Biografía de Jaime I

Biografía de Jaime I

Jaime I el Conquistador, también conocido como Jaume I en valenciano, fue una eminencia en las tierras del Mediterráneo. Un hombre inteligente con una extensa y admirable cultura que tuvo potestad en su pugna con la nobleza para emplear el soporte de la doctrina jurídica romana que aseguraba la supremacía del Príncipe.

Estatua de Jaime I en Valencia

Pero no solo se codeó con la esta clase social, pues también quiso favorecer durante su reinado tanto a los municipios como a la burguesía. Para ello no solo fue el artífice sino también en organizador principal de consejos como el ‘Consell de Cent’ o también conocido como Gobierno Municipal de Barcelona. Otro de los hechos reseñables, fue precisamente cuando promovió la redacción del ‘Libro del Consulado de Mar’ el cual fue un compendio sobre derecho marítimo que, por fin, adquiría solidez gracias a su redacción.

Datos biográficos de Jaime de Aragón


• Nacimiento de Jaime I en 1208 en Montpellier.
• Jaime I toma el trono de su padre de forma prematura en 1213.
• Jaime I toma posesión definitiva de su gobierno tras la regencia de sus tíos en 1227.
• Emprende la conquista de Mallorca en 1229.
• Jaime I conquista la ciudad de Valencia en 1238.
• Fallecimiento de Jaime I en 1276.

Rey Jaime I: biografía


Jaime I de Aragón, también conocido como Jaime I el Conquistador (1208- 1276), fue rey de Aragón, de Mallorca y de Valencia, conde de Barcelona y de Urgel, y señor de Montpellier. Hijo de Pedro II de Argón y de María de Montepellier, fue engendrado de forma casual, según cuenta la leyenda, debido a la mala relación que existía entre sus progenitores. Así, el 2 de febrero de 1208 nació en el palacio de Montpellier el primogénito de los reyes.

Su gobierno duró cerca de setenta años, durante los cuales tuvo tiempo para incorporar tanto la ciudad de Valencia como las Islas Baleares a sus dominios. Asimismo, expandió la reconquista dando comienzo a la extensión en la zona mediterránea. Entre sus acciones como gobernador de Castilla, fijó los límites de su expansión y renunció a las ambiciones territoriales en el sur de Francia.

Durante el periodo de Jaime I, el ámbito jurídico experimentó grandes avances, entre los que es posible destacar els Furs de Valencia, las Cortes Valencianas y su organización municipal. Si bien, el ámbito literario también tuvo su época de auge gracias a Jaime I de Aragón, mediante la consagración del catalán con el ‘Llibre del feyts’. También en el entorno comercial y el desarrollo artístico se desarrollaron diferentes cambios, como un fuerte impulso y posterior crecimiento de ambos.
Y es que el reinado de Jaime I El conquistador, comenzó relativamente temprano, debido a la muerte prematura de su padre en la batalla de Muret en el año 1213. No obstante, a pesar de la muerte del rey, Jaime I todavía era menor de edad, de modo que quedó bajo la custodia de Simón de Monfort, quien había vencido en la batalla de Muret y derrotado al padre del pequeño. Simón retuvo al joven heredero durante un año como rehén, hasta que el 1214 y por orden del excelentísimo Papa Inocencio III el pequeño fue devuelto a los Templarios.

No obstante Muret, como vencedor, proclamó tanto el inicio como el final de la política de expansión catalana en la Occitania. Tras esta ruptura quedó definitivamente vinculada a Francia, y se dirigieron los intereses catalano- aragoneses hacia el Mediterráneo. En esta política, Jaime I tuvo posteriormente grandes éxitos por lo que se le otorgó el nombre de ‘El Conquistador’.

Primeros años de reinado


Jaime I El Conquistador comenzó su reinado en unos años bastante complicados, en los que la anarquía reinaba tanto en el territorio de Aragón como en el de Cataluña. Durante este tiempo el rey Jaime I permaneció junto a los Templarios en el Castillo de Monzón.

Tras la regencia de la reina María, que falleció en 1214, esta fue transferida al tío del joven rey, Sancho Raimúndez, quien regentaba el título de Conde de Rosellón. Durante este periodo Rosellón hizo frente a diversas y muy frecuentes revueltas de carácter nobiliario. Dichas revueltas, finalizarían en 1217 con la paz de Alcalá. Tras la misma, Jaime I asumió la dirección de sus estados, concretamente en el año 1225. Para entonces, ya había contraído matrimonio, hacía cuatro años (6 de enero de 1221) con Leonor de Castilla, la hija predilecta del rey Alfonso VIII.

