COMUNICACIÓN SIGUIENDO EL EJEMPLO DE JOSÉ KENTENICH, María Fischer •
“Para que puedas contarlo a tu hijo” (Ex 10,2). La vida se hace historia – este es el tema que el Papa Francisco ha elegido para la Jornada Mundial de las Comunicaciones Sociales de 2020. “El tema de la próxima Jornada Mundial de las Comunicaciones Sociales nos recuerda también que todo relato nace de la vida, del encuentro con el otro. La comunicación está llamada pues, a conectar a través del relato la memoria con la vida. Jesús recurría a las parábolas para comunicar la fuerza vital del Reino de Dios, dejando a los oyentes la libertad de recibirlas y relacionarlas consigo mismos. La fuerza de una historia se expresa en su capacidad de generar cambios. Una historia ejemplar tiene una fuerza transformadora…”así dice en la explicación. Alguien lo hizo ya hace más de cien años y creó un modelo de comunicación narrativa mucho antes de que se inventara la palabra «Storytelling«. De esto se trata este artículo, publicado originalmente en la revista Basis.—
El profesor Dr. Westerbarkey, decano de la Facultad de Ciencias de la Comunicación de Münster, hace tres preguntas después de leer el borrador del trabajo científico de una estudiante, que está lidiando con un montón de revistas amarillentas de principios del siglo XX. La segunda pregunta causa impacto: ¿Qué ha hecho la Iglesia con este José Kentenich, que cuestiona radicalmente la comunicación jerárquica descendente de la Iglesia Católica con este modelo? ¿Ignorarlo? ¿Silenciarlo? ¿Enviarlo al exilio?
Este montón de revistas amarillentas, dice, contiene explosivos.
Sin embargo, lo que el P. José Kentenich hizo con esa misma revista MTA de 1916 a 1922 es muy sencillo. Historias. Historias reales, contadas con honestidad y emoción. De la vida real.
Historias reales
Desde «The Good War. An Oral History of World War II“ (La Segunda Guerra Mundial en historias personales, 1984) de Studs Terkel, y un nuevo periodismo en el que nadie pasa de largo por el «Storytelling», ya no suena tan revolucionario, lo que los contemporáneos de Kentenich consideraron entonces «demasiado psicológico» y la marca inapropiada de personas intelectualmente superiores. “Prensa amarilla”, un veredicto aplastante, y no sólo entonces.
La narración en la revista MTA se basa en las tradiciones narrativas de los pueblos y todas las religiones principales antes de su proceso de escolarización. Sin embargo, esta tradición narrativa se ha quedado en gran medida en el olvido en las iglesias y comunidades cristianas.
«Debido a que los requisitos básicos de estas narraciones (bíblicas) fueron cuestionados por la «Crítica de la religión» y la cosmovisión científica y tecnológica, la base de la tradición narrativa religiosa se vino abajo.
En respuesta a la amenaza de la transmisión de la fe, las propias iglesias recurrieron a los medios de Ilustración. Ya no confiaban en sus propias tradiciones narrativas, sino en los métodos de enseñanza. (…) Una comunidad narrativa se convirtió en una empresa de formación», escribe el jesuita Eckehardt Bieger.
Según la convicción y experiencia de Kentenich, la vida cotidiana en las trincheras no se puede superar con formación.
“En las narraciones de las religiones se cuenta de personas que experimentan cosas asombrosas, que caen en crisis, que emprenden una nueva dirección, en la que otros valores tienen prioridad. – Todo esto se narra en relación con un compañero trascendente del ser humano, que se ocupa de las historias de la vida, que es de suma importancia para los héroes de las historias religiosas «, dice Bieger.
Esta es exactamente la lectura de la MTA. Allí, los jóvenes se cuentan sus experiencias con Dios y con esta novedad, que experimentan con la «capilla de la congregación» y la renovación del mundo desde Schoenstatt.
En 1915, los primeros schoenstattianos fueron reclutados para el servicio militar. Hasta entonces, todos se habían reunido en un solo lugar, celebraron reuniones y tuvieron intensos intercambios entre ellos y con el padre Kentenich.
¿Y ahora? El padre Kentenich escribe innumerables cartas y alienta a los estudiantes que permanecen en Schoenstatt a responsabilizarse por el contacto con los «externos». Lo que falta es lo que eran las asambleas antes. Nada de sermones y conferencias; lo que estos jóvenes necesitan ahora, con sus convicciones e ideales por sí solos, es la narración mutua. A comienzos de 1916, el P. Kentenich decidió publicar su propia revista llamada «Mater ter admirabilis», MTA.
El primer número tuvo una tirada de 100 ejemplares.100 copias de una revista mecanografiada de 8 páginas, imprimida en proceso de litografía, cuyo primer número consiste en temas como «La poderosa asistencia de María», que trata de una reunión de congregantes en un pub de Berlín, calcetines robados, ojos cerrados en la oración de la tarde, «Servir a nuestra Reina» y «Tesoros del lugar de gracias de Schoenstatt, que deben fluir a todos los campos de batalla».
Más del 75% de todas las aportaciones a la revista MTA son procesos inmediatos de la vida, experiencias. El P. Kentenich extrae, como escribe en 1919, apenas hay algún aporte en la MTA, y si lo hay, entonces consiste principalmente en extractos de cartas.
Los jovenes son comunicativos – espontáneos, despreocupados, por supuesto.
