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Chapter 7: Capitulo 7

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Pov. Narrador Omnisciente

El sol salía presumiendo sus rayos de luz y esa misma luz se filtraba por la ventana de una lujosa habitación en la que dormían dos niños.

Harry lentamente abrío sus ojos que momentáneamente se habían vuelto naranjas para asemejarse a la luz.

'El dios del sol siempre tiene que estar jodiendo en los mejores momentos' pensó Harry con fastidio y ironia mientras su cabello se tornaba de color morado por el breve enfadó.

Harry miró fijamente el cuerpo tumbado a su lado mientras sé incorporaba sentándose en la cama.

Harry analizaba de forma casi enfermiza como el pecho de marfil de Draco subía y bajaba acompasadamente con su respiración y como su rostro se encontraba en una expresión tan angelical al dormir.

Para Harry, Draco Lucius Malfoy era su musa, una obra de arte, la reencarnación mejorada de la Venus de Milo.

Pero Harry sentía miedo, miedo de poder lastimarlo. El nunca habia recibido amor en su vida, ni amor familiar, ni de manera platonica... Harry solo habia sentido amor por las artes oscuras y por el conocimiento.

Harry no sabía como demostrar amor hacia una persona y sentía miedo de decepcionar a su dragón o aun peor, de herir sus sentimientos.

Draco se merecía el mundo y eso Harry lo sabía, todo el mundo que conociera a su dragón lo sabía.

Harry se acercó a su rostro y empezó a besar sus párpados lentamente para hacer que el menor despertarse de la forma más dulce y delicada posible, sintiendo como las rubias pestañas acariciaban sus labios, Harry quería empeñarse en su "relacion" desde el primer momento.

Acariciando sus dos mejillas con sus dos manos, notando como poco a poco los ojos de Draco se ivan abriendo lentamente mientras una perezosa sonrisa aparecía en su rostro.

-buenos dias Harry.... - dijó Draco mientras que notaba como su Alfa escondía su cabeza en su cuello. Draco sólo pensó en disfrutar del aroma de su pareja destinada.

Un aroma suave, masculino y delicioso para las fosas nasales del Malfoy.

-buenos dias mi Dragón - dijó Harry besando su hombro izquierdo - te ves mucho más hermoso de lo normal al dormir, pero prefiero cuando tus lindos ojos sólo me miran a mi - dijó con una sonrisa galante, sabiendo qué haría a su dragón sonrojar.

En ese momento Harry podía permitirse estar realmente tranquilo, oliendo el afrodisíaco aroma de su omega, disfrutando de las timidas caricias en su cabello mientras el escondía su cabeza en el lindo y apetecible cuello de Draco.

No pensaba en la guerra, en la vieja cabra, en los Potter... Lo único que Harry necesitaba era la amorosa compañía de su dragón para sentirse bien.

(Autora:quien no querría la presencia de Draco Taco en su vida :'v).

-Harry... n-nosotros, somos algo?
Esa pregunta descoloco tanto a Harry que despegó su cabeza del cuello del menor.

-a que te refieres mi Dragón? Preguntó el, con clara preocupación y confusión palpable.

-llevámos m-menos de un dia juntos y ya nos comportamos como si f-fuéramos pareja, pero no lo somos... Yo que soy para ti? Preguntó Draco temblando ligeramente.

-tu para mi, eres las persona con la que quiero pasar el resto de mis dias - dijó Harry pegando sus frentes - para mi tú eres mi futuro novio, mi futuro prometido y el chico con el que quiero formar una familia - dijó mirando los rosados labios del menor con anhelo - no llevo ni veinticuatro horas contigo y ya se que te amaría toda mi vida - Harry a ese punto ya se acercaba de forma lenta a sus labios - no te preocupes por lo demás, tenemos todo el tiempo del mundo para conocernos mejor y para que yo te amé más de lo que ya lo hago.

Poco a poco, sintiendo como el tiempo a su alrededor se detenía, rozaron sus labios y ese roze, pasó a ser un beso de verdad.

La mente de Draco no funcionaba, sus pensamientos se habían derretido, todo era borroso y no podía razonar. Derrepente todo le parecía más bonito y el se sentía feliz, así se sentía estar con el amor de tu vida?

La sensación de fuegos artificiales volando libres por tu mente mientras las mariposas no paraban de revolotear en tu estómago.

Para Harry era igual, porque no había besado a Draco desde un principio? Se sentía correcto, se sentía bien...

Era maravilloso.

Los dos estaban en su paraíso particular, Draco con sus pequeñas manos en los anchos hombros de su Alfa y Harry con sus manos en la estrecha cintura de su Omega.

Draco notó como el beso se iva rompiendo poco a poco, haciendo que pudiera volver a pensar y que sus pulmones le volvieran a permitir respirar.

Se separaron lentamente, mirándose a los ojos en todo momento, mirando a un Harry muy contento y a un tomate... a no espera, que ese es Draco :v.

-los besos se los hacen las personas que se quieren... ¿tu me quieres Harry? Preguntó Draco con esperanza brillando en sus ojos.

