El Tarot ya sabía que Mary de Dinamarca se casaría con el príncipe Federico

La futura reina de Dinamarca ha contado que consultó a una adivina antes de conocer a su marido. Las cartas no mentían

La princesa María Isabel y Federico de Dinamarca el día de su boda

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Antes de conocer a Federico de Dinamarca durante las Olimpiadas de Sídney de 2000, la princesa María Isabel, por entonces una ejecutiva australiana dedicada al mundo de la publicidad, barruntaba que el destino le deparaba una vida más glamurosa que las cenas de empresa, los trajes de chaqueta, y las pausas para tomar café. Al menos eso le habían asegurado los arcanos del ** Tarot** de Marsella, y desde luego no se equivocaron.

Según ha contado al biógrafo de su marido, la Princesa de Dinamarca estaba en un mercadillo cuando, de pronto, vio que una adivina ofrecía sus dotes por unos cuantos dólares y decidió probar su suerte. La tarotóloga desplegó entonces sus cartas sobre la mesa y empezó a otear el futuro de la todavía plebeya y publicista. Vio que pronto conocería a un extranjero, y que dejaría su trabajo. También le dijo que se haría muy famosa, y que se mudaría a Europa.

“Así que me fui y pensé, ‘Bueno, ha sido divertido, pero nada más’”, ha contado María Isabel al biógrafo Jens Andersen, según recoge el periódico danés Kristeligt Dagblad. “Pero siempre me ha interesado lo espiritual, y el destino”.

Los príncipes de Dinamarca y sus cuatro hijos

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Poco después, la australiana se encontró con el heredero del trono de Dinamarca en un restaurante de Sídney, el Sydney’s Slip Inn. Empezaron a hablar, pero Maria Isabel no supo que era el príncipe Federico hasta que se separaron. “La primera vez que nos vimos, nos dimos la mano”, cuenta María Isabel. “No sabía que era el Príncipe de Dinamarca. Media hora más tarde, alguien se acercó a mí y me dijo: “¿Es que no sabes con quién estabas hablando?”

Los dos novios se casaron en 2006 y serán reyes una vez que el reinado de Margarita II llegue a su fin. Tienen cuatro hijos: el príncipe Cristian, la princesa Isabel y los mellizos Vicente y Josefina. Hay cuentos de hadas que empiezan de la misma manera.