¿Qué fue la Reforma protestante?
La Reforma protestante fue un movimiento de índole religiosa que comenzó en Alemania en el siglo XVI. De manera simbólica, se suele considerar que este movimiento comenzó cuando su impulsor, Martín Lutero, clavó un documento elaborado por él mismo, Las 95 tesis, en las puertas de de la iglesia de Wittenberg.
La Iglesia católica era la institución más poderosa de la época. Sin embargo, durante el siglo XVI algunas de sus prácticas empezaron a ser cuestionadas. Las acusaciones de corrupción eran numerosas, así como las denuncias de falta de piedad religiosa. La venta de indulgencias fue el detonante final de la Reforma protestante.
Las tesis protestantes restaban mucho poder al papado, tanto religioso como económico. En el segundo aspecto, los reformistas trataron de acabar con el mercantilismo en la institución. En el ámbito religioso, declaraban que los cristianos no necesitaban la figura de ningún intermediario para entender las enseñanzas de la Biblia ni para salvarse.
El protestantismo, con sus variantes anglicana y calvinista, se extendió por parte de Europa, causando una fractura dentro del cristianismo europeo. Esto provocó, entre otras cosas, un aumento de la intolerancia religiosa y varias guerras entre los creyentes de cada una de las opciones.
Causas de la Reforma protestante
En el siglo XVI, la Iglesia católica empezó a dar muestras de debilidad. Aunque su poder político era considerable, las acusaciones de corrupción comenzaron a hacer mella en su influencia.
El acontecimiento que colmó la paciencia de muchos creyentes fue la venta de indulgencias para pagar las obras de la basílica de San Pedro, en Roma.
Corrupción del clero religioso
En su afán por conseguir dinero, el clero romano utilizaba métodos muy alejados de las enseñanzas que promovía. Por ejemplo, el comercio de reliquias sagradas se convirtió en un gran negocio. Millares de personas fueron engañadas para comprar objetos supuestamente sagrados, como astillas de la cruz donde Jesucristo murió o paños empapados con su sangre.
Otro gran negocio de la Iglesia era la venta de indulgencias. Estas consistían en otorgar el perdón por los pecados para aquellos que pagaran una cantidad determinada.
Ignorancia del clero
Muchos sacerdotes mostraban una ignorancia casi total de la doctrina católica. Para ser ordenados, no necesitaban ninguna preparación para ejercer las funciones religiosas. Además, el comportamiento de buena parte de ellos no era el adecuado para el cargo que desempeñaban.
Dado que la Iglesia los presentaba como intermediarios entre los creyentes y Dios, la incompetencia de los sacerdotes llevó a muchos feligreses a buscar nuevos caminos para acercarse a Dios.
Diferentes interpretaciones de la Biblia
La invención de la imprenta también supuso un gran cambio en cómo las personas se acercaban a la Iglesia. Gracias a este invento, se pudieron imprimir más Biblias y, por lo tanto, la población que sabía leer y los estudiosos pudieron enfrentarse a ella directamente, sin intermediarios.
Esto hizo posible que aparecieran nuevas interpretaciones, algunas contrarias a las que defendía la Iglesia católica.
Causas socioeconómicas
A pesar de que en la práctica no diera buen ejemplo, la Iglesia católica condenaba el lucro excesivo y se posicionaba en favor del precio justo. Esta moral en lo económico generaba rechazo en una nueva clase social que ganaba presencia e importancia: la burguesía.
Los comerciantes, miembros de esa clase, veían cómo esas enseñanzas iban en contra de sus pretensiones de obtener los máximos beneficios posibles.
Los burgueses eran partidarios de una nueva ética, más adaptada a esa época de expansión comercial. Se trataba, en definitiva, de buscar una interpretación religiosa para pasar del feudalismo al capitalismo.
Nobleza alemana
Uno de los motivos por los que la Reforma tuvo tan buena acogida en Alemania fue por las condiciones socioeconómicas del Sacro Imperio Romano Germánico. Muchas ciudades se habían enriquecido gracias al comercio y, además, la burguesía estaba abrazando el humanismo.
