LOC
'Royals'
Reino Unido

Isabel II de Inglaterra: el d�a en que la Reina se quit� la corona para ejercer de madre

Actualizado

La monarca, diana de las cr�ticas por hacerse acompa�ar a la misa en memoria de su marido por su hijo Andr�s, envuelto en un esc�ndalo de supuesta agresi�n sexual. Los pr�ncipes Carlos y Guillermo, furiosos con la real metedura de pata.

La reina Isabel II junto a su hijo Andr�s, duque de York, el martes tras la celebraci�n en Westminster de una misa de acci�n de gracias por Felipe de Edimburgo
La reina Isabel II junto a su hijo Andr�s, duque de York, el martes tras la celebraci�n en Westminster de una misa de acci�n de gracias por Felipe de EdimburgoAFP

Uno de los mayores expertos en la monarqu�a brit�nica contempor�nea, Kenneth Rose, dej� escrito que Isabel II "siempre ha sido cordial con los ministros, embajadores y representantes de la Commonwealth, pero no con sus hijos". Lo cierto es que la reina de Inglaterra nunca destac� por su papel como madre.

Fue distante y muy poco afectiva con sus v�stagos -sobre todo con la princesa Ana y el pr�ncipe Carlos, los mayores- cuando estos eran apenas unos cr�os. Por un lado, porque era normal en su tiempo que los hijos de la alta sociedad estuvieran casi exclusivamente al cuidado de ni�eras, institutrices y preceptores. Segundo, porque Isabel II siempre ha tenido un car�cter reservado, nada pasional; eso que hoy dar�amos en llamar poco emp�tico. Es por ello que a lo largo de su vida apenas se le ha visto mostrarse cari�osa en p�blico con otros seres que no fueran sus perros o caballos. Y, sobre todo, porque estamos ante la mejor monarca de la historia del Reino Unido y siempre ha actuado consciente de que nada pod�a anteponerse a la Corona, con sus obligaciones y servidumbres.

Hasta el pasado martes, 29 de marzo de 2022. Ese d�a, a punto de cumplir 96 a�os, Isabel II la grande pareci� de pronto olvidarse de la corona, como si a estas alturas ya pesara demasiado. Se despoj� de su traje de soberana. Y, para asombro de propios y extra�os, se dej� llevar exclusivamente por sus sentimientos de madre.

Y, as�, probablemente consciente de las cr�ticas que iba a acarrear su decisi�n, no le import� presentarse en una abarrotada Abad�a de Westminster -en la que se hab�a dado cita un buen pu�ado de representantes de la realeza europea para asistir a la misa de acci�n de gracias por el duque de Edimburgo, fallecido el pasado abril a los 99 a�os- del brazo de su hijo favorito, el pr�ncipe Andr�s, a pesar del ostracismo al que �ste ha sido condenado tras su millonario acuerdo extrajudicial con Virginia Giuffre, la mujer que le hab�a demandado por haber sido supuestamente v�ctima de agresi�n sexual por parte del duque de York cuando era menor de edad.

La Reina junto a su hijo Andr�s
La Reina junto a su hijo Andr�sG3

Pocos medios brit�nicos han evitado censurar a la monarca por este gesto con el que parec�a querer decir al mundo que ella respalda a su hijo. Y la prensa de Londres sostiene que tanto el pr�ncipe Carlos, heredero del trono, como su hijo Guillermo, se sintieron consternados ante la escena que r�pidamente dar�a la vuelta al mundo, muy preocupados por la negativa repercusi�n que iba a tener, opacando los dem�s elementos de una jornada en la que incluso pasaron a un segundo plano Felipe de Edimburgo, el homenajeado, y la misma reina, quien hac�a su primera aparici�n fuera de Windsor tras casi medio a�o marcado por sus achaques.

EXTRA�O PROTAGONISMO

Estamos ante un episodio con demasiados interrogantes. Para empezar, se evit� confirmar la presencia de Isabel II en la ceremonia en recuerdo de su difunto marido hasta apenas dos horas antes de su comienzo. La monarca padece problemas de movilidad que se habr�an agravado en las �ltimas semanas a consecuencia de punzamientos de espalda dolorosos. La reina se habr�a negado a asistir a Westminster si se ve�a obligada a hacerlo en silla de ruedas. Finalmente, pudo acceder al templo desde una puerta lateral en vez de a trav�s de la entrada principal -m�s alejada-, con un bast�n y del brazo del duque de York. Con su hijo hab�a realizado tambi�n el trayecto desde Windsor a Londres en un Land Rover, que ya Buckingham cambiaron por una limusina real Bentley para dirigirse a la m�tica abad�a.

Que Andr�s de Inglaterra acudiera a la misa de acci�n de gracias en memoria de su padre, por m�s inc�moda que resultara su presencia, resultaba obligado. Y, de hecho, horas antes del evento, Buckingham difundi� el programa oficial y en �l se detallaba que el duque de York iba a llegar junto a sus hijas, las princesas Beatriz y Eugenia, quienes acudieron con sus respectivos maridos. La sorpresa may�scula fue que finalmente Andr�s adquiriera un protagonismo tal haciendo de acompa�ante de su madre.

Desde Palacio se ha intentado contrarrestar tantas cr�ticas poniendo el acento en el car�cter fundamentalmente familiar de la ceremonia. Pero la realidad es que �sta fue pr�cticamente un funeral de Estado, el que no pudo celebrarse hace un a�o por el coronavirus. Y resulta especialmente embarazoso que Isabel II cometiera esta torpeza como reina el d�a que la arropaban miembros de casi todas las dinast�as europeas y de algunos otros pa�ses como Jordania o Bahrein. Porque para ninguna monarqu�a es plato de buen gusto formar parte de un acto que acab� girando sobre alguien se�alado por esc�ndalos tan graves como el duque de York.

Es este un a�o muy especial para la monarqu�a brit�nica. Se celebran los 70 a�os en el trono de Isabel II y hay programados grandes fastos con motivo del Jubileo de platino. Tanto el pr�ncipe Carlos como su hijo primog�nito habr�an exigido la exclusi�n de Andr�s en las celebraciones oficiales. Veremos si la homenajeada vuelve a ejercer de reina o impone su voluntad como madre.

Conforme a los criterios deThe Trust Project

Saber más
Casa RealIsabel II se pierde el D�a de la Commonwealth y el pr�ncipe Harry el funeral del abuelo
RoyalsDuque de Edimburgo: cumbre en una misa homenaje que se le atraganta a Buckingham
Guerra en UcraniaPolina Kovaleva, la hija�glamurosa del escudero de Putin