John Knox y su tratado misógino: “El primer toque de la trompeta contra el monstruoso gobierno de las mujeres”
Del libro: EL PRIMER TOQUE DE TROMPETA CONTRA EL MONSTRUOSO GOBIERNO DE
LAS MUJERES
De JOHN A. KNOX
Editorial: TIRANT HUMANIDADES
El estudio de las feminidades y masculinidades dentro de la
Querelle des femmes y la Historia de las mujeres en la Edad Media y el
Renacimiento dio como resultado un redescubrimiento de autores y autoras que se mantenían sobre un conocimiento
bastante lacunario.
En el seno de la cristiandad, poco a poco, las mujeres
fueron asumiendo responsabilidades a todos los niveles de la sociedad, razón
por la que fueron víctimas de sañudas y descalificadoras invectivas por parte
de moralistas, teólogos y predicadores. Sin embargo, resulta paradójico (como menciona Rocío G.
Sumillera) que aquella situación coyuntural que reubicó a las mujeres en la
vorágine de una auténtica cruzada contra las herejías, en lo sucesivo, no les
haya otorgado un merecido protagonismo.
La sucesiva aparición de tratados misóginos y filòginos escritos por hombres dan prueba de
la existencia de una red ideológica donde participaron ambos sexos, unos a
favor, otros adversos a ideas de
igualdad, y en ocasiones creando colaboraciones literarias entre hombres y
mujeres (…) El polémico tratado escocés se escribe contra dos reinas católicas:
María de Guisa (1515-1560) y María Tudor (1516-1558). Se trata de “The first
blast of the trumpet against the monstrous regiment of women”.
Su autor, John Knox, (1514-1570) conocido como el profeta del calvinismo en Escocia y fundador de su iglesia: la Kirk. Uno de los grandes autores misóginos del renacimiento. No oculta su odio por las mujeres, en especial su repulsión por la figura de la reina de Inglaterra, María Tudor, a quien describe como una “maldita Jezabel”. No es un ejemplo aislado de fiero ataque al género femenino, sino que más bien debe incluirse en un rosario de panfletos misóginos que fueron saliendo de las prensas europeas a lo largo del siglo XVI… No se cansaba Knox de afirmar que: “una misa es más peligrosa que diez mil hombres armados” para detener a una malvada mujer.
El concierto en solitario que dio el principal baluarte del
protestantismo en Escocia con su “Primer toque de trompeta”, deja abiertas
algunas interrogantes no sólo sobre la visión del poder de las mujeres entre
las sociedades del Antiguo Régimen y las presentes reinas y su postura en tal
relación con el gobierno femenino.
Entre las acusaciones presentadas en su contra se puede
leer: “Opresión hacia sus pueblos”, “Crueles”, “despiadadas”, “Soberbias”,
“Codiciosas”, “Verdaderas Jezabeles” (Haciendo referencia a la nefasta
monarquía femenina del Antiguo Testamento) Además las culpaba directamente de
la sangre derramada por los mártires protestantes y del retraso del avance de
la fe reformada en sus reinos.
John Knox, al igual que los otros reformadores, utilizan el
Antiguo Testamento como prisma para interpretar la realidad que les rodea, una
realidad provocada por el gobierno de las mujeres. Las permanentes
comparaciones de sus sufrimientos con los pasados por los profetas bíblicos, especialmente
de Jeremías e Isaías. Le llevan constantemente a criticar en duros términos a
la reina a quien como hemos dicho, la compara con Jezabel, la reina idólatra de
la época antigua de Israel. Knox, con el apoyo que encuentra en Las Escrituras
afirma que “Es idolatría todo aquello que no era orden directa de Dios” En ese
contexto el insigne reformador es implacable: “El papa de Roma es idólatra, el
mayor de todos.” Knox, tiene una obligación moral, política y religiosa de
denunciar todo aquello que no está ordenado por Dios, como pecado e idolatría.
Y bajo ese concepto cabe entonces, el reinado y gobierno de las mujeres.
“Es monstruoso”, “antinatural”. Así afirma el reformador en
su “Primer toque de trompeta.” No puede concebir Knox, que una mujer ejerza
dominio y autoridad, “Va en contra de las leyes de Dios”. Lo que argumenta
básicamente es que “las hijas de Eva” están bíblicamente bajo condena y
castigo.
Por lo tanto, continúa Knox, con base al mismo juicio de
Dios, las mujeres deben estar sujetas a la autoridad del hombre...
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