Harry con ternura beso sus blancas mejillas en modo de afirmación, se sentía un hijo de puta, el era un ser enfermo, perverso, frío, psicópata y un pervertido también.

(Autora:no jodas enserio? Nadie lo habría sospechado nunca 😑).

Y Draco era un ser puro y inocente que al final iva a ser corrompido por su culpa y se sentía aun más mal por sentir excitación por eso.

Derrepente tocaron la puerta con leves golpecitos, cuando Harry dijó "adelante" las pequeñas amigas de Draco entraron en la habitación.

-buenos dias Draco! A levantarse! Ya sabes el dicho, a quien madruga Merlín le ayuda - espetó Lavanda mientras se dirijia hacia el menor.

-Harry ve a tu cuarto a alistarte,nosotras nos encargaremos de Draco - dijó Crisantemo mientras abría el GRAN armario de Draco.

-no volvereis a echarme, quiero ver a mi Dragón desnudo, a el no le importará, verdad Dragón? Preguntó Harry besando levemente los labios de Draco.

Rápidamente Camelia se paró enfrente de Harry claramente molesta.

-sabes que no puedes ver el cuerpo de Draco hasta que llegue la época de apareamiento! Como intentes quedarte te juro que te castrare con un tenedor - dijó ella claramente enfadada.

Y Harry salió rápidamente de la habitación, no es que tuviera miedo, es que el apreciaba cada parte de su anatomia.

Draco se levantó de la cama dirigiéndose hacia el armario donde Azucena y Crisantemo discutían.

-yo digo que la camisa gris resaltaría sus ojos - dijó Azucena.

-yo digo que la negra le quedaría mejor - espetó Crisantemo.

Y así estuvieron diez minutos hasta que Camelia las separó, al final ella escojio la ropa de Draco.

Vistieron a Draco con una camisa de seda azul pastel con bordados de oro en las mangas y en el cuello, un pantalón corto de color blanco con los mismos bordados de la camisa haciendo resaltar sus lampiñas piernas y unos zapatos de piel de ninfa azules.

Mientras le daban unos últimos retoques a la ropa, Lavanda peinaba su delicado cabello hacia atrás con mucho cuidado y Azucena le ponía perfume frutal en el cuello.

Cuando Draco bajo al comedor acompañado de las cuatro hadas, pudo ver a su padre con una elegante túnica negra y a su madre con un vestido blanco de corte de sirena y escote corazon, sus muñecas y cuello estaban adornados con sutiles pero hermosas joyas y llevaba unos zapatos de tacón blancos.

-mi Draco estás perfecto! - Dijó Narcissa levantándose de su silla para abrazarlo - sé sincero, Harry te dio duró contra el muro? Recuerda que puedes contarmelo - le dijó ella con rostro serio haciendo que Draco se sonrojara.

-yo creo que deberías dejar ese tema para mas tarde madrina - dijó Harry bajando las escaleras con parsimonia y rostro jugueton.

Llevaba puesto una camisa de seda blanca, una chaqueta y pantalones formales de color azul rey y zapatos franceses de color café .

Harry tomó a Draco de la cintura para guiarle hasta la mesa del comedor para que pudieran desayunar, haciendo que Narcissa diera grititos al aire como una loca diciendo cosas como " los shippeo ", "Harry dale a mi hijo contra la mesa " o " van a hacer cosas rikolinas, yo lo se ".

Los cuatro se sentaron en los mismos sitios del día anterior y inmediatamente apareció mucha comida.

Tostadas, pastas, jugó de frutas, mermelada, mantequilla, tortitas, choco-milk, galletas, fruta, embutidos, cereales...

Mientras Narcissa y Lucius comían una macedonia de frutas tranquilamente, Draco bebía su choco-milk con cereales y Harry degustaba sus tostadas con mermelada de moras y su jugo de piña.

Mirando con ternura como la carita de Draco se manchaba de chocolate.

-bueno... cuando me daréis nietos? Preguntó Narcissa haciendo que Draco casi se ahogara con su choco-milk y que empezará a toser sin parar.

Harry se sonrojo violentamente, no pudo evitar pensar en ese acto pecaminoso que quería hacer con Draco a todas horas, Narcissa lo notó y se acercó a Harry para susurrarle algunas cosas a su oído.

-los puntos sensibles de Draco son la manzana de Adán y su pecho - susurró ella.

-como lo sabes? Preguntó Harry muy bajito.

-soy su madre, no me pase más de cinco horas sacándole de mi cuerpo para nada - explicó Narcissa con simpleza mientras volvía a comer de su macedonia como si nada.

Harry simplemente se quedó mirando levemente a Narcissa sorprendido, ella tenía un aura muy explosiva, de color amarillo.

Que representaba la alegría, felicidad, la innovacion y la diversión. Así era su madrina en todo su esplendor.

El aura de Lucius era de color gris, que representaba la paz, la tenacidad, la neutralidad, la adaptación, la crueldad y la tranquilidad.

En cambio el aura de Draco era la más hermosa y apetecible de todas, el aura de Draco era blanca. Que representaba pureza, la inocencia, la frescura, la limpieza, la virginidad y la virtud.

