La triste historia del príncipe Juan, el tío desconocido de Isabel II al que la familia real recluyó en Sandringham

Afectado de epilepsia, la familia real temía que el pequeño sufriera uno de sus ataques en público y se especulara en contra de la salud de los Windsor.

Los seis hijos de los reyes Jorge V y María de Teck

International Autograph Auctions Europe

“Este es el príncipe perdido de la Casa de Windsor, escondido durante toda su vida del público británico por miedo a que avergonzara a la familia real. Su fotografía, aquí a la derecha, nunca antes había aparecido en un periódico. Se llamaba príncipe Juan y hubiera sido tío de la actual reina”. Con estas palabras revelaba el diario The Independent el hallazgo en 1998 de unos álbumes de familia conservados por el duque de Windsor durante su exilio en Francia. Para entonces, el príncipe Juan llevaba casi 80 años muerto y costó trabajo reconocer al niño rubio vestido de marinero que aparecía en las fotografías junto a la familia real: los británicos solo recordaban a cinco de los seis hijos que tuvieron los reyes Jorge V y María de Teck, abuelos de la actual reina Isabel II.

Ahora, otra fotografía del príncipe perdido de los Windsor es el reclamo de International Autograph Auctions Europe, una casa de subastas con sede en Málaga que ha sacado a la venta un retrato de los seis hermanos firmada por cada uno de ellos. Realizada en 1909, la imagen muestra al pequeño Juan de Reino Unido sentado en el regazo de su hermano mayor, el futuro Eduardo VIII. El príncipe tenía por entonces cuatro años y había sufrido el primero de los ataques epilépticos por los que, dos años más tarde, se decidiría que no asistiera junto a sus hermanos a la ceremonia de coronación de su padre, Jorge V. La familia real temía que el pequeño sufriera uno de sus ataques en público y se especulara en contra de la salud de los Windsor.

El duque de Albany, hijo de la reina Victoria y tío-abuelo del niño, había sufrido también epilepsia, por lo que hubo un tiempo en que la familia real británica confío en que al igual que él el príncipe Juan llegaría a la edad adulta, pero pronto esas esperanzas se desvanecieron y el pequeño quedó apartado de la vida de palacio: en 1913, Juan de Reino Unido dejó de posar en los retratos oficiales de la familia real británica, mientras que en 1916, a medida que los ataques fueron haciéndose cada vez más frecuentes y graves, fue enviado a vivir con su niñera a Wood Farm, la casa de campo aledaña a Sandringham a la que el duque de Edimburgo se retiró tras su jubilación en 2017.

Allí moriría el príncipe Juan en 1919, después de sufrir un ataque de epilepsia con 13 años. Solo entonces la familia real desveló la enfermedad que sufría el hijo pequeño de los reyes, caído en el olvido a partir de entonces e incluso eliminado de algunos árboles genealógicos de la casa Windsor.

El príncipe Juan con su madre, María de Teck, y su hermana, la princesa María, en 1910

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A partir del descubrimiento de las fotografías del duque de Windsor en 1998, los británicos empezaron a interesarse por la vida del príncipe Juan, retratada en 2003 en una miniserie de la cadena BBC titulada como El príncipe perdido. Según quisieron aclarar entonces muchos expertos, el niño no recibió de su familia el trato inhumano que algunos daban por hecho e incluso tuvo una infancia feliz en Sandringham, donde la reina María de Teck se saltó una de sus reglas al permitirle jugar con los niños locales. En 2015, sin embargo, la humanidad de la familia real quedó de nuevo en entredicho con el hallazgo de una carta en la que el duque de Windsor hablaba con ligereza de la muerte de Juan.

Dirigida a una de sus amantes, el futuro Eduardo VIII confesaba que el fallecimiento del joven príncipe era un alivio para la familia, algo por lo que todos habían rezado, al tiempo que lamentaba que su hermana María tuviera que guardar el luto en un mes en el que había sido invitada a tantas fiestas.

“[El príncipe Juan] ha estado prácticamente encerrado durante los dos últimos años y nadie le veía excepto la familia una o dos veces al año", explicaba en su carta el tío de la actual reina Isabel II. "Nadie estaría más destrozado que yo si hubiera muerto cualquiera de mis otros hermanos, pero este pobre chico era ya más un animal que cualquier otra cosa. Solo era mi hermano en la carne, nada más”.