Dictadura militar argentina

El 24 de marzo de 1976, la República Argentina sufriría un nuevo golpe de Estado. En esta oportunidad, María E. Martínez de Perón, mejor conocida como Isabelita, sería la victima principal del derrocamiento.

Su caída marcó el final del tercer peronismo y, al mismo tiempo, dio paso a la sexta dictadura militar de la historia de Argentina: el Proceso de Reorganización Nacional (PRN). A continuación, os contamos su historia.

Fecha de la dictadura militar argentina

La dictadura cívico-militar argentina emprendida por el Proceso de Reorganización Nacional (PRN) se extendió desde el golpe de Estado del 24 de marzo de 1976 hasta el 10 de diciembre de 1983, fecha en la que el PRN entrega incondicionalmente el poder a un nuevo gobierno constitucional.

Contexto histórico de la dictadura militar argentina

El 12 de octubre de 1973, Juan Domingo Perón, tras haber estado separado de la jefatura de Estado argentina por 18 años, volvería para asumir un nuevo mandato presidencial.

Su regreso reavivaría las llamas del sentimiento peronista, pues, a diferencia del corto mandato presidencial de Héctor José Cámpora, en esta oportunidad no era un justicialista cualquiera quien portaba la bandera del peronismo, sino su mismismo creador.

Por azar del destino, el 1 de julio de 1974, a menos de un año de haber asumido su tercer mandato presidencial, una fibrilación ventricular acabaría con la vida de Juan D. Perón, dejando a su esposa, Martínez de Perón, en aquel entonces vicepresidenta de la Nación Argentina, al mando de la jefatura de Estado.

La presidencia de Martínez de Perón sería fuertemente criticada a nivel sociopolítico debido al carácter autoritario, represivo y violento de su gobierno.

Celestino Rodrigo
Fotografía de Celestino Rodrigo, responsable del llamado Rodrigazo (año 1975).

Asimismo, durante el mandato de Martínez de Perón tendría lugar el Rodrigazo, un calamitoso plan de ajuste económico impulsado por el ministro de Economía de Argentina que traería consigo terribles consecuencias económicas y políticas para los argentinos.

Viéndose acorralada por múltiples sectores políticos, Martínez de Perón anunciaría el adelanto de las elecciones presidenciales a octubre de 1976.

Sin embargo, el 24 de marzo de ese mismo año (1976), un golpe de Estado pondría fin a su nefasto gobierno, dando paso a un nuevo régimen, uno inédito hasta entonces: una dictadura militar donde tanto las Fuerzas Armadas como algunos sectores civiles tendrían participación.

Causas de la dictadura militar argentina

Estas son algunas de las causas de la dictadura militar que gobernó a la República Argentina entre los años 1976 y 1983:

Cinco golpes de Estado en menos de 50 años

Los antecedentes históricos de Argentina son, sin duda, uno de los cimientos sobre el cual se sustentó la dictadura militar del PRN.

No es de extrañar que la sociedad argentina estuviese acostumbrada a un ambiente político golpista y antidemocrático, pues, cuando las juntas militares del PRN asumieron el control gubernamental absoluto, Argentina ya había sufrido cinco golpes de Estado en un lapso menor a 50 años (1930, 1943, 1955, 1962 y 1966).

Montoneros, ERP y demás grupos de izquierda

En palabras del propio Perón, el justicialismo protegería a la sociedad argentina tanto de los vicios del capitalismo como de las garras del colectivismo.

Sin embargo, en la praxis este marco ideológico se inclinaría un poco más hacia el colectivismo y el intervencionismo estatal, o al menos eso interpretaron múltiples grupos y organizaciones terroristas de izquierda, como, por ejemplo, el Ejército Revolucionario del Pueblo (ERP) y los Montoneros, quienes, mediante acciones armadas continuas, radicalizarían la lucha por la justicia social.

Usted lo vivió, recuerde y compare
Antes del 24 de marzo de 1976, el desencuentro y los intereses de sector fomentaban el desencuentro y la anarquía. Usted lo vivió, recuerde y compare. Así rezaba un vídeo de propaganda del PRN.

A inicios de 1975, el ejército vería en la actividad político-militar de grupos guerrilleros de izquierda argentinos la oportunidad perfecta para establecer un terrorismo de Estado mediante el uso de la fuerza en nombre de la paz y la seguridad de la nación.

Esta represión llevada a cabo por el ejército no se limitaría únicamente a los grupos guerrilleros, sino que incluiría, además, a estudiantes, religiosos, líderes políticos y disidentes del militarismo.

A pesar de aún no formar parte del gobierno, en 1975 las fuerzas armadas argentinas ya habían sido testigos de cómo el terrorismo de Estado, camuflado tras una supuesta actividad filantrópica, podía ser utilizado para gobernar a Argentina.