Y el aura de Harry era negra, representaba la muerte, la destrucción, la fertilidad, el misterio, el silencio, el poder, la formalidad y el crecimiento.

El aura de Harry se había vuelto oscura por el paso de los años, con los maltratos, las mentiras, la faltas de cariño y atención...

Pero lo que más le sorprendió fue el aura de Draco, todos los magos al nacer tienen el aura de color blanco y al ir creciendo, el color de su aura contrasta con la personalidad de cada persona.

Y era la primera vez que alguien era una persona pura como para que su aura fuera de color blanco. Y que Draco fuera esa persona solo hizo que a Harry le pareciera tan.... apetecible.

Pero sus pensamientos fueron interrumpidos por el ulular de un animal, una lechuza de color pardo que se había colado por una de las ventanas del comedor.

Se paró enfrente de lo dos niños y les enseñó las cartas que tenía atadas a las dos patas.

Los dos las cojieron y Harry observó el sello con una "H" de Hogwarts, con una águila, un león, un tejon y una serpiente.

Después ponía su dirección abajo.

*Señor H. Riddle Draconis, Mansión Gaunt, Inglaterra*.

Harry pudo deducir rápidamente que todas las cartas las escribía una pluma mágica, sino alguien de Hogwarts como el director ya lo ubiera visitado.

Los dos las abrieron lentamente, emocionados.

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COLEGIO HOGWARTS DE MAGIA Y HECHIZERIA.

Director: Albus Dumbledore (Orden de Merlín, Primera Clase, Gran Hechicero, Jefe de Magos, Jefe Supremo, Confederación Internacional de Magos).

Querido señor Riddle:

Tenemos el placer de informarle de que dispone de una plaza en el colegio Hogwarts de Magia y Hechizeria. Por favor, observé la lista del equipo y los libros necesarios. Las clases comienzan el 1 de Septiembre. Esperamos su lechuza antes del 31 de Julio.

Muy cordialmente,
Minerva Mcgonagall
Subdirectora Adjunta
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Harry con sólo leer eso ya rodó los ojos con fastidio, esa absurda información sin sentido ocupaba la mitad de la carta y lo de primera clase en la Orden De Merlín era mentira.

Sólo las familias de la generación de Merlín y de su círculo interno podían ser miembros, una de esas familias era la suya. Por lo tanto, Albus Dumbledore había mentido... como siempre.

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Uniformes:

Los alumnos de primer año necesitarán.

-Tres tunicas sencillas de trabajo (negras).

-Un sombrero puntiagudo (negro) para uso diario.

-Un par de guantes protectores (piel de Dragón o semejante).

-Una capa de invierno (negra con broches plateados).

(Todas las prendas de los alumnos deben llevar Etiquetas con su nombre).

LIBROS:

Todos los alumnos deben tener un ejemplar de los siguientes libros:

-El Libro Reglamentario de Hechizos (clase 1).
Miranda Goshawk.

-Una Historia de La Magia.
Bathilda Bagshot.

-Teoría Mágica.
Adalbert Walffling.

-Guía de Tranformacion para Principiantes.
Emeric Switch.

-Mil Hierbas Magicas y Hongos.
Phyllida Spore.

-Filtros y Pociones Mágicas.
Arsenius Jigger.

-Animales Fantásticos y donde Encontrarlos.
Newt Scamander.

-Las Fuerzas Oscuras, una Guía para la Protección.
Quentin Trimble.

RESTO DEL EQUIPO:

1 Varita.

1 Caldero (peltre, medida 2).

1 Juego de redomas de vidrio o cristal.

1 Telescopio.

1 Balanza de Latón.

Los alumnos pueden traer una lechuza, un gato o un sapo.

SE RECUERDA A LOS PADRES QUE LOS DE PRIMER AÑO NO SE LES PERMITE TENER ESCOBAS PROPIAS.
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Harry dejó rápidamente la carta en la mesa y llamó a Bonnie que apareció rápidamente en su campo de visión.

-Bonnie te agradecería enormemente que escribieras nuestras cartas para aceptar nuestro ingreso en Hogwarts, por si acaso... Utiliza diferente caligrafía en mi carta por favor - explicó Harry con una sonrisa nerviosa.

Bonnie asintió y desapareció con un "Plop" de la vista de todó el mundo.

-por que le mandaste usar diferente caligrafía? Preguntó Draco extrañado.

-mi Dragón... No permitiré que la vieja cabra sepa algo tan sencillo como mi forma de escribir, tengo que ser cuidadoso, a partir del momento por el que entre por esas puertas, mis movimientos serán vigilados uno por uno.

Harry al notar como Draco mostraba una expresión de preocupación, le cojió de la mano por debajo de la mesa para intentar calmarlo, cosa que funcionó al instante.

Vió como sus padrinos apretaban los puños sujetando fuertemente sus cubiertos y aunque tuvieran un rostro sin expresión alguna, sus ojos mostraban toda la preocupación y angustia que les daba la situación de su ahijado.

Harry no pudo evitar mostrar una leve sonrisa nostálgica,se sentía tan querido por aquella familia. Decidió cambiar de tema.

