MADRID
Las calles, de R�pide a hoy

Reina Cristina, paseo por un barrio efectivamente Pac�fico

A pesar de su pol�mica ubicaci�n, la avenida dedicada a la Reina Cristina es una elegante v�a que recuper� su esplendor tras la Guerra Civil

El paseo de la Reina Cristina, hace unos d�as.
El paseo de la Reina Cristina, hace unos d�as.SERGIO GONZ�LEZ VALERO
Actualizado

Cincuenta a�os antes de que Pedro de R�pide describiese las calles de Madrid a partir de 1920 ya se hab�a abierto, a trav�s del olivar de Atocha, el paseo de la Reina Cristina, que honra el recuerdo de la segunda esposa de Alfonso XII y luego reina regente. El cronista de la villa apreciaba la propia avenida, pero como tantas veces hac�a en puntos varios de Madrid, criticaba la ubicaci�n elegida.

�M�s de una vez hemos se�alado el error de haber dedicado a la edificaci�n toda esta l�nea del cerro de San Blas y el olivar de Atocha, desde la calle de Alfonso XII hasta la antigua ronda de Vallecas, que deb�a haber sido destinada a extender el Retiro�. Tambi�n se�alaba R�pide que con el desmonte para abrir el paseo �qued� cortada la corriente de agua medicinal de Santa Polonia�. Durante un tiempo se recogi� esa agua de un corte en el desmonte, y era �servida al p�blico en un modesto aguaducho�. Pero desapareci� esa vena de agua, �tal vez torpemente cegada, con ese descuido que castiga usualmente en Madrid a tantas cosas merecedoras de atenci�n y estima�.

Los tiempos no han cambiado eso mucho, pero queda el elegante paseo, muy bien restaurado tras los destrozos de la Guerra Civil, y que parece imbuido del car�cter de un barrio que se llama Pac�fico -por una de sus calles, la de la Costa del Pac�fico- pero que es eso, menos trepidante que el centro o Salamanca porque es m�s residencial y hostelero que comercial. No se ven gent�os por Reina de Atocha, y son muchos los edificios modernos y lujosos de viviendas.

Adem�s, R�pide dedicaba toda una parte del art�culo a alabar la labor de la reina Mar�a Cristina de Habsburgo Lorena, se�alando que �en la �poca de la regencia (1885-1902) hay un gran desenvolvimiento y embellecimiento de Madrid�, con muchas obras debidas �a la iniciativa particular� de la reina. Ya era anterior a esos a�os el edificio m�s notable del paseo, que es hoy el Pante�n de Espa�a, anteriormente llamado Pante�n de Hombres Ilustres, de estilo neobizantino, y est� casi oculto entre el paseo de la Reina Cristina y la calle de Juli�n Gayarre.

En 1837 las Cortes votaron el proyecto para convertir la iglesia de San Francisco el Grande en Pante�n Nacional. En la actualidad pertenece al Patrimonio Nacional y es posible visitarlo. En esta etapa tiene como objetivo mantener el recuerdo y proyecci�n de las personas destacadas por su labor en defensa de la convivencia democr�tica, la paz y los derechos humanos, as� como el progreso de la ciencia o la cultura. En �l se pueden visitar los mausoleos de pol�ticos y militares como Sagasta, C�novas del Castillo, Dato, R�os Rosas, Canalejas o Guti�rrez de la Concha.

Tambi�n en tiempos de la regencia, entre el paseo de la Reina Cristina y las calles de Gutenberg, Andr�s Torrej�n y Poeta Esteban Villegas se construy� en 1895 el Cuartel de Mar�a Cristina, de Infanter�a, el primer cuartel construido con pabellones aislados que imped�an el hacinamiento y facilitaban as� la limpieza diaria, para evitar la mortalidad tan alta en los cuarteles, con ocho pabellones perpendiculares al paseo. Ese cuartel fue derribado en los a�os 70 del siglo XX y se construyeron en su lugar varios edificios de viviendas militares, cuya situaci�n en ese barrio sigue sorprendiendo a algunos.

El paseo tiene tambi�n una vocaci�n educativa, desde el cl�sico Colegio Virgen de Atocha -una de las cunas del baloncesto infantil madrile�o, por cierto- hasta el moderno Campus Training.

El paseo no es muy largo, ya que nace detr�s de la estaci�n de Atocha y termina en la compleja plaza de Mariano de Cavia -donde estuvo el hotelito en el que falleci� en 1920 aquel famoso escritor e ingeniero-, en la que confluyen otras tres grandes v�as: avenida del Mediterr�neo, Cavanilles y Men�ndez Pelayo. En la �ltima esquina de Reina Cristina, con discret�sima entrada, se encuentra desde hace dos decenios la casa de comidas m�s interesante del paseo, y gran embajada de la cocina italiana y particularmente siciliana: Don Giovanni, el restaurante de Andrea Tumbarello.