La hija de Drácula (1936)

Título original: Dracula’s Daughter
Año: 1936
Compañía: Universal Productions
Director: Lambert Hillyer
Guión: Garrett Fort
Reparto:
Gloria Holden (Marya Zaleska)
Otto Kruger (Jeffrey Garth)
Edward Van Sloan (Van Helsing)
Irving Pichel (Sandor)
Marguerite Churchill (Janet Blake)

Sinopsis:
Justo después de acabar con la vida de Drácula, el profesor Van Helsing es detenido y acusado del asesinato del Conde.
Todo se complica cuando alguien roba el cadáver del vampiro. La Condesa Marya Zaleska ha robado el cadáver de su padre para incinerarlo, esperando que así desaparezca la influencia vampírica que pesa sobre ella. Sin embargo, esto no ocurre, su sed de sangre no desaparece, y busca la ayuda de un psicólogo que la ayude a luchar contra su naturaleza malvada.

Comentario:
Cinco años después del clásico de Tod Browning y Bela Lugosi, la Universal se decidió a lanzarse con una secuela de la película. Inicialmente iba a hacerse cargo de ella James Whale, pero su guión fue rechazado por los productores, que dejaron el proyecto en manos de Lambert Hillyer, quien venía de dirigir el Poder Invisible, con Karloff y Lugosi.
La película se basa vagamente en el relato corto el Invitado de Drácula, escrito por Bram Stoker como capítulo de su inmortal novela, pero que quedó finalmente fuera de la misma.
Poco aporta esta película a la saga. Los diálogos entre la vampiresa y su criado rozan a veces lo ridículo, lo que no evita que la magnética presencia de Gloria Holden la haya convertido en un icono menor del género (que no llegó a crecer porque nunca volvió a participar en un film de terror).
A destacar el retorno de Edward Van Sloan como el profesor Van Helsing, o las sugerencias lésbicas (sorprendente para la época), en una película que nos demuestra que eso de las secuelas facilonas no es sólo patrimonio del cine actual.