¿Qué tienen los monarcas en la cabeza?

Todas las casas reales europeas tienen coronas en sus palacios, pero solo una la usa de vez en cuando

Isabel II con la corona Imperial del Estado en junio de 1953.

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Son grandes, aparatosas. No se portan ni se usan, pero existen. Se sacan en casos muy especiales, en ocasiones serias y dignas. Forman parte de lo que en latín se llaman iura regalia, los símbolos del poder. La espada, el cetro y, el que nos ocupa, la corona. Son propiedad del soberano y pasan al heredero cuando este asume el cargo. Combinan el valor económico –joyas y materiales– con el simbólico y el histórico. Y aún queda ** una reina** que, a veces, la lleva en la cabeza.

La corona Imperial del Estado de Reino Unido.

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Corona Imperial del Estado

Todos los años, cuando se inaugura el año en el Parlamento Británico, Isabel II llega tocada por una de las joyas estrella de la colección de su familia real: la corona Imperial del Estado. Con 30 centímetros de alto y casi un kilo de peso, fue forjada para la coronación de la reina Victoria en 1838. En 1937 fue reparada por los joyeros reales y en 1953 se ajustó a la cabeza de Isabel II. La primera corona que llevó este nombre fue hecha en 1660 para la restauración el rey Carlos II, de la casa Estuardo.

Cómo no, la versión actual está llena de piedras preciosas, con más de 2.800 diamantes, 270 perlas, 17 zafiros, 11 esmeraldas, cinco rubíes... En la cruz central luce el zafiro de San Eduardo, que supuestamente lleva en la colección de la familia real desde 1042. Otra joya importantes es el zafiro Stuart, de 104 quilates, y situado en la parte trasera de la corona. Se cree que es el mismo que Jaime II, cuando dejó el país en 1688 en la Revolución Gloriosa, portó con él. Tiempo después, un agente lo compró.

Pero la joya de la corona Imperial del Estado el diamente Cullinan II. En 1905, un diamante de 3.106 quilates, más de medio kilo, fue minado en una villa cercana a Pretoria, Sudáfrica. De acuerdo a la encicopledia Británica , la provincia de Transvall, al norte del país africano, se lo regaló a Eduardo VII en 1907. Se talló en nueve piedras grandes y más de un centenar pequeñas por la firma holandesa I.J. Asscher and Company. La más grande de todas, la Cullinan I, llamada la Gran Estrella de África, con 530 quilates, está en el cetro inglés. La segunda, la Cullinan II, de 317 quilates, está adherido a la base de la corona.

Corona Real de España

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Corona Real de España

Hasta después de la coronación de Felipe VI, cuando la corona ha sido expuesta en el Palacio Real, había muy pocas oportunidades de ver este símbolo de la monarquía de España. La última fue en 1980, cuando se trasladarón a El Escorial los restos de Alfonso XIII, hasta entonces en un cementerio de Roma. No se usa como corona, sino que junto con un bastón de mando convertido en cetro sirven de símbolo durante las subidas al trono y otros eventos regios.

Llamada corona tumular, el blog The Court Jeweller explica que, algo poco habitual en las monarquías europeas, está forjada en plaza sobredorada, con un diámetro y alto de 40 centímetros y un peso que no alcanza el kilo. Se cree que fue realizada en 1775 por el platero real Fernando Velasco por encargo de Carlos III para el funeral de su madre, la reina regente Isabel de Farnesio, segunda esposa del primer Borbón que regió España, Felipe V.

La base de la corona está decorada con los símbolos heráldicos de los reinos de Castilla, León, Granada, Parma, Tirol y las flores de lis de los Borbones. Su valor estimado, al margen del histórico, es de 1.200 euros. Hay que aclarar que en España los reyes no se coronan desde la Edad Media, sino que se proclaman. Juan I de Castilla, en el siglo XIV, fue el el último rey en ser coronado frente a los principales estamentos del territorio.

Corona de Christian V, símbolo de la monarquía danesa.

