Igelmo Zaldívar, JonPosiblemente sea crisis la palabra que mejor describe la actualidad (noviembre de 2012), una crisis sistémica, que afecta a todos los órdenes de la vida, incluso a lo más radical y genuino del ser humano: la libertad, la cultura y la sociedad. La escuela y, más extensamente, el sistema pedagógico vigente en occidente desde la modernidad hasta nuestros días no son ajenos a esto, están obsoletos y se encuentran en una encrucijada que urge dejar atrás.

Conviene, por tanto, realizar un decidido, valiente y honesto ejercicio intelectual que ayude a dar razón de ser de la educación, con la finalidad de esclarecer los principios, los fines y los medios de ésta. Y el primer paso para lograrlo es rescatar a la persona, tomándola como principio y fin de toda acción pedagógica, como sujeto del arte de educar.

De ahí que no sea actividad estéril estudiar el pensamiento y la actividad de Iván Illich (1926-2002), uno de los padres de las teorías de la desescolarización, quien desarrolló su actividad en plena crisis mundial de la educación, tiempo durante el cual ya se dejaban ver algunos de los efectos perversos del estilo de vida de Norteamérica y Europa, perfectamente visibles en la actualidad.

Iván Illich realizó una fuerte crítica a la sociedad de su tiempo, vertebrada en torno a tres cuestiones: los medios de transporte, los hospitales y la enseñanza. Respecto a esto último, arguyó que la escuela es una institución que, lejos de contribuir a la igualdad de oportunidades, estratifica social, económica y culturalmente; que el sistema educativo hace a los estudiantes, que luego serán sujetos de pleno derecho, dependientes de maestros, profesores y cualesquiera otros expertos, incapacitándolos para aprender de forma libre y autónoma; y que, además, la enseñanza reglada, excesivamente meritocrática y burocratizada, enseña poco o nada de la vida y olvida lo más importante: la persona.

La propuestas y alternativas pedagógicas de Iván Illich implicaban, entre otras, dos cosas fundamentales. En primer término, liberar los objetos de aprendizaje de la propiedad privada, esto es, haciendo posible que los individuos comprendan el funcionamiento de aparatos, herramientas, utensilios y demás productos culturales. Y, en segundo lugar, propiciar el encuentro libre con el otro con el que se comparte. Bajo estos presupuestos se fundó el Centro Intercultural de Documentación (CIDOC) de Cuernavaca (México).

A día de hoy, cabe destacar, entre las propuestas de educación que siguen la estela de Iván Illich, el movimiento de origen norteamericano «Homeschooling», el uso de las más novedosas tecnologías de la información y la comunicación, como es el caso de la Web 2.0, y las corrientes pedagógicas y sociales críticas ante el imperante liberalismo descarnado, entre las que sobresalen el 15-M español, el Okupa Wall Street norteamericano y los movimientos educativos indigenistas de América Latina, como es la Universidad de la Tierra (México).

Tales son las principales cuestiones tratadas en la conferencia «Iván Illich y las teorías de la desescolarización: Historia y actualidad», impartida el 13 de noviembre de 2012 por el profesor Jon Igelmo Zaldívar (Universidad de Deusto. Bilbao, España) en el Salón de Actos de la EUE de Palencia (Universidad de Valladolid), enmarcada en el II Seminario de Especialización Docente y Académica (octubre de 2012-mayo de 2013), titulado «La educación ante la historia, ante sí misma y ante el futuro».