La clase social más importante en la época era la alta nobleza, Estos, en la práctica, tenían casi tanto poder como el emperador y se comportaban como señores feudales.
Pero, junto a ellos, también existía una pequeña nobleza, casi arruinada desde principios del siglo XV. Este grupo buscaba recuperar su riqueza y, para ello, buscaron la forma de apoderarse de los bienes de la Iglesia, incluidas sus improductivas tierras.
Por ese motivo, cuando Lutero proclamó la Reforma, la pequeña nobleza se convirtió en uno de sus primeros apoyos.
Causas políticas
La Iglesia católica, durante la Edad Media, había tenido más poder que los propios reyes. A partir del siglo XVI, esto empezó a cambiar y los monarcas comenzaron a fortalecerse.
Junto a lo anterior, apareció un incipiente nacionalismo. La Iglesia, hasta esa época, había funcionado como centro neurálgico de todos los pueblos cristianos, pero esa visión comenzó a perder fuerza cuando cada país comenzó a afirmar sus diferencias particulares.
El mejor ejemplo se encuentra en el idioma. Mientras que la Iglesia solo permitía el latín como lengua para la religión, los protestantes potenciaron el uso de cada idioma nacional.
Objetivos de la Reforma protestante
Lutero inició la Reforma protestante escandalizado por los abusos cometidos por los líderes de la Iglesia católica y por el clero.
Un personaje fundamental fue el dominico Johann Tetzel. Este se encontraba en los pueblos cercanos a Wittenberg, donde residía Lutero, recaudando dinero para la Iglesia. El papa quería construir una gran iglesia, la basílica de San Pedro, y había enviado representantes para vender indulgencias.
Lutero se escandalizó por este hecho, sobre todo porque Tetzel se dedicaba a aterrorizar a la población con imágenes de sufrimiento eterno si no accedían a comprar las indulgencias.
Reforma en el seno de la Iglesia católica
En sus comienzos, el objetivo de Lutero y sus partidarios era, únicamente, obligar a la Iglesia a reformarse. El propósito era que recuperara la fe cristiana tal y como había sido en sus orígenes. No obstante, la celebración de unas reuniones eclesiásticas llamadas “dietas”, parecidas a los parlamentos, dejó claro que la Iglesia católica no iba a aceptar las peticiones de los reformistas.
Estos habían solicitado independencia frente al papa, usar las lenguas vernáculas en el culto y que el clero pudiera contraer matrimonio. Tras la Dieta de Espira, en 1529, las esperanzas de que la Reforma fuera aceptada por la Iglesia se desvanecieron.
Ante esto, los seguidores de Lutero redactaron una carta de protesta. En ella, declaraban su negativa a someterse a la autoridad eclesiástica y asumieron el nombre de protestantes.
Supresión de los abusos de la Iglesia
Dentro de los objetivos de la Reforma se encontraba acabar con los abusos cometidos por la Iglesia, especialmente en el ámbito económico.
Lutero había estudiado en profundidad la Biblia, haciendo hincapié en la Epístola a los Romanos. Finalmente, sacó la conclusión de que la salvación era un don gratuito, no algo que se pudiera vender y comprar.
Sola Scriptura
Uno de los aspectos más controvertidos del mensaje de Lutero estaba relacionado con su intento de rebajar la importancia del papa. Aunque lo reconocía como líder de la Iglesia, para los reformistas no debía ser la máxima autoridad en cuestiones de fe, ya que solo la palabra de Dios, registradas en las Escrituras, podían ser tomadas como tal.
De esta forma, Lutero sostenía que la labor de la Iglesia no era imprescindible para conseguir la salvación. Los creyentes tenían que descubrir la verdad directamente, en las páginas de la Biblia. Este concepto recibió el nombre de “sola Scriptura”, solo las escrituras.