Alianza Anticomunista Argentina (Triple A)

La Alianza Anticomunista Argentina, más conocida como la Triple A, fue un grupo paramilitar conformado tanto por policías como por militares que se caracterizó por su acérrima oposición ideológica a sectores y movimientos de izquierdas.

Se estima que las acciones de la Triple A causaron la desaparición y muerte de alrededor de 700 personas, supuestamente, vinculadas a movimientos de izquierda.

Comunicado de la Triple A
Comunicado de la Triple A.

El caos y la inestabilidad política y social generada por la Alianza Anticomunista Argentina en su lucha contra todo lo que pareciese ser de izquierdas sentaría las bases para la aparición del Proceso de Reorganización Nacional.

De manera oficial, se sabe que la Alianza Anticomunista Argentina fue desmantelada poco antes del golpe de Estado de 1976, es decir, durante el mandato de Martínez de Perón.

Sin embargo, hay quienes apuntan que la Triple A nunca desapareció, sino que más bien sus ideales y objetivos fueron asumidos por el mismísimo Proceso de Reorganización Nacional.

Comunismo, Guerra Fría y la paranoia anticomunista

El golpe de Estado de Argentina de 1976 ocurre en el marco político y social internacional de la Guerra Fría, una guerra que enfrentó de manera indirecta y silenciosa a dos marcos ideológicos: comunismo versus capitalismo; Estado versus individuo; control versus libertad.

Esta dicotomía polarizó al mundo en dos grandes sectores, sumiéndolos en una paranoia anticomunista o anticapitalista donde todo lo que se asemejase a la doctrina enemiga debía ser combatido, en tanto su lucha estaba justificada.

En este sentido, Argentina no escapaba de la realidad sociopolítica internacional. Así pues, gran parte del sector privado argentino acusaba al gobierno de Martínez de Perón de llevarlos a la debacle, de la misma manera que la URSS lo había hecho con su pueblo.

Asimismo, la presencia y el apoyo silencioso de los Estados Unidos jugaría un papel fundamental en el fortalecimiento del PRN y su ascenso al poder.

Desarrollo y etapas de la dictadura militar argentina (19761983)

Inicios de la dictadura militar

La historia de la sexta dictadura militar de Argentina inicia con el golpe de Estado del 24 de marzo de 1976. En aquel fatídico día, el gobierno de la presidenta Martínez de Perón sería derrocado gracias al poder combinado de las tres grandes fuerzas militares de Argentina: el Ejército, la Armada y la Fuerza Aérea.

A esto habría que sumar el apoyo de algunos sectores civiles, dentro de los que destaca el sector más conservador de fieles de la Iglesia católica.

Jorge Rafael Videla jura como presidente de Argentina
El 29 de marzo de 1976, Jorge Rafael Videla jura como presidente de Argentina.

El régimen dictatorial instaurado tras el derrocamiento del último gobierno del llamado tercer peronismo sería conocido como el Proceso de Reorganización Nacional, o, simplemente, el Proceso, nombre dado por los mismos integrantes de la Junta Militar que se había hecho con el control absoluto de la soberanía de Argentina.

El castigo sistemático de los subversivos

El Proceso implantaría un modelo de gobierno basado en el terror, donde toda disidencia política debía ser castigada de manera apropiada.

Así, el Proceso iniciaría una cacería por todo el territorio argentino de aquellos a los que llamó subversivos, en cuyo marco teórico se incluían guerrilleros, sindicatos, políticos disidentes, cantantes, artistas, trabajadores, estudiantes y todo aquello que se atreviese a oponerse ideológicamente al Proceso.

Para poder lidiar con todos los subversivos, se crearon cientos de centros clandestinos de detención, lugares en donde se interrogaba, torturaba y asesinaba a todo disidente del Proceso (cómplices incluidos).

De todos los centros clandestinos de detención, el de la Escuela de Mecánica de la Armada Argentina (ESMA) fue el más temido de todos, pues las torturas aplicadas durante los interrogatorios eran desmedidas en todo sentido.

Usualmente, a aquellos que eran secuestrados y, posteriormente, privados de libertad en centros clandestinos de detención les esperaba un fatídico destino. Muchos de estos fueron asesinados en los mismos centros.

Sin embargo, con el pasar de los años se hizo imposible ocultar tal cantidad de cuerpos, por lo que el Proceso inventaría un nuevo método para hacer desaparecer los cadáveres de los subversivos.

Este método, conocido como el método del traslado o vuelos de la muerte, consistía en subir a un subversivo a un avión o helicóptero bajo un estado de sedación previamente inducido para, posteriormente, arrojarlo en pleno vuelo al río de la Plata.

