La Gran Guerra

La Primera Guerra Mundial en imágenes

La no muy lejana invención de la fotografía hizo de la Primera Guerra Mundial un conflicto bélico profusamente documentado para la posteridad. De hecho, existe una ingente cantidad de fotografías que detallan las diversas fases por las que atravesó el conflicto y que son un testimonio fehaciente de su dureza, sobre todo las imágenes tomadas en las trincheras.

En esta fotogalería recorremos algunos de los acontecimientos que marcarían el devenir de la Gran Guerra a través de fotografías que los ilustran: las causas que contribuyeron al estallido del conflicto, algunas batallas decisivas como las de Verdún y el Somme, acontecimientos mucho más amables como la tregua de Navidad de 1914, pero también grandes tragedias como el hundimiento del Lusitania o el uso de gas venenoso en el campo de batalla. Como no puede ser de otro modo, este rápido repaso gráfico acaba con la firma del tratado de Brest-Litovsk, que daría término a la participación de Rusia en la guerra, y la firma del armisticio en Compiègne el 11 de noviembre de 1918, con el que concluyó uno de los conflictos bélicos más mortíferos de la historia.

 

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Orígenes y causas de la Primera Guerra Mundial

Foto: PD

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Orígenes y causas de la Primera Guerra Mundial

Las causas que dieron origen a la Primera Guerra Mundial se han de buscar principalmente en las disputas político económicas entre las potencias europeas. En este conflicto de carácter internacional intervinieron los países más industrializados de Europa, a los que luego se irían uniendo los territorios colonizados de África. La Primera Guerra Mundial dividió a Europa y las naciones beligerantes se distribuyeron en dos bandos: La Triple Entente, compuesta por Francia, Gran Bretaña y Rusia (en 1917, Estados Unidos entraría definitivamente en la guerra uniéndose a las fuerzas de la Entente, y Japón y el reino de Italia también se unirían posteriormente). Por su parte, la Triple Alianza estaba compuesta por el Imperio alemán y el Imperio austro-húngaro. Más tarde se les unirían el Reino de Bulgaria y el Imperio otomano. En un clima político y social muy crispado se produciría el asesinato del archiduque Francisco Fernando de Austria en Sarajevo en el año 1914, lo que provocó que el Imperio austro-húngaro declarase la guerra a Serbia y que muchos países se vieran involucrados en el conflicto a causa de los pactos y compromisos militares adquiridos con anterioridad.

Ilustración que muestra el momento del atentado del archiduque Francisco Fernando de Austria. El asesinato del archiduque Francisco Fernando

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El asesinato del archiduque Francisco Fernando

28 de junio de 1914, el archiduque Francisco Fernando de Austria, acompañado de su esposa Sofía, visitó Sarajevo, la capital de Bosnia. Entre la multitud se escondían seis miembros de la Organización Revolucionaria Joven Bosnia, que formaba parte de la organización secreta Mano Negra. Durante el baño de multitudes, la comitiva se cruzó con uno de los miembros del grupo llamado Nedeljko Čabrinović, que lanzó una granada contra el coche descubierto del archiduque, aunque, de manera incompresible, falló, hiriendo a algunos asistentes. La casualidad hizo de que de camino al hospital para visitar a los heridos, el coche del archiduque se cruzara con otro miembro de la organización llamado Gavrilo Princip que, sin pensarlo dos veces, disparó contra Francisco Fernando y Sofía, causándoles la muerte. A pesar de la sorprendente indiferencia que el crimen provocó entre los austríacos, las autoridades, convencidas de que el Gobierno serbio era culpable de aquel atentado, incitaron a la población a que se manifestara en contra de los serbios en Sarajevo. Así, los ataques contra la población serbia fueron a más, extendiéndose a otras ciudades de las actuales Bosnia, Croacia y Eslovenia.

La batalla del Marne en el año 1914.

