En los 40 años que lleva sobre los escenarios y en la pequeña y gran pantalla, Julianne Moore (Fort Liberty, EE. UU., 1960) ha protagonizado películas independientes y éxitos de taquilla, películas de acción y comedias románticas, telenovelas y dramas desgarradores, y la más divina de las comedias, El gran Lebowski. Por el camino, ha ganado montones de premios, entre ellos un BAFTA, varios Globos de Oro, varios Emmy y un Oscar a la Mejor Actriz por interpretar a una enferma de alzhéimer en Siempre Alice (que, al parecer, guarda escondido en el fondo de una estantería).
¿Hay algo más que le gustaría conseguir profesionalmente? "Se me ocurre que nunca he interpretado a ningún tipo de monstruo o criatura, y tengo curiosidad —dice—. ¿Cómo es? ¿Cómo concibes esa identidad? ¿Cómo sabes quiénes son? ¿Los haces humanos? ¿Los conviertes en 'otros'?".
Algunos podrían pensar que en su última película, el psicodrama Secretos de un escándalo, lo ha conseguido. Moore interpreta a Gracie, una madre aparentemente convencional y felizmente casada que, según se revela, pasó un tiempo en la cárcel tras tener una aventura con un niño de 13 años, Joe. Dos décadas después, la pareja sigue unida criando a su familia, pero su frágil equilibrio se ve alterado por la llegada de Elizabeth (Natalie Portman), una actriz que investiga a Gracie para un biopic. "Empecé a indagar en el papel, tratando de entenderlo, pero me dije: '¡Dios mío, es tan difícil!'. Gracie es una persona realmente torturada. Es un tema oscuro —admite Moore—. Lo que me pareció interesante fue la distancia entre la historia que ella proyecta, de esta gran historia de amor y la elección que se vio obligada a hacer por amor, y lo que ocurrió en realidad. La diferencia es tan vasta que subyace una enorme tensión y volatilidad emocional".
Sospecho que no hay muchas actrices de la talla de Moore que se arriesgarían a retratar a una abusadora con tanta comprensión, pero ella se deleita aportando humanidad a papeles femeninos complejos, como se ha visto en Siempre Alice y Un hombre soltero. Además, Secretos de un escándalo le brindó la oportunidad de trabajar por quinta vez con el director Todd Haynes, para quien se ha convertido en una musa. Sus colaboraciones siempre han sido fructíferas y fascinantes. Haynes le dio a Moore su primer papel protagonista en Safe (1995), mientras que el papel que escribió para ella en Lejos del cielo (2002) le valió numerosos elogios. "Adoro a Todd —cuenta—. Ha sido el gran honor de mi vida ser su colaboradora".
Hoy viste relajadamente una camisa blanca de cuello abierto y vaqueros, y al cuello una medalla de bronce de San Cristóbal que le hizo su amiga, la diseñadora de joyas Lisa Eisner, para protegerla en sus viajes. Su característico pelo pelirrojo está recogido en un moño en la parte superior de la cabeza; lleva gafas de montura gruesa en la nariz y aparentemente no lleva maquillaje en su piel de porcelana. A pesar de todo, se las arregla para estar hipnotizadoramente bella y elegante, incluso por Zoom. No es de extrañar que Bottega Veneta la haya fichado como embajadora. "Conozco a Matthieu Blazy, el diseñador, desde que era asistente en Calvin Klein. Tiene un talento tremendo", asegura. Se sentó en primera fila en su desfile de Milán de la temporada pasada, lo que provocó muchas miradas furtivas. "Creo que la gente de la moda es muy creativa y me encanta su curiosidad por la cultura y el arte. Todo lo que se preste a la expresión de la humanidad me parece interesante".
