La trama Babington para asesinar a Isabel I

La trama Babington para asesinar a Isabel I

Un grupo de católicos ingleses intentaron descabalgar del trono a la protestante Isabel I para reemplazarla por su prima, la escocesa María Estuardo.

Horizontal

La trama Babington María Estuardo

La trama Babington María Estuardo

Entre el 13 y el 15 de septiembre de 1586, en Londres, catorce católicos fueron condenados a muerte por alta traición. Habían conspirado para asesinar a la reina Isabel. El día 20 se ajustició a siete de ellos con la máxima crueldad, cortando las sogas antes de que falleciesen, castrando y descuartizando los cadáveres. Un día más tarde murieron los otros siete en el cadalso, siendo posteriormente descuartizados. Todos perecieron pregonando su fe católica.

El proyecto de los conspiradores católicos era asesinar a Isabel para poner en el trono a María Estuardo.

El origen del complot era el conflicto entre el catolicismo y la Reforma protestante, acentuado por el cisma entre Enrique VIII y Roma. La minoría católica inglesa tildaba a Isabel de monarca ilegítima por ser hija de Ana Bolena, nacida después de que Enrique VIII se divorciara de Catalina de Aragón. El proyecto de los conspiradores católicos era asesinar a Isabel para poner en el trono a María Estuardo, hija de Jacobo V de Escocia y denominada popularmente “María, reina de los escoceses”.

Vertical

Isabel I de Inglaterra era prima de María Estuardo.

TERCEROS

El enemigo interior

En la Inglaterra de mediados del siglo XVI reinaba la convicción generalizada de que el catolicismo constituía la expresión religiosa de una política cruel y traidora, además de reflejar la dominación europea por parte de España y Francia. En este sentido, la lealtad al catolicismo en Inglaterra se confundía entonces con la traición, ya que se suponía a los católicos un posible apoyo a una invasión española o francesa.

Por esto, uno de los más sobresalientes ministros y consejeros de Isabel I, Francis Walsingham, se dedicó a construir un servicio secreto cuyos métodos (el engaño, el espionaje y la corrupción) emplearía, entre 1573 y su muerte en 1590, para perseguir a la oposición religiosa.

Walsingham consideraba que, mientras los católicos ingleses se mantuviesen leales a Isabel, no habría problemas. Sin embargo, en 1570, el papa Pío V emitió la bula Regnans in Excelsis. Esta bula declaraba que Isabel era hereje y que sus súbditos no le debían lealtad. El sucesor de Pío V, Gregorio XIII, proclamó que el asesinato de Isabel de Inglaterra no sería pecado.

La trama Babington fue la más importante cuatro conspiraciones que fueron destapadas durante el reinado de Isabel I de Inglaterra.

Entre 1570 y el final del reinado de Isabel en 1604, se descubrieron cuatro grandes conspiraciones (la más importante de ellas, la de Babington). Unos doscientos católicos fueron ajusticiados, y otros muchos se vieron encarcelados.

Vertical

Francis Walshingham fue el encargado de destapar las conspiraciones contra Isabel I.

TERCEROS

Año tras año, gracias al trabajo de sus hombres –entre ellos, agentes dobles que Walsingham había conseguido infiltrar en los grupos de conspiradores–, así como por las declaraciones extraídas mediante tortura, el “maestro de espías” iba reuniendo las pruebas que convencerían a Isabel de que María Estuardo constituía el mayor enemigo de la reina.

La conjura de Babington ofrecería la mejor ocasión. Este complot amenazaba con unir una invasión desde el exterior con otra católica en el seno de Inglaterra.

Una conspiración utópica

En 1580, el joven noble Babington conoció a John Ballard, quien le habló del posible asesinato de Isabel I y su substitución por María Estuardo. El acto sería llevado a cabo por otro exiliado inglés, John Savage. Los tres, Babington, Ballard y Savage, formaban el núcleo de los dos complots: el asesinato de Isabel y la entronización de María Estuardo. Mientras tanto, otros jóvenes católicos ingleses se iban adhiriendo al grupo, de catorce personas en total. No sabían que uno de los conspiradores, Robin Poley, era en realidad un agente doble al servicio de Walshingham, al que informaba detalladamente.

Vertical

El juicio a María Estuardo se celebró en octubre de 1586.

TERCEROS

Babington le explicó mediante cartas secretas el plan de la conjura a María Estuardo, que se encontraba bajo arresto domiciliario. Si ella accedía, la operación se pondría en marcha. La reina escocesa dudó, pero finalmente dio su consentimiento. Fue entonces cuando Walshingham, que a través de sus espías interceptaba todas las misivas, resolvió que había llegado el momento de actuar.

Muerte a los traidores

El 4 de agosto, sus agentes detuvieron a John Ballard. Desesperado, Babington trató de persuadir al exsoldado Savage para que asesinara a Isabel lo antes posible. Pero cundió el pánico en el grupo conspirador.

El interés de Walsingham era convencer a la reina Isabel de que había que ajusticiar a María Estuardo.

Poco después fueron a por Babington quien huyó durante diez días, pero finalmente fue detenido. Los otros conspiradores cayeron uno a uno en las redes de Walsingham. Siguió un mes de interrogatorios y luego el proceso judicial, que duró tres días.

Aparte de proteger a la reina, el interés de Walsingham era convencer a Isabel de que había que ajusticiar a María Estuardo, porque viva sería siempre el imán que atraería a conspiradores católicos. Entre el 15 y 16 de octubre se juzgó a la reina de los escoceses. Diez días después, se la condenó a muerte.

Vertical

La ejecución de María Estuardo.

TERCEROS

Isabel I tardó en dar su consentimiento a la ejecución de su prima. Finalmente, el 8 de febrero 1587, María Estuardo fue decapitada. La Reina Virgen sobreviviría a diversas conjuras, mientras el catolicismo inglés, fracasado el complot de Guy Fawkes de 1605, se vería muy reducido e impotente, lo que aceleró la fusión entre la identidad nacional inglesa y el protestantismo. Tan solo la tolerancia de siglos posteriores marcaría el comienzo de una nueva actitud, menos temerosa de lo que se percibió durante mucho tiempo como una verdadera amenaza a los valores ingleses.

Este texto se basa en un artículo publicado en el número 594 de la revista Historia y Vida. ¿Tienes algo que aportar? Escríbenos a redaccionhyv@historiayvida.com.

Mostrar comentarios
Cargando siguiente contenido...