus tres tíos tenían desdencencia o si su propio padre tenía un hijo varón, Victoria no reinaría.

Foto del libro «V. R. I. : Queen Victoria, her life and empire» (1901).

Sin embargo, dicha situación cambió pronto.

Como decíamos, el principe regente George y su hermano Frederick, Duque de York, estaban por delante del padre de Victoria, pero eran personas mayores y, en principio, era improbable que tuviesen descendencia. William, Duque de Clarence, era el tercer hermano y también se situaba por delante del padre de la futura reina. El problema fue que, aunque William tuvo descendencia, sus hijas murieron en la infacia.

Por ello, poco después de nacer, cuando la princesa Elizabeth de Clarence murió en diciembre de 1820 y la niña victoria se convirtió en una más que probable candidata a llegar a ser reina, pues su padre había muerto tambíen en enero de ese mismo año (en aqué momento, la futura reina Victoria contaba solo con unos meses de edad). En vista de esto, su educación se orientó para prepararla ante tan importante papel. Se estima que la niña no tuvo claro que ella sería reina hasta los once años de edad, aunque por supuesto, es lógico pensar que se lo empezaría a plantear mucho antes.

La joven Victoria no tuvo una vida demasiado ostentosa en Kensigton Palace. Su mayor disfrute era montar un burro blanco que le había regalado su tío Frederick, el Duque de York. Sin embago, es muy probable que echara de menos el poder jugar con otros niños de su edad. Oportunidad que nunca tuvo. Una de las curiosidades que han trascendido de su infancia, es que al ser preguntada por su tía Adelaida de Sajonia-Meiningen, esposa del rey William IV, que qué quería hacer, la niña contestó que lo que más le gustaría es que la permitiese limpiar las ventanas.

Esto nos da una buena idea de cómo por muy reina que se esté destinada a ser, cuando se es una niña, se disfrutan cosas de niña.

Como curiosidad, el lector podría pensar que en el palacio real las ventanas deberían estar impolutas, pero en realidad bien hubieran agradecido la limpieza de la niña. El problema no era de falta de medios, sino de exceso de burocracia. El cuidado del palacio se encargaba a importantes nobles que generalmente tenían cosas más importantes que hacer que preocuparse de si las ventanas estaban limpias o no. De hecho, por lo que parece el encargado de limpiar las ventanas por fuera, era diferente y dependía de una persona diferente que el que tenía que limpiarlas por dentro.

Educación de la joven Victoria y cómo llegó al trono

En resumen, la reina Victoria llego al trono porque ni su padre, ni sus tres tíos tuvieron hijos varones.

A la muerte del Rey George III de Inglaterra, el sucesor fue George IV, que reinó durante 10 años. Lo cierto es que fueron 10 años malos para la imagen de la corona británica. George IV era famoso por sus amantes, sus comilonas y sus excesos con el alcohol (llegó a pesar más de 130 kg). A pesar de que era sabido que dejó muchos hijos ilegítimos, nadie puso en duda que su sucesor sería William IV.

William reinó durante siete años. Fue la persona de edad más avanzada en asumir el trono, pues lo hizo con 64 años. Inicialmente, recuperó la buena imagen de la monarquía, gracias a que llevó una vida mucho más ordenada que su hermano.

La madre de la reina Victoria, la princesa alemana Victoria of Saxe-Coburg-Saalfeld fue, de hecho, una persona de armas tomar. Su matrimonio con el padre de Victoria no fue el primero. Ya antes se había casado con el difunto príncipe de Leiningen a cuya muerte asumió la regencia del principado.

La reina Victoria de joven
La reina Victoria de joven.
Library and Archives Canada, C-130582 /

A la muerte del padre de Victoria, muchos esperaron (y seguramente desearon) que su madre volviera a Alemania. Sin embargo, ella prefirió quedarse para asegurarse de que la joven Victoria llegara a ser reina.

En realidad, la madre de Victoria tenía otras dos opciones.

  • Una, irse a Alemanía y dejar a Victoria en Inglaterra, lo cual descartó por razones obvias.
  • Otra, llevar a la futura reina a Alemania y educarla allí. Sin embargo, esta segunda opción le hubiera complicado mucho el reinado a su hija porque no es lo mismo gobernar habiendo sido educada en el lugar que se gobierna, que hacerlo en un lugar del que se sabe poco y, sobre todo, en el que la gente no te percibe como uno de los suyos.