-que hos parece si vamos al Callejón Diagon para comprar el material? Preguntó Harry con una sonrisa ladina.

Notó como a Draco se le iluminaron los ojos del entusiasmo, era una imagen tan hermosa.

-eso significa que ya podré comprar mi propia varita? Preguntó el rubio a su madre con entusiasmo.

-si querido - dijó Narcissa sonriendo ampliamente.

-BIEN!!! Gritó el rubio levantándose para irse corriendo animadamente hacia el salón.

-Draco mantén la compostura! Gritó Lucius caminando detrás de el.

Narcissa y Harry simplemente caminaron tranquilamente hacia donde estaban los dos hombres Malfoy.

Todos se agarraron de los brazos para que Lucius los hiciera aparecer en el Callejon Diagon.

Era una calle con suelo de adoquines que se perdían en la distancia.

Vieron el rótulo de la tienda más cercana 《Calderos - todos los tamaños - Laton, Cobre, Peltre, Plata - Automáticos - Plegables》.

Lo compraron rápidamente, aunque Harry tardó un rato ya que necesitaba el mejor caldero para pociones, el necesitaba la perfección absoluta.

Algunas tiendas vendían ropa; otras, telescopios y extraños instrumentos de plata.

Miraban escaparates de diferentes tiendas con alas de murcielagos y ojos de anguilas, tambaleantes montones de libros de encantamientos, plumas y rollos de pergamino, frascos con pociones, globos con mapas de la luna...

Un ulular llego a los oídos de Harry, venía de una tienda oscura. 《El Emporio De Las Lechuzas. Color Pardo, Castaño, Gris y Blanco》.

Draco entró rápidamente a esa tienda sintiendo como miles de ojos brillantes se posaban en el.
Harry entró después para cojer a Draco de la mano.

-quieres una lechuza mi Dragón? Yo puedo comprartela - dijó Harry.

-de verdad? Preguntó el emocionado. Harry le acarició la mejilla con ternura.

Draco escojio una lechuza de color castaño mientras que Harry una de color blanco.

-no tienes una lechuza imperial en tu mansión? Preguntó Draco extrañado.

-es la lechuza de la familia Gaunt, yo necesito una propia.

-como la llamaras?

-el es Hedwig.

-como puedes saber que es macho?

-los machos son ligeramente más pequeños que las hembras y tienen las patas de un color más claro, en cambio tu lechuza es hembra, es ligeramente más grande que la mía y tiene las patas más oscuras - explicó el azabache mirando al rubio.

-entonces la mía se llamará... Venus! - Dijó con emoción palpable.

Harry soltó una pequeña carcajada, Draco era de las pocas personas que podían ponerle de buen humor.

Se acercaron al mostrador donde un joven de como mínimo veinte años miraba con frialdad a Draco.

-buenos dias, queremos comprar estas lechuzas, cuanto cuestan? Preguntó Harry de forma pacífica.

-lo siento solo les puedo vender la de color blanco, la otra esta reservada - dijó el cajero con una sonrisa falsa.

Harry al notar eso decidió usar Legeremancia.

'No voy a venderle nada a ese futuro mortifago, aunque tal vez pueda estafar al otro niño para que pague más dinero' pensaba el cajero mirando a Draco quien tenía una cara de desilusión absoluta por no poder tener su hermosa lechuza.

Harry simplemente apretó los puños con furia, acaso ese asqueroso capullo integral había despreciado a su dragón?

-Dragón, por que no vas a mirar las otras lechuzas? Dijó el azabache para que Draco se alejara de allí.

Draco fue corriendo al otro extremo de la tienda donde se encontraban esas criaturas. Harry aprovechó para mirar al cajero de una manera despreciable.

-escuchame bien hijo de puta - dijó el niño de once años procurando que su inocente dragón no escuchara nada, el cajero lo miró escandalizado por su lenguaje - vas a venderme esa maldita lechuza.

-escucha niño, no quiero problemas con tus padres sólo por ese mortifag-.

Pero fue interrumpido ya que Harry por el enfado hizo estallar las vitrinas de cristal que estaban detrás del mostrador con su magia.

-no vuelvas a llamar a mi hermoso Dragón de esa manera!

-mira niño, no se quien te crees que eres, pero no voy a dejar que un niñato malcriado me amenaza en mi propia tienda - dijó el cajero con fastidio, pero luego su rostro se transformó en una mueca de horror al ver que los ojos de de Harry se tornaban rojos.

-para tu información, yo soy el Lord de la prestigiosa familia Draconis - dijó con enfado - y puedo hacer que tu mugrosa tienda cierre sólo con pestañear.

-n-no hace f-falta llegar a e-esos extremos - dijó el vendedor con una sonrisa nerviosa - te puedes llevar las dos g-gratis.

-no, yo no estoy limosneando nada, cuanto cuestan? Preguntó con rostro serio y con un gran desprecio en la voz.

-son v-veinticinco sickles c-cada una - dijó con voz temblorosa.

Harry pagó arrojando fuertemente los sickles en el mostrador para demostrarle a ese cajero lo molesto que estaba con el.

Cojió las dos jaulas de las lechuzas y se acercó a Draco con una sonrisa.

