Muere a los 96 años la reina Isabel II de Inglaterra tras 70 años en el trono británico
Aunque nació como princesa, la reina Isabel no estaba originalmente en línea directa de sucesión para ser monarca. De joven no esperaba sentarse en el trono y mucho menos gobernar durante 70 años.
Este jueves Isabel II de Inglaterra murió a los 96 años de edad en el castillo de Balmoral, en Escocia, rodeada de la familia real, en particular su hijo Carlos, quien es el sucesor al trono.
Gobernó durante más tiempo que cualquier otro monarca de la historia británica, convirtiéndose en una figura muy querida y respetada en todo el mundo.
Si su tío Eduardo VIII no hubiera abdicado para casarse con la estadounidense Wallis Simpson en 1936, su hermano menor Jorge -el padre de Isabel- no habría sido coronado rey, convirtiendo así a la joven princesa en la heredera del trono.
Isabel nació el 21 de abril de 1926 y fue bautizada como Elizabeth Alexandra Mary Windsor en la capilla del Palacio de Buckingham. Educada en casa con su hermana menor, la princesa Margarita, sirvió más tarde durante la Segunda Guerra Mundial como comandante subalterna en la rama femenina voluntaria del Ejército británico, conocida como Servicio Territorial Auxiliar.
En 1947 se casó con un oficial de la Armada, el teniente Philip Mountbatten, un primo lejano al que conoció cuando sólo tenía 13 años y que era hijo del príncipe Andrés de Grecia. Felipe, que asumió el título de Duque de Edimburgo, murió en 2021 a los 99 años.
Cuando la enfermedad de su padre lo obligó a abandonar una visita propuesta a Australia y Nueva Zelanda en 1952, la princesa, acompañada por el príncipe Felipe, emprendió el viaje en su lugar. El 6 de febrero, mientras se encontraba en Kenia, recibió la noticia de la muerte del rey y su propio acceso al trono, con tan solo 25 años.
"La reina"
La reina Isabel, o simplemente "La reina", como se le conoció entre sus súbditos británicos, protagonizó la primera coronación transmitida en TV en 1953, llevando la pompa y el esplendor de la ceremonia real al público de una manera nueva. Esto también marcaría el comienzo de una nueva era de mayor cobertura mediática de la familia real, incluyendo una intrusión sin precedentes en sus vidas privadas.
No siempre fue un reinado feliz. Experimentó las rupturas matrimoniales de tres de sus cuatro hijos, así como el exilio voluntario de su nieto Harry. A pesar de los numerosos escándalos e intrigas familiares, la reina Isabel consiguió mantener la imagen tradicional de la monarquía, al tiempo que permitía que su papel se adaptara gradualmente -quizás a regañadientes- a los tiempos modernos.
"Conocida por su sentido del deber y su devoción a una vida de servicio, ha sido una figura importante para Reino Unido... en tiempos de enormes cambios sociales", según su biografía oficial.
Una de las mujeres más ricas
Su patrimonio financiero e inmobiliario la convirtió en una de las mujeres más ricas del mundo. Sin embargo, la recesión económica provocó el resentimiento de la opinión pública por el estilo de vida de la realeza y de Isabel II, especialmente por el uso de fondos públicos para restaurar la residencia real de Windsor tras un incendio.
En 1992, aceptó pagar impuestos sobre sus ingresos privados, a pesar de estar exenta según la legislación británica.
En aquel momento, su fortuna personal se estimaba en 11,700 millones de dólares.
Su hijo mayor, el príncipe Carlos, nacido en 1948, es su heredero desde que subió al trono en 1952. Los otros hijos de la reina son la princesa Ana, el príncipe Andrés y el príncipe Eduardo. Tres de los matrimonios terminaron en divorcio, y la esposa de Carlos, la princesa Diana, murió en un accidente automovilístico en París junto a su novio Dodi Al-Fayed y el conductor del vehículo Henri Paul.
Diana
El divorcio de Carlos y la inmensamente popular Diana erosionó el apoyo a la familia real, que algunos consideraban anticuada, estirada y fría. Las críticas se intensificaron tras la muerte de Diana en 1997, especialmente después de que Isabel II se negara inicialmente a unirse al luto nacional por la pérdida de la "princesa del Pueblo".
Como parte de los esfuerzos por presentar una imagen más moderna, la reina Isabel aceptó abrir los salones de estado del Palacio de Buckingham al público pagando una cuota de entrada cuando ella no estuviera en la residencia. Hacía transmisiones regulares de radio y televisión al público en Navidad.
