Isabel de Aragón, la hija mayor de los Reyes Católicos - Revista de Historia

Isabel de Aragón, la hija mayor de los Reyes Católicos

Isabel de Aragón nace en Dueñas (Palencia) el 2 de octubre de 1470. Fue la hija mayor de Isabel y de Fernando, que habían contraído matrimonio en 1469, bajo el reinado de Enrique IV de Castilla.

Descárgalo Aquí

Sus padres vivían a la sazón momentos críticos, siendo perseguidos por los partidarios de Enrique IV y debiendo mudarse de una localidad a otra como refugiados. Además la titularidad como princesa de Asturias de su madre, acordada en el Tratado de los Toros de Guisando en septiembre de 1468, fue anulada por el rey, quien nombró a su hija Juana la Beltraneja como heredera legítima ese mismo año del nacimiento de Isabel.

Isabel de Aragón, la hija mayor de los Reyes Católicos

Hasta 1474 no vivió como princesa, ya que el futuro de sus padres estuvo en entredicho bajo el reinado de Enrique IV. Los príncipes Isabel y Fernando fueron reconocidos posteriormente como herederos debido a la presión ejercida por la nobleza y por el propio papa, tras pasar unos años de incertidumbre. Al morir Enrique IV en diciembre de 1474 su madre Isabel se proclama reina de Castilla en Segovia y desde entonces Isabel de Aragón ya será reconocida como hija de los Reyes, siendo jurada como heredera de la corona en 1476, en las Cortes de Madrigal.

Ella fue la heredera hasta 1478, año del nacimiento de su hermano Juan, quien por ser varón desplazó a Isabel en el puesto de príncipe de Asturias. Casi toda su infancia transcurrió en un ambiente bélico porque sus padres estaban inmersos en la guerra civil contra los partidarios de Juana la Beltraneja, hija del difunto monarca, que con la ayuda e intervención de Alfonso V de Portugal intentaba arrebatar la corona de Castilla.

Así fue hasta 1479 por la guerra civil, y después hasta 1492, por la guerra de Granada, aunque en medio de la última se fue a Portugal una vez concertado su matrimonio con el príncipe Alfonso, el primogénito de Juan II de Portugal. En 1481 Isabel tuvo que trasladarse a Évora para quedarse allí como rehén en tercerías, condición impuesta por el acuerdo de Alcazobas para garantizar el cumplimiento de las cláusulas. Alfonso de Cárdenas se encargó de acompañar a Isabel para entregarla a su tía abuela Beatriz, hermana de la madre de la reina Isabel. Estuvo allí dos años, hasta que los Reyes enviaron a Hernando de Talavera para negociar los últimos detalles del matrimonio. No obstante, por parte de Portugal se lanzó la propuesta de sustituir a Isabel por su hermana pequeña Juana, más cercana a la edad del príncipe. En marzo de 1490 las Cortes portuguesas aprobaron el matrimonio de Isabel con Alfonso de Portugal y enviaron una delegación diplomática a Sevilla, donde estaba la corte de los Reyes Católicos, para recoger a la novia.

Se celebra la boda por poderes en la catedral de Sevilla, apadrinada por el arzobispo de Toledo y el cardenal Pedro González de Mendoza. Isabel tenía 20 años y el novio 15. Tras las celebraciones y festejos, los Reyes acompañaron a Isabel hasta la localidad de Constantina y desde allí el séquito, encabezado por el conde de Feria y el de Benavente, acompaña a Isabel hasta Portugal, donde el duque Manuel, tío del príncipe Alfonso y primo de la reina Isabel, la recibe para entregarla a Juan II y al príncipe Alfonso. Fue el primer encuentro de Isabel y Manuel, quienes en ese momento no pudieron imaginar que iban a ser marido y mujer en un futuro próximo.

El 23 de noviembre de 1490, en Estremoz, se produce el primer contacto de Isabel con su suegro Juan II y su prometido Alfonso. En la catedral de Évora se celebró la boda el 27 de noviembre. Comienzan los festejos en Évora, que continuaron en Viana, Santarem, y Almerin. A pesar de la diferencia de edad, el matrimonio funcionó bien entre los novios, pero apenas ocho meses después fallece el príncipe Alfonso el 14 de julio de 1491 a causa de la caída de un caballo mientras celebraban los festejos de su boda. Isabel, triste y desconsolada por la pérdida repentina de su esposo, vuelve a España hacia finales de 1491 y reside con sus padres, que estaban en una zona cercana a Granada, donde un ambiente eufórico reinaba en la población, ya que estaba a punto de finalizar la guerra de Granada con el gran triunfo de los Reyes Católicos.