Su vestuario cotidiano es, dice, "bastante normal. Tengo que llevar zapatillas o botas, porque voy en metro todo el tiempo, y me gusta llevar un buen abrigo y una buena chaqueta, y me gustan mucho los vaqueros y los pantalones... Tengo un vestuario urbano que es muy, muy funcional. El objetivo también es encontrar algo que encaje con lo que soy, sobre todo cuando visto de alfombra roja, aunque pueda parecer una versión exagerada de mi personalidad o mis intereses. Hace años, cuando me ponía cosas, era mucho más aleatorio. Era como 'oh, qué vestido más bonito'. Pero ahora soy mucho más consciente de si pega con mi forma de ser".
Moore me habla desde su casa de NuevaYork, donde está intentando recuperarse de un buen resfriado antes de embarcarse en una gira publicitaria relámpago. Pero es algo que se alegra de hacer, ya que la campaña de prensa tuvo que abandonarse inicialmente a causa de la huelga de actores SAG-AFTRA, que también paralizó el rodaje de la siguiente película de Moore, un thriller titulado Echo Valley. "Todd estaba ahí fuera solo y seguíamos pensando que la huelga se resolvería, y se organizaban citas con la prensa, y luego se cancelaban. Así que creo que todos estamos muy, muy aliviados de acompañarlo". (Me había imaginado un verano felizmente relajado en su casa de los Hamptons, pero dice que "ha sido menos desestructurado de lo que pensaba", ya que ha trabajado con un grupo de concienciación sobre el tema de las armas de fuego, ha conseguido que su hija se instale en la Universidad de Northwestern y ha visitado a su padre. "En realidad, ¡pasan muchas cosas!").
El otro próximo gran proyecto de Moore la ha traído hasta España, donde rueda junto a Tilda Swinton la nueva cinta de Pedro Almodóvar, La habitación de al lado. Una película que habla de la crueldad sin límites de las guerras y de los modos en que dos escritoras se enfrentan a la realidad, la muerte, la amistad o el placer sexual. Una nueva faceta muy distinta a la que interpreta en otros de sus trabajos por estrenar, Mary & George: una obra de época basada libremente en la figura histórica de Mary Villiers, por la que ha pasado varios meses viviendo en Londres y rodando escenas en varias casas señoriales y que en España estará disponible en SkyShowtime. Le resultó "increíblemente estresante, porque yo era la única estadounidense en un reparto totalmente británico. Me preguntaba qué estaba haciendo aquí. Pero fue muy divertido. Era un papel un poco loco, muy diferente de todo lo que había hecho antes. Londres es una ciudad preciosa, con gente maravillosa, y trabajé con muchos actores de enorme talento. ¡Nicola Walker! Me enamoré de ella. Siempre me emocionaba mucho cuando estaba allí".
Moore tiene pasaporte británico porque su madre, Anne, era escocesa y emigró a Estados Unidos de niña. "Eso siempre me ha marcado —confiesa—. De hecho, escribí un libro para niños sobre formar parte de una primera generación de estadounidenses". Desde luego, tiene una cualidad observadora y extraña, que debe de ser una gran ventaja para ella como actriz. Parece que se debe a la forma en que fue educada, y a que heredó la tonalidad celta de su madre. "Siempre fui muy pequeña, delgada, pelirroja y pecosa, así que no jugaba tanto al aire libre como otros niños —explica—. Y nos mudábamos constantemente, porque mi padre estaba en el ejército. No era nada deportista, nunca entré en el equipo de animadoras ni nada parecido. Así que empecé a presentarme a obras de teatro con todos los demás inadaptados y siempre me daban el papel protagonista. No me parecía difícil. Sentía que podía oír la voz en mi cabeza, pero creo que no era consciente de que fuese algo inusual".
