Independencia de México

La independencia de México frente a España se logró después de un proceso bélico que se prolongó durante once años, que se inició en 1810 con el Grito de Dolores y culminó en 1821 con la entrada del Ejército Trigarante en Ciudad de México, el 27 de septiembre de 1821. La independencia de México estuvo influenciada por la Ilustración, las guerras napoleónicas y la corriente independentista en América. Las noticias de la invasión a España por parte de Napoleón y la abdicación del rey Fernando VII causaron grandes revueltas en las colonias españolas en América (al tiempo que estalla en Europa la Guerra de independencia de España). Con la excusa de proteger los intereses de la Corona española en las diferentes colonias en América se establecieron juntas de gobierno conformadas por criollos aristócratas. Desde ese momento las poblaciones se dividieron entre realistas e independentistas, convirtiendo inicialmente el proceso de independencia en una guerra civil.

La guerra de independencia de México se divide en cuatro etapas historiográficas: Iniciación (1810–1811), la organización (1811–1815), la resistencia o guerra de guerrillas (1815–1820), y finalmente la consumación (1820–1821).

La guerra de independencia de México culminó en 1821 con la entrada triunfal del Ejército Trigarante en Ciudad de México.

Antecedentes

Colonización española de América

En 1492, con la llegada de los españoles al continente americano, se inició una etapa de colonización y explotación de los territorios a través de organizaciones administrativas agrupadas en virreinatos y capitanías generales.

En 1535 se establece el Virreinato de Nueva España en una vasta área geográfica comprendida por los actuales territorios de México, así como territorios que comprenden parte de los actuales Estados Unidos de América (California, Nevada, Colorado, Utah, Nuevo México, Arizona, Texas, Oregón, Washington, Florida y partes de Idaho, Montana, Wyoming, Kansas, Oklahoma y Luisiana).

El Virreinato de Nueva España también comprendió al suroeste de Columbia Británica (actual Canadá); la Capitanía General de Guatemala (comprendida por los actuales países de Guatemala, Belice, Costa Rica, El Salvador, Honduras y Nicaragua); la Capitanía General de Cuba (actuales Cuba, República Dominicana, Puerto Rico, Trinidad y Tobago y Guadalupe); así como la Capitanía General de las Filipinas, (comprendiendo las Filipinas, Carolinas y las Marianas).

La Ilustración

En el siglo XVIII emergió la Ilustración, un movimiento intelectual en Europa y en Norteamérica que propagó ideales liberales y republicanos que pusieron en duda las creencias tradicionales basadas en la fe, el dogma, la religión, la monarquía y el derecho divino de los reyes. Los principios de la Ilustración sirvieron como base para los movimientos revolucionarios del siglo XVIII y del siglo XIX.

Las revoluciones

En 1865 estalló la Revolución estadounidense, la primera basada en ideales ilustrados. Después de una extensa guerra contra Gran Bretaña que se prolongó por ocho años, Estados Unidos fue el primer país del continente en lograr la independencia.

En 1879 estalló la Revolución francesa, un violento conflicto que sacudió a toda Europa y tuvo una profunda influencia en el continente americano.

En 1891 estalló la Revolución haitiana, logrando la independencia y abolición de la esclavitud en Haití para el año 1904. Años más tarde, al mismo tiempo que se inicia la guerra de independencia mexicana suceden las revoluciones de América hispana.

Invasión francesa a España

En 1808, Napoleón Bonaparte invade España en medio de las Guerras napoleónicas, obligando al rey Carlos IV y a su hijo Fernando VII a abdicar la corona a favor de su primo José Bonaparte. Este hecho desencadenó en una crisis política internacional que produjo el rechazo de las colonias españolas en América, que inicialmente declararon su apoyo a la corona española, pero que eventualmente proclamaron su independencia absoluta. También desencadenó en la Guerra peninsular, o Guerra de Independencia de España.