Foto: PD

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La batalla del Marne en el año 1914

La batalla del Marne, también conocida como "el milagro del Marne", tuvo lugar entre los días 5 y 12 de septiembre de 1914, durante los primeros meses de la Primera Guerra Mundial y en el momento más álgido del avance de Alemania. En aquellos momentos, las fuerzas alemanas estaban sometiendo a un duro castigo al ejercito francés tras las conocidas batallas de las fronteras (una serie de cinco ofensivas lanzadas por los franceses al mando del general Joseph Joffre y otras tantas del ejército alemán bajo las órdenes del general Helmuth von Moltke ) durante el mes de agosto en las regiones fronterizas de Francia y Bélgica. El Marne supuso una derrota y un frenazo para el avance del ejército alemán, que se vio superado por las fuerzas galas y las fuerzas expedicionaria británicas que obligaron a los germanos a retirarse (la conocida carrera hacia el mar) y a reconocer el fracaso del Plan Schlieffen, que buscaba una derrota rápida de Francia. A esto hubo que sumar la imposibilidad de poder entrar en París como vencedores. El Marne fue una de las batallas más sangrienta de toda la Primera Guerra Mundial en términos de bajas por día que oscilan, según diferentes autores, entre 53.666 y 57.777 muertos. Las pérdidas humanas fueron muchísimo mayores que en Verdún, batalla que duró diez meses y en la que hubo unos 2.333 muertos por día, o en el Somme, que en sus cuatro meses de duración tuvo una media de 7.571 víctimas diarias. 

La tregua de Navidad del 24 de diciembre de 1914

EMPICS Sports Photo Agency / Cordon Press

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La tregua de Navidad del 24 de diciembre de 1914

Tras casi medio año de contienda, la llegada de la Navidad de 1914 marcó un antes y un después en la guerra. Ocultos en sus trincheras, y sin prácticamente saber en que día estaban, el 24 de diciembre de 1914 los soldados alemanes instalaron árboles iluminados en el interior de sus trincheras en varios puntos puntos del Frente Occidental, algo que los soldados británicos acabaron por imitar. A pesar de los edictos promulgados durante la contienda que prohibían los actos de confraternización entre soldados enemigos, aquella tregua "surgió de manera espontánea entre la tropa" y fue conocida posteriormente como la Tregua Navidad de la Primera Guerra Mundial. Muchos acordaron alargar aquel alto el fuego hasta el mismo día de Navidad, cuando cada bando ayudó al contrario a cavar tumbas, se llevaron a cabo ceremonias religiosas y los soldados intercambiaron su comida y los regalos que les habían enviado sus familiares. También aprovecharon para para jugar un partido de fútbol, algo que nunca más volvería a repetirse.

La batalla de Galípoli de 1915

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La batalla de Galípoli de 1915

El tiempo iba transcurriendo, y con diversos frentes abiertos por todo el Viejo Continente, así como en Asia y África, la Triple Entente había sufrido numerosas bajas en el Marne e Ypres. Decidos a aliviar la presión que sufrían sus tropas en el Frente Occidental, pensaron abrir otro. Por ello, se decidió atacar al enemigo en la península de Galípoli, en Turquia, ya que el Imperio otomano se había unido a la Triple Alianza y conquistar el estrecho de los Dardanelos supondría un golpe estratégico. En febrero de 1915, británicos y franceses abrieron fuego por primera vez, pero no fue hasta el mes de abril cuando consiguieron un mínimo éxito en los desembarcos. Sin embargo, meses después, la resistencia otomana seguía siendo infranqueable y pronto se hizo evidente la derrota de la Entente, cuyas tropas tuvieron que ser evacuadas. Se calcula que murieron un total de medio millón de soldados, aproximadamente la mitad de cada bando.

