MÚSICA O NEGOCIO
Salud o economía fue el dilema que se nos planteó al inicio de la pandemia y nuestra sociedad optó por la salud.
Los Trump o Bolsonaro hicieron lo contrario y el resultado son cientos de miles de víctimas mortales.
Parece que la incapacidad de aprender de los errores es inherente al género humano pero en circunstancias como las actuales, es, desde nuestro punto de vista, muy preocupante que solo se piense o se hable de «reaperturas» y reinicio de conciertos.
MÚSICA, CULTURA Y COMPROMISO SOCIAL
Así como el placer de comer algo sabroso es diferente a alimentarse y practicar sexo es distinto que procrear, los conciertos de Harlem Jazz Club son mucho más que una audición de un repertorio musical.
Desde hace 33 años, ininterrumpidamente, Harlem Jazz Club es un espacio de libertad, creatividad y transgresión artística en el que la comunicación y complicidad entre músicos y asistentes gana protagonismo y hace los conciertos únicos y singulares.
A diferencia de salas de fiestas y discotecas que hacen conciertos en las horas «muertas» en las que no hay público, opciones válidas y ponderables, la programación de Harlem Jazz Club no es un cúmulo de conciertos sino que responde a un criterio artístico/cultural mediante el cual busca incidir en la cultura de la sociedad.
Por todo ello Harlem Jazz Club ha ido siempre unos pasos por delante en sus propuestas, programando aquello que tiempo después se consolida y es aceptado mayoritariamente.
El colectivo de músicos que actúan en este club es audaz, innovador, creativo y de altísima calidad
Por ellos hemos logrado consolidar un público fiel inteligente y con criterio `propio que, con su presencia corrobora las propuestas programadas.
FUTURO INMEDIATO
Dicho esto, la posibilidad que tenemos hoy de hacer música para 38 personas sentadas a dos metros una de otra, lejos del escenario y con mascarilla, nos resulta algo surrealista y no tiene nada que ver nuestra idea de lo que es un club de música en vivo.
En Harlem Jazz Club el público no es un mero espectador pasivo, por el contrario, se relaciona entre sí y con los músicos, se mueve, y pasa a ser un elemento indispensable del espectáculo,
Por ello manifestamos nuestra intención de comenzar los conciertos solo en el momento en que estas condiciones vuelvan a ser posibles.
También expresamos nuestra preocupación por los «experimentos» que presuponen que la reducción del aforo y una mascarilla son suficientes garantías para hacer un concierto en un sitio como el nuestro.
Ojalá nos equivoquemos, sinceramente, paro ya hay bastantes ejemplos que de alguna manera confirman nuestra preocupación…