Constitución Mexicana de 1824: historia y características

Constitución Mexicana de 1824

Te explicamos qué fue la Constitución mexicana de 1824, cómo era el sistema de gobierno que proponía y cuáles eran sus características.

Constitución de México de 1824
La Constitución de 1824 fue promulgada después de la caída del Imperio de Iturbide.

¿Qué es la Constitución mexicana de 1824?

La Constitución mexicana de 1824 fue la carta magna de la república mexicana, que nació ese mismo año y pasó a llamarse desde entonces Estados Unidos Mexicanos. Entró en vigor el 4 de octubre de 1824, después de la caída del Primer Imperio de México, que había presidido Agustín de Iturbide.

Esta Constitución definía a la nación mexicana como una república representativa popular federal, libre e independiente, cuya única religión oficial y autorizada era el catolicismo. Fue redactada por un Congreso General Constituyente convocado en 1823 por un triunvirato que ocupó provisionalmente el gobierno tras la abdicación del emperador Iturbide. El triunvirato estaba integrado por Pedro Celestino Negrete, Nicolás Bravo y Guadalupe Victoria, y era denominado Supremo Poder Ejecutivo.

El sistema federal de gobierno instaurado en 1824 se mantuvo en vigencia hasta la derogación de la Constitución en 1835, cuando fue reemplazado por un régimen centralista cuyo eje legal fueron las Siete Leyes promulgadas por el presidente interino José Justo Corro en 1836. En 1846 se restauró la Constitución de 1824 y en 1857 se promulgó una nueva Constitución federal.

Ver además: Constitución mexicana de 1917

Historia de la Constitución mexicana de 1824

Antecedentes

Constitución de Cadiz
La Constitución de 1824 fue inspirada en la Constitución de Cádiz.

La Constitución de 1824 tuvo un claro antecedente en el Acta Constitutiva de la Federación Mexicana. Este documento jurídico sirvió para comprometer formalmente a los gobiernos de los distintos estados soberanos, que se formaron tras la disolución del Primer Imperio de México, a constituir una nación unida, federal, representativa y dotada de una división de poderes. Este documento se firmó el 31 de enero de 1824 y contenía los fundamentos de la futura Constitución.

La carta magna estuvo inspirada en el modelo federal y representativo de la Constitución de los Estados Unidos de 1787 y en algunas de las disposiciones liberales de la Constitución de Cádiz de 1812, así como en el Decreto Constitucional para la Libertad de la América Mexicana de 1814 (también conocido como Constitución de Apatzingán), que dictaba la soberanía popular y la división de poderes, pero no llegó a tener vigencia real.

Promulgación

Disuelto el Primer Imperio de México en 1823, se formó el Supremo Poder Ejecutivo, que convocó a un Congreso General Constituyente con la misión de redactar una Constitución que le otorgara a la nación mexicana la unidad que estaba perdiendo y le confiriera una forma de gobierno republicana. Entre los sectores que participaron en las reuniones se expresaron dos tendencias: federalista y centralista.

El 31 de enero de 1824 se firmó el Acta Constitutiva de la Federación Mexicana, que estableció las bases del modelo republicano y federal. El 4 de octubre de 1824 quedó proclamada la Constitución Federal de los Estados Unidos Mexicanos. Si bien se había separado Guatemala, el resto del territorio quedó formado por 19 estados, cuatro territorios y un distrito federal. El movimiento federalista logró imponer su modelo de república y el primer presidente de los Estados Unidos Mexicanos fue Guadalupe Victoria, electo en elecciones federales indirectas.

Derogación

Constitución mexicana de 1824
La Constitución de 1824 fue suspendida durante la presidencia de Miguel Barragán.

Las diferencias entre los estados que impedían la uniformidad legal y facilitaban el incumplimiento de pagos al gobierno federal inspiraron la idea de que un gobierno unitario era preferible al federalismo vigente.

En 1835, luego de ganar las elecciones, las fuerzas conservadoras procedieron a la remodelación del Estado mexicano en favor de un modelo centralista. Durante la presidencia interina de Miguel Barragán, el Congreso suspendió el orden federal y en 1836 la Constitución de 1824 fue reemplazada por las Siete Leyes, que convertían a los estados federados en departamentos administrados por gobernadores nombrados por el gobierno nacional.

Estos cambios ocasionaron el estallido de movimientos federalistas y rebeliones que derivaron en la proclamación de independencia de algunos estados, como Texas (que permaneció independiente hasta su anexión a los Estados Unidos en 1845), Yucatán (que se reincorporó a la nación mexicana en 1848) y, brevemente, la República de Río Grande (que comprendía Nuevo León, Tamaulipas y Coahuila pero existió durante menos de un año) y Tabasco (que se reincorporó a México en 1842).