Además, la madre de la reina Victoria, receló siempre mucho de los hermanos de su difunto marido. Con el rey William IV nunca tuvo buena relación, pero lo cierto es que él siempre demostró bastante cariño por la joven Victoria. De hecho, un discurso suyo en el que le pedía a Dios sobrevivir hasta que la joven Victoria alcanzase la mayoría de edad ocasionó un gran revuelo, ya que dicha petición se debía sobre todo a su deseo de que Victoria pasase a ser reina directamente, sin que la regencia pasase por su madre.

Fue una madre muy protectora y se la acusó de aislar demasiado a la niña. Trató de inculcar una moral estricta en su hija y limitó mucho los contactos con el resto de la familia. Por ejemplo, fue especialmente significativo cuando prohibió a su hija acudir a la coronación de su tío William IV, de quien la reina Victoria sería sucesora. Como decíamos antes, seguramente, fue en este momento cuando la joven reina Victoria empezó a asumir realmente que era muy probable que acabase reinando.

El sistema Kensington

La madre de la joven reina Victoria la aisló tanto cuando era niña, que incluso se ha bautizado a su forma de educarla como el sistema Kensington.

El sistema Kensington no fue otra cosa que evitar el contacto de la futura reina Victoria con el resto de su familia. Su madre solo le permitía estar con ella misma, Sir John Conroy y sus dos institutrices la baronesa Lehzen y la duquesa de Northumberland. Probablemente, el objetivo de esto fue hacer de la reina Victoria una persona altamente dependiente y fácilmente influenciable, pero como veremos más adelante fracasaron completamente, al menos en este aspecto.

Uno de sus profesores más emblemáticos, fue Mr.Davys. Como ya hemos dicho, es sabido que el rey William IV no se llevaba bien con la madre de la joven Victoria y pensaba que la niña no debería vivir tan aislada y estaría mejor en la corte. Por ello, envió un mensaje a la madre explicándole que la futura reina debería ser educada por una de las figuras más altas de la iglesia, en clara alusión a su deseo de cambiar a Mr.Davys como educador. Sin embargo, la respuesta de la madre fue que estaba muy satisfecha con el trabajo de Mr.Davys y que estaba de acuerdo con la sugerencia del rey por lo que sería conveniente que este ascendiera de posición a Mr.Davys hasta donde él considerara conveniente. Así fue como Mr.Davys se convitió en el Dean de Chester y obispo de Peterborough.

Al cumplir los once años, la madre de victoria silicitó al obispo de Londres, Charles James Blomfield, y al de Lincoln John Kaye, que comprobaran si la la niña estaba progresando adecuadamente. Tras conversar con ella y hacerla una especie de examen, elaboraron un informe positivo en el que se afirmaba que la joven Victoria mostraba un gran conocimiento de la religión cristiana, la historia de Inglaterra, geografía, artimética y gramática del latín. Afirmaban también explícitamente su recomendación de que la niña continuará con el mismo plan de educación y bajo la supervisión de la misma persona.

Durante su educación, la futura reina Victoria mostró interés por la pintura y el dibujo y, más adelante, quedó en evidencia que también le gustaba escribir, pues solía tomar nota de lo ocurrido en sus diarios. Puedes leer algunos extractos de su diario en www.royal.uk.

El control llegó a tal punto, que nunca se la permitía estar sola y tuvo que dormir con su madre en la misma habitación hasta su mayoría de edad. Según la BBC, su primera petición tras ser coronada fue una hora a solas. Poco después, expulsaría a Sir John Conroy de las estancias donde ella vivía.

La oposición del Duque de Cumberland

El Duque de Cumberland era tío de Victoria, pero al ser un hermano más joven que el padre de la futura reina, su posición iba por detrás de ella. Se sabe que incluso llegó a tantear oficiales militares sobre la posibilidad de que le ofrecieran su apoyo para proclamarse rey. Pero bien por lealtad a las reglas o bien por la simpatía que Victoria iba ganando entre la población, el Duque nunca encontró suficientes apoyos.

Se sabe también que en cierta cena y habiendo bebido demasiado hizo un brindis por el rey y por su heredero utilizando el pronombre his (él), al que el rey contestó después con otro brindis por su heredera usando el pronombre her (ella). De la misma manera, trató de hacer ver a Victoria como favorable al catolicismo y no al protestantismo.