En México, el ayuntamiento –con apoyo del virrey José de Iturrigaray–, reclamó la soberanía de los territorios en ausencia del «rey legítimo». Después de un intento de golpe de Estado contra el virrey los cabecillas de la insurrección fueron encarcelados.

Guerra de Independencia de México

Inicio de la guerra (1810-1811)

Esta etapa comienza con el Grito de Dolores efectuado el 16 de septiembre de 1810, por el padre Miguel Hidalgo y Costilla. En Querétaro se llevaba a cabo una conspiración (Conspiración de Querétaro) para derrocar al Virreinato de Nueva España pero ésta fue descubierta por los españoles, produciéndose en consecuencia un enfrentamiento armado.

Al verse en ese momento sin apoyo, Hidalgo tocó las campanas de la iglesia y en compañía de Ignacio Allende y Juan Aldama, convocó al pueblo de Dolores a sublevarse en contra del dominio español. No se conoce con exactitud cuáles fueron las palabras pronunciadas por Hidalgo, sin embargo algunas versiones existentes son:

«¡Viva nuestra madre santísima de Guadalupe!, ¡viva Fernando VII y muera el mal gobierno!»
–Según Manuel Abad y Queipo (1810)

«¡Viva la América!, ¡viva Fernando VII!, ¡viva la religión y mueran los gachupines!»
–Según Diego de Bringas (1810)

Actualmente cada 16 de septiembre se conmemora el aniversario de Inicio de la Independencia de México.

El sacerdote acusó a los españoles de traidores por pretender entregar el Virreinato a Francia. El pueblo se enfureció y se armó con palos, lanzas, machetes, etc., y se unió al movimiento. El grupo de insurgentes recorrió varias zonas del Bajío llevando el estandarte de la Virgen de Guadalupe.

El 21 de septiembre de 1810, llegaron a Celaya donde sumaron aproximadamente 20 mil hombres a sus filas. La ciudad fue saqueada por los insurgentes y Hidalgo fue proclamado como «Capitán General de América». Las clases medias y altas veían con recelo a los insurgentes, ya que sus líderes eran incapaces de contenérmelos, marcando así una marcada diferencia ente Hidalgo e Ignacio Allende. 

El 28 de septiembre los insurgentes llegaron a Guanajuato donde fueron apoyados por los habitantes. En consecuencia el intendente Juan Antonio de Riaño se refugió junto a su tropa en el edificio llamado Alhóndiga de Granaditas, desde el cual envío varias cartas solicitando apoyo español pero nunca le fue concedido. Hidalgo pidió la capitulación de Riaño pero éste no accedió. Un hombre de origen popular conocido como «El Pípila» incendió la puerta principal permitiendo la entrada del ejército de Hidalgo. Tras tomar el edificio los insurgentes saquearon la ciudad, pero esta vez Hidalgo condenó a muerte a los responsables.

Primer órgano de gobierno

Los insurgentes se dirigieron hacia Valladolid donde Hidalgo abolió la esclavitud y suprimió el pago de los tributos para conseguir apoyo popular. Seguidamente venció en el Monte de las Cruces a las tropas españolas dirigidas por Torcuato Trujillo.

Estando en Guadalajara la intención de Hidalgo era conformar el primer órgano de gobierno independiente para el cual se nombraron dos ministros: el ministro de Estado, Ignacio López Rayón y el ministro de Justicia, José María Chico. Mientras que Hidalgo ocupó el cargo de magistrado supremo. Bajo esta investidura realizó la primera reforma agraria, la cual les otorgaba a los indígenas la propiedad de las tierras; asimismo reafirmó la abolición de la esclavitud y el pago de impuestos.

Victoria realista

El 16 de septiembre de 1811, Allende y Mariano Abasolo fueron derrotados por los realistas. Tras este hecho los insurgentes se dispersaron. Hidalgo y los otros jefes partieron rumbo a Aguascalientes, pero Hidalgo fue despojado de su cargo y remplazado por Allende.

