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16 de enero de 2023 · 16:03
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La revelación espiritual de Rasputín
El joven Grigori Yefímovich Rasputín había nacido en una familia humilde de campesinos que vivían en una pequeña aldea en Siberia. Pasó los primeros años de su juventud entre juergas y borracheras, pero un día Rasputín se vio implicado en un altercado que cambiaría su vida: tras ser pillado robando experimentó una revelación religiosa. Pasó tres meses en un monasterio y regresó convertido en un fervoroso creyente que conseguía reunir fieles a su alrededor dispuestos a seguirle. Pasó por diferentes ciudades rusas en busca de su iluminación espiritual hasta que llegó a San Petersburgo, la capital, en 1903 ya convertido en todo un gurú.
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El místico y los zares de Rusia
En San Petersburgo su fama creció como la espuma. En aquel momento, la fe en la medicina alternativa y el ocultismo estaban en boga y además se buscaban nuevos referentes que encarnaran un modelo más auténtico y humilde de líder espiritual. Aunque este era un perfil en el que Rasputín encajaba perfectamente, también desde entonces le acompañó una fama de degenerado sexual que nunca le abandonaría. A pesar de todo, su fe impresionó a las personas debidas y gracias a ellas llegó a los zares. La familia real atravesaba un periodo complicado políticamente , de modo era el contexto perfecto para que una figura como la de Rasputín fuese recibida como una ayuda aceptable. Se convirtió en un apoyo imprescindible para los zares (sobre todo para la zarina Alexandra) cuando supuestamente salvó la vida del pequeño heredero Alexei en una de sus crisis de hemofilia.
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Herido por un arma blanca
Con el estallido de la Primera Guerra Mundial (1914-1918), Rusia declaró la guerra a Alemania y en 1915 el zar asumió el mando militar del país, dejando a la zarina al frente de Rusia. Entonces, la gran influencia que esta recibía de Rasputín se hizo muy evidente, pues se había convertido tanto en un asesor espiritual como político, lo que le granjeó al místico enemistades en toda la corte . Los rumores sobre la supuesta relación sexual que mantenían se extendieron rápidamente y se añadieron a los que afirmaban que ambos lideraban una conspiración contra los intereses rusos en la contienda. Prácticamente toda la opinión pública estaba en contra suya y la tensión llegó a tales niveles que en junio 1914 Rasputín fue atacado por una mujer que le clavó un cuchillo en el estómago. En la imagen se le puede ver recuperándose de las heridas.
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Un cadáver recuperado del río
La posición de Rusia en la guerra no era demasiado buena, el descrédito de la monarquía era un hecho y la tensión crecía tanto en la sociedad como en la corte. Tras el atentado al que sobrevivió, uno de los hijos de Rasputín fue llamado a filas y el místico empezó a beber de nuevo y a gastar grandes sumas de dinero en juergas. Parecía que toda la esfera política que rodeaba a los zares estaba de acuerdo en que había que apartar a Rasputín del poder , sin embargo no sería tan fácil. Tras el intento de asesinato el líder espiritual siempre iba a todas partes acompañado de agentes de seguridad que le protegían, de modo que, si bien se intentó acabar con él, nadie pudo acercársele lo suficiente. Finalmente, varios miembros de la corte se ofrecieron para colaborar y tramar un complot que acabase definitivamente con la vida del místico ruso. En la imagen se puede ver un primer plano del rostro de Rasputín tal y como apareció cuando su cuerpo sin vida fue recuperado del río en el que se puede apreciar la marca de una tiro en la frente .
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Yusupov, el conspirador contra Rasputín
El 19 de diciembre de 1916, dos días después de su asesinato, Rasputín apareció muerto . Había sido víctima de una conjura contra él cuyos responsables, según el relato oficial, eran varios de los miembros más prominentes de la corte. El joven príncipe Félix Yusupov , en la imagen junto a Irina, su mujer y sobrina del zar, fue uno de los líderes. A pesar de que ella había rechazado participar, fue el cebo que llevó a Rasputín hasta el palacio de Yusupov. Mientras esperaba para conocer a Irina, comió pasteles envenenados que habían preparado para él. Sin embargo el veneno no surtió efecto y el mismo Yusupov tuvo que dispararle varias veces para matarlo.
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Un final casi anunciado
Este era el aspecto el cadáver de Rasputín cuando fue recuperado del Neva. La autopsia reveló que había muerto a causa de los disparos y que no había ningún rastro de veneno en su cuerpo. Se celebró un entierro casi clandestino solo presenciado por los zares, mientras por otro lado, cuando la noticia llegó a la calle la mayoría de los ciudadanos se alegraron y salieron a celebrarlo.