Adelantada a su tiempo

Ada Lovelace, la visionaria hija de Lord Byron

Cuando nadie más vio el potencial de la máquina analítica creada por Charles Babbage, Ada Lovelace, una mujer adelantada a su época, fue capaz de desarrollar el primer algoritmo con capacidad para ser procesado por ese aparato, aunque nunca pudo probarlo.

Retrato de Ada Lovelace hacia 1840. 

Foto: CC

Cada año, desde 2009, el segundo martes de octubre se celebra el día internacional de Ada Lovelace, una fecha con la que se pretende conmemorar los logros conseguidos por las mujeres en campos como la tecnología, la ciencia, la ingeniería o las matemáticas. Con esta celebración, además, se quiere rendir homenaje a la figura de esta mujer, considerada pionera de la informática, hija del famoso y controvertido Lord Byron y de Anna Isabella Milbanke, una aristócrata inglesa, que fue asimismo apasionada de las matemáticas y la astronomía.

Conocidos ilustres

Augusta Ada King, condesa de Lovelace, nació el 10 de diciembre de 1815, pero, apenas un mes después de venir al mundo, y debido a desavenencias conyugales, su madre abandonó el hogar familiar mientras Lord Byron dormía, llevándose con ella a su hija recién nacida. Más tarde solicitó el divorcio de Byron al parecer tras enterarse de que la hermanastra de su marido, Augusta Leigh (por quien la niña llevaba el nombre), era también su amante. Tres meses más tarde, el propio Byron tuvo que abandonar Inglaterra huyendo de sus acreedores y de numerosos escándalos. Ada no volvería a ver nunca más a su padre, ya que su madre se aseguró su custodia amenazando a Byron con hacer públicas sus aventuras extraconyugales.

La pequeña Ada Lovelace con 7 años en un retrato de 1822.

La pequeña Ada Lovelace con 7 años en un retrato de 1822.

Foto: CC

Tres meses después de su divorcio de Anna Isabella, el propio Lord Byron tuvo que abandonar Inglaterra huyendo de sus acreedores y de numerosos escándalos.

Ada fue una niña enfermiza y a los siete años contrajo una enfermedad que la tuvo postrada en cama durante varios meses. A los catorce, sus piernas quedaron paralizadas de forma temporal como consecuencia de un grave sarampión, lo que hizo que la joven dedicara mucho tiempo al estudio y a la lectura. Su madre se esforzó en darle una esmerada y estricta educación, que incluía música, francés y matemáticas. Asimismo, quiso que su hija tuviera una formación científica, y para ello contrató a la prestigiosa matemática y astrónoma escocesa Mary Somerville. Para estimular aún más el interés de Ada por la ciencia y la tecnología, madre e hija viajaron por las regiones más industrializadas de Inglaterra, donde la muchacha pudo admirar las máquinas más novedosas como el "telar de Jacquard", un telar mecánico inventado por Joseph Marie Jacquard y que ya en aquella época utilizaba tarjetas perforadas para funcionar. Su elevado estatus social le permitió relacionarse con prestigiosos científicos como Andrew Crosse, David Brewster, Charles Wheatstone, Michael Faraday y con el novelista Charles Dickens.

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Los primeros pasos hacía la programación

Al cumplir los 18 años, y como cualquier otra joven aristócrata de su época, Ada empezó a asistir a fiestas de la alta sociedad y en una de ellas, organizada por su tutora Mary Somerville, conoció al matemático Charles Babbage, que había diseñado una calculadora mecánica capaz de calcular tablas de funciones numéricas por el método de diferencias. También diseñó, aunque nunca la llegó a construir, una máquina analítica para ejecutar programas de tabulación o computación. Por estos inventos, Babbage es considerado uno de los pioneros en concebir la idea de lo que hoy podríamos considerar una computadora. El invento de Babbage entusiasmó a Ada, y lo más importante, la joven pensó que aquel invento demostraba que un día no muy lejano las máquinas harían posible cambiar la vida de las personas.

El matemático Charles Babbage creó una calculadora capaz de realizar operaciones numéricas y diseñó, aunque nunca construyó, lo que se podría considerar la primera máquina computadora. Su encuentro con Ada Lovelace supuso una fuente de inspiración para la joven.

El matemático Charles Babbage creó una calculadora capaz de realizar operaciones numéricas y diseñó, aunque nunca construyó, lo que se podría considerar la primera máquina computadora. Su encuentro con Ada Lovelace supuso una fuente de inspiración para la joven.

Foto: CC

El invento de Babbage tenía todos aquellos elementos que podían entusiasmar a Ada, y lo más importante, aquel invento demostraba que un día las máquinas harían posible cambiar la vida de las personas.