Él selecciona, arregla, junta los extractos de tal manera que uno responde al otro, se complementan entre sí y juntos forman una imagen completa y redonda, sin armonizar cada contribución individual y ponerlo en línea.
Él hace sugerencias para la discusión y combina cuidadosamente las lineas de opiniones divergentes.
Los alienta publicando procesos de vida lograda. No es que no haya problemas: la realidad de la guerra y sus propias debilidades salen de forma brutalmente honesta: pero no se encuentra ninguna contribución en la MTA, que no sugiera básicamente una superación de la dificultad. Incluso cuando uno de los chicos, que quería ser sacerdote, se enamora locamente de la enfermera en el hospital.
Si una carta no contiene en sí un proceso de vida lograda, utiliza los medios de la compilación dialógica y coloca una carta de otro congregante detrás de ella, que, nuevamente por experiencia propia, por lo tanto genuina y convincente, responde al problema adjunto.
Albert Eise, con entusiasmo juvenil, quiere derribar la pequeña capilla después de la guerra y reemplazarla con una iglesia digna de la grandeza de la Madre del Señor. Y su promoción, combinada con la probablemente primera campaña de recaudación de fondos de Schoenstatt, dura más de un año…
Sin interferencias, sin detenerla, sin gritos de horror.
Solo unas pocas páginas antes o después historias de visitas a la capilla y la nostalgia de después.
Cómo acaba la historia es bien conocido. Del dinero recaudado, se hizo la placa conmemorativa, que aún hoy recuerda en la pared derecha del Santuario Original que la vida puede desbordarse de golpe.
El convencimiento de Kentenich es inquebrantable: la vida que crece de la semilla de la Alianza de Amor crecerá bien.
En torno a la mesa
No se limita a la mera narración de historias. Kentenich abre un espacio de diálogo libre e igualitario. Por lo tanto, las historias no son para el consumo, sino para la toma de posición. ¿Qué crece en mí cuando registro lo que crece allí en Berlín, en Hagenau, en Vallendar con eso y eso? Kentenich llama a esta inspiración mutua «en torno a la mesa».
En torno a la mesa: Alrededor de la mesa: esto es lo contrario del consumo pasivo y la comunicación descendente y asesorada. Al menos cada dos artículos de la revista MTA contiene una solicitud de comentarios o una opinión sobre un artículo anterior, mediante el cual se crea un espacio de intercambio genuino de opiniones y experiencias y, en el sentido de sugerencias mutuas y procesos democráticos de formación de voluntad y de opinión y – y esto es crucial – esto también se acepta como tal.
Ampliación del horizonte
Y no en un espacio interior. Incluso el primer número de la MTA tiene 100 copias, aunque solamente 50 jóvenes schoenstattianos están en el ejército. El resto es para distribuir. Y se la pasan a otros soldados. Y a hermanos, padres, clérigos, estudiantes, sanitarios y enfermeras del hospital.
En julio de 1916, un soldado de Schoenstatt le escribe al padre Kentenich:
«Un cabo estudiante de teología de Hiltrup pide recibir la MTA. También quiere que esté disponible para un suboficial seminarista de Bonn”.
Resulta que estos dos estudiantes tienen grandes dudas y se quejan del “peligro de deterioro mental y espiritual». Y por eso acaba de conseguir que estos dos estén atentos a la MTA; razonamiento lógico:
«Ciertamente, eso es todo: las dudas y las quejas de los dos seminaristas, un testimonio más de la necesidad de nuestras aspiraciones marianas».
El 14 de noviembre de 1916, un congregante escribe: «Mi querido padre, para que puedas convencerte mejor del buen espíritu que anima a mis compañeros en el campo, me gustaría enviarte nuestra pequeña revista – Mater ter Admirabilis – regularmente de hoy en adelante. También puedes beneficiarte tú de ella. Así que no tienes que preocuparte tanto por mí… «- Respuesta del padre:» Mi querido Walter. Tu carta y tu revista me han complacido mucho. Como la tía Olga tiene las mismas dudas y preocupaciones que yo, le he dado (ambas) para que las inspeccione. Estoy seguro de que ella y el tío también se alegrarán… »
25.3. 1917, Wilhelm Waldbröl: “He encontrado dos camaradas que desean inscribirse en el Libro de María (lo que después hemos llamado Libro de Aliana). Al mismo tiempo, quieren obtener junto con un tercero la revista MTA.» – 1.5. 1917, uno de estos dos: «Soy un simple trabajador. Pero cuando se trata de hacer algo por mi Madre celestial, me gustaría participar».
Las historias en la MTA fascinaban. Atraían.
Y quien entró en el campo de visión de los schoenstattianos, amplió la visión en el sentido de una experiencia de revelación. María quiere actuar desde el santuario: también “aquí” y quiere atraer hacia sí también estos “corazones juveniles”.
Por eso, Schoenstatt, ¡ábrete a estas realidades!
Deja que te cuenten…
Publicado originalmente en Basis Juli/August 2019. Con permiso amistoso del editor
Original: alemán, 29.9.2019. Traducción: Paz Leiva, Madrid, España
Yo quisiera saber quién es la tía Olga presentada en el título de este mensaje. No encuentro el objetivo . Gracias. Olga Olmos
Hay que leer hasta el final y todo. Entonces aparece.
Tía Olga y el escribidor. Me encantó!!!!! La creatividad del Padre es impresionante, lo escribí en presente porque el vive entre todos nosotros.