-mira lo que te traje Dragón! Susurró en su oído cuando estuvo detrás de el.

Draco se volteó y formó una pequeña sonrisa en su rostro, Harry lo entendía, Draco debía seguir con su fachada de sangre pura todo el tiempo.

-Venus!!! Dijó el rubio emocionado cojiendo la jaula donde se encontraba su lechuza.

A Harry se le enternecia el corazón al ver a su dragón tan feliz, pero luego recordó lo que pasó con el vendedor y un brillo perverso apareció en sus ojos.

Cuando ivan a salir de la tienda, Harry beso a Draco de una manera posesiva, pero sin que el beso dejara de ser inocente, haciendo que el Omega se sonrojara muchisimo y que con sus pequeñas manos temblorosas se agarrara de los hombros de Harry ya que el pobre y inocente Draco pensaba que podría caerse si no se aferraba a su pareja.

Al separarse el alfa en todo momento miraba al cajero que pudo ver como los ojos del azabache brillavan de una forma obsesiva y enferma.

El vendedor supo enseguida que no debía meterse con lo que era propiedad de aquel niño.

Cuando salieron de esa tienda vieron que Lucius y Narcissa ya les habían comprado, plumas, diferentes tipos de tinta y pergaminos. Harry se animó un poco al ver que le habían comprado tinta que cambiaba de color cuando escribías con ella.

-ahora necesitareis los uniformes - dijó Lucius revisando la lista de la carta de Draco.

Así que fueron rápidamente a 《Madame Malkin, túnicas para todas las ocasiones》.

Entraron y les recibió una señora récord era con un vestido color cian.

-Hogwarts guapos? Tranquilos podéis pasar ahora mismo, no tardaré mucho - dijó ella con una sonrisa - oh Harrison! Que alegría volver a verte!

-el gusto es mío Madame! Dijó el azabache para luego dirigirse junto a Draco a los vestidores.

Los dos se pusieron uno al lado del otro a cierta distancia.

-bien, tenéis que extender los brazos para que pueda mediros correctamente, no podéis moveros esta claro? Dijó Madame Malkin mirando a los dos niños. Draco y Harry extendieron los brazos para luego observar como unas cintas métricas flotantes aparecían.

-estas cintas métricas medirán lo que sea necesario para que yo pueda haceros los uniformes, por éso no hos podéis mover, si lo hacéis vuestro uniforme no será adecuado con vuestra talla y tendremos que volver a empezar - explicó ella mientras se iva para cojer las telas necesarias.

Las cintas métricas parecían tener un gran conocimiento sobre lo que hacían, no cometían ningún fallo. Harry observó detenidamente como una de aquellas cintas medía la estrecha cintura de su omega.

No pudo evitar sentirse celoso por esa cinta.

'Sólo es una maldita cinta métrica, no debería ponerme así sólo por que este tocando el cuerpo de MI Dragón' pensaba Harry, aunque en realidad esos pensamientos sólo hacían que se pusiera más celoso.

Draco por el contrario se encontraba nervioso, sentía la taladrante mirada de Harry analizando su anatomía, sentía como cada recoveco de su cuerpo era captado por esas dos esmeraldas que podían volverle alguien realmente frágil en cuestión de segundos.

Era una sensación agradable y extraña a la vez. Nunca se había sentido tan observado y de alguna manera se sentía tan especial por captar toda la atención de Harry.

Pasados unos cinco minutos más, Madame Malkin volvió junto a ellos con sus túnicas ya acabadas.

-ya he acabado vuestras túnicas, son 67 galeones con 9 sickles - dijó ella entregandoles las túnicas a los señores Malfoy.

Pagaron y metieron las túnicas en unas bolsas que les entregó Madame Malkin. Entonces escucharon la campana que soñaba cuando la puerta se abría. Había llegado una familia.

Los Potter.

Lilly llevaba ese ostentoso maquillaje que le hacía parecer un payaso del circo ruso junto a un vestido naranja que acentuada sus "curvas" realmente exageradas y poco naturales, James llevaba ropa muggle desarreglada que tenía que hacerle ver "seductor" aunque en realidad parecía que no se había molestado en plancharse la ropa y que había estado toda la noche de fiesta.

Alex llevaba un jersey de líneas gruesas rojas y blancas, unos jeans azules manchados de chocolate y unas enormes deportivas rojas para sus gordos pies, el degustaba una paleta de fresa.

Narcissa arrugo la nariz y puso una cara de asco al ver los pocos modales que tenía Alex.

Harry mientras tanto apretaba la mandíbula de una manera insana, odiaba a esa familia y ellos no parecían nada afectados con su desaparición, aunque el sabía que a ellos les daría igual su paradero.

Draco al notar los sentimientos negativos de Harry decidió calmarlo, así qué empezó a soltar feromonas para relajar y confortar a su alfa cosa que funciono, ya que el rostro de Harry se fue suavizando.