Jaime I de Aragón, su descendencia


Sin embargo, tiempo después, el matrimonio fue anulado puesto que se había descubierto el parentesco entre ambos. De este modo, en 1235, el rey Jaime I contrajo su segundo matrimonio con la hija del rey Andrés de Hungría, la princesa Violante. La boda se celebró en Barcelona el 8 de septiembre de 1235. De este matrimonio nacieron cuatro hijos y cinco hijas: Pedro III el sucesor al trono, Jaime, Fernando y Sancho. Las hijas fueron, Violante, que se casó posteriormente con Alfonso X de Castilla, Constanza, que contrajo matrimonio con el infante castellano don Manuel, hijo de Fernando III; María que se hizo religiosa, e Isabel, juntada mediante casamiento en 1262 con Felipe III de Francia.

Durante los primeros años del reinado de Jaime I el conquistador, este se encargó de someter a los nobles rebeldes a la pugna nobleza- monarquía con diferentes episodios en distintos lugares como Albarracón, en 1220, y en Montacada (Valencia) en el año 1223.

Cuestiones de interior aparte, durante estos primeros años se fue debilitando el poderío musulmán tras la trágica derrota en la batalla de las Navas de Tolosa que tuvo lugar en 1212. Este hecho fue precisamente el que años más tarde permitió a Jaime I expandir el reino a lo largo del Mediterráneo. Y este proceso, como tal, fue inscrito en el marco global de la política de los reinos cristianos de la península. Es más, se convirtió, a posteriori, en parte esencial del programa del monarca a partir del año 1228. Con el cual pretendió no solo reafirmar su poder, sino también recuperar el prestigio y la autoridad de la Corona. Una autoridad, que, por cierto, el padre del mismo habría arruinado años atrás y para lo que propuso una empresa militar colectiva capaz de beneficiar a todos, siento el rey como cabeza suprema del proyecto.

Jaime I el conquistador

Jaime I y la conquista de Mallorca
En el año 1229 el rey Jaime I emprendió la conquista de la Isla más grande del archipiélago Balear: Mallorca. Así, en diciembre de 1229 ya se había hecho con la isla, de hecho, lo consiguió en muy pocos meses, a excepción de un pequeño núcleo urbano poblado de musulmanes que había resistido a la invasión. [Jaime I y su relación con San Jorge] La población musulmana rebelde consiguió resistir y mantenerse a salvo en la sierra de Tramontana, hasta que en 1232 terminó por ser dominada también por Jaime I.

Jaime I y la conquista de Menorca


Durante estos años su ansia de conquista se extendió por todo el archipiélago llegando a establecer en Menorca un protectorado, que precisamente fue rubricado por el Tratado de Capdepera. Dicho tratado establecido que los musulmanes menorquines debían aceptar la soberanía de Jaime I el conquistador y se firmó en 1231.

Ibiza fue la última isla hacia a la que expandió su conquista, que dejó finalmente en manos de la aristocracia catalana, cediéndoles su sumisión. Este proceso se hizo efectivo ene l año 1235.

Jaime I y la conquista de Valencia


Una vez dominadas las Islas Baleares, Jaime I se focalizó en la ciudad de Valencia como próximo territorio hábil de conquista. Así, en 1232 Jaime I el conquistador asumió la dirección de la conquista de Valencia. Empezó por la ocupación de Burriana y Peñíscola, para luego continuar con el reino de Valencia en 1238. Posteriormente incorporó entre 1244 y 1245 Játiva y Biar al mismo reino.

No obstante, las conquistas de Jaime I de Aragón no acabaron ahí, pues una vez empoderado del territorio valenciano comenzó a descender hacia el sur por la costa mediterránea hasta llegar a Murcia, ciudad que también conquistó en 1266 pero que cedió al rey Alfonso X de Castilla a través del Tratado de Almizra (1244).

Intereses en las conquistas del Mediterráneo


Y es que su principal interés se asentaba sobre la expansión política y comercial en el territorio Mediterráneo. Precisamente por eso, hacerse con el poder de Mallorca, con ayuda, por supuesto de la potencia naval catalana, había sido clave para no solo establecer, sino también controlar las rutas comerciales del occidente mediterráneo. Asimismo, en cuanto a hechos reseñables, es posibles destacar que el dominio de estas tierras le hizo posible realizar algunos cambios, como, por ejemplo, poner fin a la piratería islámica, o designar las Baleares como principal puente de comercio entre Cataluña y el norte de África.