Reinado de la reina Victoria

El reinado de Victoria marca la época victoriana y es uno de los mometos más prolíficos y de más influencia del Reino Unido de Gran Bretaña e Irlanda.

Su reinado comenzó el 20 de junio de 1837, siendo el primer ministro Lord Melbourne. Un año después, en 1838, las salvas de los cañones señalaron la salida de la reina hacia Westminster Abbey. Londres estaba a rebosar, los precios de los alquileres de las habitaciones por las nubes y el grito unánime del pueblo «God Save the Queen» dió a la coronación el ambiente perfecto. Se dice que tras la tensión del día, cuando volvió a casa, se relajó bañando a su perro, Dash, una prueba de lo humana que era esta niña tratada casi como una diosa.

La reina Victoria de Inglaterra fue la primera en establecer la residencia real en Buckingham Palace. Inicialmente, fue una reina muy popular, pero una polémica con Lady Flora Hastings a quien acusó de estar embarazada de su odiado Sir John Conroy, hizo que su popularidad sufriera enormemente cuando Lady Flora murió de un enorme tumor en el hígado y el noble lo hizo público. Si bien Victoria tenía razones para odiar a Sir John Conroy, eso no maquilla el hecho de que obligase a Lady Flora a hacerse una prueba de embarazo contra su voluntad.

Durante el reinado de Victoria, había dos partidos politicos: los Whighs y los Tories. Para que nos entendamos, los whighs eran liberales, mientras que los tories eran más conservadores. Ya sea por ideología política o porque el líder tory, Lord, Melbourne, se mostró como un leal consejero para la reina, lo cierto es que la reina, siempre apoyó a este político.

En 1839, con el apoyo de los radicales, los Tories provocaron la dimisión de Lord Melbourne. Aunque se trataba de un reinado democrático, la influencia de la reina en el gobierno era mayor que la que podemos ver en los reinados democráticos de hoy en día. Al parecer, era costumbre que el primer ministro señalara los miembros de la Casa Real entre sus aliados y sus esposas. La reina Victoria rechazó que sus amigas, esposas de políticos Whigs, tuvieran que abandonar la casa real.

Aunque para nosotros la cuestión de las esposas pudiera parecer baladí, en la sociedad de la época no lo era. Que la reina Victoria apareciera rodeada por las esposas de los políticos en la oposión, enviaba un claro mensaje diciendo que la reina no apoyaba al gobierno actual. Por supuesto, esto generó una crisis política. De hecho, finalmente, provocó la dimisión del primer ministro tory para que Lord Melrbourne volviese al poder.

Un año después, en 1840, se casó con el príncipe Albert of Saxe-Coburg and Gotha. Inicialmente, Victoria estaba más motivada por el hecho de que al casarse podría por fin separarse definitivamente de su madre que por el propio matrimonio, pero conforme fue conociendo mejor a Albert, parece que surgió verdadero amor entre los monarcas.

Medalla conmemorativa de la boda de la reina Victoria
Medalla conmemorativa de la boda de la reina Victoria
Foto de Joe deSousa

Reina Victoria y Alberto

Trials we mut have, but what are they, if we are together?

(Debemos tener dificultades, pero ¿qué serán si estamos juntos?)

La reina Victoria a su marido Alberto en su decimocuarto aniversario.

El cine nos ha mostrado la relación entre la reina y su marido de forma algo idealizada, pero la historia nos da ciertos detalles de la realidad. Victoria y Alberto se conocieron en la infancia pues eran primos. El tío de la reina, Leopoldo II de Bélgica, hermano de su madre, insistió en la conveniencia del matrimonio entre la pareja. Sin embargo, al principio, la joven Victoria fue reacia. No lo fue porque no le agradara Alberto, sino porque, precisamente, ambos eran demasiado jóvenes. La reina declaró que Alberto debía estudiar inglés y formarse más para que, llegado el momento, pudieran casarse y él ser un buen rey para Inglaterra, y Alberto lo aceptó como unas exigencias razonables.

La reina Victoria y Alberto se casaron el 10 de febrero de 1840 en St James’s Palace. La imagen que tenemos de este matrimonio, es un poco la que Victoria quiso que tuviésemos. Especialmente tras la muerte de Alberto, la reina se dedicó a fomentar la idea de un matriomonio enamorado, propio de un cuento.

