Ha regalado a las c�maras una sonrisa enorme mientras sellaba un apret�n de manos hist�rico. Y extendi� la mano con la convicci�n de que estaba haciendo lo que las generaciones futuras, incluso m�s que las actuales, le demandar�an.

Pero no cabe duda de que la reina Isabel II tuvo que tragar saliva amarga al estrechar su impoluto guante blanco con la mano del ex dirigente del IRA Martin McGuinness.

Y no s�lo por las miles de v�ctimas y el dolor causados durante d�cadas por la organizaci�n terrorista irlandesa. Sino tambi�n porque la soberana brit�nica nunca podr� olvidar que uno de los atentados de la organizaci�n probablemente cambi� radicalmente la historia de los Windsor.

El 27 de agosto de 1979 Lord Mountbatten –nacido como Su Alteza Seren�sima el pr�ncipe Louis de Battenberg–, primo segundo de Isabel II, y su nieto Nicholas Knatchbull –de 14 a�os– murieron por la explosi�n de una bomba del IRA.

Lord Mounbatten, quien hab�a sido el �ltimo virrey de La India, navegaba junto a varios familiares por aguas cercanas al Ulster, como acostumbraba a hacer pr�cticamente cada verano.

El IRA hizo detonar una bomba que destroz� la embarcaci�n. Adem�s del t�o de la reina y su nieto, falleci� un marinero. El episodio sumi� en la m�s absoluta tristeza a toda la familia real brit�nica. La relaci�n de Lord Mountbatten con Isabel II, su marido, el duque de Edimburgo, y sus hijos era estrech�sima. De hecho, para el pr�ncipe de Gales se trataba de su t�o favorito.

Este atentado es de sobra conocido. Sin embargo, siempre se ha pasado muy por encima c�mo probablemente cambi� para siempre la historia de los Windsor. Porque hoy pocos recuerdan que una nieta de Lord Mountbatten, Amanda Knatchbull, estuvo a punto de casarse con Carlos de Inglaterra.

Aunque en las familias reales no se confirman m�s noviazgos que los oficiales que acaban en boda, es sabido que el pr�ncipe de Gales pidi� a su prima segunda que se casara con �l.

Y, al parecer, la joven le rechaz� –a su pesar– por el aut�ntico estado de p�nico que le produjo el atentado contra su abuelo. Amanda Knatchbull vivi� durante muchos a�os obsesionada por saberse un posible objetivo del IRA. Y la idea de convertirse en princesa de Gales le aterraba, consciente de que de esa manera se colocaba ella solita en el centro de la diana.

As� las cosas, Carlos de Inglaterra perdi� a su t�o favorito y recibi� las calabazas de su prima. Dos a�os despu�s, el 24 de febrero de 1981, se hizo p�blico su compromiso con la a�n corderita Diana Spencer. Lo que sigui� a aquel d�a lo conoce bien cualquier habitante de este planeta.

Qui�n sabe... Pero bien pudiera ser que sin aquel cruel zarpazo del IRA la futura reina de los brit�nicos se llamara Amanda Knatchbull. Claro, que entonces nos hubi�ramos quedado sin conocer a William y Kate Middleton. Hoy se antoja dif�cil imaginar c�mo hubiera sido la historia que no fue...