‘Homo erectus’ es más antiguo de lo que se pensaba

‘Homo erectus’ es más antiguo de lo que se pensaba

El hallazgo de la parte superior de un cráneo en Sudáfrica acaba de reescribir la historia de Homo erectus, situando la aparición de la especie entre 150.000 y 200.000 años antes de lo anteriormente establecido, y mucho más al sur

Héctor Rodríguez
Héctor Rodríguez

Editor y periodista especializado en ciencia y naturaleza

Actualizado a

DNH 134
Foto: Therese van Wyk /University of Johannesburg

A unos 50 kilómetros al norte de Johanesburgo, en Sudáfrica, podemos encontrar la conocida como Cuna de la Humanidad. Se trata de un conjunto de cuevas que alberga algunos de los yacimientos paleontológicos y arqueológicos más fructíferos del mundo. Ahora este área, que cubre unos 474 kilómetros cuadrados, ha vuelto a ser el escenario de un descubrimiento que reescribe una vez más la compleja historia de nuestros antepasados. Se trata de la parte superior de un cráneo de Homo erectus que da un giro sureño a la historia de estos homínidos en el continente africano, situando su aparición entre unos 150.000 y 200.000 años antes de lo establecido.

El fósil encontrado, como es norma general en los hallazgos de restos que han permanecido bajo tierra durante millones de años, se hallaba separado en miles de fragmentos que los científicos tuvieron que unir pacientemente. "Nadie podía saber a que especie pertenecían hasta que unimos todas las piezas y comprobamos que se trataba de un homínido. Concretamente de la parte superior de su cráneo" explica Stephanie Baker, del Instituto de Estudios Paleontológicos de la Universidad de Johanesburgo. Llamaron a la pieza DNH 134.

La siguiente pregunta fue: ¿de qué tipo de homínido se trataba? La Cuna de la Humanidad, y dentro de esta el yacimiento de Drimoles, donde fue localizado el fósil, alberga varias especies diferentes de nuestros ancestros. "Este hallazgo realmente nos desafió, pero su forma de lágrima y su cavidad cerebral, relativamente grande, nos pusieron sobre la pista de que nos encontrábamos frente a un Homo erectus", añade Baker.

Los Homo erectus, quienes caminaban erguidos, ya tenían los brazos más cortos y las piernas más largas que otros homínidos hallados en la Cuna de la humanidad. Se sabe que podían caminar y correr por distancias más largas sobre los pastizales africanos que los demás y conocido por emigrar desde África al resto del mundo, se trata de uno de nuestros antepasados ​​directos.

Su forma de lágrima y su cavidad cerebral, relativamente grande, nos pusieron sobre la pista de los Homo erectus

Una vez respondida la pregunta de a que especie pertenecían los restos, se presentaron dos nuevas cuestiones. ¿Hace cuánto tiempo estuvo vivo este individuo? ¿Y cuántos años tenía cuando murió? Los investigadores sabían que nunca antes se habían encontrado otros fósiles de Homo erectus en Sudáfrica. De hecho, aún más sorprendente fue el período de tiempo sugerido por las capas de tierra en las que se encontraron los fragmentos del cráneo. "Antes de encontrar DNH 134, el Homo erectus más antiguo del mundo que conocíamos procedía de Dmanisi en Georgia, y databa de hace 1,8 millones de años", explica la investigadora.

Un rompecabezas 3D

Datar los fósiles antiguos de las cuevas al oeste de Johannesburgo fue bastante complicado. No hubo volcanes durante la época en la que los homínidos vagaron por estos lares, por lo que no hay capas de cenizas que ofrezcan a los investigadores estimaciones rápidas de su edad, como las que se emplean para datar los yacimientos en tras partes de África oriental. Sin embargo mientras reconstruían los fragmentos hallados en Drimolen, conservaron y registraron cada pista que pudieron encontrar, lo que incluyó fragmentos de pequeños animales como murciélagos y lagartijas así como diversas muestras de suelo y su localización.

Posteriormente el equipo de investigación se valió de todas las técnicas posibles para datar del modo más preciso posible el fósil, entre las que se incluyeron técnicas de datación paleomagnética, resonancia paramagnética electrónica, datación radiomética (Urani-Plomo) y faunística.

"Recopilamos toda la información aportada por estas ténicas y juntas mostraron una edad muy precisa. Ahora sabemos que la cantera principal de Drimolen y todos los fósiles que contiene, datan de hace entre 2,04 y 1,95 millones de años, "continúa Baker. Esto significa que DNH 134 es mucho más viejo que el próximo Homo erectus conocido más antiguo de África o Georgia. "La edad de DNH 134 muestra que el Homo erectus existió entre 150.000 y 200.000 años antes de lo que se pensaba", añade el profesor Andy Herries, codirector del proyecto, jefe del Departamento de Arqueología e Historia de la Universidad de La Trobe en Australia.

"La edad de DNH 134 muestra que el Homo erectus existió entre 150.000 y 200.000 años antes de lo que se pensaba

Debido a que el Homo erectus es uno de nuestros antepasados ​​directos, el descubrimiento tiene notables implicaciones en la historia del origen de los humanos modernos."Previamente a este hallazgo, asumíamos que Homo erectus se originó en el este de África. Sin embargo DNH 134 muestra que el Homo erectus, uno de nuestros antepasados ​​directos, posiblemente proviene del sur del continente. Esto significaría que más tarde se mudaron más al norte, hacia África Oriental, y que desde allí poblaron el resto del mundo", prosigue Baker.

Por otro lado los investigadores también acentúan que se trata de un cráneo muy inusual, ya que perteneció a un joven que tenía unos unos 3 o 4 años cuando murió.

Un paisaje compartido

La edad de DNH 134 muestra algo más: tres especies de ancestros humanos primitivos vivieron en el sur de África al mismo tiempo en Drimolen. "Ahora podemos decir que el Homo erectus compartió su hábitat con otros dos tipos de homínidos en Sudáfrica, Paranthropus y Australopithecus", comenta Herries. Esto podría significar que se valieron de diferentes partes de su entorno para evitar competir entre sí.

Tres especies de ancestros humanos primitivos vivieron en el sur de África al mismo tiempo en Drimolen.

"Para empezar, se veían diferentes" aventuran los investigadores. "Los Paranthropus robustus eran más bajos que el Homo erectus y los Australopithecus" explica Baker. "Paranthropus robustus se alimento de cosas como raíces y tubérculos, por eso sus dientes son realmente grandes. Usaron sus enormes dientes para moler lo que llamamos alimentos de reserva y plantas duras.

Por el contrario, en comparación con las otras dos especies, los Homo erectus eran más altos y delgados, y comieron cosas que son más fáciles de digerir, como frutas y bayas."También sabemos que comían carne, pero aún no estamos seguros de cómo la obtenían. Lo que podemos decir que al menos sabemos que estos primeros Homo erectus todavía no cazaban con herramientas", detalla la investigadora,.

"También pensamos que fueron capaces de cubrir largas distancias, lo cual fue una gran suerte para ellos, porque durante su época, sabemos que el clima cambió en el sur de África". Así Paranthropus y Australopithecus evolucionaron en climas cálidos y húmedos a los que se acostumbraron, sin embargo el clima comenzó a cambiar de cálido y húmedo a frío y seco. Poco a poco, la cubierta arbórea disminuyó y los pastos tomaron su lugar. Finalmente, los bosques fueron reemplazados por los pastizales africanos de la sabana de hoy. El clima más frío se adaptaba mejor al Homo erectus, más móvil y social, lo que puede explicar en parte, su éxito evolutivo, sobre sus coetáneos.