Restauración

El conflicto fronterizo entre la República de Texas y los Estados Unidos Mexicanos ocasionó poco después la intervención estadounidense en México, un enfrentamiento bélico que culminó con la pérdida de más de la mitad del territorio mexicano a manos estadounidenses y que fue uno de los motivos de la restauración en 1846 de la Constitución de 1824 por el presidente interino José Mariano Salas.

Esta segunda república federal se rigió por la Constitución de 1824 hasta que un nuevo Congreso Constituyente promulgó la Constitución Política de la República Mexicana en 1857.

Características de la Constitución de 1824

Ordenamiento territorial

La Constitución de 1824 ratificaba la independencia de la nación mexicana frente a España y cualquier gobierno extranjero, y reconocía como propio el territorio que había pertenecido al virreinato de Nueva España, lo que en la práctica incluía el actual territorio de México, California, Nuevo México y Texas.

El territorio se ordenó según un modelo federal de la siguiente forma: 19 estados soberanos, cuatro territorios dependientes del centro (que luego pasaron a ser cinco) y el distrito federal con sede en la Ciudad de México, que albergaba los poderes ejecutivo, legislativo y judicial  del gobierno federal.

Sistema de gobierno

Constitución mexicana de 1824
El sistema de gobierno propuesto era el de una república representativa federal.

El sistema de gobierno instaurado por la Constitución de 1824 era el de una república representativa popular federal. La nación mexicana adoptó el nombre de Estados Unidos Mexicanos porque contemplaba la unión de los estados libres mexicanos en una federación que admitía la organización interna de cada estado y la participación de sus representantes en las cámaras legislativas del gobierno federal.

El gobierno nacional republicano adoptó la división de poderes: poder ejecutivo (cuyas máximas autoridades eran el presidente y el vicepresidente, elegidos por elecciones federales indirectas), poder legislativo (un Congreso con dos cámaras: diputados y senadores) y poder judicial (una Corte Suprema de Justicia, Tribunales de Circuito y Juzgados de Distrito). A su vez, cada estado reproducía la separación de poderes en su organización interna.

El gobierno federal era responsable de las relaciones externas, la defensa, el arbitraje entre estados mexicanos y el pago de la deuda nacional, mientras que el cobro de impuestos quedó mayormente en manos de los estados.

Esto provocó dificultades derivadas de la escasez de recursos del gobierno nacional y acarreó tensiones con los sectores conservadores, que abogaban por un modelo centralista, pues pensaban que una federación era un sistema débil que no permitía hacer frente a las necesidades internas y a las amenazas externas (por ejemplo, el peligro de una reconquista española).

Libertades ciudadanas

Constitución Mexicana de 1824
El catolicismo fue la única religión aceptada por la Constitución de 1824.

Entre las medidas de corte liberal que fueron consagradas por la Constitución de 1824 se contaron: la libertad de imprenta, la promoción de la educación y la apertura de caminos y canales. Sin embargo, algunas libertades ciudadanas fundamentales permanecieron restringidas por la influencia militar y del clero en la sociedad mexicana.

La abolición de la esclavitud no figuró expresamente en la Constitución sino que fue decretada en septiembre de 1829 por el entonces presidente, Vicente Guerrero. En cuanto al culto religioso, la Constitución de 1824 reconocía como única religión de la nación mexicana a la católica, apostólica y romana, y prohibía el ejercicio de cualquier otra.

Discrepancias entre estados

Hubo múltiples tendencias dentro del sistema federativo mexicano, cuyo enorme territorio e influencias extranjeras constituyeron un reto al entendimiento mancomunado. La administración de los bienes eclesiásticos, el pago de las cuotas para el presupuesto federal y el aporte militar (“cuota de sangre”) al ejército unido fueron materia de controversia y a menudo fueron temas manejados de modos diferentes por los distintos estados.

Yucatán, por ejemplo, proclamó la libertad de culto, lo que contravenía las disposiciones de la Constitución federal, mientras que Jalisco y Tamaulipas decretaron el financiamiento gubernamental de la Iglesia. Algunas de estas discrepancias contribuyeron a la debilidad del gobierno federal y al impulso que adquirieron los promotores del centralismo que en 1835 dejaron sin efecto la Constitución de 1824.

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Referencias

  • "México" Parkes, H. et al. (2022) en Encyclopedia Britannica.
  • "Constituciones de México" Gobierno de México. Secretaría de Cultura (2017).
  • "Historia de México" von Wobeser, G. (coord.) (2014). Fondo de Cultura Económica

¿Cómo citar?

"Constitución Mexicana de 1824". Autor: Augusto Gayubas. De: Argentina. Para: Enciclopedia Humanidades. Disponible en: https://humanidades.com/constitucion-mexicana-de-1824/. Última edición: 23 marzo, 2024. Consultado: 26 abril, 2024.

Sobre el autor

Autor: Augusto Gayubas

Doctor en Historia (Universidad de Buenos Aires)

Fecha de actualización: 23 marzo, 2024
Fecha de publicación: 10 mayo, 2017

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