No podemos saber hasta qué punto fue así. Alberto, lejos de ser el clásico príncipe azul que atendía todas las llamadas de su esposa, en ocasiones demostró cierto despotismo, aunque se debe ver este con la perspectiva de la época. En aquellos tiempos, el papel de la mujer era muy sumiso respecto a su esposo.

Por ejemplo, Alberto, quitó a la baronesa Lehzen la gestión de los asuntos privados de la casa real, para ser él quien los llevara, a pesar de la buena amistad que la dama tenía con la Reina Victoria. Lo cierto es que, en general, el cambio se notó para bien porque Alberto llevo a cabo una necesaria renovación.

Cuando la reina Victoria dio a luz a su primer hijo ese mismo año de 1840, lógicamente no pudo seguir con el mismo ritmo de trabajo y Alberto estuvo encantado de ayudarla con las tareas de gobierno. Comenzó a asisitir a las reuniones de ministros y, básicamente, se convirtió en el máximo representante de Victoria.

Para los críticos, de alguna manera, Alberto consiguió lo que la madre de Victoria había intentado, aislarla, pero esta vez sin enfados por parte de la reina. Alberto sugirió que la vida privada de la familia estuviese menos conectada a los asuntos de gobierno, de los que él podría encargarse. Según los más críticos de su figura, algo muy conveniente sin duda, para poder hacer lo que quería sin consultar a nadie.

De hecho, es destacable y hasta cierto punto sorprendente que el parlamento le nombrara regente, de modo que si la reina hubiese fallecido, habría sido él, un extranjero, el que tomase el cargo.

Al menos publicante, la reina nunca mostró malestar por ese cambio de roles. Al fin y al cabo, lo que se esperaba de una mujer en la época victoriana, era que cuidase de la casa, no de su país.

Entre muchas otras labores, se sabe que Alberto introdujo reformas en la fuerza naval, estudió e intervino en tratados comerciales internacionales entre Inglaterra y otros países e incluso hay quienes dicen que tuvo un papel primordial para evitar una guerra entre Inglaterra y Estados Unidos debido a problemas diplomáticos derivados de la Guerra de Secesión.

Que Alberto aportó cosas al país es un hecho que no se puede negar. Fue un hombre activo, con inquietudes que participó ampliamente en la vida pública acudiendo a inauguraciones e incluso liderando proyectos como la primera exposición universal.

Los historiadores suelen remarcar que mientras la reina Victoria era apreciada por la mayoría de los miembros de la casa real, Alberto era considerado demasiado frío y dominante. No podemos pasar por alto, el hecho de que Alberto no fuese inglés y quizá los historiadores estuviesen barriendo para casa, ya que el hecho de que lo hicieran regente, parece indicar lo contrario.

No todo fue un camino de rosas. Parece que tras el nacimiento de sus últimos hijos, Victoria sufrió depresiones postparto. Tenía cambios de humor y en ocasiones se comportaba violentamente. Alberto, ese marido ejemplar, no la apoyó, sino que puso tierra de por medio.

Según Jane Ridley, Alberto le escribió duras cartas que seguramente no la ayudaron a restablecer su ánimo:

“If you are violent I have no other choice but to leave you… and retire to my room in order to give you time to recover yourself, then you follow me to renew the dispute and have it all out,”

«Si eres violenta, no tengo más elección que dejarte…y retirarme a mis estancias para darte tiempo para recuperarte, después búscame para volver a discutirlo y dar el asunto por terminado,»

Victoria (Penguin Monarchs): Queen, Matriarch, Empress. Jane Ridley

No podemos decir que la reina Victoria y Alberto no se amasen, pero fueron una pareja real con problemas reales y la presión añadida de la gran responsabilidad que tenían. Las parejas idílicas, mejor las dejamos para los cuentos de amor victorianos.

Durante su convicencia con su marido, el reinado de Victoria de Inglaterra no estuvo exento de problemas. En 1845 tuvo que afrontar la gran hambruna irlandesa debido a la plaga de la patata, debido a la cual falleció más de un millón de iralndeses y otro millón tuvo que emigrar. Políticamente, durante su reinado, Inglaterra se acercó a Francia y juntos lucharon, por ejemplo, en la Guerra de Crimea (1853-1856).

Finalmente, la historia de la reina Victoria y Alberto terminó el 14 de diciembre de 1860 con la muerte de este debido a unas fiebre tifoideas.