"Siempre fui muy pequeña, delgada, pelirroja y pecosa, así que no jugaba tanto al aire libre como otros niños. Nunca entré en el equipo de animadoras. Así que empecé a presentarme a obras de teatro con todos los demás inadaptados y siempre me daban el papel protagonista"
Cuando su padre fue destinado a Alemania, su profesor de arte dramático le dijo que podía dedicarse profesionalmente a ello y le dio listas de escuelas de arte dramático. "Volví a casa y les dije a mis padres: 'Voy a ser actriz'. Y ellos me dijeron: '¡No, venga ya!'. Nunca había visto una obra de teatro de verdad. Sólo había visto teatro comunitario y teatro en el instituto, pero iba al cine y veía mucho la televisión". Sus padres, aunque decepcionados por el desinterés de su hija por una carrera profesional segura, estaban dispuestos a apoyar su sueño. "Mi madre me acompañó a Estados Unidos a las audiciones, y recuerdo que en una de ellas yo era la única persona que estaba allí con su madre, así que me dijo: 'Voy a dar un paseo y vuelvo a buscarte más tarde'; no quería avergonzarme...".
Moore consiguió una plaza en la Universidad de Boston para estudiar Teatro y, dos años después de licenciarse, se incorporó al reparto de la telenovela As the World Turns, donde interpretó a dos hermanastras y, tres años después, ganó su primer Emmy. Conoció a su marido, el director Bart Freundlich, en 1996 en el rodaje de Volviendo a casa, que él escribió y dirigió, y tienen dos hijos, Caleb, de 26 años, y Liv, de 21. "Me siento agradecida de tener una relación tan gratificante como la que tengo, porque es algo que siempre quise tener", concede. ¿Cuál es el secreto de su feliz matrimonio? Reflexiona: "Una cosa es no pasar demasiado tiempo separados. No puedes involucrarte íntimamente en la vida de otra persona si no estás presente. De la misma manera que no puedes criar a alguien si no estás allí: sabes que tienes que estar presente. Nos encanta estar en casa. Nos encanta pasar tiempo en familia con nuestros hijos, entre nosotros y con nuestro perro, y nos encanta ver películas juntos y cocinar y comer juntos".
"No quiero estar fuera durante meses sin mi marido. Quiero una comunidad, estar con mi familia, ver a mis amigas... y quiero hacer un trabajo con matices, interesante, convincente. La vida es muy corta y no quiero desperdiciarla en una sola cosa”
Durante mucho tiempo, Moore aceptó papeles sólo si se ajustaban a su vida familiar. "No viajaba fuera de Nueva York porque necesitaba estar allí mientras iban al colegio. Así que si hacía una película pequeña, tenía que rodarla en la ciudad, y si era algo más grande, teníamos que trasladarlo al verano para poder ir todos. Poder tomar esas decisiones y tener ese tipo de flexibilidad en mi vida ha sido increíble". Ahora que sus dos hijos se han ido de casa, tiene libertad para viajar por trabajo, pero cuando le pregunto si disfruta de su falta de responsabilidades, admite que se encontró inesperadamente sola durante el rodaje de Mary & George. "Fue la primera vez que dije: no tengo niños en casa. Puedo irme y rodar en algún sitio. Y fue mucho más difícil de lo que esperaba. Fue una lección interesante. No quiero estar fuera durante meses sin mi marido. Quiero una comunidad, quiero estar con mi familia, quiero ver a mis amigas... y quiero hacer un trabajo con matices, interesante, convincente y poder mantenerme. La vida es muy corta y no quiero desperdiciarla en una sola cosa, ¿sabes? Realmente quiero tenerlo todo".
Aunque, para ser sincera, es difícil pensar en algo que Julianne Moore se haya podido perder a lo largo de esa extraordinaria carrera, aparte, claro está, de interpretar a Godzilla...
Peluquería: Orlando Pita (Home Agency). Maquillaje: Hung Vanngo (The Wall Group). Manicura: Yukie Miyakawa (See Agency). Asistentes de estilismo: Crystalle Cox y Joyce Onuorah. Localización: Hotel Chelsea (Nueva York). Traducción: Antonio José Rodríguez.
