Julianne Moore. Hablemos de mis películas

Ya había llamado la atención un año antes con un pequeño papel en 'La mano que mece la cuna', de Curtis Hanson, pero fue Robert Altman, que la descubrió en una representación de Tío Vania, de Chéjov, en el of-Broadway, quien nos reveló su talento (y vello púbico) con una impactante escena en que la actriz aparecía planchando desnuda de cintura para abajo. Robert fue muy claro conmigo desde el principio, explica Moore. Me dijo: Quiero que te lo pienses bien antes de aceptar y que te sientas cómoda con tu personaje. Un trato así te da mucha seguridad. Le respondí que iba a regalarle un bonus al personaje: Soy pelirroja. Completamente pelirroja.

El primer taquillazo de su carrera la pilló paseando entre dinosaurios en la secuela de Jurassic Park (1993), de Steven Spielberg, que la llamó tras ver su brevísima aparición (apenas tres minutos) en El fugitivo (Andrew Davis, 1993): Me envió su avión privado para llevarme a su casa de New Hampshire, donde me habló de mi papel y me preguntó si era una persona atlética. Respondí que sí. Luego, en el rodaje, descubrió que no era, precisamente, Usain Bolt. Hay una escena en la que Jef (Goldblum), Vince (Vaughn) y yo corremos por un campo de hierbas altas huyendo de los velocirraptores. No sólo me quedé rezagada inmediatamente detrás de ellos, sino que tras la cámara sólo podía oír a Steven gritándome que corriera más rápido. Fue horrible, recuerda la actriz.

Julianne es simplemente maravillosa. Me encanta cómo habla. Y además es muy sexy, respondía Paul Thomas Anderson cuándo le preguntaban por qué había escrito el papel de la actriz porno Amber Waves exclusivamente para ella. Un papel que le valió a Moore su primera candidatura al Oscar por un flm que, sorprendentemente, se coló en las nominaciones de los recatados premios de la Academia de Hollywood. En Estados Unidos siempre preocupa todo lo que tenga relación con el sexo. Incluso antes de ver la película y saber de qué trata, ya había gente que hacía comentarios negativos, lamentaba Moore. Su polvo con Mark Wahlberg nos descubrió a una actriz sin complejos a la hora de mostrar su cuerpo. Como dice mi madre, es mejor aparecer en una película desnuda que muerta, recuerda la actriz, que trabajaría de nuevo con Anderson en 'Magnolia' (1999).

Muchas veces voy por la calle y alguien me para y me dice: ¡Sales en mi película favorita! Nunca adivinarías cuál es... Y siempre respondo: 'El Gran Lebowski', y ellos se quedan con cara de ¿cómo demonios lo has adivinado? Así confesaba Moore, en una reunión del reparto de 'El Gran Lebowski' en 2011, que es consciente de que este es, posiblemente, el gran film de culto de toda su carrera. Necesito que mi trabajo me satisfaga, que me haga aprender cosas nuevas, explica la actriz, que encarnando a Maude Lebowski aprendió a pintar... con la vagina.

Julianne Moore trabajó duro desde el primer momento para obtener un papel que le valdría su segunda nominación al Oscar. Cuando leí el guión, hice algo que jamás había hecho: escribirle una carta al director Neil Jordan. Le dije que me había encantado y que esperaba que me considerara para el papel. Nuevamente, Moore no tuvo ningún reparo en mostrar su anatomía en un film repleto de escenas de cama muy humanas, incluso algo torpes, en las que la actriz se arrima a Ralph Fiennes, un compañero magnífico, tal y como le define. Nadie tiene sexo en la vida real como en el cine. La gente no folla sobre la mesa, o en el suelo, zarandeando y arrancándole la ropa al otro... ¡Es ridículo!, afirma Moore.

