Cuadros cubistas de Picasso: origen y evolución

Apuntes de arte

Cuadros cubistas de Picasso: origen y evolución

¿Cuánto sabes sobre la pintura del s.XX?

Pablo Picasso es sin duda el artista que ha alcanzado mayor relevancia en los relatos del arte de la primera mitad del siglo XX, desarrollando su trabajo tanto en pintura como en dibujo, escultura, collage, obra gráfica y cerámica, entre otros. Sus temas son variados, aunque en la mayoría de sus obras se puede apreciar un trasfondo en el que el amor erótico, la muerte, la guerra y la amistad están siempre presentes de un modo u otro. Su relación con la vanguardia fue la de una aproximación al lenguaje ya establecido, tanto en lo referente al surrealismo como al pop art o el expresionismo abstracto, lo que se refleja en los cuadros cubistas de Picasso.

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Sin embargo, si por algo es universal Picasso es por ser capaz de plasmar una nueva forma de ver el mundo a través del cubismo, quizá, su mayor aportación a la Historia del Arte. Son muchos los cuadros cubistas de Picasso, y resulta complicado hacer una selección de sólo unos pocos. No obstante, a continuación presentamos algunos que, sin lugar a dudas, no pueden quedar fuera de cualquier listado. 

Cuadros cubistas de Picasso: romper y reconstruir

Teniendo en cuenta la ingente cantidad de obra pictórica desarrollada por el artista, resulta complicado hacer una selección de sólo unos pocos cuadros cubistas de Picasso. Sin embargo, sí que es cierto que existen algunos ejemplos que, por su relevancia, resulta imprescindible conocer. 

Les demoiselles d’Avignon (1907)

Uno de los cuadros cubistas de Picasso más importantes es Les demoiselles d’Avignon. Este es un cuadro al óleo de Pablo Picasso, pintado en París en 1907. Evoca un prostíbulo de la calle Avinyó de Barcelona, aunque es más conocido con el nombre de Les demoiselles d’Avignon. Dominan el azul, el rosa y los ocres, reminiscencias del pasado más inmediato del pintor. Cabe destacar la agresividad de ciertas líneas y colores, ya que rompen con el concepto de la belleza clásica y más femenina. Considerado de estilo expresionista, fauve y cubista al mismo tiempo, es una clara muestra de la influencia de la escultura del África Negra y permite al artista abrir las puertas a esta última tendencia del arte moderno. 

Casas de Horta (1909)

Casas de Horta es una de las obras realizadas por Picasso en Horta (actual Horta de San Juan), en el verano de 1909 durante su segunda estancia en la villa. Se trata de un óleo de tonos ocres, con algunas zonas de un gris zinc azuladas y la aparición tímida de un verde en la zona superior izquierda de la pintura. La aportación al cubismo que Picasso hace en Horta es el trabajo en formas geométricas bien depuradas y contiguas, caras de poliedros que en Casas de Horta son un cúmulo de cuadrados, rectángulos y triángulos donde se enfatizan las aristas. Se trata de una aportación definitiva que, aunque obras de Braque y Picasso posteriores sean las que se cataloguen de “cubismo” puro, se puede decir que el cubismo picassiano empieza en realidad en Horta propiamente dicho. 

Casas de Horta (1909)

La fábrica de Horta (1909)

La fábrica de Horta es otro de los cuadros cubistas de Picasso realizados en Horta durante el verano de 1909. Se trata de un óleo de tonos ocres, gris zinc, azul y verdes, estos dos últimos con tonos metalizados. El cuadro puede considerarse como una indagación pictórica que radicaliza los hallazgos previos obtenidos en Casas sobre una colina. La aportación que hace La fábrica de Horta respecto a otras pinturas es la de la nitidez de los empotramientos, el contraste de los colores y, sobre todo, la incorporación decidida del verde y del semicírculo de las hojas de las palmeras. 

La fábrica de Horta (1909)

Cabeza de Fernande sobre la montaña de Santa Bárbara (1909)

Dentro de la producción picassiana hay muchos retratos de Fernande Olivier, compañera sentimental del pintor desde 1904 hasta 1912. A diferencia de Casas de Horta y La fábrica de Horta, se trata de un retrato humano, un género que Picasso practicó con mucha más frecuencia que cualquier otro tipo de paisaje. En este caso, el retrato de Fernande desplaza el paisaje arquitectónico como si se tratase de una Mona Lisa de la Terra Alta. En esta obra, Picasso aplica al busto todo el aprendizaje cezanniano mostrado en los paisajes arquitectónicos de Horta, con una paleta igualmente limitada al ocre, el gris y el verde. En el rostro practica el juego de encastre de caras de los poliedros, así como una simbiosis obtenida a través de la simbiosis de semicírculos y ángulos. 

Guernica (1937)

Sin duda, uno de los cuadros cubistas de Picasso más conocidos de todos es Guernica. Se trata de un óleo sobre lienzo inspirado en el bombardeo de la población vasca del mismo nombre que tuvo lugar el 26 de abril de 1937. Se trata de una obra a partir de blancos, negros y grises, con toques de azul y de rosa, en donde Picasso condensó sus etapas pictóricas anteriores. Figuró en el pabellón español de la Exposición Internacional de París de 1937. Destinado al “pueblo español”, hasta el año 1981 estuvo en depósito en el Museo de Arte Moderno de Nueva York y, solo con la instauración del régimen constitucional en España, se abrió un largo período de negociaciones con los herederos con la intención de hacer efectivo su retorno a España. Finalmente, este hecho se produjo el año 1981. La obra fue destinada a Madrid, donde estuvo expuesta primero en el Casón del Buen Retiro, dependiendo del Museo del Prado. Actualmente se encuentra en el Museo Nacional Centro de Arte Reina Sofía de Madrid.

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