El empleo de las armas químicas durante la Primera Guerra Mundial

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El empleo de armas químicas durante la Primera Guerra Mundial

El jueves 22 de abril de 1915, un globo de color rojo ascendió por encima de las trincheras alemanas y una bengala del mismo color fue la señal para que, a primeras horas de la tarde, Ypres, una población del Flandes occidental belga y enclave estratégico en la larga línea de trincheras que separaba los ejércitos enemigos, se convirtiera en el tristemente célebre primer testigo de la utilización de gas venenoso durante la Primera Guerra Mundial. En un frente de alrededor de 6,5 kilómetros, los soldados alemanes abrieron las espitas de más de 5.700 bombonas presurizadas de gas de cloro que tenían preparadas desde hacía ya varias semanas. Pero aunque las víctimas mortales causadas por el efecto directo del gas no fueron tantas como cabría esperar, se calcula que en Ypres, unos 5.000 soldados murieron asfixiados o quedaron gravemente incapacitados a causa del gas, que les produjo ceguera e insuficiencia respiratoria. 

El hundimiento del Lusitania (07 de mayo de 1915)

Foto: Bundesarchiv, DVM 10 Bild-23-61-17 / CC-BY-SA 3.0

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El hundimiento del Lusitania (07 de mayo de 1915)

El 7 de mayo de 1915, en plena guerra submarina entre el Imperio alemán y el Reino Unido, el transatlántico británico Lusitania  tuvo la mala fortuna de cruzarse con un submarino alemán que regresaba a su base. Su hundimiento conmocionó al mundo entero y puso a la opinión pública en contra de Alemania creyendo que el submarino había disparado simplemente porque era un barco de bandera británica. Aquello contribuyó a la entrada de Estados Unidos en la contienda y se convirtió para los aliados de la Triple Entente en un símbolo para incentivar el alistamiento. Durante mucho tiempo, ambos bandos se enzarzaron en agrias disputas sobre si el transatlántico era un legítimo objetivo militar, ya que además de pasajeros portaba abundante munición y otros suministros de guerra. El hundimiento del Lusitania deja todavía muchas cuestiones en el aire: ¿Fue el gran transatlántico una víctima sacrificada ex profeso para que Estados Unidos pudiera justificar su participación en la Primera Guerra Mundial? ¿Fueron las 1.200 personas que murieron en el ataque "daños colaterales" perfectamente asumibles?

La batalla de Verdún (21 de febrero de 1916)

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La batalla de Verdún (21 de febrero de 1916)

El 21 de febrero de 1916 a las 7:15 de la mañana se abrieron las puertas del infierno en Verdún, un municipio francés situado en el departamento del Mosa y en la región del Gran Este. El Gran Berta, el temido cañón alemán de 420 mm capaz de lanzar proyectiles a doce kilómetros de distancia y provocar cráteres de seis metros de profundidad o el efectivo Skoda 35 mm empezaron a abrir fuego. A las cuatro de la tarde ya habían caído del cielo más de un millón de obuses que convirtieron el suelo francés en un auténtico paisaje lunar, lleno de cráteres: las trincheras se habían hundido y la mayoría de sus defensores quedaron sepultados bajo el barro. Y eso sólo ocurrió durante el primero de los 302 días que duró la batalla. El 18 de diciembre de 1916, y en plena víspera de Navidad, los cañones finalmente enmudecieron. Verdún se había salvado, pero a un precio terrible: 700.000 bajas (305.000 muertos y 400.000 heridos), repartidas casi a partes iguales entre ambos bandos. Una muestra del horror que se vivió allí es el mensaje que Johannes Has, un joven soldado alemán, dirigió a sus padres desde las trincheras: "Queridos padres, estoy acostado en el campo de batalla y tengo una bala en el vientre. Creo que me estoy muriendo". 

