Raffaella Carrà, el huracán rubio que solo se enamoró dos veces
Raffaella Carrà, el huracán rubio que solo se enamoró dos veces
VIDAS

Raffaella Carrà, el huracán rubio que solo se enamoró dos veces

La artista llevó su vida privada en la estricta intimidad. Se le conocen dos grandes amores: Gianni Boncompagni y Sergio Japino. Nunca se casó, "no creo en el matrimonio", decía

Foto: Raffaella Carrà, en una bonita imagen de archivo. (Cordon Press)
Raffaella Carrà, en una bonita imagen de archivo. (Cordon Press)

"No creo en el matrimonio", decía Raffaella Carrà siempre que le preguntaban. La cantante, fallecida a los 78 años, deja miles de corazones rotos en todo el mundo pero ninguno que pertenezca oficialmente a su 'viudo'. Tampoco tuvo hijos. A cambio, su carrera fue fértil en éxitos en media Europa y Latinoamérica, donde era un auténtico ídolo.

Cuando murió Gianni Boncompagni, en la primavera de 2017 en Roma, Carrà acudió desconsolada. Era su manera de rendir homenaje al hombre que pasó con ella más de una década, no solo acompañándola en su vida privada, también ocupándose de su carrera. Boncompagni fue el bruñidor de buena parte de ese éxito internacional pero también fue el primero en entrar de lleno en el corazón de la presentadora. "No le enseñé nada, nació así", dijo él sobre ella, mostrando su generosidad, aunque en realidad fue tan buena pareja como productor. "Me enamoré de un hombre maravilloso. Vi crecer a sus hijas. Le manifesté, en los últimos días, todo mi afecto", señaló ella aquella tarde en su despedida en Roma.

A pesar de sus letras y de haber cantado al amor libre en todas sus facetas, Carrà prefirió mantener su vida privada de forma íntima. Algunos romances trascendieron, otros no. Ese secretismo abonó la leyenda de los hombres a los que había rechazado, incluido un joven Frank Sinatra de poderosa mirada azul. Se dice que cuando ambos participaban en 'El coronel Von Ryan', Raffaella tuvo que decir que no a varias insinuaciones de la estrella. "No seré la chica del jefe", se excusó la actriz, cuyo acento italiano y su despampanante belleza de Bologna había cautivado al rey de Nueva York. Dicen las (malas) lenguas que Sinatra se consoló con Mia Farrow.

Primer gran amor

Su primer amor verdadero fue Boncompagni, que se había separado de su mujer y tenía tres hijas. Ambos convivieron durante una década junto a las hijas de él. "Jamás reemplacé a su madre", explicó Raffaella en una entrevista, donde sí admitía que existía mucha complicidad entre las cuatro mujeres. "Él escribió todas mis canciones, esas que aún se siguen bailando hoy en día –como 'Fiesta', 'Pedro', 'Il Presidente'–. Tenía tres hijas y era difícil pensar en un cuarto. Lo pasamos muy bien juntos, fue una fiesta fantástica, pero mi carrera por Europa y América nos fue alejando poco a poco".

También en esto fue revolucionaria, porque a pesar del compromiso, nunca quiso formalizar la relación. Gianni era compositor y locutor de radio y mantenía una gran diferencia de edad con Raffaella, lo que ha llevado a algunos a ver en él más una figura paterna (Raffaella no tuvo buena relación con su padre) para Carrà que una pareja.

"Mi padre era de Emilia, una zona más tradicional, y mi madre de la Romaña, más abierta. De mi padre, por tanto, he heredado esa parte más conservadora y práctica, más de negocios. Cuando he ganado dinero no me he comprado un Ferrari. Igual he ido a Bulgari y le he regalado una joya a mi madre o a mi abuela Andreina, que fue la que de verdad me animó a ser artista. Pero a mí no me ha motivado nunca ponerme un brillo grande en la solapa. No me emociona. He invertido más en mi hogar, en un buen arquitecto. Esa casa con vistas al mar me hace estar cerca de Dios", contó sobre sus orígenes en una entrevista en 'El País'.

Quizá por eso en su siguiente gran amor buscó precisamente lo contrario: la juventud. Raffaella Carrà también encontró a su segundo gran amor, Sergio Japino, en el trabajo. Él era su coreógrafo. Empezaron en el año 80 y la pareja tuvo que sortear más de un prejuicio por su diferencia de edad: ella era once años mayor que él. "Él fue quien montó sus grandes musicales. Eran tiempos de giras intensas, de conquistar América, de ganar el Festival de Viña del Mar, de arrasar en la Argentina con sus hits. El coreado 'Hay que venir al Sur' era toda una declaración de amor hacia estas latitudes", se lee en un sentido artículo de 'La Nación' de Argentina.

A propósito de aquello, en una ocasión le preguntaron por las mujeres que, como Brigitte Macron, se enamoran de hombres más jóvenes. "Anima mucho saber que una mujer que le lleva 25 años de edad pueda casarse con un hombre tan guapo y tan joven. Esto a algunas nos hace rejuvenecer automáticamente (ríe). Y ella debe tener algún secreto guardado porque lo tiene enamoradísimo. [...] He vivido alguna situación similar, pero para los artistas es diferente".

Poco a poco ese amor cambió y han sido amigos hasta el último día. Tampoco con Japino pudo o quiso ser madre. "No, porque cuando lo intenté ya era tarde. El médico me dijo que no podía. Me hubiera gustado tener un hijo. Pero tengo dos sobrinos que ha sido como tenerlos", manifestó Raffaella Carrà sobre su maternidad. En realidad, deja muchos 'huérfanos' hoy de su música.

"No creo en el matrimonio", decía Raffaella Carrà siempre que le preguntaban. La cantante, fallecida a los 78 años, deja miles de corazones rotos en todo el mundo pero ninguno que pertenezca oficialmente a su 'viudo'. Tampoco tuvo hijos. A cambio, su carrera fue fértil en éxitos en media Europa y Latinoamérica, donde era un auténtico ídolo.

Raffaella Carrà
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