Villanos de la historia

Beria, el asesino m�s eficiente de Stalin

Actualizado

Fue hijo de campesinos, meritorio estudiante de Arquitectura y un eficiente polic�a de provincias. Pero lleg� a Mosc� y se convirti� en una bestia de la insidia y el mal

KEYSTONE FRANCE

"Crea el caos y trae el comunismo"

  • Nombre completo: Lavrenti Pavlovich Beria (1899-1953)
  • Carrera: oficial de la checa en Georgia, director del NKVD, ministro del Interior y vicepresidente del Gobierno.
  • Obra: Feminicidios, purgas, inventor del gulag, matanza de Katyn.
  • Nivel de maldad: 10 / 10.

Ten�a el aspecto de un hombre sin atributos, con sus gafas redondas, su temprana calvicie y su rostro severo, pese a la t�mida sonrisa que a veces se adivinaba en la comisura de sus labios. Detr�s de su apariencia anodina, el camarada Beria escond�a a un aut�ntico monstruo, un tipo que ejerci� de lugarteniente de Stalin con la efectividad de un reloj suizo y el sadismo de un siniestro soci�pata.

Hijo de campesinos, el joven Beria se afili� al Partido Comunista y logr� diplomarse como arquitecto en el Instituto Polit�cnico de Bak�. Poco despu�s empez� a ejercer de esp�a para los bolcheviques y, tras el triunfo definitivo del bando de Lenin en la guerra civil, fue nombrado jefe policial de Georgia, donde se encarg� de suprimir con mano dura cualquier conato de revuelta o disensi�n.

Su creciente influencia lo llev� a escalar posiciones en el partido hasta ser nombrado director de la NKVD, variante hist�rica de lo que hasta hace poco conoc�amos como KGB y que ahora es el FSB. Unas simples siglas cuya sola menci�n provoca escalofr�os. Desde su nuevo puesto, Beria administr� con letal pragmatismo las largas listas de asesinatos que Stalin utiliz� para deshacerse de sus enemigos pol�ticos, una posici�n id�nea para complacer la creciente paranoia de Koba, nombre con el que se refer�a al dictador su c�rculo m�s cercano. En un encuentro con Winston Churchill en plena Segunda Guerra Mundial, Stalin lleg� a presentar a su infalible perro de presa como "nuestro Himmler".

Adem�s de encargarse de las purgas (�irse a tomar un caf� con Beria� era el eufemismo que utilizaba el Ej�rcito Rojo cuando alg�n mando era detenido y ejecutado), fue el arquitecto de la expansi�n de la red de m�s de 500 campos de trabajos forzados distribuidos por toda la URSS, los temibles gulags. En palabras de Anton Antonov-Ovseyenko, historiador y prisionero de uno de ellos durante 13 a�os, �los gulags exist�an antes de Beria, pero fue �l quien industrializ� el sistema gulag�.

En el sangriento curr�culum de Beria se encuentra la conocida como masacre de Katyn, el asesinato en masa de los prisioneros de guerra polacos que tuvo lugar en 1940. Un memor�ndum de su pu�o y letra enviado a Stalin suger�a que aquellos soldados eran una amenaza para el nuevo r�gimen sovi�tico en Polonia y deb�an ser ejecutados. 22.000 hombres fueron fusilados y enterrados en las fosas comunes del bosque de Katyn, pr�ximo a la ciudad de Smolensk.

Fue el responsable de la muerte de 20.000 polacos en la que fue conocida como Matanza de Katyn

El trabajo diario de Beria era el espionaje y el homicidio, pero su pasatiempo favorito era la violaci�n. Durante a�os, los historiadores desconfiaban de la veracidad de su supuesto historial de cr�menes sexuales, pero la apertura de los archivos de sus interrogatorios resolvi� cualquier duda al respecto. Como relata Simon Sebag Montefiore en La corte del zar rojo (Cr�tica), Beria se entreg� a �una vida sexual draculiana [...]. A menudo es imposible diferenciar entre las mujeres a las que sedujo, las que acudieron a �l para defender a sus seres queridos y aquellas a las que simplemente secuestr� y viol�. En 2003, la embajada de T�nez en Mosc�, situada en la antigua mansi�n de Beria, inform� de que las obras de construcci�n de la bodega hab�an sacado a la luz multitud de huesos humanos, algunos enterrados, otros ocultos entre los muros del edificio.

Seg�n dos de sus guardaespaldas del NKVD, a Beria le gustaba salir en limusina para se�alar a mujeres j�venes que eran detenidas y escoltadas hasta su casa moscovita, donde les ofrec�a todo tipo de lujosos manjares. Despu�s de cenar, Beria las llevaba a su oficina insonorizada, cerraba la puerta con llave y las violaba.

Antes de salir de la casa de los horrores, los guardaespaldas deb�an entregar a cada v�ctima un ramo de flores. Si lo aceptaban, se convert�an en protegidas del r�gimen. Si lo rechazaban, eran arrestadas y, en algunos casos, asesinadas.

Llevaba a las mujeres seleccionadas a una sala insonorizada donde las violaba

Beria fue el brazo derecho de Stalin desde 1938 hasta 1953, pero en los postreros d�as del dictador tem�a ser se�alado como pr�ximo enemigo del pueblo por sus intenciones aperturistas. Cuando el l�der supremo se derrumb� en el dormitorio de su dacha tras sufrir una hemorragia cerebral, Beria fue el primero en descubrirlo. Las siguientes horas y d�as, como muestra Armando Iannucci en la negr�sima comedia La muerte de Stalin, fueron lo m�s parecido a un sketch de los Monty Python. Beria parec�a haber ganado la batalla gracias a su posici�n al frente del NKVD, pero Nikita Jrushchov logr� finalmente hacerse con el poder con la colaboraci�n de los dem�s miembros del Politbur�. En plena reuni�n para decidir los pr�ximos pasos de la URSS, ordenaron la detenci�n de Beria tras acusarle de traici�n y de comportamiento anti-sovi�tico, cargos por los que fue ejecutado en diciembre de 1953.

En la pel�cula, un genial Steve Buscemi en la piel de Jrushchov dice mientras prenden fuego al cad�ver de Beria: �Te enterrar� en la Historia, �me oyes, gordo cabr�n?�.

Y eso hizo. Despu�s de ser nombrado Secretario General del partido, borr� por completo a su antiguo compa�ero de la historiograf�a sovi�tica, hasta que la desclasificaci�n de documentos a principios de los a�os 90 empez� a revelar las escasas luces y las muchas sombras de la perversa trayectoria del camarada Beria.

Conforme a los criterios deThe Trust Project

Saber más