La princesa Amalia de Países Bajos exigió, por primera vez, su asignación anual de 1.5 millones de euros, algo así como 1500 millones de pesos chilenos.
Se trata de un dinero que reciben los herederos al trono de ese país, para su manutención y gastos personales, al cumplir la mayoría de edad. No obstante, Amalia no la había cobrado hasta ahora.
De acuerdo a lo expuesto por la agencia EFE, Amalia comenzará el 1 de enero próximo a recibir los 1.5 millones de euros para gastos de personal y material, pero no hará uso, de momento, de los 300.000 euros adicionales que le corresponden como salario.
La joven había renunciado a este monto en 2021, siendo la primera vez que un miembro de la monarquía de Países Bajos llevaba a cabo esto.
“Me resulta incómodo mientras no pueda ofrecer mucho a cambio, y otros estudiantes lo tienen más difícil”, subrayó la princesa en ese entonces, aún con 17 años, en la carta que escribió a mano para anunciarle a Rutte que devolverá al Estado las asignaciones que le corresponden, hasta terminar sus estudios universitarios.
Princesa Amalia y asignación
Los gastos que alega que necesita cubrir ahora incluyen “un secretariado y reservas para una residencia y un lugar de trabajo”.
En declaraciones posteriores a la prensa, Rutte subrayó que Amalia es ahora “más visible”, sus estudios “avanzan y se la va a ver más en público”, pero enfatizó que no utilizará la asignación para reforzar su propia seguridad, algo de lo que se encarga el propio Estado.
La princesa heredera ha recibido amenazas de grupos del crimen organizado en verano de 2022, coincidiendo con su mudanza a una residencia de estudiantes en Ámsterdam, donde estudia un programa interdisciplinario de Política, Psicología, Derecho y Economía.
El pasado abril se conoció que la princesa estuvo viviendo en Madrid durante más de un año para escapar de esas amenazas, que finalmente le impidieron mudarse a la capital neerlandesa.
La joven estudió de forma remota desde España, y pasaba tiempo y hacía sus trabajos en instituciones académicas españolas, hasta hace dos meses, cuando volvió para continuar estudiando en Ámsterdam.
En Bélgica, la princesa heredera Isabel también renunció en 2020 a la dotación que le asigna la ley porque quería terminar primero sus estudios “sin obligaciones” oficiales.
