James Stewart pasó a la historia del cine gracias a una brillante filmografía que incluyó géneros tan variados como la comedia romántica, el thriller y el western, y que le permitió trabajar bajo las órdenes de leyendas como Frank Capra , John Ford y Alfred Hitchcock , entre otros. Por si esto no fuera suficiente, el histrión tuvo una vida fascinante con la que refrendó su posición entre los grandes del Hollywood clásico.
Curiosamente nunca soñó con ser actor, sino piloto, pero su padre le convenció de estudiar una carrera. Se decidió por arquitectura con la esperanza de diseñar un aeropuerto, pero su incursión en un grupo de teatro cambió su destino para siempre.
Sus deseos de volar se cumplieron con la llegada de la II Guerra Mundial . Descendiente de militares que pelearon en la Independencia de los Estados Unidos y la Guerra Civil, decidió tomarse una pausa de la pantalla grande para enlistarse, siendo la primera gran estrella norteamericana en hacerlo. No fue sencillo, pues tuvo que someterse a un régimen alimenticio especial realizado por un especialista del cine, tras ser rechazado en dos ocasiones por su bajo peso.
Nominado recurrente al Premio de la Academia y acreedor de dos estatuillas –una ganada en competencia y otra honoraria por su brillante carrera– recordamos las mejores películas de James Stewart .
The Naked Spur (Dir. Anthony Mann, 1953)
James Stewart trabajó en varios westerns con John Ford, pero también tuvo un paso destacado por el género bajó las órdenes de Anthony Mann, siendo The Naked Spur el ejemplo más destacado. La cinta separó al actor de su característico rol de hombre noble para mostrarlo como un cazarrecompansas dispuesto a todo por concretar una peligrosa misión, lo que incluye aliarse con dos sujetos desconocidos que podrían traicionarlo en cualquier momento. Esto resulta en un personaje completamente impredecible, así como una cinta dotada de una fortísima carga psicológica y que bien podría ser catalogada como un thriller del viejo oeste.
The Shop Around the Corner (Dir. Ernst Libitsch, 1940)
El año de 1940 fue fundamental para la consolidación de James Stewart. No sólo por la multilaureada The Philadelphia Story, sino por el estreno de The Shop Around the Corner, una comedia romántica modesta, pero que generó gran impacto en las audiencias. La cinta, inspirada en la obra húngara Parfumerie de Miklós László, relata la historia de dos vendedores rivales que se detestan, ignorantes que realmente son amigos secretos por correspondencia. El éxito de la película suele ser atribuido a su inocencia durante los primeros años de la II Guerra Mundial, lo que fue posible gracias a la estupenda mancuerna entre Stewart y su coprotagonista Margaret Sullavan, quienes tenían una larga amistad en la vida real. La afición del público fue tal que el romance no tardó en ser trasladado al radio, el teatro e incluso el cine con dos famosos remakes. El primero de ellos fue In the Good Old Summertime con Judy Garland y Van Johnson; el segundo fue Tienes un e-mail con Tom Hanks y Meg Ryan. Esta última cinta le rindió homenaje a la original al emplear su título para darle nombre a la librería del personaje femenino.
Mr. Smith Goes to Washington (Dir. Frank Capra, 1939)
James Stewart debutó en 1934 con The Murder Man, pero su consolidación llegó cinco años después con Mr. Smith Goes to Washington. El actor interpretó con destreza a un joven idealista que es nombrado senador porque su ingenuidad le hace parecer manipulable, pero cuya buena voluntad, aunado al gran apoyo de su secretaria le convertirán en un ejemplo para la democracia. La película fue duramente criticada por la prensa y los políticos de su tiempo, quienes la tacharon de antiamericana, comunista y con una trama que podría dañar la imagen del país a nivel internacional. Sin embargo, su mensaje optimista y de un cambio social a partir de las acciones individuales le dio prestigio con el tiempo, hasta convertirle en uno de los filmes más importantes de su director. En el terreno histriónico, representó la primera nominación al Oscar para James Stewart y le dio una imagen de hombre íntegro que le seguiría durante buena parte de su obra.
Anatomy of a Murder (Dir. Otto Preminger, 1959)
Considerada por muchos como la última gran aparición cinematográfica de James Stewart, así como una de las más controvertidas, al interpretar a un abogado que debe defender a un hombre acusado de homicidio que alega demencia temporal porque el asesinado había violado a su esposa. La cinta generó malestar entre buena parte de las audiencias por su trama sustentada sobre la violencia y el sexo, así como por el uso de palabras como “perra”, “penetración”, “violación” y “esperma”. Esto no le impidió brillar en la temporada de premios, con siete nominaciones al Oscar entre las que destacaron Mejor película, guion y actor para James Stewart, convirtiéndose así en la última ocasión que el histrión fue nominado por la Academia. Más allá de su popularidad entre el público contemporáneo, el filme goza de una gran aceptación entre los juristas y abogados de los Estados Unidos, quienes lo consideran entre los mejores exponentes del cine jurídico en toda la historia.
Harvey (Dir. Henry Koster, 1950)
Uno de los grandes clásicos del teatro norteamericano, ganador del Pulitzer en 1945 y protagonizado por James Stewart durante algún tiempo. Stewart encarnó con maestría a un sujeto cuyo mejor amigo es un conejo imaginario de casi dos metros de altura; un tratado de la soledad y la locura que cautivó tanto al actor que no descansó hasta hacerse con el rol estelar para la adaptación cinematográfica. Lo logró y cumplió la responsabilidad con creces, lo que le valió la cuarta nominación al Oscar de su carrera. La cinta inspiró numerosos remakes, incluyendo una cinta televisiva que de nueva cuenta fue protagonizada por Stewart. No conforme con ello, su trama ha sido referida en incontables ocasiones, siendo ¿Quién engañó a Roger Rabbit? (1988), Sueño de fuga (1994) y Donnie Darko (2001) algunas de las más memorables.
