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Peque�as cartas indiscretas: Olivia Colman, una actriz insultantemente Olivia Colman (***)

Olivia Colman y Jessie Buckley demuestran de lo que son capaces dos actrices descomunales cuando nadie las mira

Olivia Colman y  Jessie Buckley en 'Peque�as cartas indiscretas'.
Olivia Colman y Jessie Buckley en 'Peque�as cartas indiscretas'.
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"Actuar", dijo en una ocasi�n el ya centenario Marlon Brandon, "es la expresi�n de un impulso neur�tico. Es la vida de un vagabundo". Tambi�n dijo que un actor es una persona que nunca hace caso a una conversaci�n salvo que se hable de �l. Y, probablemente, en los dos casos ten�a raz�n. Pero, �qu� es y qui�n es un actor? Probablemente no haya respuesta buena a esta pregunta. Un actor es, por definici�n, un enigma. De hecho, un actor existe para desaparecer o, si se prefiere, m�s obvio, un actor no es nadie m�s que los personajes que interpreta. Los actores son lo que son porque aspiran a ser (o son pagados por ello) la persona que quieren ser. Apurando, podr�amos decir que un actor no es nada m�s que la expresi�n m�s alta de algo tan evidente y a la vez siempre a la fuga que el deseo.

'Peque�as cartas indiscretas' es la demostraci�n m�s clara de todo lo anterior (sea lo que sea lo que signifique el p�rrafo precedente). Olivia Colman y Jessie Buckley se dejan llevar por un guion ocurrente, que no brillante, y una puesta en escena efectista, que no exactamente efectiva. Y, sin embargo, en todo lo que dura la pel�cula, que tampoco es tanto, resulta literalmente imposible retirar la mirada de ese extra�o misterio de dos actrices que son exactamente lo que no son; que se desnudan y se exhiben en carne viva en el instante preciso en que mejor se visten con sus mejores galas; que vagabundean por la mirada del espectador en una exhibici�n febril de ese impulso desmedido y neur�tico del que hablaba Brando. Que son muy buenas, vaya.

Se cuenta la historia de una comunidad que un buen d�a es sorprendida por una serie de cartas difamatorias. Estamos en un peque�o pueblo de la Inglaterra de los a�os 20 con todo lo que eso significa a poco que uno haya dedicado buena parte de su vida a ver series como 'Arriba y abajo', 'The Crown' o, llegado el caso, hasta 'Los Roper'. Colman, siempre imperial en todas las formas posibles de la realeza, da vida a una mujer reprimida hasta la exasperaci�n y Buckley interpreta a su n�mesis, una joven liberada por encima de las posibilidades de la �poca. Lo que sigue es el evidente y consabido enfrentamiento entre lo nuevo y lo viejo a la vez que el espectador es invitado a un juego de cerca del 'whodunit' (qui�n ha sido) tan recurrente como no del todo ingenioso. Qu� le vamos a hacer.

Thea Sharrock juega sin discreci�n alguna a las anacron�as y utiliza el pasado para, como siempre, explicar el presente. Responsable de cintas como 'Antes de ti', la directora hab�a demostrado ya una rara habilidad para, a su modo, actualizar los lugares comunes del melodrama con gracia, distancia y cierto histrionismo. Ahora, la idea no es muy diferente. La estrategia de 'Peque�as cartas indiscretas' consiste en proponer la m�s soez e irreverente de las ofensas (de eso van las cartas) desde el m�s ordenado, gr�cil y delicado de los universos. Lo que se discute es tanto el g�nero como la propiedad de las mismas palabras. O, mejor, de las palabrotas. Y de su mano, lo que se pone en tela de juicio es la propiedad misma de la realidad. �Por qu� solo tienen (o ten�an) permiso para insultar los hombres? �Cu�l es el l�mite que separa la educaci�n de la simple hipocres�a? Y as�. Todo esto, cuidado, en un mundo sin redes sociales.

Digamos que la pel�cula est� en el sitio correcto con las preguntas adecuadas. Y, sin embargo, en todo momento se muestra incapaz de sobrepasar la simple an�cdota. 'Peque�as cartas indiscretas' se mantiene feliz --entre la comedia, el drama y el 'thriller' judicial-- en la detallada descripci�n de un universo a la vez perfectamente reconocible y provocadoramente extra�o. Y ah� se queda, negada para profundizar en una herida que a�n nos habla y nos sangra. L�stima. Pero con todo, Olivia Colman y Jessie Buckley acuden raudas a completar los huecos y exhibirse en un descomunal ejercicio de s� mismas que no es m�s que, por definici�n, una exhibici�n de todo aquello que no son o, de otro modo, de todo aquello que nosotros, espectadores, pudimos alguna vez ser o so�ar ser. Es as�. Puro deseo. Puro misterio. Puro placer.

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Directora: Thea Sharrock. Int�pretes: Olivia Colman, Jessie Buckley, Anjana Vasan, Timothy Spall, Joanna Scanlan. Duraci�n: 102 minutos. Nacionalidad: Reino Unido.