Victoria sufrió mucho con la muerte de su marido, comenzó a vestir de negro en señal de luto, se recluyó principalmente en Windsor Castle, Osborne House y Balmoral Castle y ganó muchísimo peso. Pese a estar recluida, la reina siguió trabajando en los asuntos burocráticos que la concernían, pero minimizó sus apariciones publicas.

Esta desaparición pública dañó su imagen, especialmente entre aquellos que se beneficiaban de ellas. Por ejemplo, lo notó la industria del vestido, especialmente en el Londres, ya que los bailes y recepciones de la reina suponían auténticos picos en la demanda.

Los hijos de la reina

Victoria de Inglaterra tuvo nueve hijos:

  • Victoria
  • Eduardo VII
  • Alicia
  • Alfredo
  • Helena
  • Luisa
  • Arturo
  • Leopoldo
  • Beatriz

Si quieres saber más sobre ellos, no dejes de consultar nuestra página específica sobre los hijos de la reina Victoria

Los amantes de la reina

Es complicado hablar de los amantes de la reina sin miedo a equivocarse porque tanto sus detractores en la era victoriana, como el cine y la literatura posteriormente, han estado interesados en que lo que pudieron ser simples relaciones de amistad, llegaran a concebirse por el público como algo más. En cualquier caso, cuando se habla de los amantes de la reina Victoria, hay dos nombres que destacan por encima de los demás en la polémica:

John Brown

La relación de la reina Victoria con John Brown dio lugar a muchas habladurías y aunque no podemos afirmar que fueran amantes, de los hombres con los que se relacionó a la reina este es con el que es más probable que hubiera algo, ya que en diversas ocasiones mostraron gran complicidad.

Brown fue un sirviente escocés nacido en 1826, por tanto apenas siete años más joven que Victoria. Llamó la atención de la reina por su físico y su trato informal.

Se dice que el Reverendo Norman Macleod afirmó en su lecho de muerte haber oficiado una boda privada entre la reina y John Brown. Nunca ha podido probarse, pero muchos le han dado credibilidad a la historia.

Lo que sí sabemos sin lugar a dudas es que la reina escribió sobre él en varias ocasiones y siempre con halagos que parecen ir más allá del agradecimiento a un sirviente fiel. También es conocida una anécdota en la que trasladándose en carro fuera de Londres, les alcanzó la noche, pero eso no fue impedimento para que los curiosos quisieran ver a la casi mítica reina Victoria. Uno de ellos, se acercó resuelo al carruaje con una linterna y se cuenta que lo único que pudo ver fue la cara enfadad de John Brown. Si no fueron amantes, podemos decir sin lugar a dudas que al menos fueron buenos amigos y tuvieron un trato peronal muy cercano.

Brown murió en 1883 dejando a la reina muy afectada. Tras su muerte, Victoria quiso publicar algunos extractos de su diario de entre 1862 y 1882. En la dedicatoria decía:

«To My Loyal Highlanders, and especially to the memory of my devoted personal attendant, John Brown».

Para mis leales escoceses de las Tierras Altas y especialmente a la memoria de mi fiel asistente personal John Brown.

Fuente: Victoria (1884). Helps, Arthur (ed) More Leaves from the Journal of a Life in the Highlands from 1862 to 1882. Página 15. London: Smith, Elder & Co.

Nunca lo olvidaría. De hecho, a su muerte, la fue enterrada con un anillo de la madre de Brown que él la había regalado, así como otros recuerdos del escocés. Un nuevo indicio que parece sugerir que tuvieron algo más que una cercana amistad.

La reina Victoria y Abdul

Se le conoció como «the Munshi» aunque su verdadero nombre fue Mohammed Abdul Karim. Se trataba de un sirviente que junto con un compañero se encargaba de servir el desayuno a la reina. En un momento dato, Victoria quiso apender Urdu para poder atender mejor la visita de unos nobles de la India.

A la reina le gustó el trato con Abdul y ordenó que se le ayudase a mejorar su inglés. Cuando lo hizo, ambos empezaron a conversar y Abdul le explicó a la reina que tenía formación como para ser algo más que un simple camarero.

Entre ellos surgió una gran amitad y la reina le nombró encargado de todos los sirvientes hindús de la casa real.