Ávida de nuevos retos, en la secuela de 'El silencio de los corderos' (Jonathan Demme, 1991) asumió por primera vez un papel, el de Clarice Starling, que en el imaginario colectivo pertenecía a otra mujer. Jodie Foster es una actriz fenomenal, y hacer un personaje que ella ha interpretado antes es muy difícil. Pero esta es mi película, es un film diferente. No estoy compitiendo con ella y no quiero que nos comparen, aunque eso va a ser imposible, reconocía Moore, que trabajó por primera vez a las órdenes de Ridley Scott (un director brillante pero muy, muy exigente, tal y como le define), y junto a Sir Anthony Hopkins: Es muy divertido, hace bromas, cosas raras, tiene una energía enorme y un talento extraordinario. Le adoro, absolutamente le adoro.

2003 fue un año histórico para Julianne Moore, doblemente nominada en los Oscar como Mejor Actriz de Reparto (por 'Las horas') y Mejor Actriz Protagonista, por su segunda colaboración con Todd Haynes, siete años después de 'Safe'. Nadie como Julianne es capaz de crear un personaje desde cero, logrando que no se parezca a ninguno de los que ha interpretado, afirma Haynes, que volvió a contar con ella en 'I’m Not There' (2007). Lo que jamás volverá a hacer, probablemente, es ponerla al volante de un coche. En 'Lejos del Cielo' hay una escena en la que tengo que conducir, pero ellos querían que mirara a cámara mientras lo hacía. Así que obviamente, al no mirar al frente, me estrellé contra el coche de delante, recuerda Moore.

Hay gente que me ha dicho que ver 'Las horas' es como asistir a las Olimpiadas de la interpretación. Cuando ves juntos a todos estos actores (Nicole Kidman, Meryl Streep, Ed Harris...), alucinas. Pero lejos de pensar que debía competir, me sentí muy agradecida de poder formar parte de algo tan grande, explica Moore. En la película tiene un beso lésbico con Toni Collette, acción que repetiría, con Amanda Seyfried, en 'Chloe' (Atom Egoyan, 2009). En el cine, prefero besar a las mujeres. Son más suaves y huelen mejor, afirma. En 'Maps to the Stars' va un paso más allá con Sarah Gadon.

Julianne Moore será recordada por este papel. Y ella no lo olvidará nunca. Jamás hubiese soñado el éxito de la película. Es un proyecto pequeño, que sacamos adelante con muy poco dinero, reconoce. Moore encarna a Alice Howland, una enferma prematura de Alzheimer, en uno de esos papeles que te cambian por dentro: Tras rodar la película, sentí una enorme felicidad. Entendí lo importante que es poder disfrutar de tu familia y agradecerle a la vida por cada nuevo día.

En su primer film con David Cronenberg, Julianne
Moore encarna a Havana Segrand, una antigua estrella de Hollywood en horas bajas. Hay un montón de mitología sobre Hollywood. Es un mundo de imágenes proyectadas. Y esta idea impregna toda la cultura popular. Crees en la imagen que estás viendo y piensas que es real. Pero no lo es. Por ello mi personaje, cuando ya no ve su imagen en todas partes, piensa que ya no existe. Es esa falsa proyección la que la mantiene con vida, explica Moore, que ganó el premio a la Mejor Actriz en el Festival de Cannes por su papel en la película.

Moore participa en la última película dirigida por George Clooney, 'Suburbicon'. Su trama se desarrolla en los años 50, y los temas de la intolerancia y el miedo de esa década son muy relevantes y acordes a estos tiempos difíciles, señala. Pero de alguna manera es una oportunidad para hablar de ello, para cambiar nuestro comportamiento, dice. Es hora de hablar del racismo, de Trump y el abuso sexual de mujeres en la industria. Creo que se necesita conciencia y vigilancia y activismo. Tenemos que seguir avanzando y tenemos que seguir hablando de eso. Moore no es de las que se calla. Fue una de las voces de Hollywood que se pronunció tras el escándalo de Harvey Weinstein. Hizo púbico que el director James Toback se le acercó en los 1980 y le propuso que hiciera una audición para él en su departamento.