Finalmente los insurgentes son traicionados por el jefe del movimiento libertador en Coahuila, Ignacio Elizondo. Miguel Hidalgo, Ignacio Allende, Mariano Aldama y José Mariano Jiménez fueron condenados y fusilados, luego sus cadáveres fueron decapitados y sus cabezas colgadas en las cuatro esquinas de la Alhóndiga de Granaditas. Sus muertes selló la primera etapa de la lucha por la independencia.

Batallas (1810–1811)

Segunda etapa: Organización (1811-1815)

Tras la muerte de los caudillos, Ignacio López Rayón asumió el mando del Ejército. Antes de ser condenado, Hidalgo le encargó al cura de Carácuaro en Michoacán, José María Morelos que organizará al pueblo del Sur. Esta tarea la llevo a cabo junto a los hermanos Galeana, quienes gozaban de la simpatía y reconocimiento del pueblo. 

El virrey Francisco Xavier Venegas envío a sus tropas para combatir a Morelos, pero estos fueron derrotados en múltiples batallas como la de Tres Palos. Los insurgentes ganaron un importante terreno en el sur y el centro del país. Durante esta etapa Morelos planteó los ideales del movimiento, los cuales quedaron reflejados en el documento “Sentimientos de la Nación”.

El 23 de enero de 1812, Morelo se enfrenta con realistas en Tenancingo resultando vencedor. Luego parte hacía a Cuautla de Amilpas, con al menos 4000 soldados bajo el mando de  Mariano Matamoros, Leonardo Bravo, Miguel Bravo y Hermenegildo Galeana. Por su parte, los realistas contaban con un ejército de 8.000 hombres dirigidos por Félix María Calleja, Ciriaco del Llano y Rosendo Porlier. Estas fuerzas sumaban ocho mil hombres. 

El 19 de febrero de 1812, se llevo a cabo el Sitio de Cuautla. Durante esta acción militar los insurgentes resistieron 73 días intentando romper el cerco realista en varias oportunidades. Pero el 2 de mayo Morelos se vio forzado a retirarse junto a sus lugartenientes y gran parte de la tropa.

En 1813, el virrey Venegas regresa a España y en su lugar es nombrado a Don Félix María Calleja como su predecesor hasta 1816.

Congreso de Anáhuac

El 13 de septiembre de 1813, Morelo convocó en Chilpancingo al Primer Congreso Independiente. Al siguiente día (14 de febrero) se dio inicio a la primera sesión del Congreso de Anáhuac, conocido actualmente como Congreso de Chilpancingo. Durante la sesión se leyó el documento «Sentimientos de la Nación», en el mismo se declaraba la Independencia, la abolición de la esclavitud, el catolicismo como única religión, la soberanía popular, la igualdad, división de los poderes, se eliminó la tortura, se declaró el 12 de diciembre como el Día de la  Virgen de Guadalupe y el 16 de septiembre como el Día de la Proclamación de la Independencia.

Que la América es libre e independiente de España y de toda otra nación, gobierno o monarquía, y que así se sancione dando al mundo las razones
Primer punto de los Sentimientos de la Nación.

El 15 de septiembre, se nombró a Morelos como generalísimo y presidente del poder ejecutivo. Éste se negó a ser llamado alteza y prefirió ser conocido como el Siervo de la Nación. El 6 de noviembre de 1813, el Congreso se leyó el Acta Solemne de la Declaración de Independencia de la América Septentrional, la cual fue redactada por Andrés Quintana y Carlos María de Bustamante. Ésta expresaba: «»queda rota para siempre jamás y disuelta la dependencia del trono español».

