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La visita de Bin Abderrahman a la provincia meridional, cuna del movimiento talibán, tenía como principal propósito su encuentro con el líder fundamentalista Mohammad Hassan Akhund, según informó el portavoz del Gobierno afgano, Zabihullah Mujahid, al medio local Ariana News, sin revelar más detalles sobre el contenido de la reunión.
La visita a mediados de mayo pasado tuvo lugar cuando Akhund, uno de los fundadores del movimiento islamista, ejercía como primer ministro del régimen talibán que tomó el poder en agosto de 2021.
Los talibanes anunciasen el pasado 17 de mayo el remplazo "temporal" de Akhund al frente del jefe del Ejecutivo afgano, alegando motivos de salud, por el actual primer ministro Maulawi Abdul Kabir.
Kandahar es además el lugar de residencia del líder supremo de los fundamentalistas, el mulá Haibatullah Akhundzada, que muy pocas veces ha abandonado el territorio, aunque se desconoce si el viaje del líder catarí sirvió para un encuentro con el máximo jefe de los talibanes.
Los talibanes han hecho grandes esfuerzos y llamados a los gobierno para conseguir el reconocimiento internacional, fundamental para acceder a la asistencia financiera y las reservas internacionales.
Preguntado por EFE, el portavoz adjunto de los talibanes, Bilal Karimi, evitó aportar más datos acerca de la visita de bin Abderrahman.
Catar se erigió como un actor clave en la crisis afgana tras la retirada de Estados Unidos en 2021, debido a sus relaciones con los talibanes y su ayuda en la evacuación y reanudación de los vuelos desde Kabul, convirtiéndose así en un centro de intensa actividad diplomática como mediador.
Este país de Oriente Medio fue el primero en enviar a un alto funcionario a Afganistán tras la llegada al poder de los talibanes en agosto de 2021, cuando el propio bin Abderrahman, como ministro de Exteriores, efectuó una visita oficial al país apenas un mes después de la caída de Kabul.
Como parte de su faceta mediadora, Catar acogió las negociaciones de paz entre los talibanes y Estados Unidos, y albergó a inicios del pasado mayo una cumbre de Naciones Unidas acerca de la situación en Afganistán, cuyo Gobierno sigue sin ser reconocido por la comunidad internacional.
Durante la cumbre, a puerta cerrada, los participantes mostraron su compromiso para acercarse al país asiático, envuelto en una crisis humanitaria y económica que se vio agravada tras la llegada al poder de los talibanes, aunque sin reconocer su Gobierno que rige el país de facto.