Saturno devorando a un hijo
1636 - 1638. Óleo sobre lienzo, 182,5 x 87 cmSala 079
La historia de Saturno acabando con la vida de sus hijos por temor a que lo destronaran la cuenta Ovidio pero esta vez en los Fastos en el libro IV (197-200:) "(...) Saturno queriendo saber la estabilidad de su Reino, tuvo por respuesta de un Oráculo, que le despojaría de él un hijo suyo. Con este temor dio orden de que se criasen las hijas, que tuviese en su mujer Rea, o Cibeles, y los varones que parian se los comía el mismo. Hallándose Cibeles preñada huyó a la Isla de Creta, en donde de un parto dio a luz a Júpiter y a Juno (...)".
La representación de Saturno como personaje aislado recuerda a otros lienzos de similares dimensiones que muestran personajes aislados la mayoría de los cuales son de mano de Rubens y otros con colaboración de taller. Sin embargo en este caso la figura si aparece inserta en una historia, como sucede con El rapto de Ganimedes (P1679) o Vulcano forjando los rayos de Júpiter (P1676). Al igual que sucede con la obra de Vulcano esta figura muestra una gran fuerza tanto en la postura de su cuerpo como en el rostro, con un dramatismo muy destacado en la figura del niño. La elección del momento más dramático es habitual en las obras de esta serie.
S. Alpers, autora del único estudio completo del encargo de Rubens para la Torre de la Parada hasta la fecha, ve en esta obra la mano de Rubens como en otras obras con cambios significativos en los gestos, además del propio estilo del pintor. Ella misma, aún todo, duda de la autenticidad de un boceto preparatorio vendido en Londres en 1817 en el que se aprecian diferencias con respecto a la composición original, fundamentalmente en la presencia de la guadaña en el boceto, la posición de Saturno sobre una nube o la falta, en el boceto, de las tres estrellas sobre el dios.
Los lienzos para la Torre de la Parada fueron realizados en torno a 1636-1638 aproximadamente, siguiendo la correspondencia entre el Cardenal Infante Don Fernando, gobernador de Flandes en el momento del encargo, y su hermano el rey Felipe IV.
La decoración de la Torre de la Parada, en cuyo proyecto también participaron otros autores como Velázquez, fue el mayor encargo que Rubens recibió de Felipe IV. A partir de 1636 se enviaron desde Amberes a Madrid más de sesenta obras para esta casa de recreo situada en los montes del Pardo. La mayor parte de las escenas narraban las pasiones de los dioses, según fueron descritas en las Metamorfosis del poeta romano Ovidio y otras fuentes clásicas. Para llevar a cabo un proyecto tan amplio, Rubens realizó pequeños bocetos sobre tabla, donde capta la esencia moral de las historias y las actitudes de los personajes. Estos bocetos sirvieron de base para la elaboración de los lienzos definitivos.
El Museo del Prado conserva diez de los bocetos de Rubens, nueve de ellos donados en 1889 por la duquesa de Pastrana, y uno adquirido en el año 2000. El Prado también conserva la mayoría de los lienzos realizados a partir de los diseños de Rubens para la decoración de este lugar (muchos de los cuadros fueron pintados por otros artistas).
(Información revisada y actualizada por el Departamento de Pintura Flamenca y Escuelas del Norte del Museo Nacional del Prado, 2014).