Biografia de Darío I el Grande

Darío I el Grande

Rey de Persia (550 - 485 a. C.). Era hijo del s�trapa de Partia, de una rama secundaria de la familia real Aquem�nida. Pertenec�a a la guardia real del emperador Cambises II cuando �ste muri� en el 522 a. C.; junto con otros nobles, se enfrent� al usurpador Gaumata, que, haci�ndose pasar por el hermano del emperador, Bardiya o Smerdis (muerto, en realidad), se hab�a proclamado rey.


Darío I el Grande

Dar�o se hizo con el poder mediante un golpe de Estado en el 521, si bien propag� la leyenda de que hab�a sido elegido rey mediante la hipomancia o adivinaci�n por los caballos; con la muerte de Gaumata y el aplastamiento de sus partidarios, Dar�o someti� a la casta sacerdotal persa.

Hasta el 518 se dedic� a consolidar su poder, eliminando a nueve competidores, adem�s de someter las rebeliones de Babilonia, Susa y Egipto. Pronto retom� la din�mica de expansi�n de sus predecesores: envi� expediciones al Punjab y a las costas del golfo P�rsico (hacia el 512). Su guerra contra los escitas le permiti� anexionarse Tracia y someter al rey de Macedonia; pero no consigui� llevar sus conquistas m�s all� del Dni�ster.

Espoleadas por el relativo fracaso de Dar�o ante los escitas, las ciudades griegas de Jonia se rebelaron contra la dominaci�n persa y llamaron a Atenas en su ayuda (499). La revuelta fue reprimida con dureza, pero Dar�o crey� necesario prevenir nuevos estallidos llevando la guerra hasta el coraz�n de Grecia; el primer intento fracas� por el naufragio de la flota persa durante una tormenta (492). El segundo parec�a tener m�s garant�as de �xito, pues el oro persa garantiz� la neutralidad de la mayor�a de las ciudades, dejando aisladas a Atenas y Esparta; sin embargo, los atenienses consiguieron derrotar al ej�rcito persa en la batalla de Marat�n (490 a. C.).

Cuando, cuatro a�os m�s tarde, muri� Dar�o, los ecos de aquella derrota en el extremo occidental del Imperio animaron nuevas insurrecciones en Egipto y Babilonia, que su hijo y sucesor, Jerjes I, tardar�a en reprimir. Sin embargo, junto con estas dificultades militares, Dar�o le leg� un Imperio s�lidamente organizado desde el punto de vista pol�tico y militar, en torno a la figura del s�trapa, gobernador provincial con amplias atribuciones pol�ticas y militares, vigilado por un secretario real; la monarqu�a absolutista que implant� iba acompa�ada de un respeto exquisito por los cultos religiosos de los pueblos conquistados, que conviv�an con el culto oficial a Zoroastro.

C�mo citar este art�culo:
Fernández, Tomás y Tamaro, Elena. «». En Biografías y Vidas. La enciclopedia biográfica en línea [Internet]. Barcelona, España, 2004. Disponible en [fecha de acceso: ].