Campañas de 1814

Posteriormente Morelos se dirigió hacía Puruarán para enfrentarse a los realistas. El 05 de enero de 1814, se efectuó la Batalla de Puruarán, donde resultaron victoriosos los realistas quienes además capturaron a Mariano Matamoros y lo encerraron en la cárcel clerical de la Inquisición en Valladolid. Morelos liberó un soldado español para que éste le enviara una propuesta al virrey Calleja, la cual era liberar a doscientos prisioneros españoles a cambio de Matamoros, pero éste no accedió. El 3 de febrero de 1814, Matamoros fue fusilado en el Portal del Ecce Homo. Morelos enfurecido por la muerte de su lugarteniente mandó a pasar por el cuchillo a los 200 españoles prisioneros.

En 1814, Fernando VII retornó al trono declarando nulas la Constitución de México y las leyes que se habían creado en su ausencia.  

«Como si no hubiesen pasado jamás tales actos y se quitasen de en medio del tiempo».

Desconociendo la proclama del Rey, el 15 de junio de 1814 el Congreso de Anáhuac redactó el Decreto Constitucional para la Libertad de la América Mexicana o Constitución de Apatzingán. Ésta fue proclamada el 22 de octubre. En misma se estableció la forma de gobierno y los poderes Ejecutivo, Legislativo y Judicial. José María Morelos quedó como titular del poder Judicial.

El 5 de noviembre, se efectuó Batalla de Temalaca donde Morelos fue aprehendido por el ex insurgente Matías Carrasco. El 27 de noviembre es declarado:

 “Hereje formal negativo, fautor de herejes, perseguidor y perturbador de los santos sacramentos, cismático, lascivo, hipócrita, enemigo irreconciliable del cristianismo, traidor a Dios, al Rey y al Papa». 

El 22 de diciembre de 1815 fue fusilado en San Cristóbal Ecatepec.

Batallas (1811–1815)

Tercera etapa: Resistencia (1815-1820)

La muerte de Morelos dejó al movimiento insurgente sin un jefe capaz de acaudillarlo. Los combates se sucedían aislada y desordenadamente. El virrey Calleja fue sustituido por Juan Ruiz Apocada debido a su crueldad y excesos. Ruiz les concedió el indulto a todos aquellos insurgentes que abandonaron las armas al ver la causa perdida con la muerte de Morelos. Esto ocasionó que el Ejército Insurgente mermara y perdieran importantes territorios.

Mina y Guerrero

En esta etapa llega a México el caudillo español Francisco Javier Mina, quien había planificado una expedición con 300 hombres desde Estados Unidos, gracias a Fray Servando Teresa de Mier, quien le informó sobre el proceso emancipador que se llevaba a cabo en la Nueva España. Mina había sido expulsado por Fernando VII de España, así que vio en México la posibilidad de vengarse y decidió unirse a la causa.

El 15 de abril de 1817, Mina desembarcó con los buques Cleopatra, Neptuno y Congreso mexicano, en Soto la Marina donde construyó una guarnición, creó una imprenta y publicó un manifiesto en el cual explicaba los motivos de su expedición.

Sólo el rey, los empleados y los monopolistas son los que se aprovechan de la sujeción de América en perjuicio de los americanos. Ellos, pues, son los únicos enemigos y los que quisieran eternizar el pupilaje en que los tienen, a fin de elevar su fortuna y la de sus descendientes sobre las ruinas de este infeliz pueblo…[…]…Permitidme, mexicanos, participar de vuestras gloriosas tareas, aceptad los servicios que os ofrezco en favor de vuestra sublime empresa y contadme entre vuestros compatriotas. ¡Ojalá acierte yo a merecer este título haciendo que vuestra libertad se enseñoree, o sacrificándole mi propia existencia! Entonces, en recompensa, decid a vuestros hijos: «Esta tierra fue dos veces inundada en sangre por españoles serviles, vasallos abyectos de un rey; pero hubo también españoles liberales y patriotas que sacrificaron su reposo y su vida por nuestro bien.
—Francisco Javier Mina, 1817