Características de la Reforma protestante
- La Reforma se extendió por gran parte del territorio europeo. Esto provocó que, aparte de las características comunes, también existieran diferencias dependiendo del lugar.
- Fue liderada por Martín Lutero y originada en Alemania. Lutero era un monje agustino alemán. Gran estudioso de las Escrituras, se sintió escandalizado por el tema de las indulgencias, el perdón a los pecados a cambio de dinero. Para él, las indulgencias eran un engaño para los creyentes y una estafa respecto a la salvación de sus almas. Como muestra de su enfado, en 1517, Lutero clavó en las puertas de la catedral de Wittenberg un escrito en el que atacaba las indulgencias y explicaba su doctrina reformadora. Ese acto se considera el comienzo de la Reforma protestante.
- Entre las tesis de Lutero, convertidas en la base de la Reforma, se encontraba el convencimiento de que la salvación solo se podía conseguir mediante la práctica de la fe y nunca mediante la compra de indulgencias.
- Defendía la necesidad de que la Biblia se tradujera a todos los idiomas para que cualquier creyente pudiese acceder a sus páginas, sin necesidad de intermediarios. Esto suponía, en la práctica, que la Iglesia católica perdiera parte de su poder como institución única para interpretar las Escrituras.
- Entre las características de la Reforma en el ámbito de la práctica eclesiástica, había algunos aspectos muy controvertidos y contrarios a la tradición católica: los protestantes rechazaban la presencia de imágenes en las iglesias, así como las diferencias jerárquicas en el clero.
- Otro asunto que generó polémica fue la declaración de que el clero no tenía por qué mantener el celibato.
- Para Lutero y sus seguidores, la salvación era concedida por Dios, sin que las obras de los hombres tuvieran nada que ver con ello. El concepto de que solo la fe sirve para lograr esa salvación, dejaba a la práctica religiosa de la Iglesia sin apenas trascendencia.
- Igualmente, los protestantes redujeron el número de sacramentos válidos, dejando solo la eucaristía y el bautismo con esa consideración.
- La Reforma protestante se dividió en tres ramas principales. La primera, la mantenida por los seguidores de Lutero. Tras esta, aparecieron los presbiterianos, que se inspiraron en las enseñanzas del teólogo Juan Calvino. Por último, en Inglaterra apareció la rama anglicana, más moderada y que mantuvo parte de los aspectos del catolicismo.
Reforma protestante en Inglaterra
- El iniciador de la reforma en Inglaterra fue el rey Enrique VIII. Su motivación estuvo lejos de ser religiosa, ya que rompió con Roma cuando el papa se negó a anular su matrimonio. El monarca decidió entonces fundar el anglicanismo, además de quitarle a la Iglesia católica parte de sus tierras.
- Mediante el Acta de Supremacía, Enrique VIII declaró a la corona como cabeza de la Iglesia Anglicana. En la práctica, no llegó a modificar nada de la liturgia ni de la doctrina, aparte de prohibir al clero de su país que se relacionara con Roma.
Reforma protestante en Suiza
- En la década de 1530, el teólogo francés Juan Calvino impulsó su propia visión de la Reforma en Suiza. Para él, tanto los salvados como los condenados por Dios estaban elegidos de antemano. Esto fue conocido como la Doctrina de la Predestinación.
- Uno de los indicios para saber si la persona había sido elegida para salvarse era el éxito profesional en el trabajo. Esta idea, que cuadraba perfectamente con la burguesía comercial, atrajo a muchos banqueros y comerciantes hacia el calvinismo.
Consecuencias de la Reforma protestante
La Reforma protestante fue una auténtica revolución en Europa. Sus consecuencias se reflejaron en forma de enfrentamientos religiosos y del intento de la Iglesia católica de mantener su poder.
Intolerancia religiosa
Una de las consecuencias más inmediatas de la Reforma protestante fue el aumento de la intolerancia religiosa. Durante las décadas siguientes, se produjeron persecuciones y guerras por ese motivo.