Abdul aprovechó su influencia en la reina para mejorar social y económicamente, algo que por supuesto suscitó envidias y muchos dimes y diretes. El racismo tampoco ayudó y Abdul tuvo que afrontar muchos desplantes y desprecios. En opinión de la reina inmerecidos, pues trataba bien a los sirvientes y era muy educado. Pero es difícil saber hasta qué punto se aprovechaba de su nueva posición de poder o simplemente sufría un acosos injusto. No era poco habitual que personas simpáticas y afables con la reina, fuesen luego soberbias y antipáticas con los demás.

No faltaron rumores diciendo que la reina Victoria y abdul fueran amantes, pero parece poco probable vista la edad de la reina. Nuestra humilde opinión es que Victoria disfrutaba aprendiendo la cultura de una de sus colonias más importantes y que hizo buena amistad con su profesor.

Muerte de la reina Victoria

Fotografía de Soham Banerjee

Pasaron los años y la salud de la reina Victoria se fue deteriorando. Se sabe que debido a los dolores que le provocaba el reumatismo se movía por palacio en silla de ruedas. También tuvo que pedir que se le entregaran los informes con tintan negra y trazado grueso porque su vista ya no era la misma.

Victoria murió el 22 de enero de 1901 con 81 años y fue sucedida por su hijo Edward VII.

Su reinado fue el más largo hasta que lo superase Isabel II. Marcó un de las épocas más emblemáticas para el Reino Unido y uno de los momentos más evocados por escritores, directores de películas y todo tipo de artistas.

Su físico no fue ni mucho menos impresionante y aun así, su gran personalidad consiguió convertirla en una de esas figuras históricas que nunca se olvidarán.

Fue enterrada en Windsor en el Frogmore Royal Mausoleum que ella misma mandó construir. En las puertas del mauselo dice:

Adiós bienamado, aquí al fin descansaré con vos, con vos en Cristo me levantaré de nuevo.

Farewell best beloved, here at last I shall rest with thee, with thee in Christ I shall rise again.

https://www.royal.uk/

Vídeos interesantes sobre la reina Victoria

Vídeo de la Agencia Efe que repasa resumidamente la vida adulta de la reina mientras presenta una exposición del palacio de Kensington a propósito del bicentenario del nacimiento de la reina.

Películas sobra la Reina Victoria

Tráiler de la película La Reina Victoria, dirigida por Jean-Marc Vallée, sobre la vida de la jovern Victoria y su relación con Albert. Puedes comprarla en español aquí.

Tráiler de Su majestad Mrs Brown, dirigida John Madden , sobre la relación de victoria con John Brown. Puedes comprarla en español aquí.

Victoria & Abdul

Dirigida por Stephen Frears y protagonizada por Judith Dench y Ali Fazal es una película entrañable que muestra una relación entre los dos personajes seguramente idealizada. Sin embargo, eso no quita que sea una película útil para ver cómo era a vida de la reina ya a una edad avanzada, mientras disfrutamos de buen cine.

Puedes comprarla en español aquí.

Trailer de Victoria y Abdul:

Curiosidades sobre la reina Victoria

  • Durmió con su madre hasta los 18 años.
  • Durante la coronación le pusieron un anillo en el dedo equivocado y tardó una hora en quitárselo.
  • En sus primeros días como reina, tras presidir una reunión con los ovispos y salir honorablemente de la estancia, echó a correr por el pasillo sin darse cuenta de que la puerta por la que había salido era de cristal.
  • Fue la primera monarca en establecer la residencia real en Buckingham Palace.
  • Victoria podría haber heredado el trono de los Hanover, pero la ley sálica hizo que no fuera posible.
  • Era capaz de hablar inglés, alemán, francés, italiano y latín.
  • Tras ver demasiado polvo en un armario, escribió su nombre en el polvo con el dedo y como al día siguiente el polvo y el nombre seguían ahí, escribió el nombre de la encargada de limpiarlo. La pobre chica cuando lo vio salió corriendo, pero la reina mandó ir a buscarla y no tuvo consecuencias mayores.
  • Sobrevivió a 8 intentos de asesinato.
  • No hizo viaje de luna de miel. Pasaron cuatro días libres de trabajo en el Castillo de Windsor.
  • Escribió un libro sobre la vida de Alberto titulado «Leaves from the Journal of Our Life in the Highlands«.

Fuentes sobre la Reina Victoria