The Philadelphia Story (Dir. George Cukor, 1940)
Aunque suele ser relacionado con el suspenso y el drama, James Stewart fue uno de los actores más polifacéticos de su tiempo, al grado que el primer gran impulso de su carrera llegó con la comedia romántica. Su rol más celebrado del género fue The Philadelphia Story, adaptación de la puesta en escena homónima sobre una socialité cuyos planes de boda se ven entorpecidos por un reencuentro con su exmarido y la aparición de un periodista rosa. Stewart interpretó a este último con gran frescura, mientras que los otros personajes fueron encarnados por los no menos memorables Katharine Hepburn y Cary Grant. Esta cinta representó el primer y único Oscar competitivo de su carrera, en una terna sumamente dura en la que superó a leyendas como Charles Chaplin por El gran dictador, Laurence Olivier por Rebeca y Henry Fonda por Las uvas de la ira. A pesar de la proeza, el actor nunca se sintió cómodo con la estatuilla, pues consideraba que su casting no fue el más adecuado y que el reconocimiento debió ser para Fonda.
Vértigo (Dir. Alfred Hitchcock, 1958)
La adaptación de la novela D’entre les morts de Boileau-Narcejac muestra a James Stewart como un detective obligado a retirarse tras un incidente que le genera vértigo y fobia a las alturas, pero que regresa a la acción como detective privado para investigar el extraño accionar de una mujer. La película fue un fracaso comercial que motivó el distanciamiento definitivo entre Hitchcock y su actor más recurrente de la década, luego de que el cineasta lo responsabilizara del tropezón al asegurar que con 49 años lucía demasiado viejo para ser el interés amoroso de la joven Kim Novak. Tampoco tuvo un buen paso por la temporada de premios, ya que sólo cosechó dos nominaciones al Oscar en categorías técnicas. Sólo el tiempo la ha provisto de elogios por la aparente exploración de las obsesiones masculinas, lo que resulta en formas de agresión y control contra las mujeres. Estas interpretaciones, aunadas a sus valores técnicos, han hecho que el British Film Institute la considere la mejor película de la historia y que el American Film Institute la posicione como el mejor misterio de todos los tiempos. No conforme con ello, son muchos los que creen que es la cinta más brillante en la carrera de Alfred Hitchcoch. Sobra decir que nada de esto habría sido posible sin el talento de James Stewart, en el que bien merece ser considerado uno de sus papeles más memorables.
El hombre que mató a Liberty Valance (Dir. John Ford, 1962)
James Stewart tuvo un paso destacado por el western, siendo El hombre que mayó a Liberty Valance el más importante de todos. El actor compartió créditos con el mítico John Wayne para capturar las diferencias entre un abogado y un cowboy, quienes debaten sobre qué será lo más conveniente para la joven unión americana: mantener la justicia en manos de los pistoleros o ceder ante las leyes de la civilización. Todo esto mientras enfrentan la amenaza del peligroso forajido del título. No ganó grandes premios, pero esto no le impidió convertirse en una de las películas más aclamadas dentro de su género, ya que marcó una despedida simbólica del viejo oeste, cuyo idealismo no tenía cabida en un mundo corrompido por los horrores de la II Guerra Mundial. Esto no evitó que su icónica frase “cuando la leyenda se convierte en un hecho, imprime la leyenda” siga resonando con fuerza como una de las más importantes en la historia del cine.
La ventana indiscreta (Dir. Alfred Hitchcock, 1954)
Una de las colaboraciones más celebradas entre Alfred Hitchcock y James Stewart. La adaptación de It Had to Be Murder de Cornell Woolrich muestra al actor como un intrépido fotógrafo que disfruta espiando a sus vecinos mientras se recupera de una lesión en la pierna, lo que eventualmente le hace sospechar que uno de ellos ha cometido un asesinato. Aunque no tiene el impacto de títulos como Psicosis (1960) o Los pájaros (1963), la cinta goza de una enorme popularidad entre las audiencias gracias a su estupendo manejo del suspenso, su exquisita dupla protagonista complementada por Grace Kelly, así como su profunda exploración del voyerismo, uno de los elementos más recurrentes en la obra de Hitchcock. Hoy en día, la imagen de James Stewart usando un objetivo para mirar por la ventana es una de las más icónicas en toda la filmografía del aclamado cineasta.
It’s a Wonderful Life (Dir. Frank Capra, 1946)
La primera de muchas adaptaciones de The Greatest Gift de Philip Van Doren Stern, así como la más celebrada de todas. La historia muestra a James Stewart en el papel de George Bailey, un hombre cuyo intento de suicidio en Nochebuena es interrumpido por un ángel que le muestra lo diferente que habría sido el mundo si nunca hubiera nacido, lo que le ayuda a reconsiderar su valía. Fue bien recibida por la crítica, pero no por el público, al grado que suele ser considerada entre los peores fracasos en taquilla de su época, lo que suele ser atribuido a la enorme nostalgia que suscitó en una audiencia que todavía no se sobreponía a las pérdidas de la II Guerra Mundial. Fue nominada a cinco Premios de la Academia, incluyendo Mejor película, director y actor para el propio Stewart. Más importante aún fue que el tiempo le hizo justicia, pues sus transmisiones televisivas durante los 70 le convirtieron en uno de los mayores clásicos navideños de todos los tiempos.
Luis Miguel Cruz Algún día me uniré a los X-Men, la Alianza Rebelde o la Guardia de la Noche. Orgulloso integrante de Cine PREMIERE desde el 2008.
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