En lugares como España o Portugal, los ciudadanos debieron seguir siendo fieles a la Iglesia católica. Aquellos sospechosos de simpatizar con la Reforma, podían ser condenados a muerte por la Santa Inquisición. En Inglaterra, a pesar de haber creado su propia Iglesia, se persiguió a los protestantes.
Esa persecución también se dio en el sentido contrario. Así, en Alemania, los católicos corrían el riesgo de ser castigados por sus creencias.
La Contrarreforma católica
La jerarquía de la Iglesia católica reaccionó para impedir que la Reforma se extendiera aún más. Para ello, estableció una serie de medidas para controlar la difusión de esas ideas.
La Iglesia católica convocó el Concilio de Trento para tratar de frenar a los reformistas. Entre los acuerdos tomados se encuentra la reactivación del Tribunal de la Inquisición.
Igualmente, se estableció una lista con los libros prohibidos para ser leídos por los católicos, se fundó la Compañía de Jesús, y se reafirmó la jerarquización de la Iglesia, con el papa como jefe máximo.
Guerras religiosas
La intolerancia religiosa no solo se manifestó en forma de persecuciones. En algunos países, estallaron guerras abiertas que enfrentaban a los diferentes poderes eclesiásticos.
En Suiza, por ejemplo, el líder protestante Ulrico Zuinglio comenzó una guerra civil. Por su parte, en Alemania los luteranos protagonizaron una serie de disturbios hasta que el Tratado de Augsburgo estableció la paz.
Francia también sufrió sangrientos enfrentamientos. Los protagonistas fueron los hugonotes, calvinistas, y los católicos, apoyados por la monarquía. Parte de los hugonotes, en minoría, debieron abandonar su país tras varias matanzas.
Ideas innovadoras
A pesar de los enfrentamientos, la Reforma también conllevó la aparición de algunas ideas novedosas, especialmente en los países que adoptaron el protestantismo.
Poco a poco, las ideas medievales fueron desapareciendo. La sociedad empezó a girar en torno a una nueva clase social, la burguesía, cada vez más influyente y poderosa. La Iglesia católica perdió terreno, sobre todo en el ámbito económico.
Todo lo anterior, según los historiadores, preparó el terreno para que, poco después, el sistema capitalista se asentara en Europa.
Traducción de la Biblia a otros idiomas
Aunque pueda parecer una consecuencia menor, la traducción de la Biblia a otros idiomas supuso un gran cambio social. La Iglesia dejó de ser la única intermediaria entre las Escrituras y el pueblo, lo que repercutió en su pérdida de influencia.
Principales personajes de la Reforma protestante
Los protagonistas de la Reforma protestante fueron Martín Lutero, Juan Calvino y Enrique VIII, cada uno en su territorio. Su intento de que la Curia Romana recuperara el espíritu inicial del cristianismo acabó provocando un gran cambio en todo el continente.
Los precursores
Ya durante la Edad Media aparecieron algunos personajes que, por sus enseñanzas, pueden ser considerados como precursores de la Reforma.
Los albigenses, por ejemplo, pidieron cambiar el funcionamiento de la Iglesia. Aunque poco numerosos, la institución católica los combatió mediante las armas y fueron declarados herejes.
Por su parte, el escritor y profesor de la Universidad de Oxford, Juan Wiclef, fue más allá. En sus trabajos, consideraba al papa como un anticristo y sostuvo que los sacramentos eran inútiles. Así, pidió la desaparición de los obispados y arzobispados.
Por último, el rector de la Universidad de Praga, Juan Huss, se rebeló contra la autoridad papal. Este intelectual se opuso a la riqueza del clero, y sostuvo, como haría después Lutero, que las Sagradas Escrituras eran lo único necesario para todos los cristianos.
Martín Lutero (1483-1546)
El padre de la Reforma protestante nació en el seno de una familia muy humilde. Gracias a un mecenas, pudo ingresar en un monasterio para convertirse en sacerdote a los 24 años.