Pero alguien más notó las feromonas del Omega, Alex olio un muy leve olor, era delicioso y adictivo, creía que era un nuevo dulce de alguna panadería mágica cercana, pero entonces miró a Draco fijamente y se dio cuenta al instante que ese olor provenía de el, miró como un niño más alto que el rubio le agarraba de la cintura mientras dejaba un beso en su coronilla, viendo como Draco cerraba los ojos mientras sonreía tiernamente.

Alex había heredado un poco de sangre criatura gracias a su difunta abuela Euphemia Potter pero el no había recibido ninguna de las ventajas de tenerla.

No era más atractivo, no era poderoso, no tenía los sentidos más agudizados, no era más listo... lo único que podía hacer era percibir las feromonas de los veelas de una manera muy leve.

En realidad Alex era casi un squib y tenía el cerebro de una cerilla muggle, pero se pensaba que el era la persona más poderosa del mundo.

Alex sonrió con malicia, ahora que había olido a Draco no lo dejaría escapar, por que el era Alex Sirius Potter Evans y lo que el quería, lo conseguía.

(Autora:ahora es cuando todas cojéis un bate de pinchos para matar al desgraciado :3).

Los Potter se acercaron a los Malfoy con un porte de egocentrismo y superioridad extremo, haciendo que todos los integrantes de la familia Malfoy rodarán los ojos disimuladamente, Harry seguía serio entrelazando su mano con la de Draco.

-Malfoy - dijó James.

-Potter - dijó Lucius.

(Autora:pelea de padres >:v).

-campeón, estos son los Malfoy, los que se arrastraron a los pies del que-no-debe-ser-nombrado - dijó James con una sonrisa de suficiencia, era horripilante.

-Voldemort - dijó una voz extrañamente familiar para los Potter.

Ellos voltearon para mirar a Harry quien les miraba impasible.

-quien eres tu? Preguntó Lilly con voz chillona e irritante.

-menuda maleducada - murmuró Narcissa con desagrado.

-cállate mortifaga! No te basta con tu marido y por eso has decidido vestirte como una mojigata?- dijó Lilly con una sonrisa petulante y desagradable al mismo tiempo.

-cállate asquerosa sangre sucia! Gritó Lucius, el amaba mucho a Narcissa, no iva a dejar que esa loca la insultara enfrente de sus narizes.

-mi esposa no a dicho ninguna mentira Malfoy!

-déjeme decirle señora Potter que usted es una maleducada - dijó Harry serenamente.

-quien te crees que eres para hablarme así!?!

-tan pronto te olvidas de mi madre? Preguntó con ironía y burla.

La cara de los tres Potter se deformó a una expresión de horror.

-H-Harry?

-lo lamento pero para ustedes yo soy Lord Harrison, no hos he dado permiso para llamarme por mi nombre.

-pero que dices engendro!?! Y que haces con estos mortifagos!?! Vuelve a casa ahora mismo, vendrán unos amigos de James y la cena no se ara sola!!!

-ellos son mi familia y me gustaría que no insultara a mi madrina señora Potter, ella es una mujer bella, fuerte e independiente mucho más poderosa que usted. Y que le allá insultado de esa manera tan vulgar simplemente por tener mejor gusto para la moda, es bastante patético - dijó el con simpleza mientras cojia a Draco de la cintura - así que si nos disculpan, tenemos que seguir con nuestras compras.

Después de que los Potter recibieran miradas de desprecio por parte de los Malfoy, la famila sangre pura salió de la tienda.

Se notaba la tensión en el aire cuando fueron directos a la librería 《Flourish y Blotts》en donde los estantes estaban llenos de libros hasta el techo. Había unos grandiosos forrados en piel, otros del tamaño de un sello, con tapas de seda, otros llenos de simbolos raros y unos pocos sin nada impreso en sus páginas.

Compraron sus libros para Hogwarts y Harry compró unos cuantos para su propio usó como:

-criaturas mágicas del mundo desde el principio de los tiempos.
Agatha Spine.

-signos y rituales antiguos.
Victenio Lattra.

-idiomas ancestrales, goblinense, parsel, arpinea...
Erstone Anteiln.

-legeremancia y oclumancia, todo lo que necesitas saber.
Lucille Parkloan.

-la vida de Merlín.
Tina Columbius.

-el Grimorio sobre las artes oscuras.
Hefhed Ignis.

-veelas, curiosidades, datos y características.
Melusina Trinbelle.

-leyes y política mágica.
Homero Agamenon.

-historia de Hogwarts.
Nicolás Flamel.

(Autora:se que no es así pero quería hacer esto un poco más interesante y porque yolo :v).

-guía mágica sobre el mundo muggle.
Anthony Denbirch.

-fauna y flora mágica, plantas curativas, para pociones, medicinales, venenosas, protectoras...
Gustim Jowae.

-todo sobre el quidditch.
Veyor Karim.

-todo lo que quieras saber sobre las varitas: fabricacion, material, todos los tipos que existen, varitas especiales...
Prunilia Beltrun.

Después de que la cajera mirara a Harry extrañada por el tipo de libros que había comprado.

Se dirijieron a la droguería, toda la tienda olía a huevos pasados y repollo podrido, pero las cosas tan fascinantes que habían hacían que el hedor no fuera importante.

