María Estuardo | La guía de Historia
Historia

María Estuardo

Publicado por María Celia

María Estuardo o María I de Escocia, nació el 07 de diciembre de 1542 en el Palacio de Linlithgow.maria_estuardo1.jpg

Hija de James V de Escocia y María de Guisa, heredó el derecho a reinar en Escocia con menos de un mes de vida debido a la prematura muerte de su padre. Mientras fue menor, su madre se hizo cargo de la regencia.

Emparentada con los Tudor por la línea paterna, María era sobrina nieta de Enrique VIII y prima de la reina Isabel de Inglaterra. La hermana de éste, Margaret Tudor se había casado con James IV, abuelo de María de Escocia.

Desde muy pequeña fue codiciada por la corona inglesa. Enrique VIII quería reservarla para su hijo Edward. El interés particular del rey tenía origen en las posibilidades reales que tenía María de llegar a ejercer alguna vez la corona de los tres reinos con primacía de Inglaterra (Escocia, Irlanda e Inglaterra). Asimismo, ante la amistad que María de Guisa había mantenido con la corona francesa, siempre enfrentada con Inglaterra, un enlace entre María y Edward podría ser beneficioso para Inglaterra.

Enrique VIII llegó a invadir Escocia con el propósito de forzar la unión, intento que fracasó, ya que su madre la envió a Francia para que contrajera nupcias con el futuro rey de Francia, Francisco II.

Enviuda muy joven, heredando también el derecho a reinar en Francia. Con tan solo 17 años María se convirtió en reina de Escocia y Francia a la vez, evento nada celebrado por su prima, Isabel I, reina de Inglaterra.

El peligro entonces no sólo era para Inglaterra, cabe menciona que Escocia tenía un gobierno débil, problemas religiosos (catolicismo versus protestantismo) y el temor común era que Francia reclamara el trono inglés. En un intento de que Escocia finalizara su alianza con Francia y estableciera la paz con Inglaterra, se firmó el Tratado de Edimburgo que María nunca corroboró.

En tanto, María de Escocia seguía representando una amenaza para la Reina Isabel. Teniendo en cuenta su origen, había muchos católicos que estaban dispuestos a desconocerla como reina, de la misma manera que no consideraban válido el casamiento de su padre con Ana Bolena que había precipitado la ruptura con la Iglesia Romana.

Tras la muerte de Francisco II, María regresa a Escocia para hacerse cargo de la corona, su madre había fallecido en 1560. El hecho de que ésta no quisiera firmar el Tratado de Edimburgo hizo que Isabel le negara el paso por Inglaterra, con lo cual, María debió navegar hacia Calais y de allí hasta Leith.

En 1565 contrajo segundas nupcias con su primo Lord Henry Darnley, un noble inglés que también tenía derechos sucesorios. Fruto de este matrimonio nació Jacobo IV de Escocia , primer rey escocés en llevar la corona inglesa. La relación matrimonial de ambos tuvo altibajos y traiciones por parte de Darnley, a quien Isabel de Inglaterra no perdonaba por haberse casado con su prima y sin su conocimiento.

El tercer matrimonio de María fue con James Hepburn, 4to. Conde de Bothwell, a quien se responsabilizó, no explícitamente, de la muerte de Darnley en 1567. Esta unión de carácter protestante, representó un escándalo para los nobles escoceses quienes se pronunciaron en contra, y tras una lucha en la que Mary no tenía recursos suficientes para su defensa, fue recluida en el castillo de Loch Leven.

Logra escapar al tiempo disfrazada de lavandera y pide apoyo a su prima Isabel, quien la recluye bajo severo cuidado isabelino. Los temores de Isabel no eran infundados, María había conspirado en su contra con el objetivo de alcanzar la corona inglesa. Por otro lado, Isabel tenía serias dudas de que María no hubiera estado vinculada al asesinato de su segundo marido. Las vacilaciones de la reina la llevaron a su enjuiciamiento, negándose María a ser juzgada y haciendo referencia a su carácter de reina de Escocia.

El hecho de que María estuviese recluida no era arbitrario. Por un lado, el regente Jacobo Estuardo, gobernada en Escocia e Isabel en Inglaterra: ambos la querían lejos y bajo control.

Así, sin posibilidades de defensa alguna, María fue finalmente decapitada el 08 de febrero de 1587 en el castillo de Fotheringhay. También se la encontró responsable de la conspiración de Babington en la que ella autorizaba el asesinato de Isabel.

Sus restos fueron sepultados en la catedral de Peterborough, primero, y luego, tras el ascenso de su hijo a la corona inglesa como Jacobo I, su sepulcro fue trasladado a la Abadía de Westminster.