Raúl González Rodríguez y su marcha histórica en Olímpicos - Infobae

Raúl González Rodríguez y su marcha histórica en Olímpicos

El marchista es recordado por ganar dos medallas en los juegos olímpicos de Los Ángeles 1984, una de ellas fue de oro y la otra de plata.

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Raúl González consiguió ganar la medalla de oro en la prueba de 50 km y la plata en la prueba de 20 km en Los Angeles 84. (Foto: Captura de pantalla de YouTube/Elegí Correr)
Raúl González consiguió ganar la medalla de oro en la prueba de 50 km y la plata en la prueba de 20 km en Los Angeles 84. (Foto: Captura de pantalla de YouTube/Elegí Correr)

El Memorial Coliseum Stadium estaba repleto de multitudes. Algunas banderas mexicanas se podían ver ondeando entre las gradas del estadio. Eran casi las doce horas del día, con un sol incesante que bañaba a toda la tribuna. Raúl González entró por la túnel principal y se perfilaba para sel el campeón olímpico de la prueba de 50 kilómetros.

González Rodríguez apretó el paso a pesar de ser el único marchista que había entrado al estadio. Su braceo era asiduo; vestía de blanco y con un letrero en el pecho que decía con letras mayúsculas: MEXICO. El segundo oro en marcha llegó y Raúl conseguía su segunda medalla en los Juegos Olímpicos de Los Angeles 1984.

Empapado en sudor, con su característico bigote y antes de cruzar la meta, el atleta mexicano rompió en llanto mientras seguía a la carga. Al saber que dominaba la competencia y que la victoria estaba tan cerca, los ánimos lo invadieron. Y no era precisamente que llorara de alegría, sino que llegó a mencionar que eran lágrimas de triunfo y también de nostalgia. La incesante lucha por conseguir la primera marca.

Las memorias de sus padres que le apoyaban se le presentaban durante su recorrido por el largo túnel del Coliseum. Una vez que entró a la pista, los gritos espontáneos y asombrados de los espectadores llenaban el estadio. Mientras el mexicano terminaba de dar la vuelta a la pista, la multitud festejaba con gritos de apoyo, se mantenían de pie y no dejaban de aplaudir.

El marchista mexicano es recordado por su doble hazaña conseguida en los Juegos Olímpicos. (Foto: Twitter/@cronicabanqueta
El marchista mexicano es recordado por su doble hazaña conseguida en los Juegos Olímpicos. (Foto: Twitter/@cronicabanqueta

Raúl cruzó la meta y el acto seguido fue llevarse las manos al rostro, para después alzar los brazos en señal un acto victorioso y como una manera de dar gracias a Dios por ayudarle en la prueba. La justa olímpica también le había brindado la oportunidad de subirse al podio olímpico después de haberlo intentado en Munich 72, Montreal 76, Moscú 80 y finalmente, luego de 12 años, la victoria le pudo llegar en Los Angeles 84. Era la cuarta y última oportunidad a sus 32 años de edad.

A lo largo de su infancia, el marchista mexicano se mantuvo viviendo en Río Bravo, Tamaulipas a pesar de ser originario de China, Nuevo León. González estuvo dedicado durante su adolescencia a mantenerse entre la escuela, el trabajo y el deporte.

Para 1969 ingresó a la Universidad Autónoma de Nuevo León, donde se convirtió en miembro del equipo de atletismo. Un año más tarde ganó el campeonato nacional juvenil y entró a la preselección nacional que era dirigida por el polaco Jerzy Hausleber en 1971.

En 1978 rompió dos veces el récord mundial de 50 km y ganó la Copa del Mundo de Marcha Atlética por la misma distancia en 1977, 1981 y 1983. Para 1981, Raúl salió del equipo nacional y se convirtió en atleta independiente.

Durante cuatro Juegos consecutivos, el atleta mexicano buscó colarse al podio olímpico y al final lo consiguió en 1984. (Foto: INEHRM)
Durante cuatro Juegos consecutivos, el atleta mexicano buscó colarse al podio olímpico y al final lo consiguió en 1984. (Foto: INEHRM)

Además consiguió la medalla de oro en los Juegos Centroamericanos y del Carine en 1974, 1979, 1982 y 1983.

Rúl González logró conseguir dos preseas en los Juegos de Los Angeles 84, la primera medalla que se colgó el mexicano llegó en la prueba de 20 kilómetros, donde llegó secundando a otro atleta mexicano, Ernesto Canto.

Raúl implantó un nuevo récord olímpico cuando se hizo del oro con tres horas, 47 minutos y 26 segundos.

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