El acontecimiento que cambió su vida se produjo en 1510. Ese año, viajó a Roma y quedó desilusionado por el lujo en el que vivía el clero. Al volver a su tierra, estudió teología y empezó a dar clases en la Universidad de Wittenberg.
Lutero redactó un documento con 95 tesis y lo clavó en las puertas de la catedral en 1517. En 1520 fue excomulgado por el papa. Lutero quemó la bula de excomunión en la plaza de la Universidad de Wittenberg.
La protección de Federico de Sajonia lo salvó de la condena promulgada por Carlos V, emperador de Alemania y rey de España. Mientras se encontraba en el refugio que le había preparado, en el castillo de Wartburgo, tradujo la Biblia al alemán, lo que permitió que el pueblo pudiera leerla.
Lutero, que se había casado en 1525, continuó con su labor de promoción de la Reforma hasta su muerte.
Enrique VIII (1491-1547)
Durante su juventud estudió teología y, más tarde, fue uno de los mayores críticos de Lutero. Esto le valió que el papa León X le otorgara la distinción de Defensor de la Fe Católica.
A pesar de su defensa de la fe católica, Enrique VIII acabó rompiendo con la Iglesia romana. El motivo fue su necesidad de un heredero al trono. Su primera esposa, Catalina de Aragón, no le dio ningún hijo varón, por lo que decidió separarse de ella y casarse con Ana Bolena, pero el papa Clemente VII no quiso anular su primer matrimonio.
Tras varios años de tensión con el papado, la situación cambió en 1531. El monarca contaba con el apoyo de parte de los sacerdotes del país, quienes estaban en contra de la acumulación de riqueza por parte del clero y del control ejercido por Roma.
Enrique VIII se nombró jefe de la Iglesia de Inglaterra. Después, puso a Thomas Cranmer como arzobispo de Canterbury, quien anuló su primer matrimonio y confirmó el que había contraído con Ana Bolena.
El rey creó la Iglesia Anglicana mediante el Acta de Supremacía. Una de sus medidas fue clausurar muchos monasterios, apropiándose de sus tierras y riquezas. Sin embargo, mantuvo los dogmas católicos fundamentales e, incluso, condenó a la hoguera a los protestantes. Igualmente, muchos católicos fueron ahorcados por su fidelidad al papa.
Juan Calvino (1509-1564)
Juan Calvino nació en Noyon, una localidad francesa. Aunque estudió teología, nunca llegó a ordenarse sacerdote. Su lectura de la obra de Lutero lo llevó a abrazar la Reforma, pero con una interpretación personal y más radical.
Las persecuciones contra los reformistas desatadas en 1533, por Francisco I, provocaron que Calvino huyera a Basilea, Suiza. Allí publicó su principal obra, Sistemas de religión cristiana.
Dentro de su doctrina destaca su visión de la predestinación. Según él, Dios habría elegido a un cierto número de criaturas para salvarse, sin importar los pecados o los esfuerzos que se realizaran para ser más virtuosos. Nada podía cambiar la voluntad divina.
A los veintiséis años, Calvino se trasladó a Ginebra para enseñar teología. Según los historiadores, su carácter era muy autoritario e inflexible. Enseguida intentó imponer su visión a la población, por lo que fue expulsado de la ciudad. Sin embargo, sus partidarios consiguieron que regresara en 1541.
Calvino se convirtió en una especie de tirano. Estableció vigilancia sobre la vida privada de los ciudadanos, controlando incluso su manera de vestir. Igualmente, condenaba a muerte a todos los que se oponían a él, como le ocurrió al médico y teólogo español Miguel Servet.
Referencias
- Bedoya, J.G. Lutero: Las 95 tesis que revolucionaron Europa. Recuperado de elpais.com.
- Martín Lutero. Recuperado de biografiasyvidas.com.
- Reformation. Recuperado de britannica.com.
- Burton, T.I. The Protestant Reformation, explained. Recuperado de vox.com.
- Protestant Reformation. Recuperado de theopedia.com.