La batalla del Somme (1 de julio de 1916)

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La batalla del Somme (1 de julio de 1916)

Librada el 1 de julio 1916, la batalla del Somme sería recordada por ser una de las más largas y sangrientas de la Primera Guerra Mundial, con más de un millón de bajas entre ambos bandos. Las fuerzas británicas y francesas intentaron romper las líneas alemanas a lo largo de un frente de más 40 kilómetros al norte y al sur del río Somme, en el norte de Francia. Su propósito era desviar la atención de las tropas alemanas en Verdún; sin embargo, las bajas sufridas en el Somme terminaron siendo superiores a las de esta última. De hecho, la batalla es recordada principalmente por las bajas sufridas por los británicos en el primer día de combate. De las 57.740 bajas, 19.240 fueron mortales. Igual de terribles fueron las bajas del ejército alemán en el Somme, que uno de sus oficiales definió como "la tumba de barro del ejército en campaña". La importancia del Somme en el devenir de la guerra queda reflejada en las palabras del oficial e historiador británico James Edmonds: "No es demasiado arriesgado decir que las bases de la victoria final en el Frente Occidental fueron sentadas por la ofensiva de 1916 en el Somme".

El Tratado de Brest-Litovsk (3 de marzo de 1918)

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El Tratado de Brest-Litovsk (3 de marzo de 1918)

El 3 de marzo de 1918, en la ciudad bielorrusa de Brest-Litovsk, cerca de la frontera con Polonia, el nuevo Gobierno bolchevique de Rusia tuvo que suscribir, muy a su pesar, un tratado de paz con las llamadas "potencias centrales", Alemania, el Imperio austrohúngaro, el Imperio otomano y Bulgaria para poner fin a su participación en la Primera Guerra Mundial.  Las negociaciones con Rusia debían iniciarse el 8 de noviembre de 1917, pero finalmente empezaron el 22 de diciembre. Por parte rusa, la delegación estuvo liderada por el comisario del pueblo para Asuntos Exteriores, León Trotsky y por  el diplomático, revolucionario y político Adolph Joffe. Por su parte, la delegación alemana, encabezada por el general Max Hoffmann, se impacientaba cada vez más ante el estancamiento de las reuniones y las técnicas dilatorias de los rusos, que eran muy conscientes de que los germanos tenían prisa por cerrar un tratado que les permitiera acercar sus tropas al Frente Occidental antes de la llegada del ejército estadounidense. Finalmente, el 3 de marzo de 1918, el gobierno ruso se vio obligado a aceptar las condiciones de un tratado por el cual debía reconocer la independencia de Ucrania, Georgia y Finlandia, y debía entregar Polonia y los estados bálticos de Lituania, Letonia y Estonia a Alemania y Austria-Hungría. 

El Armisticio de la Compiègne (11de noviembre de 1918)

Foto: PD

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El Armisticio de Compiègne (11de noviembre de 1918)

Durante el mes de noviembre de 1918, la situación bélica del Imperio alemán era ya insostenible. En tan solo seis semanas todos sus aliados habían capitulado y el último país de las potencias centrales (la propia Alemania) llevaba desde el mes de octubre intentando conseguir un armisticio lo más favorable posible a sus intereses, pero Estados Unidos condicionaba su firma a la aceptación de una serie de medidas que el Gobierno alemán consideraba inaceptables, la principal de las cuales era la abdicación del káiser Guillermo II. El 8 de noviembre, una delegación alemana llegaba a un punto de encuentro ya pactado, y desde allí, a un claro en el bosque de Compiègne, donde el mariscal Ferdinand Foch, comandante en jefe de los ejércitos enemigos, les estaba esperando. El veterano militar francés se limitó a entregar a la delegación alemana un documento con todas las demandas de los vencedores, dándoles 72 horas para aceptarlas. La lista incluía una fuerte desmilitarización, la pérdida de territorios, elevadas indemnizaciones de guerra y concesiones estratégicas a los países ganadores. El 10 de noviembre, la delegación alemana fue informada de la abdicación del káiser el día anterior, y el recién nombrado canciller Friedrich Ebert les dio la orden de firmar independientemente de cuales fuesen las condiciones.  

 

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