En el suelo había barriles llenos de una sustancia viscosa y botes con hierbas. Raíces secas y polvos brillantes llenaban las paredes, y manojos de plumas e hileras de colmillos y garras colgaban del techo.

Mientras Lucius le pedía al cajero un surtido de ingredientes básicos para pociones, Draco examinaba cuernos de unicornio plateados, a veintiún galeones cada uno, y minuculos ojos negros y brillantes de escarabajo (5 knuts la cucharada) mientras Harry cojia los ingredientes que el necesitaba.

Escamas de sirena, lágrimas de Fénix, colmillos de vampiro, raíces de peral escartino, hojas medicinales, un cuerno de unicornio...

Cuando salieron de la droguería, Lucius revisó la lista de Draco.

-sólo hos falta la varita - dijó mirandolos a los dos.

Se dirijieron rápidamente a la última tienda que era más estrecha y de mal aspecto, encima de la puerta, en letras doradas, se leia: 《Ollivanders, fabricantes de excelentes varitas desde el 382 a.C.》. En el polvoriento escaparate, sobre un cojín de desteñido color púrpura, se veía una única varita.

Cuando entraron, una campanilla resono en el fondo de la tienda.

Era un lugar pequeño y vacío, salvo por una silla largirucha, Harry observó las miles de estrechas cajas amontonadas cuidadosamente hasta el techo.

-buenas tardes - dijó una voz amable.

Los cuatro se sobresaltaron, un anciano estaba ante ellos; sus ojos, grandes y pálidos, brillaban como lunas en la penumbra del local.

-buenos dias señor Ollivander - dijó Harry con seguridad extendiendo su mano al anciano en forma de saludo, notó como la huesuda y pálida mano hacia contacto con la suya para estrecharsela, era horrorosamente fría pero Harry supo disimularlo.

-ah si, esperaba verte pronto, Harrison Riddle - no era una pregunta - tienes los ojos de tu padre, aun recuerda su varita, una muy poderosa y poco usual, madera de cedro y nucleo de pluma de fenix, 34 centímetros y cuarto, bonita y flexible, lastima que Dumbledore pudiera derrotarlo temporalmente.

Harry supo en ese momento que el señor Ollivander sería un gran aliado en su bando.

-en cambio tu padre Louis escojio una diferente, madera de pino, 25 centímetros, nucleo de fibra de corazon de dragón, medio-flexible, una varita ideal para pociones - dijó Ollivander mientras sacaba una enorme cinta métrica de su bolsillo - aunque, es la varita quien escoge al mago.

-con que brazo cojés la varita?

-soy diestro - dijó Harry extendiendo su brazo derecho, mirando como la cinta métrica le medía por su cuenta, del hombro al dedo, luego de la muñeca al codo, de la rodilla a la axila y alrededor de su cabeza mientras Ollivander buscaba entre las cajas.

-cada varita Ollivander tiene un núcleo central de una poderosa sustancia mágica, utilizamos pelos de unicornio, plumas de cola de Fénix y fibra de corazón de dragón. No hay dos varitas Ollivander iguales, como no hay dos dragones, fénix y unicornios iguales. Y por supuesto nunca obtendrás tan buenos resultados con la varita de otro mago - dijó cojiendo una cajita mientras la cinta métrica se enrrollaba en el suelo - madera de haya y nervios de corazón de dragón. Veintitrés centímetros. Bonita y flexible. Pruebala y ajitala.

Harry cojió la varita y la ajito repetidas veces, como no ocurrió nada Ollivander se la quitó de las manos rápidamente para luego cojer otra.

-madera de acebo, nucleo de pelo de unicornio, 20 centímetros, rígida. Una buena varita para encantamientos, pruebala.

Harry hizo lo mismo con la otra y tuvo el mismo resultado.
Probaron con más varitas pero no pasaba nada, los Malfoy estaban preocupados, sobre todo Draco, mientras que Harry se encontraba muy tranquilo y Ollivander parecía mucho más contento.

Todas las varitas que habían estado probando estaban encima de la silla y aumentaban por momentos.

-que cliente tan difícil ¿no? No te preocupes, encontraremos la varita perfecta por aquí, en algún lado. Me preguntó... si, porque no, probaras una combinacion para nada usual y muy especial - dijó mientras cojia una estrecha caja de color morado con detalles dorados, era muy diferente a las otras cajas.

Abrió la caja para mostrarle una varita de un color marrón rojizo, con espirales de oro decorando la parte inferior con pequeñas incrustaciones de diamantes que parecían constelaciones.

-madera de árbol sagrado, el árbol más puro que ha existido gracias a que se mezcló con sangre de unicornio cuando aun era un pequeño brote, tres núcleos de escamas de arpía siberiana, sangre de demonio y veneno de basilisco, 26 centímetros, bonita y flexible, ideal para pociones y encantamientos, esta varita a rechazado al mismísimo Merlin, quieres probarla?

Harry asintió con entusiasmo, el sabía que era poderoso y esas varitas tan corrientes no eran merecedoras de su poder.

La cojió y sintió un gran cosquilleo en la mano, la ajito y un fuerte chispazo de color verde salió de la varita. Harry sonrió con suficiencia mientras los integrantes Malfoy se veían emocionados.