De esta manera, se deshacían de los cadáveres al mismo tiempo que ocultaban las pruebas que pudiesen relacionarlos en un futuro con dichos asesinatos.

Las madres y abuelas de la Plaza de Mayo

Cuando la cantidad de silenciados fue absurda, las pequeñas búsquedas individuales de muchas madres argentinas comenzarían a juntarse para dar vida a una gran búsqueda colectiva, naciendo así el grupo de las Madres y Abuelas de la Plaza de Mayo. Estas fueron las encargadas de sentar las bases de la primera oposición civil visible al Proceso.

Madres y abuelas de la Plaza de Mayo
Las madres y abuelas de la Plaza de Mayo denunciaron la desaparición de sus hijos y nietos.

En 1982, el Proceso se encontraba ya bajo la dirección y mando de su tercer presidente designado, Leopoldo Fortunato Galtieri.

Este, viendo que la inestabilidad política y social de Argentina comenzaba a escaparse del control del Proceso, vería en la recuperación de las islas Malvinas del dominio británico la oportunidad perfecta para calmar las turbulencias políticas de Argentina.

La guerra de las Malvinas y el fin del Proceso

Así pues, el 2 de abril de 1982 estallaría la guerra de las Malvinas, un conflicto bélico que enfrentó a Argentina y Reino Unido por el control y la soberanía de las islas Malvinas.

Reino Unido saldría victorioso en dicha contienda, acabando así con las aspiraciones políticas del Proceso al dejarlos expuestos ante numerosas pugnas internas y un enorme descontento popular.

En diciembre de 1982, el gobierno del Proceso de Reorganización Nacional anunciaría, finalmente, la convocatoria a elecciones el 30 de octubre de 1983, poniendo así fin a la dictadura militar y estableciendo el retorno de la democracia a Argentina.

Presidentes de la dictadura militar argentina

A lo largo de los casi 8 años de duración de la sexta dictadura militar argentina, la Junta Militar del Proceso de Reorganización Nacional designaría a cuatro presidentes. Estos fueron los siguientes:

  • Jorge Rafael Videla, entre el 29 de marzo de 1976 y el 29 de marzo de 1981.
  • Roberto Eduardo Viola, entre el 29 de marzo de 1981 y el 21 de noviembre de 1981.
  • Leopoldo Fortunato Galtieri, entre el 22 de diciembre de 1981 y el 18 de junio de 1982.
  • Reynaldo Benito Antonio Bignone, entre 1 de julio de 1982 y el 10 de diciembre de 1983.

Consecuencias de la dictadura militar argentina

La dictadura militar instaurada por el Proceso de Reorganización Nacional dejó, en poco más de siete años, terribles cicatrices en la historia de Argentina.

Eliminación sistemática de disidentes y opositores del Proceso

Con el objetivo de evitar cualquier tipo de disidencia interna o externa contra el gobierno, el PRN puso en práctica las siguientes estrategias:

Jóvenes siendo parados por la policía durante la dictadura militar argentina
La represión a elementos supuestamente subversivos fue habitual durante la dictadura militar argentina.
  • Se establecieron cientos de centros clandestinos de detención. Dentro de estos destacó, de manera particular, el de la Escuela de Mecánica de la Armada (ESMA), ubicado en Buenos Aires.
  • Todo aquel que estuviese en contra de la Junta Militar sería silenciado de manera sistemática, ya fuese por asesinato o por exilio. Se estima que bajo esta línea de pensamiento miles de argentinos disidentes del gobierno fueron asesinados. Actualmente, pese a existir varias fuentes oficiales y estimaciones, se desconoce el número exacto de desaparecidos.
  • El robo de neonatos fue, sin duda, una de las prácticas más crueles y poco convencionales del PRN. Esta tenía como finalidad evitar que la ideología de aquellos que estuviesen en contra de la Junta Militar fuese heredada a sus hijos.
  • Otra manera de acabar con los detractores de la Junta Militar fueron los vuelos de la muerte. Esta práctica consistía en dejar caer a los detenidos desde aviones o helicópteros durante su traslado de un centro de reclusión a otro. Se desconoce el número exacto de las víctimas de los vuelos de la muerte.

Aumento de la deuda pública y de la inflación

El PRN fue incapaz de dar respuesta al desastre económico que había heredado del gobierno al cual había derrocado, lo cual trajo consigo un incremento de la deuda pública y de la inflación de la mano de la pérdida de valor de la moneda argentina.

Guerra de las Malvinas

La guerra de las Malvinas, ocurrida hacia el final de la dictadura militar, acabó con la vida de 650 militares argentinos en combate y otros 323 durante el hundimiento del crucero ARA General Belgrano.

Todo esto sin contar los cientos de suicidios (entre 350 y 454) ocasionados por los traumas de la guerra tras el final de la misma.

Referencias:

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