Jaime I y su reinado


En cuanto a la creación de los reinos una vez hecho efectivas las conquistas, Jaime I decidió crear reinos autónomos, pero que estuvieran integrados en la propia Corona de Aragón. De este modo la Corona de Aragón se convertiría en una serie de piezas patrimoniales que años después Jaime I el conquistador podría repartir entre sus hijos en el testamento de sucesivos. Tal fue el caso que el primer reparto tuvo lugar en el año 1241 al primer heredero, Alfonso, hijo de su matrimonio con Leonor de Castilla. Alfonso heredó, por tanto, Aragón y Cataluña.
El segundo reparto lo hace con el primogénito de Violante de Hungría, Pedro, a quien asigna los territorios de Valencia, Islas Baleares, el Rosellón y la Cerdaña.
No obstante, el reparto no quedó aquí, y adquirió cierto dinamismo cuando en 1243 y en base a un nuevo testamento Jaime I lega a su hijo Alfonso tan solo el territorio de Aragón; mientras que a Pedro le concede Cataluña y Valencia. Y, por último, a su hijo Jaime le otorga las Islas Baleares. Sin embargo, ante la muerte de Alfonso en 1260 reorganizó el testamento en 1262 legando a Pedro III los dominios de Aragón, Cataluña y Valencia. Y a Jaime II de Mallorca le dejó en herencia las Islas Baleares, el Rosellón, la Cerdaña, Colliure y Conflent.

Rey Jaime I: problemas económicos


Durante el periodo de campañas las decisiones tomadas en el seno del reino permitieron resolver de forma provisional los problemas económicos que acechaban la corona y desviar la agresividad de la nobleza por aquel entonces hacia otros objetivos. Y es que las decisiones tomadas por el rey con la finalidad de reorganizar los territorios, así como repartir sus conquistas con los herederos y resolver diferentes cuestiones de derechos y de jurisdicción; provocaron diferentes enfrentamientos entre el rey y la clase social de la nobleza. Al frente de la cual, por cierto, se localizaban varios de sus hijos como Alfonso, hasta que falleció en 1260; Pedro el infante, y el bastardo Fernando Sanchís de Castro, este ya en los últimos años de reinado.

La nobleza aragonesa


La nobleza aragonesa se sintió fuertemente atacada por la corona hacia sus derechos cuando se produjo la conversión de Valencia en un reino independiente. Y es que ellos consideraban esta ciudad como una simple prolongación del reino de Aragón. Y esta discordancia junto con la no imposición a Valencia del fuero Aragón, unido a la efectiva desvinculación de la misma del reino de Aragón y su posterior unión a Cataluña en el testamento de 1243, situó a toda esta clase social junto al infante Alfonso en contra de su padre, Jaime I el conquistador.

Otro de los hechos reseñables fue la promulgación de los Fueros de Aragón en el año 1247. Dichos Fueros fueron realizados por el Obispo de Huesca el excelentísimo Vidal de Canellas, que engloban además de una parte considerable de los fueros locales, un gran marco de reminiscencias romanistas.

Jaime I en Barcelona


En Cataluña, concretamente, la efectiva devolución del territorio de Murcia a Castilla sumió a la población en un malestar generalizado que dio paso a una abierta oposición cuando precisamente el rey Jaime I hizo la solicitud de ayuda para una nueva expedición, en ese caso dirección el sur de España: Andalucía.

No obstante, la protección de la monarquía en este territorio permitió que triunfaran los Usatges de Barcelona y se difundieran por todo el territorio de Cataluña hacia mediados del siglo XIII.

Jaime I y el Regne de Valencia


En 1240 Jaime I el conquistador otorgó a Valencia ‘la Costum’, una ordenación político- administrativa de carácter municipal que posteriormente, en 1251, fueron revisadas. ‘Los Foris el consuetudines Valentiae’ fueron confirmados por el rey en el año 1271 y, a partir de entonces, se extendieron por todo el reino, con la consciente oposición a ellos de la nobleza aragonesa.

Conciencia territorial en la Corona de Aragón


Gracias al reinado de Jaime I el conquistador se hizo efectivo el nacimiento de la conciencia territorial en la Corona de Aragón. Sobre todo, en aquellos Estados fundacionales de Aragón, pero también del principado de Cataluña. En el alumbramiento de esta conciencia actuaron dos fuerzas principales que fue: la normalización del Derecho y la conversión de las Cortes en una institución capaz de reivindicar las necesidades y cohesionadora de la conciencia de la comunidad.

Descendencia y herencia de Jaime I


En sus últimos años de vida, Jaime I promovió dos cruzadas en Tierra Santa. La primera de ellas en el año 1269 y la segunda en 1274, ambas fracasaron. Y para más inri, tuvo que hacer frente a la rebelión iniciada por su primogénito, el infante Pedro, que le desgastó en profundidad. Además, durante este último periodo de su vida, Jaime I el conquistador, también tuvo que enfrentar los diversos desórdenes feudales acaudillados por su hijo bastardo, Fernando Sanchís de Castro.

Posteriormente el rey Jaime I enfermó y abdicó en sus hijos Pedro y Jaime. En 1276 en su querida Valencia, Jaime I muere y sus restos son enterrados en Poblet. Posteriormente, en 1835 sus restos fueron trasladados a Tarragona y devueltos en 1952 a Poblet.