La posición pública de la familia real se recuperó con los años y el matrimonio de Carlos con Camilla Parker Bowles en 2005 contó con un amplio apoyo de la opinión pública británica.
En abril de 2011, la familia celebró la boda aún más popular del príncipe William de Gales -el hijo mayor de Carlos y Diana- y Catherine Middleton.
El interés del público por la reina y la familia real creció a raíz de la gran popularidad de The Crown, una serie de televisión de Netflix sobre los Windsor que se estrenó en 2016.
Isabel II era conocida por tomarse en serio su papel, incluso en los asuntos políticos. Aunque el monarca británico no tiene oficialmente ningún poder real, el rey o la reina mantiene una "audiencia" semanal con el primer ministro y también actúa como anfitrión de los jefes de Estado visitantes.
En el ámbito privado, se convirtió en una aficionada a la equitación con una cuadra de caballos de carreras y también era conocida por sus perros de compañía. Se cree que tuvo 30 perros a lo largo de su vida. En sus últimos años estuvo acompañada por tres perros: dos corgis y un dorgi. El dorgi, llamado Candy, es el perro de mayor edad y se cree que llevaba al menos 10 años con ella. A la propia reina se le atribuye la creación del dorgi, una mezcla de perro salchicha y corgi. Este híbrido surgió cuando uno de los corgis de Isabel II se cruzó con el perro salchicha Pipkin de su hermana la princesa Margarita.
El extraordinario reinado de la reina Isabel la ha llevado a viajar más que ningún otro monarca, realizando muchas visitas al extranjero. La reina era patrona o presidenta de más de 600 organizaciones benéficas, asociaciones militares, organismos profesionales y organizaciones de servicio público que abarcan una amplia gama de temas, desde oportunidades para los jóvenes hasta la preservación de la vida silvestre y el medio ambiente.
Pero también presidió un Imperio Británico en constante disminución tras la Segunda Guerra Mundial, lo que reduciría su influencia mundial y exigiría una delicada diplomacia en la que demostró ser muy capaz.
Cuando ella nació, los británicos gobernaban alrededor de una cuarta parte del territorio de la Tierra. Cuando fue coronada en 1952, Reino Unido aún tenía más de 70 territorios de ultramar, aunque ya estaba empezando a desintegrarse. India, a menudo descrita como "la joya de la corona" del Imperio, había conseguido su independencia sólo cinco años antes. Cuando comenzó su reinado, las tropas británicas luchaban contra los movimientos independentistas en Egipto y Kenia, que pronto declararon también su independencia.
Cuando Hong Kong fue transferido a China en 1997, el propio hijo de la reina Isabel, el príncipe Carlos, lo calificó de "fin del Imperio".
Las posesiones británicas de ultramar se limitan hoy a 15 diminutas islas en el Caribe y el Pacífico, así como las Islas Falklands o Malvinas, Gibraltar y un trozo de la Antártida.
Además, la reina sigue siendo la jefa de la Mancomunidad (Commonwealth), un grupo de 14 naciones independientes, en su mayoría antiguas colonias británicas como Australia y Canadá, que la reconocen como su monarca.
Siguió llevando a cabo una apretada agenda de compromisos, desde visitas a organizaciones benéficas y escuelas, hasta recibir a Jefes de Estado visitantes, hasta 2021, cuando su salud comenzó a mostrar algunos signos de debilidad.
Comenzó a utilizar un bastón en público y dejó de vivir en su residencia oficial, el Palacio de Buckingham, en favor de su otra casa en el Castillo de Windsor, en las afueras de Londres.
En mayo de 2022, la Reina faltó por primera vez a la apertura del Parlamento, dejando el deber de pronunciar su discurso al Príncipe Carlos.
Cuando la Reina faltó a un servicio religioso de acción de gracias por sus 70 años de reinado en junio de 2022, se intensificaron las preguntas sobre la salud de la monarca de 96 años.
El Palacio de Buckingham dijo que la reina había experimentado "algunas molestias" durante el primer día de su celebración del Jubileo de Platino y que "a regañadientes" no asistiría al acto principal del día siguiente. Sin embargo, la Reina deleitó a sus fans con su presencia en el famoso balcón del Palacio de Buckingham, mientras una enorme multitud se agolpaba junto a su familia.
Isabel experimentó problemas de salud en meses recientes, lo que la sacó de eventos públicos para recluirse en su residencia favorita, el castillo de Balmoral. Sin embargo, su última aparición pública fue esta misma semana para dar el visto bueno a la nueva primera ministra conservadora Liz Truss, con lo que marcó otro récord: la venia a 15 primeros ministros desde que asumió el trono en 1952.