En 1835, Ada conoció a William King-Noel, Lord Lovelace, miembro de una influyente familia. La madre de la joven Ada aprobó rápidamente esta relación. El 8 de julio de 1835, la pareja se casó, y Ada se convirtió en Lady King. A partir de ese momento siempre firmaría como Ada Lovelace. En aquella época, la salud de la ya condesa de Lovelace, empezó a deteriorarse: sufría problemas digestivos y respiratorios que al ser tratados con opiáceos le provocaron delirios y cambios bruscos de humor. Es posible que como consecuencia del abuso de esas sustancias, Ada empezara a sufrir un cambio de personalidad. Llegó a describirse a sí misma como un genio de las matemáticas, con facultades casi sobrenaturales, y aunque intentó, sin éxito, que Babbage se convirtiera en su profesor, ambos acabaron por mantener una estrecha colaboración.

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Imaginación o capacidad

En 1842, Ada realizó su único trabajo profesional para la revista Scientific Memoirs, que le encargó la traducción de un artículo escrito en francés por el ingeniero militar italiano Luigi Menabrea en el que se describía la máquina analítica de Babbage. Ada publicó el artículo con abundantes notas de su cosecha, en las cuales aportaba sus propias teorías acerca del funcionamiento de la máquina de Babbage. Las notas, firmadas tan sólo con las iniciales AAL para ocultar su verdadera identidad, no serían publicadas con su verdadero nombre hasta 1953. Al final, esas extensísimas notas acabaron siendo más famosas que la propia traducción del artículo. Pero ¿qué contenían las notas de Ada para que acabasen siendo más importantes que el propio texto? La imaginación y la capacidad de Ada para ver más allá de la realidad inmediata la hicieron capaz de desarrollar varios conceptos que en la actualidad podrían considerarse visionarios. El más célebre es el que se refiere al funcionamiento de lo que hoy se conoce como algoritmo informático. Ada tomó como ejemplo los números de Bernoulli, que consisten en una serie infinita de cifras que juegan un papel importante para describir, por medio de un diagrama, las operaciones que la máquina de Babbage tendría que realizar para poder calcularlas.

La imaginación y la capacidad de Ada para ver más allá de la realidad inmediata la hicieron capaz de desarrollar varios conceptos que en la actualidad podrían considerarse visionarios.

De hecho, fue Ada Lovelace quien introdujo aquel algoritmo en la máquina de Babbage, esbozando un concepto informático que hoy conocemos como "bucle", un grupo de instrucciones que se ejecutan varias veces, o "subrutina", parte de un programa que puede ser requerido en cualquier momento. De hecho, aunque no se puede afirmar categóricamente que Ada Lovelace desarrollara el primer programa informático de la historia, a diferencia de Babbage sí que fue capaz de ver sus consecuencias prácticas. Por ejemplo, de Ada Lovelace fue la idea de una máquina que pudiera programarse y reprogramarse para que ejecutara diversas funciones y no se limitase simplemente al cálculo, sino que fuera capaz de llevar a cabo cualquier tarea que se pudiera expresar mediante símbolos. ¿Y cómo hacerlo? Ada halló la respuesta en las tarjetas perforadas de los telares de Jacquard, y quién sabe si de aquella manera se imaginó el primer ordenador de la historia.

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Una muerte prematura

A pesar del intento de Babbage por convencer al gobierno británico para que financiara la construcción de su máquina y dar un salto tecnológico que sin duda hubiera cambiado el siglo XIX, el matemático murió en la pobreza después de dilapidar su fortuna. Tras el rechazo profesional de Babbage, Ada Lovelace ya no volvió a trabajar, y atormentada por su enfermedad y su adicción a los opiáceos buscó refugio en el juego y en los brazos de numerosos amantes, lo que le costó gran parte de su fortuna y su matrimonio. Ada murió el 27 de noviembre de 1852 a causa de las sangrías provocadas por los médicos de la época en un intento de curar el cáncer de útero que padecía. Tenía 36 años, la misma edad que Byron al morir, siendo su último deseo ser enterrada junto al padre al que nunca conoció.

Era 1852 y en el momento de la realización de esta obra de Henry Philips, la salud de Ada Lovelace ya se encontraba muy deteriorada. Aún así, quiso posar como lo había hecho su padre emulando un retrato que le había hecho el padre del pintor.

Era 1852 y en el momento de la realización de esta obra de Henry Philips, la salud de Ada Lovelace ya se encontraba muy deteriorada. Aún así, quiso posar como lo había hecho su padre emulando un retrato que le había hecho el padre del pintor.

Foto: CC

Ada Lovelace ya no volvió a trabajar y atormentada por su enfermedad y su adicción a los opiáceos buscó refugio en el juego y en los brazos de numerosos amantes.

El algoritmo de Ada Lovelace para calcular los números de Bernoulli nunca llegó a implementarse y nunca pudo ser probado, puesto que la máquina analítica de Babbage nunca se construyó. Tuvieron que pasar casi cien años hasta que un ingeniero estadounidense y pionero en el campo de la informática, llamado Howard Aiken, diseñara un ordenador electromagnético, muy estrechamente ligado con el trabajo de Babbage sobre la máquina analítica. El aparato de Aiken fue financiado por IBM, construido en 1944 y conocido como Mark I. Pero esa ya es otra historia...

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