«El discurso del Rey»: historia del Rey tartamudo y el actor terapeuta

Un Príncipe tartamudo al que las circunstancias llevan a ser Rey sin quererlo y un particular e inconoclasta terapeuta son los protagonistas de la historia (real) de « El discurso del Rey », una obra escrita en 2005 por el dramaturgo David Seidler , que tuvo que esperar hasta el fallecimiento de la Reina Madre Isabel de Inglaterra para poder escribirla. Jorge VI era el ídolo de Seidler, tartamudo como el Rey inglés. Fue la película de Tom Hooper , con guión del propio dramaturgo y ganadora de ocho Oscar, la que popularizó la historia de la relación entre Jorge VI de Inglaterra y Lionel Logue , el terapeuta que le ayudó a superar sus problemas con el habla.

El Teatro Español presenta ahora esta obra, que dirige Magüi Mira sobre una adaptación de Emilio Hernández . Son sus intérpretes Adrián Lastra (Jorge VI), Roberto Álvarez (Logue), Ana Villa (Isabel), Gabriel Garbisu (David), Lola Marceli (Wallis) y Ángel Savin (Churchill).

Adrián Lastra y Roberto Álvarez se han acercado a sus personajes por vías diferentes . El segundo vio la película en su día pero no ha querido recordarla ahora para no dejarse influir. Lastra, por su lado, sí lo ha hecho. «Me gusta empaparme de mis personajes, pero no para imitar. En este caso, además, sería imposible. Colin Firth es un actor de 54 años, con una larga trayectoria, y yo tengo 31 y llevo solo diez de carrera: además, él es británico y yo de Vallecas. No le pretendo copiar , pero aunque quisiera no podría». «Lo que ha sido muy bonito –añade Álvarez– es ver los documentos originales, y oir los discursos reales de la época».

La relación entre Bertie y Logue está llena, según los intérpretes y la directora, Magüi Mira, de ternura , y conforme han ido transcurriendo los ensayos se ha ido «enhebrando con la amistad profesional » –en expresión de Roberto Álvarez–. «A mí me pasó el otro día –revela–, al final de la obra, cuando mi personaje dice: “Gracias, amigo”. Noté una bola en el estómago ; no sabía de dónde salía la emoción, pero estaba. Pero claro, eso no puede suceder la segunda semana de ensayos».

«Lionel –dice Roberto Álvarez de su personaje– es un hombre curado , que ha sabido comerse su frustración como actor, que ha aprendido a decir que no y ha hecho ya su viaje. Es un hombre vivaz; no hiere nunca, sino que cura ». Sí hay un viaje en Bertie. «Es espectacular. Es un símbolo de valentía y de superación, muestra la relevancia de la palabra , de poder expresarse; algo a lo que no damos importancia porque lo tenemos».

«Los dos –apunta la directora– llegan a conseguir una relación simétrica , que a mí me parece dificilísima de conseguir, y que está en la base de todas las parejas que funcionan. Se descubren el uno al otro y llegan a una relación desde la diversidad absoluta ».

Magüi Mira explica que « contamos un trocito de la historia de Gran Bretaña, y nosotros la contamos, desde el escenario, con nuestros cuerpos y nuestra mirada. Yo he puesto el foco en otros lugares;me ha interesado la relación con el poder , cómo lo ejerce quien lo tiene. Ahora el poder de la imagen hace que la palabra quede en un segundo plano, pero este texto nos devuelve el poder de la palabra . Con la radio te metías en la casa y la palabra y su contenido tenían su poder». «Es una apuesta valiente –dice Adrián Lastra–; y valentía es una palabra que sobrevuela sobre toda la función».

Otro de los elementos que ha querido iluminar Magüi Mira «es la relación entre los dos hermanos, dos cachorros de la misma camada. David es un inmaduro y Bertie un ser excepcional, porque la historia lo ha demostrado así». E igualmente, dice la directora, ha subrayado « la relación con sus dos mujeres , que están un pasito atrás;la relación de ellas con el poder a través de ellos. Y un elemento más:el contexto histórico , con una Inglaterra que estuvo a punto de aliarse con los nazis en la II Guerra Mundial, y que no lo hizo gracias a la inteligencia de Jorge VI».