El mal sabor de boca se quita con títulos. Y eso es lo que ha hecho el Rangers. El conjunto que dirige Giovanni Van Bronckhorst todavía apena la derrota en la tanda de penaltis en la final de la Europa League contra e Eintracht de Frankfurt, pero ya tiene motivos para celebrar.
Y es que son los nuevos campeones de la Copa de Escocia después de superar al Heart en la prórroga. Tras 90 minutos sin goles, el Rangers impuso su calidad y, sobre todo, su eficacia para liquidar la final en apenas tres minutos. Dos goles seguidos fueron demasiados para su rival.
Ryan Jack fue el encargado de hacer el 1-0 en el minuto 93 tras el saque de esquina. El futbolista recogió un rechace en la frontal del área para empalar un cañonazo derecho directo a la escuadra. Gordon solo pudo mirar el trallazo y lamentar el gol encajado.
En la siguiente jugada, el Rangers aprovechó los espacios originados por sus adversarios atrás para salir a la contra y sentenciar por mediación de Scott Wright. El atacante de 24 años salió como una bala por la banda derecha y cruzó a la perfección ante el meta para hacer el definitivo 2-0.
De esta forma, el Rangers olvidó la aciaga noche en Sevilla en la competición europea y sumó su 34º título copero. El Celtic sigue siendo el rey con 40 trofeos.