Por primera vez, los duques de Sussex se han referido a uno de sus hijos por el título que le corresponde por ley, dando a entender que a partir de ahora ambos lo adoptarán. No lo han hecho ellos directamente, sino uno de sus portavoces al emitir un comunicado que ha sido difundido a varios medios para anunciar que su hija Lilibet, que en junio cumplirá dos años, fue bautizada la semana pasada.
“Puedo confirmar que la princesa Lilibet Diana fue bautizada el viernes 3 de marzo por el arzobispo de Los Ángeles, el reverendo John Taylor”, dice la declaración, que confirma asimismo que la pequeña llevará también el nombre de su abuela, Lady Di.
En realidad, tanto Lilibet como Archie recibieron el título de príncipe y princesa desde el mismo instante en el que Carlos III accedió al trono. Es un derecho asegurado por una norma promulgada por el rey Jorge V en 1917, que rige que los nietos del rey que provengan de hijos varones y que estén en la línea de sucesión, pueden hacer uso y disfrutar de dicho título.
No dependía por tanto de la decisión del monarca que sus nietos fueran a ser príncipes, independientemente de la relación que tenga ahora con sus padres. Los pequeños tampoco podían recibir el título al nacer ya que entonces eran bisnietos de la reina, pero en el momento en el que su abuelo fue proclamado como rey el 8 de septiembre del año pasado, los recibieron automáticamente.
Solo faltaba que Harry y Meghan empezarán a referirse a ellos como príncipes, algo que ya han hecho, y que la página web de la familia real británica sea actualizada para reflejarlo. Ahora mismo, en el apartado en el que se describe la línea de sucesión, aparecen como Master Archie Mountbatten-Windsor y Miss Lilibet Mountbatten-Windsor, en el sexto y séptimo puesto respectivamente, justo detrás de sus padres.