-bien, al fin a encontrado su varita Harrison.

-me gustaría implementar algunos hechizos en mi varita señor Ollivander si a usted no le molesta.

-claro que no.

-me gustaría quitar el hechizo rastreador de mi varita, implementar otro para que no puedan robarmela y también implementar protecciones de sangre para que sólo yo pueda usarla - explicó el azabache.

Ollivander se encargó de dos hechizos, Harey se corto un dedo de la mano con una daga que le habia dado el señor Ollivander y luego derramo su sangre encima de la varita para poder hacer las protecciónes.

Susurró un Vulnera Sanentum mientras Ollivander le entragaba la varita, vio como Draco se acercaba al mostrador.

-oh, Draco Malfoy, será un cliente muy interesante - dijó Ollivander viendo como Draco extendía su brazo derecho para que la cinta metrica pudiera medirle - recuerdo la varita de tu madre, madera de peral, nucleo de pluma de Fénix, flexible y 24 centímetros - dijó mirando a Narcissa quien sonreía orgullosa de su varita - también me acuerdo de la varita de tu padre, madera de roble, 27 centímetros, medio-flexible y nucleo de pelo de unicornio - dijó esta vez mirando a Lucius quien sonreía con suficiencia.

-oiga señor Ollivander, puedo hacerle una sugerencia sobre una varita en especifico? Preguntó Harry.

-por supuesto Harrison.

-madera de espino, 25 centímetros, flexible y nucleo de pelo de unicornio, he leído que las varitas con ese núcleo son las que tienen la magia más consistente, verdad?

Los ojos de Ollivander brillaron con ilusión y fascinación.

-esta en lo cierto Harrison - dijó Ollivander mientras buscaba la varita.

Harry al tener el poder de ver auras, podia saber que varita le iria mejor a cada mago, es un don que le iria muy bien a la hora de la batalla, por lo tanto prefería mantenerlo en secreto.

Ollivander volvió con la caja donde se encontraba la varita, era muy bonita, la parte inferior era de color negro mientras que la superior era de color castaño.

Draco la cojió y inmediatamente unas chispas plateadas salieron de la varita, Harry sonrió para sus adentros al ver que había acertado, mientras veia la sonrisa de Draco.

-bien señor Ollivander, cuanto cuestan las varitas? Preguntó Narcissa acercándose al mostrador.

-son siete galeones cada una -.

Los Malfoy pagaron y salieron de la tienda, ver como el señor Ollivander no parpadeaba ni una sola vez era escalofriante.

-bien Draco, tenemos que irnos a casa, ya le hemos causado muchas molestias a Harry y seguramente el tendrá muchas cosas que hacer - dijó Narcissa mirando con pena como Draco se ponía triste por no poder estar con Harry - venga anímate Draco, estarán juntos casi todo el año, sólo tendréis que esperar un mes para veros.

Lucius le dio unas palmadas en la espalda a Harry a modo de despedida mientras que Narcissa lo envolvió en un abrazo maternal y le daba un beso en la cabeza, Draco fue el último que con un sonrojo le dio un beso en los labios haciéndo que Narcissa empezará con sus ataques de fangirl.

Le entregaron sus cosas a Harry y luego desaparecieron por la calle de adoquines.

Harry con un movimiento de varita hizó aparecer su baúl donde guardo todos los objetos que había comprado.

Cojió su capa con capucha para tapar su rostro, mientras hacia desaparecer su baúl y escondía su varita en su bolsillo sujetandola con fuerza en su mano.

Empezó a caminar mirando a la gente, las tiendas y las calles por las que pasaba, hasta que la encontró.

La entrada al callejón Knockturn.

Entró procurando que nadie lo viera, miró las calles destartaladas, la gente aterradora y espeluznante, las tiendas solitarias y oscuras.

Entró en la tienda que buscaba, la tienda de varitas.

Un hombre viejo, con su cabello gris graso y desarreglado, con ojos negros, piel enfermamente pálida y con los dientes llenos de sarro lo atendió.

-muy buenos dias me gustaría comprar una varita, me gustaría que me mostrará la más inusual que tenga.

El hombre con desgana fue al oscuro almacén mientras Harry cojia libros sobre artes oscuras, rituales y nigromancia.

El hombre volvió con una hermosa varita, era negra, había una serpiente enrrollada hecha de jade, sus ojos eran de esmeraldas

-esta es la varita más peculiar y especial que tengo, madera de árbol centenario, nucleo de lágrimas de incubo, escamas de dragón imperial y pelo de ninfa oscura, 25 centímetros, flexible, excelente para pociones, duelos y la mas confiable para lanzar maldiciones.

Harry la cojió y sintió el mismo cosquilleo en su mano mientras unas chispas doradas salían de la varita, pagó los libros y la varita.

Salio de la tienda y se apareció en su mansión, lo dejó todo en su cuarto para luego irse a la habitacion de Draco, se tumbó en la cama de su dragón para embriagarse en su aroma, ya lo echaba de menos.

Una sonrisa surco su rostro, por fin iria a Hogwarts.