El dolor que sentía Isabel por la muerte de su marido no le dejaba vivir con alegría, razón por la que se entregó a sus oraciones como si fuera una monja, cortando su cabello y vistiéndose de luto. Mientras tanto, sus hermanos Juan y Juana preparaban sus respectivos enlaces con los hijos de Maximiliano, heredero del emperador Federico III de Habsburgo.

En octubre de 1495, en Portugal, muere Juan II, el suegro de Isabel, sin dejar descendencia. Su primo Manuel, duque de Viseu, hijo de Fernando (hermano de Alfonso V) y de Beatriz (hermana de la madre de Isabel la Católica) le sucede en el trono de Portugal. Manuel I, que estaba soltero y tenía 26 años de edad, se acordaba de Isabel por su belleza, que había quedado en su mente desde la boda de su sobrino, y pide a los Reyes Católicos su mano. Isabel, que tenía entonces 25 años, casi la misma edad que Manuel, rechaza tal propuesta porque ya había decidido meterse monja. Sus padres insisten hasta convencerla mientras llegaba la embajada de Portugal para cerrar el trato.

El 30 de noviembre de 1496 ambos reinos sellaron el enlace matrimonial en Burgos. Manuel era primo de Isabel la Católica y por tanto familia cercana de la reina, pero también era hijo del primo del rey Fernando porque su abuela Leonor era tía de este. El enlace era ideal para ambos reinos al objeto de consolidar sus lazos familiares y de una posible unión de los reinos peninsulares a través del futuro heredero de la joven pareja.

En 1497 la reina Isabel acompaña a su hija hasta la localidad de Valencia de Alcántara, donde iban a celebrar el enlace. El 30 de septiembre fue el día de la boda. Hubo grandes celebraciones y asistieron personalidades de ambos reinos. Los festejos iban a continuar a lo largo de semanas, pero algo grave le estaba pasando a Juan, hermano de Isabel, que se encontraba en Salamanca con su esposa. La noticia no llegó a todos, sino solo al rey Fernando, que no quiso comunicarla a su familia para no estropear la reciente boda. Fernando se acerca a Salamanca para ver a su hijo. Por desgracia, seis días después de la boda de Isabel, Juan fallecía. La alegría y la felicidad por el nuevo matrimonio terminó rápidamente. Sobre todo para la reina Isabel fue un golpe durísimo la pérdida de su único y querido hijo.

En 1497 Isabel, ya reina de Portugal, se convierte en princesa de Asturias al fallecer su hermano Juan. Ella y su marido el rey de Portugal fueron jurados príncipes de Asturias en Toledo, en abril de 1498. En junio llegaron los Reyes Católicos y los príncipes a Zaragoza para ser jurados en las Cortes aragonesas, pero se encontraron con problemas por ser mujer la princesa Isabel. A pesar de la llegada de imponentes cortejos reales de los monarcas portugueses y castellanos, los procuradores de las Cortes de Aragón pusieron obstáculos para el juramento de Isabel. Se debatió el asunto durante varias semanas de aquel verano. En toda la historia de Aragón solo había existido, en el siglo xii, una reina, llamada Petronila, hija de Ramiro II el Monje. Ese caso se resolvió casando a Petronila con el conde Ramón Berenguer IV de Cataluña. Ramiro II mantuvo el título de rey hasta que el matrimonio tuvo descendencia.

El 23 de agosto de 1498 Isabel da a luz un niño (futuro príncipe Miguel), en el palacio arzobispal de Zaragoza, por tanto un niño aragonés que iba a unir Castilla, Aragón y Portugal. La alegría del nacimiento no duró nada debido al fallecimiento de la madre a causa de la hemorragia producida tras un parto difícil. Isabel tenía solo 28 años de edad y sus padres experimentaban la segunda pérdida de un vástago en menos de un año. La desgracia no termina aquí porque antes de cumplir 2 años de edad fallece Miguel también en Granada, donde residía con su abuelos. Isabel fue enterrada en el convento de Santa Isabel de los Reyes en Toledo.

Autor: Yutaka Suzuki para revistadehistoria.es

¿Eres Historiador y quieres colaborar con revistadehistoria.es? Haz Click Aquí

Descárgalo Aquí

Páginas: 1 2

Deja una respuesta

Uso de cookies

Este sitio web utiliza cookies para que usted tenga la mejor experiencia de usuario. Si continúa navegando está dando su consentimiento para la aceptación de las mencionadas cookies y la aceptación de nuestra política de cookies, pinche el enlace para mayor información.

ACEPTAR
Aviso de cookies