Club Zero (2023), de Jessica Hausner

Una escuela de élite. La activa sociedad de padres ha reclutado a la profesora soltera Novak, experta en nutrición, para dar clases sobre alimentación consciente a los que voluntariamente deseen asistir. Hay que salvar el planeta, naturalmente, y dar al cuerpo lo que necesita, o más bien no dárselo, porque gracias a la mente, tampoco hace falta tanto. Los adolescentes alumnos empiezan a concienciarse, y de tomar fragmentos minúsculos de alimentos, pasan a la abstinencia absoluta, ante el estupor de unos padres que no saben qué hacer.

Sorprendente y provocadora película de la cineasta austríaca Jessica Hausner, directora y coguionista, que ya sorprendió con su singular acercamiento al mundo de las peregrinaciones marianas en Lourdes, la película que le colocó en el mapa del conocedor cinematográfico. Aquí ofrece sin duda una acerada crítica a tanto discurso oficial que llena las páginas de la agenda 2030, o a tanto ecologista imbuido de las ideas de la en otros tiempos adolescente Greta Thunberg, con mucho activista que muestra un comportamiento más propio del captado por una secta. También carga hacia la irresponsabilidad de tantas padres y educadores por lo poco que preparan a los jóvenes para afrontar la vida, incluso con el motivo que podría ser causa de despido de la señorita Novak, el atender la inclinación de un alumno a la ópera (o al teatro), lo que habría sido una iniciativa deplorable, sospechosa de comportamiento inadecuado.

El irregular resultado se debe en parte a la reiteración de la propuesta, que acaba agotando, y de la ambigüedad del planteamiento, que descoloca al espectador y le impide sumergirse en lo que ve. Hace pensar, de ello no cabe la menor duda, pero hay algo surrealista en la narración, un aire como de película entre Wes Anderson y Aki Kaurismäki, con los colores y decorados estilizados, y los estrafalarios y lacónicos personajes, donde son reconocibles sobre todo los rostros de dos actrices, Mia Wasikowska, la nueva profesora, y Sidse Babett Knudsen, la indolente directora del colegio.