Inicialmente, Mina no contó con apoyo popular ya que éstos desconfiaban de él por su origen y por sus intereses personales. Pero tras varias derrotas a manos de Mina, el virrey Ruiz Apodaca temeroso de que Mina comenzará a obtener más fuerza, ordenó que lo atacaran sitiando el fuerte del Sombrero, donde éste se encontraba colaborando con Pedro Moreno. El nuevo caudillo se vio acorralado ante la escasez de municiones y alimentos; decidió salir a buscar más recursos. Estando en el rancho El Venadito, en Guanajuato, Mina fue sorprendido por los realistas; en el acto fue asesinado el caudillo Pedro Moreno –quien lo acompañaba- y Mina fue hecho prisionero.  

El 11 de noviembre de 1817, Francisco Javier Mina fue fusilado por orden del Consejo de Guerra. Con su muerte las perdidas insurgentes se multiplicaron. Los fuertes de Palmitas y el Jaujilla fueron tomados por los realistas. Los líderes insurgentes Ignacio López Rayón y Nicolás Bravo fueron condenados a cadena perpetua.

Por su parte, Vicente Guerrero un viejo colaborador de Morelos se negó a recibir el indulto y continúo con la lucha en el sur. Guerrero hizo resistencia a los realistas con éxito. Debido a sus victorias el Superior Gobierno Republicano lo nombró General en Jefe de las tropas del sur. En 1818 varios insurgentes capitularon tras ser derrotados por los realistas.

Batallas (1815–1820)

Cuarta etapa: Consumación (1820-1821)

Tras once años de lucha, las economías en México y España estaban en crisis. Las minas habían sido explotadas, las haciendas no tenías suficiente mano de obra ya que la sexta parte de la población había sido aniquilada durante la guerra, los recursos eran escasos. Los insurgentes se encontraban desmoralizados, veían la lucha perdida  a pesar del éxito de Guerrero en el sur.

Desde el sur Guerrero se unió a Pedro Ascencio, quien no solo combatía sino que también cultivaba alimentos para no carecer de éstos. Mientras tanto, Fernando VII fue obligado por el general español Rafael de Riego a aceptar y jurar la Constitución de Cádiz.

Las noticias de los recientes acontecimientos en España, llegaron a Veracruz en abril de 1820. Contrariamente los españoles absolutistas de la Ciudad de México se reunieron secretamente en la llamada Conspiración de La Profesa, cuyos participantes pretendían evadir sin éxito la jura de la Constitución. Pero éstos no se dieron por vencidos e idearon proclamar la independencia de la Nueva España para constituir una nueva monarquía. Para esta tarea se asignó al brigadier Agustín de Iturbide como el nuevo comandante de los ejércitos del sur.

Por otra parte, los insurgentes que se encontraban presos fueron liberados. El 22 de diciembre de 1820, Iturbide comienza la persecución contra los éstos. El 28 de diciembre se enfrenta a las tropas insurgentes comandadas por Pedro Ascanio, quien lo logra vencer. Asimismo, el 2 de enero de 1821, Vicente Guerrero vence a la columna subalterna de Carlos Moya en la Batalla de Zapotepec.

El 10 de enero, Iturbide le envío una carta a Guerrero notificándole que los insurgentes en la Ciudad de México habían sido liberados, además le ofreció el indulto y el envío de Nicolás Catalán u otra persona de su confianza para sellar el pacto. A los cual Guerrero respondió en una misiva escrita el 20 de enero:

«…Soy de sentir que lo expuesto es bastante para que Ud. conozca mi resolución y la justicia en que me fundo, sin necesidad de mandar sujeto a discutir sobre propuestas algunas, porque nuestra única divisa es independencia y libertad. Si este sistema fuese aceptado por Ud. conformaremos nuestras relaciones; me explayaré más, combinaremos planes, y protegeré de cuantos modos me sea posible sus empresas; pero si no se separa del constitucional de España, no volveré a recibir contestación suya, ni verá letra mía…[…]…Le anticipo a Ud. esta noticia para que no insista, ni me note de impolítico, porque ni me ha de convencer nunca a que abrace el partido del rey, sea el que fuere…[…]…Obre Ud. como le parezca, que la suerte decidirá, y me será más glorioso morir en campaña que rendir la cerviz al tirano…[…]…y le repito, que todo lo que no sea concerniente a la total independencia, lo disputaremos en el campo de batalla. Si alguna feliz mudanza de Ud. me diere el gusto que deseo, nadie me competirá la preferencia en ser su más fiel amigo y servidor…»

El 20 de enero Iturbide le envía una nueva carta a Guerrero proponiéndole reunirse para sellar un pacto de paz, solicitó que Antonio Mier y Villagómez fueran los emisarios. El 10 de febrero, se llevó a cabo la reunión en Acatempan, tanto Guerrero como Iturbide estuvieron acompañados por sus tropas. El pacto se selló con el conocido “Abrazo de Acatempan”, y los 3.500 soldados insurgentes se pusieron a la orden de Iturbide, quien notificó a Apodaca la noticia el 18 de febrero. 

Plan de Iguala

Plan de Iguala

Seguidamente, proclamó el Plan de Iguala, donde modificó los acuerdos de la Profesa. Los españoles lo apoyaron ya que pensaban que el brigadier tenía sometidos a los insurgentes. Sin embargo, su idea era unificar ambos bandos para crear una nueva nación libre de España, la cual sería inicialmente monárquica y exclusivamente católica.

El Plan de Iguala se fundamentó en tres garantías: solo se aceptaría la religión católica, se unirían todos los habitantes y la nueva nación sería independiente de España. El documento recogía en 24 artículos las aspiraciones de ambos bandos.  El 1 de marzo de 1821, Iturbide juró cumplir con las Tres Garantías (religión, unión e independencia).

Ejército Trigarante

De la unión del ejército de Iturbide y el ejército insurgente surgió el Ejército Trigarante o Ejército de las Tres Garantías. Varios realistas capitularon para unirse a Iturbide, al igual que diversos caudillos insurgentes. El virrey Juan Ruiz fue destituido y reemplazado por Juan O’Donojú, quien junto a Iturbide firmó el tratado de Córdoba el 24 de agosto de 1821, que ratificaba en gran parte las bases del Plan de Iguala.

El 27 de septiembre a las diez de la mañana, el Ejército Triharante hizo su desfile de entrada en la capital mexicana con más de 16.000 efectivos. Al finalizar el acto, Ituribe pronunció su discurso en la Catedral de México, el cual expresaba: 

Mexicanos: «Ya estáis en el caso de saludar a la patria independiente como os anuncié en Iguala; ya recorrí el inmenso espacio que hay desde la esclavitud a la libertad, y toqué los diversos resortes para que todo americano manifestase su opinión escondida […] Ya me veis en la capital del imperio más opulento sin dejar atrás ni arroyos de sangre, ni campos talados, ni viudas desconsoladas, ni desgraciados hijos que llenen de maldiciones al asesino de su padre; por el contrario, recorridas quedan las principales provincias de este reino, y todas uniformadas en la celebridad han dirigido al ejército trigarante vivas expresivos y al cielo votos de gratitud […] Se instalará la Junta; se reunirán las Cortes; se sancionará la ley que debe haceros venturosos, y yo os exhortó a que olvidéis las palabras alarmantes y de exterminio, y sólo pronunciéis unión y amistad íntima…»

—Agustín de Iturbide, 27 de septiembre de 1821.

El 28 de septiembre, se llevó a cabo la primera sesión de la Junta Provisional Gubernativa donde los 38 miembros realizaron la jura del Plan de Iguala y los Tratados de Córdoba. En la noche se firmó el Acta de Independencia del Imperio Mexicano.

Batallas en 1821