Casa Real de Dinamarca.
Corona de Christian V de Dinamarca

La última corona usada por los reyes daneses es la de Christian V. Fue usada junto con los otros símbolos –el cetro, el orbe, la espada y la ampolla– en las coronaciones de los reyes absolutistas, desde 1670 a la muerte de Christian VIII en 1848. Forjada por Paul Kurtz , un joyero alemán, se inspiró en la corona de Luis XIV de Francia. Pesa más de dos kilos y tiene varias joyas engarzadas. Dos grandes zafiros, diamantes, un rubi cabujón... Es símbolo ya no se usa en las coronaciones, solo en las capillas ardientes, cuando se coloca en un cojín a los pies del cadáver real.

El rey Haakon IV y la reina Maud de Noruega en 1905.

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Corona Real de Noruega

Oro de 20 quilates, perlas, joyas engarzadas. Seis amatistas en forma de cruz en el tope, sobre una esfera de esmalte azul con estrellas de oro. En su superficie, perlas, más amatistas, un topacio, una alejandrita. En el frente, una enorme turmlina verde, regalo del cónsul de Brasil al rey Carlos III Juan. Con 20 deslumbrantes centímetros de alto y un peso de 1,5 kilos, así es la corona de Noruega, creada en 1818 por el joyero Olof Wihlborg.

Tras la coronación en 1906 de Haakon IV y la reina Maud de Gales, se quitó de la constitución el requisito de la coronación en sí, pasando también a una formula de proclamación. Eso sí, cuando Harald V y la reina Sonja fueron consagrados como monarcas en 1991, el símbolo estaba sobre el altar. Normalmente se exhiben en la catedral de Nidaros .

El rey Oscar II de Suecia.

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Corona de Eric XIV de Suecia

La más antigua, una auténtica superviviente a los robos, decapitaciones y revoluciones, la corona del rey Eric XIV fue forjada en 1561 para su conoración. Cohetáneo de Isabel I de Inglaterra y Felipe II de España, este monarca de la ** dinastía Vasa** fue depuesto tras una década de reinado, pero su corona perduró para siempre.

Los siguientes miembros de su casa siguieron usando este ejemplo típico de arte renacentista hasta 1654, que la reina Cristina abdicó y llegaron consecuentemente los Palatinate-Zweibrücken, Hesse y Holstein-Gottorp, que fueron usando sus propias coronas. Finalmente, en 1818, el primer rey de los Bernadotte, Carlos XIV Juan, decidió volver a usarla.

Oscar II de Suecia, tatarabuelo del actual rey, Carlos XIV Gustavo, fue el último rey coronado en 1872. Desde entonces, se coloca, con el resto de los símbolos regios, en acontecimientos importantes como coronaciones, bodas, bautizos, funerales... el resto del año pueden verse en la cámara del Tesoro del Palacio Real de Estocolmo.

Corona de los Países Bajos.

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Corona de Holanda

Como la mayoría de las coronas en tiempos contemporáneos, este ejemplar de 24 centíimetros de alto es actualmente usada como símbolo en ceremonias más que como accesorio real. Fue creada en 1840 para el rey Guillermo II de los PaísesBajos por unos artesanos de Ámsterdam. Con ocho arcos y acabada en un orbe con un cruz, está realizada en plata y oro. No tiene piedras preciosas, sino que las gemas son cristales de colores. Cuando fue creada tenía 72 perlas falsas, de las que 24 fueron removidas en 1898 y sus huecos se llenaron con oro.

Según contó el historiador Han van Bree a la BBC cuando fue subieron al trono de Guillermo y Máxima , en los Países Bajos no se corona reyes desde 1815, cuando Guillermo I se convirtió en rey de una nueva nación llamada Países Bajos, que entonces incuía Bélgica. Estos eran católicos. Los holandeses protestantes. ¿Qué iglesia debía poner la corona en la cabeza real? Mejor dejarla al lado, en una mesa, y no meterse en líos.

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